Semilla




La agencia estaba algo abrumada, el gremio les había planeado una fiesta por su victoria contra Fyodor pero... nunca dijeron que la mafia también era invitada y aunque detestaban estar en el mismo lugar, algunos solo lo evitaban, el claro ejemplo era Dazai quien simplemente les ignoraba y seguía siendo el típico suicida de siempre

-          Dazai-san, creo que está bebiendo de más – dijo Atsushi

-          Tonterías Atsushi – grito Yosano con una copa en la mano – está es una competencia digna

-          ¡Oh! Yosano-sensei ha entrado en la competencia – dijo Dazai sonriente

Ambos mayores bebían mientras el albino salía del lugar, Kyouka había llegado con él – ellos en algún momento se detendrán, mejor ayudemos a Kunikida-san

-          Bien dicho Kyouka-chan – sonrió el albino

La fiesta había sido todo un escándalo, Dazai había retado a la mafia también dejándolos a todos mal pasados, el primero el perder fue Chuuya, y Akutagawa le había llevado a su habitación, si, estaban en medio del océano gracias al atlántico. Mientras Atsushi se encargaba de sus superiores.

Fukuzawa y Mori montaban un reto de no beber teniendo ambos sus copas intactas sobre la mesa, el primero en levantarse perdía, así que Atsushi solo les ignoró, cansado por el traqueteo de los participantes y el hecho de no haber dormido nada después de la misión, se dirigió cansado hasta una de las habitaciones, ¿Por qué le había tocado la última? Era la que dividía a los agentes de los mafiosos. Aún no había entrado, solo toco la perilla y una mano se le unió

-          Jinko ¿Qué haces aquí?

-          Descansar, obvio

-          Esta es mi habitación

-          Estás demente, es mía

-          ¡cállense malditas ratas! – grito Chuuya molesto

-          Entremos – dijo Atsushi con miedo

-          Te sigo – agrego Akutagawa dejando pasar al albino y siguiéndole para cerrar la puerta

-          Chuuya-san da mucho miedo

-          Es muy fuerte pero normalmente solo se descontrola por el alcohol o Dazai-san

-          Bien – suspiro Atsushi – dormiré en el sofá, estoy acostumbrado

-          Me parece bien, los animales van fuera de las camas

-          Idiota... - susurro Atsushi

-          ¿Qué dijiste?

-          ¡Nada! – suspiro el albino – solo tomaré un baño – menciono mientras comenzaba a desatar su corbata

-          Te vez raro de traje

-          Y el tuyo también, aunque Rashoumon te da un gran toque de clase – dijo el albino – es chistoso, porque el negro se usa para los funerales pero estamos celebrando – decía el albino divertido – suena a una boda ¿nos estarán casando? – decía bromista el albino

-          Que tonterías Jinko – menciono Akutagawa mientras tapa su rostro al toser

-          Ya sé, solo estoy un poco cansado – menciono sacándose el traje – bueno, que descanse – dijo entrando al baño

-          Una boda... ¿eh? –miro alrededor - ¿Por qué nos tocó juntos? – pregunto así mismo cuando escucho la regadera, se sonrojo al pesar en el albino en el baño – odio esto – se quejó – pero solo tengo que estar cerca de él por dos días, podré soportarlo – suspiro entrando a la cama

Atsushi estaba en el baño completamente sonrojado mientras se recargaba en la regadera – ¡¿Cómo pude decir algo tan vergonzoso?! – se regañaba a sí mismo – no puedo... si el descubre lo que siento... será mi fin, me matará... aunque no es como si no quisiera matarme ya... - Atsushi se sentía sonrojado, incluso caliente, no dudo en llegar hasta su miembro y masturbarse – Soy... soy de lo peor – se quejaba el albino mientras llevaba una de sus manos a su trasero – ugh... Seguramente el no sería gentil... é-él... - suspiraba el albino. Su baño se alargó ligeramente por sus instintos, no podía evitarlo, quería al mafioso por su forma de llevarlo, aquellas palabras, aquellos regaños, era el único que lo llevaba a su pasado solo para sacarlo de él. Atsushi nunca se había sentido tan atendido o si quiera notado hasta que conoció al mafioso

Termino su baño, se vistió con la ropa que llevaba para dormir y salió, Akutagawa se encontraba dormido, así que suspiro aliviado y se acomodó en el sofá, el albino estaba cansado, así que no tardo nada en dormirse.

A media noche, sintió su cuerpo pesado, más que pesado, estaba... ¿Qué estaba pasándole? Con pesar abrió sus ojos y vio el techo frente a él, si, el techo - ¿Qué? – Pregunto Atsushi y miro a los lados, pudo darse cuenta y apreciar como Rashoumon bajaba su pans con sus hilos y tocaba su piel – es-espera ¿qu-que haces? – pregunto Atsushi sonrojado

-          ¿creías que no iba a escuchar? – dijo el mafioso para después toser estando sentado en la cama, Atsushi había bajado la cabeza para mirarlo

-          ¡L-lo siento! – pidió el albino – prometo no hacer más nada pero

-          Jinko, lo único que hiciste mal... fue no invitarme al baño – hablo el azabache sonrojando al albino

-          ¿e-eh?

-          Comencemos

La noche transcurrió teniendo al albino entre gemidos y embestidas, Atsushi y Akutagawa habían sellado su promesa de muerte de seis meses con besos, caricias y embestías, una y otra seguida por varias rondas, entre descansos y nueva ronda, aquellos dos chicos decidieron seguir el tratado de paz entre la mafia y la agencia de la mejor manera posible, haciendo el amor una y otra vez

La mañana siguiente, Atsushi estaba con la agencia disfrutando del océano, Kyouka le dejo solo por un momento y fue cuando sintió a Rashoumon tomarlo y jalarlo fuera de la vista

-          A-akutagawa – le hablo sonrojado – no me jales así

-          ¿Por qué no?, no quiero que vean lo que te haré

-          ¿eh? Pero anoche – Akutagawa callo al albino con  otro beso, Atsushi lo acepto y continuo con el mientras tomaba el gorro de la chaqueta de Akutagawa, definitivamente el ambiente tropical le quedaba. Se separaron ligeramente y sonrieron – ahora entiendo por qué no querías que vieran

-          Está noche no te dejaré dormir, así que te sugiero descansar

-          S-si – sonrió el albino – estaré esperándolo

-          Y ni se te ocurra prepararte como anoche

-          N-no me preparaba – se quejó el albino – no pensé que me escucharías en el baño

-          Como sea, déjame a mí – dijo el mafioso yéndose

-          Monopolizador – se quejó Atsushi viéndolo irse y al final sonrió - ¿Qué más da?

La tarde seguía, Fukuzawa y Mori seguían sin levantarse, Dazai y Chuuya habían aprovechado para tomarse una foto con ellos. ¿Qué más podían hacer? El atlántico no volvería hasta el lunes y el fin de semana apenas comenzaba.

-          ¡Atsushi! – grito Kunikida – te recuerdo que deben tener cuidado – dijo viendo a los menores, es decir, Kenji, Kyouka, Atsushi, Naomi y Junichiro, preparándose con los trajes de buceo

-          Si Kunikida-san – respondieron los menores

-          ¿Qué van a hacer? – pregunto Chuuya

-          Hay una superficie para que buceen

-          ¡Quiero intentarlo! – grito Chuuya uniéndose a los menores

-          Hey Dazai – hablo Kunikida molesto

-          Estarán bien, Chuuya no es una amenaza cuando se trata de momentos así

-          Bien – dijo Kunikida y volteo a ver al presidente - ¿Cuánto tiempo estarán allí?

-          Ni idea – suspiro Dazai mirándolos

Los chicos habían bajado a bucear, Chuuya había terminado cuidándolos a todos hasta que un grupo de varios peces comenzaron a seguir a Atsushi, primero parecía divertido pero cuando más animales marinos se juntaron Chuuya tuvo que interponerse.

El escándalo se hizo grande cuando Kyouka y Naomi subieron a superficie y entraron al Atlántico

-          ¡Atsushi-san está siendo perseguido por peces! – gritaron las niñas

-          ¿Dónde están? – pregunto Kunikida ayudándolas a entrar

-          Chuuya-san está ayudándole – hablo Kyouka

-          Mi hermano sigue abajo intentando distraer a los peces

-          ¿Qué pasa con eso? – pregunto Kunikida

Junichiro salió primero y fue directo al barco – una orca persigue a Atsushi – menciono el pelirrojo mientras subía al barco – Chuuya-san está usando su habilidad. –Por fin pudieron ver a Chuuya salir con Atsushi, el pelinaranja subió al albino al barco

-          Rápido – grito Chuuya – una medusa lo llego a picar

-          Yosano-sensei – grito Dazai y Yosano llego al lugar. Chuuya se sorprendió de ver a la mujer cargar al albino y llevárselo, Akutagawa se quedó quieto viendo todo

Muchos estaban preocupados por Atsushi, Yosano había pasado media tarde con él en el consultorio y al salir se veía sorprendida más no tanto, solo era una cara diferente a la que los agentes acostumbran, dedujeron que era cansancio

La noche había llegado y aunque todos esperaban volver a Yokohama, aun no era tiempo, Atsushi se unió a todos por la noche, se encontraba mucho mejor e incluso Chuuya se había acercado para saber su estado, por otro lado mientras tomaba el sol, Rampo vio a la doctora de a la agencia

-          Entonces... ¿descubriste algo raro?

-          Si, - lo miro la doctora  - siempre me descubres

-          ¿Qué tan extraño?

-          Al parecer Atsushi está en celo

-          Imagine que tenía que ver con la persecución de los peces

-          Pero ahora estamos en un atlántico, no veo el caso de preocuparlo, no es como que tuviera sexo o si quiera pareja – Al comentario de Yosano, Rampo se quedó pensante pero justo cuando iba a hablar la chica le invito un batido de dulce, con ello el castaño olvido su conversación

Una semana después del Atlántico, Atsushi se había vuelto lento en sus misiones, aunque Dazai lo asimilaba al hecho de que Kunikida estaba preso, Rampo ausente y todos con mucho trabajo. Atsushi sabía bien que necesitaba descansar bien pero sus pasos lo llevaron al departamento del mafioso, uso la llave que le regaló y se adentró - ¿Jinko? – pregunto confundido el mafioso al verlo

-          Estoy cansado Ryu  - dijo el albino - ¿puedo quedarme contigo?

-          Sabes que si pero... -lo observo – no te vez nada bien

-          Ya sé, todos dicen lo mismo – se quejó acostándose en el mueble junto al mafioso - ¿no crees que vamos muy rápido?

-          No, nuestra vida no puede tener dudas Jinko, o entras o te quedas sin nada

-          Está semana ha sido una locura – dijo el albino para besar al azabache – me alegra que nosotros nos encontráramos en esa habitación

-          Tienes razón... - suspiro el mafioso levantándose – vamos

-          ¿Qué? ¿A dónde? – pregunto el albino viendo como el mafioso se cambiaba

-          Conozco un doctor clandestino, no nos preguntará por nada, solo le interesa el dinero – dijo colocándose unos lentes de sol y una chaqueta con capucha – ni sabrá quien somos

-          ¿para qué?

-          Veamos que tienes – sonrió el azabache

-          A veces eres demasiado protector – se quejó el albino levantándose

-          Y tu muy torpe – dijo dándole una chaqueta – ponte la capucha, no nos pueden ver juntos

-          Claro

En el camino, Akutagawa habia llamado a Hirotsu, era del único que podía confiar, aunque Atsushi estaba nervioso, Hirotsu no pregunto y tampoco hizo por ver en la capucha del albino, realmente era de confianza. El lugar donde el doctor operaba era en los barrios bajos, la gente se veía sucia y desesperada, llego junto al mafioso al consultorio y Hirotsu se quedó afuera vigilando mientras fumaba un cigarro

-          Entonces ¿Qué quieres saber? – preguntó el doctor

-          Me he sentido débil, cansado – decía el albino

-          En verdad débil y tiene unas ojeras del tamaño de una sandía –agrego el mafioso

-          No exageres

-          No exagero

-          Entiendo – hablo el doctor y suspiro – pasa, te revisaré, mueve no tengo el tiempo -  Atsushi fue a su pesar, no podía decir nada, el mafioso hacia eso por él, llego hasta la sala donde el doctor comenzó a revisarlo – bien, tienes que decirme si duele – dijo comenzando a dar leves golpes en tu pecho y abdomen, el albino se quejó en el vientre – mmm... ¿gozas de alguna habilidad?

-          S-sí, me convierto en tigre

-          Ya veo, no creo que sea tu caso, pero solo es porque presentas los síntomas – tomo una prueba de embarazo y se la dio – por favor hazla

-          ¿Qué dice? Soy un hombre

-          Lo sé, pero tu genética no es igual – sonrió el doctor – apresúrate, no tengo todo el tiempo

-          Ya voy – se quejó el albino entrando al baño

Atsushi salio del baño y regreso con Akutagawa, el doctor le pidió la prueba y se quedaron esperando - ¿era necesaria la prueba?

-          Bueno, todo puede pasar en este mundo – dijo el doctor esperando, Akutagawa estaba dudando si era una buena idea la que había propuesto. Pero la sonrisa del doctor le altero, comenzó a escribir en su recetario y se la dio a Akutagawa – debe tomar vitaminas

-          ¿solo eran vitaminas? – pregunto Akutagawa

-          Sí, es lo que toman las futuras mamás, felicidades – sonrió el doctor

-          ¿eh?

-          No puede ser – dijo Akutagawa –no quieras bromear conmigo

-          Podré ser clandestino pero no idiota, tu pareja está embarazada

-          Tonterías – dijo tomando al albino – salgamos de aquí – Atsushi se dejó jalar seguía sin reaccionar, fue cuando Hirotsu los vio salir

-          ¿Qué sucedió? – pregunto el anciano

-          Dice que esta embarazado – hablo molesto el azabache – Hirotsu-san ¿usted qué opina?

-          Podemos disfrazarlo de mujer e ir a una clínica de sangre, allí los resultados dirán todo

-          Ja... - dijo el mafioso burlón pero la idea vino a él – cierto, dirá si realmente tiene algo malo, vamos Jinko –continuo jalando al menor en toda su travesía. Atsushi seguía impactado, sin hablar.

Akutagawa no solo lo disfrazo, lo llevo a la clínica, el mafioso no podía creer lo que le decían, una y otra clínica era lo mismo... "Felicidades" retumbaba en su cabeza hasta llegar a su casa donde Hirotsu les acompaño, Atsushi seguía sin habla

-          Hirotsu-san... ¿podrías mantener el secreto?

-          Por supuesto – suspiro el mayor – me gustaría ayudarlos

-          Gracias... buena noche

-          Descansen

Akutagawa y Atsushi se habían quedado sin palabras, incluso se habían ido a dormir pero, bueno solo a acostar pues ninguno de los dos podía dormir, ninguno podía con lo que habían escuchado de tantos doctores, Atsushi apenas y se quitaba la peluca que el mafioso le puso y se soltó a llorar, Akutagawa de momento se fastidio pero opto por acercársele y abrazarlo – todo estará bien... Yo me haré cargo de todo... Yo los protegeré








¡Hola a todos! espero que les guste esté nuevo fanfic, de una vida de ocultar un embarazo... ¿se podrá? Una vez más comienzo un nuevo pedido.

¡Gracias por leer!

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