Estaba con el dado en la mano, apunto de colocarlo, pero mi mano estaba temblorosa, y sabía que no podría colocarlo bien.

-M-Mmm...-. Tiraría toda la torre si coloco este dado mal, y ya la he repetido 5 veces. 

Definitivamente, hoy no es mi día.

-Ahhh...-. Me rendí, y dejé el dado en el suelo. Miré otra vez el colgante con la cruz metálica, y decidí cogerlo entre mis manos. Tenía que afrontar esto de alguna u otra forma, si no, iba a explotar. 

Tengo que recordar..., Tengo que aprender a perdonarme a mí mismo y poder vivir en paz, si no, voy a explotar y no voy a poder concentrarme en mi trabajo, que es lo más importante en mi vida.

Vamos, no puede ser tan difícil, ¿Verdad?...

Ahh...

Vamos allá.

Me levanté y me dirigí a la caja que había debajo de mi cama. Lo primero que había era aquella foto. Aquella foto que me reclamó, y me pidió que se la devolviera. La cogí, y la miré por detrás. Tenía apuntado algo tonto y ñoño que escribí, una pista para que se diera cuenta de lo que sentía por él, pero ni eso...

Ponía: "Querido Mello".

Obvió que pusiera eso, y nunca le importó, supongo que nunca le importó cualquier gesto cariñoso que viniera conmigo, pero lo entiendo, era su rival, aunque según él también éramos amigos.

Recuerdo que a veces era cariñoso conmigo, pero supongo que él no está acostumbrado a que yo sea cariñoso, y imagino que no supo como reaccionar cuando leyó eso.

Sí, me acuerdo de momentos en los que él fue cariñoso.

Ojalá volver a atrás y poder volver a sentir todas aquellas emociones...

Pasado. Orfanato

-¡Jaja!-. Mello se rio.

-¿De qué te ríes?-. Pregunté, mirándole con el ceño fruncido, esperando que no se riera de lo que estaba pintando.

-Es que mira lo que ha pintado Matt-. Me dijo, y me señaló el cuadro de Matt. Este era unos palos con un círculo. Un stickman vaya.

El stickman tenía pelo blanco, y llevaba un cuadrado en su mano.

-¡Eres tú!-. Dijo Mello, y yo fruncí el ceño.

-Ja, ja. Que gracioso-. Dije. -¿Crees que así vas a conseguir molestarme, Mello?-. Pregunté.

-Mmm, puede. ¿Estás molesto?-. Me preguntó con una sonrisa burlona.

-Ahora verás rubiales...-. Dije sonriente, y comencé a pintar en mi lienzo. Notaba como él me miraba atentamente.

Cuando me aparté de mi lienzo, Mello suspiró. Había dibujado un stickman furioso, con un bocadillo estilo cómic, gritando "¡Chocolateee!".

-¡Ese no soy yo!-. Gritó, frunciendo el ceño.

-Tienes razón-. Mojé mi pincel, y luego cogí el color amarillo, le pinté el pelo. -Ahora si-. Dije.

-¿Sí?, Muy gracioso enano, ahora verás...-. Dijo Mello, y él comenzó a pintar en su lienzo.

-Chicos, ¡No os peleéis!-. Dijo Linda, intentando que todos estuviéramos a gustos.

-¡Te voy a enseñar lo que es bueno!-. Dije, siguiendo con mi pintura.

-¡Hm!-. Mello me empujó el brazo, haciendo que me desviara.

-¡Serás!-. Yo le moví el brazo, para devolvérselo.

-¡Aghj!-. Mello volvió a moverme.

-¡Maldito seas!-. Le cogí del pelo.

-¡AH!-. Gritó, y él me cogió del mío.

Los chicos de la clase comenzaron a reírse. La verdad es que parecíamos estúpidos. No me gustaba aquello. ¿Pero sabéis qué?. Que me da igual.

Cuando estoy con Mello, no me importa lo que hagamos o lo que dejemos de hacer, con el simple hecho de estar con él, siento que no me importa hacer cosas que yo no haría, no me importaría probar cosas nuevas con él.

Es una sensación extraña, pero es como si él me animará a cambiar mi estado de ánimo y anulara mi vergüenza. Simplemente, con él haría cosas que no haría solo, y no haría con nadie más, por mucha gente que conozca.

-¡AH!-. Los dos nos acabamos tirando al suelo, y nuestros lienzos cayeron.

-¡Jajajajaja!-. Los niños se reían de lo que había pasado, y yo me frotaba la cabeza, adolorido.

-¡Niños, ya basta, parad!-. Nos dijo la profesora de arte. -¡Os llevaré ante el director!-. Dijo.

Mello me miró con cara furiosa, y con el ceño fruncido.

-Hm-. Sonreí, y él miró hacia otro lado, haciéndose el cabreado.

[...]

Aquel fue un buen momento que demostraba que no me importaba nada mientras estuviera con él. Eso era un fallo mío. Me distraía.

Pero bueno, ¿De qué estaba hablando?. Sí, hablaba de que a veces él era cariñoso conmigo...

Y cuando lo era, la verdad es que no sabía que decirle, así que creo que por eso dejó de ser tierno y amable conmigo. Cada vez era más borde, cada vez se portaba peor, aunque en el fondo sé que quería seguir siendo cariñoso conmigo, pero seamos sinceros...

Creo que no me lo merecía.

[...]

-Near-. 

Estábamos en la colina del orfanato Wammy's. Era una noche estrellada y bonita. Podía contemplar las miles de estrellas que se veían desde aquí, y me hacía pensar que no éramos nada en realidad. Solo somos habitantes de un planeta, en un pequeño planeta, donde hay un gran universo, que está en una gigantesca galaxia. Realmente somos tan insignificantes, que no sé que hace la gente que se cree tanto y se creen que son dioses, cuando simplemente todos somos humanos, humanos que pueden ser algunos más inteligentes que otros, sí, pero humanos que se equivocan y cometen fallos cada día. Morimos cada día, y por muchas muertes que haya, seguimos avanzando, y siendo completamente una mota de polvo en lo que es la existencia de todo.

-¿Sí, Mello?-. Pregunté.

Escuché como suspiraba, creo que es porque me tardé en contestar. Es que a veces me quedo absorto en mis pensamientos, pero entiendo que sea molesto.

Estábamos los dos al lado del otro, un poco separados, pero lo suficientemente juntos como para notar la presencia del otro. No era la primera vez que lo hacíamos, pero era nuestra rutina del fin de semana. 

Desayunábamos en mesas separadas, después competíamos un rato, y luego hablábamos por código en la biblioteca. Luego habían unas horas en las que nos separábamos hasta después de la cena, donde nos reuníamos aquí en una caminata desde el comedor hasta la colina. Siempre que veníamos aquí, lo hacíamos en silencio.

Realmente no hay mucha comunicación entre él y yo, solo cuando hablamos por código, donde él está más suelto y se expresa mejor.

Pero...

-¿Tú..., Estás contento siendo mi amigo?-. Me preguntó.

¿Contento?. ¿Qué es estar contento?.

Supongo que se referirá si estoy conforme.

No sé que decirle. ¿Sí, no?. Es mi único amigo, y me trata bien. Me ve como un bicho raro, pero me entiende y me respeta. Creo que en el fondo sabe que solo soy alguien reservado, y creo que entiende el porque, lo que me causa una comodidad interior, ya que si tuviera que explicarle todo lo que hago para no tener fallos, me pondría muy incómodo. Pero creo que intenta que no me dé cuenta de que él sabe como soy, y así no me incomodo.

La verdad es que se lo agradezco. No me gusta lo que hago, no quiero alejarme de él ni dejar de sentir esas llamadas "mariposas en el estómago". Quiero poder sentir por siempre esto que siento por Mello, pero..., Solo me causará problemas.

-Supongo-. Respondí.

-Ahhh...-. Escuché como suspiraba. Le miré de reojo, tenía una expresión de decepción en su rostro.

-¿Dije algo que no te gustó?-. Pregunté.

-Olvídalo enano. No lo entenderías-. Dijo, mirando hacia el cielo. 

Creo que no le gustó mi respuesta, pero es que no quería decirle la verdad, si no, le iba a soltar todo lo que siento por él, y no quiero...

-¿Sabes?-. Me giré para verlo, y sorprendentemente, me estaba mirando a los ojos. 

W-Wow...

Creo que es la primera vez que me mira a los ojos, creo que nunca nadie me había visto tan fijamente. Me pone nervioso, y noto como mi corazón aumenta en velocidad. Esto...

Wow...

-Yo sí estoy contento siendo tú amigo-. Me dijo. Creo que me lo dijo para ver si reaccionaba de una forma cariñosa. Quería decirle que yo también, que yo también estaba contento de que fuera mi amigo. Creo que él lo sabe, pero quiere escucharlo de mi boca. 

Vamos Near, no pierdas esta oportunidad. ¡Dile lo que sientes!.

-Gracias-. 

Eso fue lo único que salió de mi boca.

Nate, eres idiota.

[...]

-Ahhh...-. Miraba la foto de Mello fijamente. Era una foto bastante aleatoria, una que se hizo porque si. Puede parecer que no representaba nada, pero..., Era bastante importante para mí. Ya que esta foto, no está completa.

La dejé en el suelo, y saqué del baúl, lo siguiente que había.

La otra mitad de la foto...

Era una L inversa, con el recuadro que faltaba, y encajé las dos piezas como si fuera un puzle. La foto de Mello se complementó con la otra foto, enseñando que originalmente, la foto consistía en una escena de yo con Mello, los dos juntos en el patio de Wammy's.

Como no, yo salía completamente serio, y separado levemente de Mello. Era una fotografía bastante nostálgica, que yo recorté, ya que cuando apareció Kira, y tuve que comenzar a investigar sobre él, decidí deshacerme de esta parte de la foto, o al menos, ocultarla.

Aquel día...

[...]

-Ey chicos-. Mello y yo nos giramos, y nos encontramos con Linda, que parecía llevar una cámara de fotos. -¿Puedo haceros una foto?. ¡Es para pintar un cuadro, necesito practicar las caras!-. Dijo Linda sonriente.

Miré a Mello, esperando su respuesta.

-Claro, ¿Porqué no?-. Preguntó con una leve sonrisa.

-¿Yo tengo que salir?-. Pregunté levantando una ceja.

-No seas idiota. Claro que tienes que salir-. Dijo mirándome con una cara de vacile increíble. Que rubio más estúpido...

-¡Venga, poneos juntos!-. Dijo Linda, preparándose para hacer la foto.

Mello sonrió, y yo estaba allí, como el que no quería estar en la foto y sobraba completamente.

-¡Pero poneos más juntos!-. Dijo Linda.

Mello me miró.

-No-. Dije.

Mello rodó los ojos, y intentó sonreír de nuevo.

Linda nos hizo una foto, y bajó la cámara sonriente.

-¡Muchas gracias!-. Dijo Linda sonriente.

Al cabo de unas semanas, Linda le dio la foto a Mello.

[...]

Cuando Mello se fue del orfanato, se olvidó de llevarse aquella foto. Un gran error, pero tuvo suerte de que acabara quedándomela yo, y se la entregara en persona.

Realmente, siempre la estoy cagando, ni si quiera quise ponerme junto a él en esa estúpida foto.

Soy un estúpido, es mi culpa que esté solo en la vida...

Si tan solo le hubiera dicho a tiempo lo que sentía por él...

Ni si quiera lloré cuando murió L, ni si quiera me importó. Cuando se supone que era un padre para mí, y que lo quería.

Soy un mal hijo y un mal amigo. 

Me lo merezco.

Por estúpido.