Capítulo VII: Corazón A Corazón
Lo siguiente que había en la caja era...
-Hm-. Sonreía al verlo. Me traía muchos recuerdos y era algo que en un inicio me molestó mucho, pero ahora lo recuerdo con nostalgia y como una anécdota más de mí vida.
Cuando supe que había sido él, fue como un "No podía ser nadie más". Era obvio que había sido él, pero simplemente no lo pensé.
Supongo que me la robó en un arrebato de los suyos, en los que no sabía como cabrearse conmigo, y decidía pagarlo robándome piezas de puzle, como la que sujeto ahora mismo en mi mano.
Pero recuerdo que estaba yo en uno de los infinitos pasillos de Wammy's, en los que la gente se perdía y no sabía adonde ir.
Muchas veces yo solía estar allí porque me gustaba andar por sitios recónditos, y me sentía un explorador descubriendo zonas escondidas de sitios que nadie más conocía, pero era un estúpido juego que hacía cuando era más pequeño. Como no jugaba con nadie, tenía que inventarme yo mis propios juegos estúpidos.
Así he terminado..., Sin saber como tratar a las personas.
Total, como iba diciendo...
Era un día soleado de verano, y estaba tranquilo haciendo un puzle, cuando entonces...
Pasado. Orfanato
-Ahhh...-. Suspiré, y miré la caja vacía, luego miré como estaba mi cuadrado hecho de corcho con bordes para colocar las piezas de puzle, y vi como faltaban las 10 piezas de siempre.
Escuché como se acercaba alguien a mí, miré de reojo y vi que era Mello.
-¿No sigues?-. Me preguntó.
-He perdido las piezas-. Dije, y comencé a quitar pieza por pieza.
-No, espera-. Dijo Mello, y puso su mano encima de la mía.
-Ah...-. Yo me sonrojé levemente, y miré hacia otro lado. Que incómodo..., Mello suele establecer contacto físico conmigo últimamente por lo que parece...
Mello, volvió su mano a su bolsillo, y sacó algo que escondió en su puño.
Acercó su mano al puzle, y la abrió, dejando caer una pieza de puzle. Yo le miré, completamente extrañado y sorprendido.
-¿Me has robado piezas?-. Le pregunté.
-No me lo tengas en cuenta. De alguna forma tenía que desquitarme-. Me dijo sonriente, y colocó la pieza donde correspondía.
Le miré alzando una ceja, y negué.
-Que tonto eres-. Le dije. -Dame las demás-. Le dije.
Él se acercó a mí, y frunció el ceño.
-¿Y si no quiero?-. Preguntó. -¿Me vas a obligar?-. Miré hacia otro lado para evitar contacto visual.
-Haz lo que quieras...-. Le dije.
Mello dejó de estar inclinado, y se puso recto.
-Si quieres, las demás están en mi habitación. Ven a buscarlas tú mismo-. Me dijo, y se fue.
¿Quería que fuera en serio a su habitación?, ¿Me las daría así como así?
Que extraño...
Me ha invitado a su habitación, y creo que lo de las piezas es una excusa tonta para que vaya a su cuarto. Supongo que querrá reírse de mí un rato, ya que parece que últimamente lo hace bastante.
No lo sé. Nunca fui.
Un día encontré las demás piezas dentro de mi habitación, y nunca le di las gracias ni le pedí explicaciones.
Fue otra oportunidad desechada...
Presente
-Ahhhh...-. Suspiré, y negué.
De pronto, picaron a mi habitación.
-Pasa-. Dije, guardando la caja debajo de la cama.
Alguien entró a mi habitación. Lidner entró a mi habitación, no la ví pero la reconocí por el característico sonido de sus zapatos.
-Near, justo cuando íbamos a dirigirnos hacia el orfanato con amenaza de bomba, nos hemos encontrado con que la amenaza ya había sido detenida-. Explicó Lidner, y me giré para verla.
-¿Cómo es eso?-. Pregunté.
-Mira con tus propios ojos-. Dijo Gevanni, apareciendo de la nada. Entró en mi habitación y me dio unas fotos.
Yo las miré.
Eran unas fotografías un tanto..., Extrañas.
Había un hombre sin ojos, que reconocía que era el mejor amigo del detenido hace poco, y carecía de ojos, ya que veía como llevaba una venda con sangre en la zona de los ojos.
Después, pasé a la siguiente foto, y vi la bomba.
Era una bomba con temporizador, no era con un detonador. Después, ví los cables cortados, parecían cortados con precisión. Fruncí el ceño.
-¿Quién detuvo la bomba?-. Pregunté sorprendido.
-No lo sabemos-. Respondió Lidner.
-Quién lo hizo sabe lo que hace-. Dije. -¿Quién ha hecho esto?. Investigad cualquier enemigo o antiguo socio del ya difunto culpable-. Les entregué las fotos, pero Gevanni me miró preocupado.
-Ha-Hay una foto más..., L-. Me dijo Gevanni.
Yo miré las fotos de nuevo, y pasé a la última.
Lo que vi..., Me dejó sorprendido a más no poder...
-Pero..., ¿Esto es en serio?-. Pregunté.
-Sí...-. Dijo Gevanni. -La policía está investigando quién ha podido escribirlo, analizando a ver si hay huellas, pero lo dudan-. Me explicó.
-...-. Tragué saliva. -Sí lo han escrito con papel de periódico, también habrá sido cauteloso en pegar cada letra con unos guantes..., Pero sí, quizás haya alguna pista-. Dije. Mi mano comenzó a temblar.
-¿Crees que es alguien de...?-. Preguntó Lidner.
Suspiré.
-No descarto la posibilidad-. Dije, y ahora sí, les entregué las fotos. -Seguid investigando, yo pensaré sobre esto-. Dije.
Esto..., Me deja totalmente fuera de mis casillas...
¿Quién ha podido ser?, ¿Porqué alguien lo haría?, ¿Y qué es lo que le debo a ese individuo?
No lo sé..., Pero espero no tener que descubrirlo nunca y que acaben con el que ha hecho esto. No nos ha ayudado parando la bomba, mis agentes lo hubieran hecho, lo único que ha hecho ha sido cargarse al culpable, que no podrá ser encarcelado justamente.
Espero que pillen a ese asesino.
Ahhh...
¿Por dónde iba?
Ah, sí.
Saqué la caja de debajo de la cama, y la abrí. Lo siguiente que había era algo que me hizo sonreír, en mi interior.
Era un objeto tonto, que alguien normal tiraría, de no ser porque es muy especial para mí, ya que significa algo muy importante que me dio Mello, fue uno de sus regalos, que me hizo sentir especial, ya que ni si quiera con su mejor amigo compartía esto.
Efectivamente, es una bolita de papel de plata, del envoltorio del chocolate que comía.
Ahh..., Lo hecho tanto de menos. Ver como comía su chocolate y se hacía el interesante, hm, que atractivo se veía.
Pasado. Orfanato
-Ahhh...-. Mello suspiró, cabizbajo.
-¿Qué te pasa, Mello?-. Le pregunté, mientras le veía en clase al lado mío. Últimamente nos sentábamos juntos, uno al lado del otro. No fue decisión mía, sino suya.
-Nada, que esta clase me aburre, y me han castigado después del recreo por robar chocolate en la despensa-. Dijo con un aura furiosa. Cuando escuchaba que le habían reñido por robar, siempre me hacía pensar lo rebelde que Mello era a veces, y me hacía gracia. Contrasta con lo responsable que soy yo para todas estas cosas. Aunque yo también robaría si así lo necesito.
-Bueno, mala suerte-. Dije, sonriendo levemente.
Mello me fulminó con la mirada.
-No te pongas así-. Le dije, sonriente.
Cuando salimos de clase, yo me dirigía hacia mi habitación, pero algo me cogió de la mochila, y me impidió seguir caminando. Algo, o alguien...
-Eh, enano-. Me giré, y le ví, con su chocolate en la mano. -Toma, no lo quiero-. Me dijo, y me entregó la última fila de chocolate con el papel de plata destrozado. Mello se fue, sin decirme un porque me lo dio, ni un adiós.
-A-Ahh...-. Me quedé allí, confundido. Miré el chocolate, y sonreí. Confuso, decidí volver a mi habitación.
Presente
Que recuerdos...
-Hm-.
Bonitos recuerdos...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top