—¡Sae! —Rin llamó al mayor mientras seguía jugando con su juguete, lanzando agua jabonosa por todos lados con ayuda del caballito de mar.

—Un momento... —Sae murmuró agotado mientras terminaba de enjuagarse lo que le quedaba de jabón y shampoo con ayuda de la ducha, en cuanto terminó, quitó el tapón de la tina para dejar ir el agua estancada— Ya es hora de salir.

—¿¡Eh!? ¡No quiedo!

—¿No quieres usar a "búho"?

—¡Búho! —solo después de escuchar eso Rin intentó salir de la ducha por su propia cuenta, siendo detenido por Sae, que se había parado en la tina y ayudó al infante a salir antes de hacer lo mismo— ¿¡Dónde está búho!?

—Ven, aquí está.

Rin se acercó rápidamente al mayor después de que este le enseñará su toalla de cuerpo entero con tema de búho, Sae le coloco la toalla encima a Rin para después ponerse una alrededor de la cintura, antes de que, con ayuda de otra toalla, le secara los pies y piernas a Rin.

—Creo que deje el secador en mi habitación... —Sae pensó en voz alta, al final suspiró a la vez que siguió sacando a Rin, todavía dejándolo usar su toalla aunque ya no estuviera estilando— De acuerdo, allí te seco el cabello, vamos; te secaré el pelo para vestirte y luego te hare el desayuno...

—¡Desauno, quedo ochake*!

—Pensaba hacerte un tamagoyaki, pero vere que hacer... —Sae tomó a Rin de la mano para salir del baño mientras el menor comenzaba a cantar a gritos una canción sobre los búhos; Sae lo ignoró por completo por estar en sus propios pensamientos.

—¡Búhos~ búhos que fotan en el cielo~! —Sae soltó a Rin, para abrir la puerta del baño y dejar salir al infante que comenzó a fingir que era un búho agitando sus brazos— ¡Búhos~-! ¡Mima, días!

Sae se asomo del baño hacía el pasillo después de escuchar a Rin, topándose con su madre, que usaba una bata sobre su pijama y le daba ligeras palmadas en la cabeza a Rin, que sólo se aferró a la mujer abrazando felizmente su pierna .

—Sae... ¿Qué hacen despiertos tan temprano? —la mujer de cabellos castaños rosáceos preguntó a la vez que cubría su boca para bostezar.

—Rin quería ir al baño y faltaba media hora, pensé que mejor nos bañábamos, arreglaba y le hacía desayuno...

—Oh ya veo... yo haré el desayuno, ustedes váyanse a arreglar, no es bueno que los niños tengan tanto tiempo el pelo mojado y más a estas horas —la mujer murmuró mientras alejaba a Rin de ella, el infante solo se dejó, claramente decepcionado, antes de volver con el de cabellos rosáceos, la fémina sólo paso por el lado de Sae.

—Rin quiere ochazuke de desayuno...

—Tu padre quería huevos fritos, veré que hacer —Sae ni había volteado a ver la mujer, solo tomó otra vez la mano de Rin y se lo llevó a su cuarto para terminar de arreglarlo y después arreglarse a sí mismo.

Por suerte, Rin colaboró bastante bien después de que Sae le dejará elegir lo que se iba a poner ese día para ir a la guardería; así que después de vestirlo, rápidamente pasó a sacarle el pelo con el secador de pelo, Rin estaba más centrado en la figura de superhéroe que Sae le entregó que en todo lo demás, así que apenas noto el cálido aire en su cabeza mientras Sae lo peinaba.

—Listo, ve a desayunar y dile a "mima" que yo voy en un rato...

—¡Oki! —Rin obedeció a Sae solamente porque este lo empujó con suavidad fuera del cuarto y el olor a comida le llamaba más la atención.

—¡Mima-! ¡Pipa, días!

—Buenos días Rin, ¿ya estás listo para la guardería tan temprano? —Rin asintió mientras se acercaba al hombre con traje y corbata que estaba sentado en una de las sillas de la isla que había en la cocina, tenía un periódico entre sus manos, al menos hasta que lo dobló y dejó de lado para ayudar al pequeño a sentarse en su silla alta— ¿Cómo dormiste anoche? Escuché que tú y Sae vieron una película durante la cena.

—¡Anbel! ¡Eda una mueca viva! —Rin comenzó a narrarle dentro de lo que pudo a su "pipa" sobre lo que trataba la película que vio anoche con Sae mientras cenaban; el adulto asentía a las palabras del infante a la vez que sonreía, le encantaba ver y escuchar la emoción del pequeño.

—¡Oh, qué increíble se escucha, tal vez deba echarle un vistazo-!

—¿A qué cosa? ¿Tu calvicie o la horrible corbata que usas, papá? —Sae apareció en la cocina justo a tiempo cuando su madre servía el desayuno; el adolescente de ojos esmeraldas y cabellos rosáceos llevaba su uniforme escolar, incluyendo el saco azul marino con borde blanco que venía en su uniforme junto a la corbata de un azul más ligero.

—¡Sae!

—Buenos días a ti también Sae, ¿y tan mal se me ve esta corbata...? —el adulto murmuró un tanto desconcertado tomando su corbata roja con finas rayas blancas para examinarla después del comentario de su primogénito.

—La corbata se te ve bien, ten cariño —la única fémina en toda la escena dejó un plato con un huevo frito, unas tostadas cortadas en triángulo con unos tomates cherry a un lado del mismo frente a su esposo—; ¿café o té?

—Creo que tomaré café...

—¡Yo tanben café!

—Te haré un café de niño bueno... demonios, olvide prepararte la lonchera —Sae murmuró lo último mientras ponía a hervir agua en el hervidor eléctrico.

—Eso deberías hacerlo por la noche, Sae, así no corres por la mañana y desayunas a tiempo con nosotros —nuevamente la mujer dio su opinión mientras servía otros dos platos iguales a los de antes en los lugares que le correspondía a ella y a su primogénito en la isla que usaban de mesa de comedor para el desayuno.

—Tomaré en cuenta tu opinión cuando te la pida, ¿de acuerdo?

Fue todo lo que Sae contestó mientras se movía por la cocina haciéndole la merienda a Rin, el infante solo observaba como Sae corría de un lado a otro, al menos eso hacía hasta que su "mima" le puso un plato con una extraña masa amarilla clara, arrugó el rostro molesto mientras picaba esa rara masa con su cuchara.

—¿Qué es?

—Huevos revueltos, son tu desayuno, Rin-

—¡Yo quiedo ochake! —Rin gritó molesto antes de tomar el plato dispuesto a tirarlo, ninguno de los dos adultos alcanzó a reaccionar antes de que Sae le arrebatará el plato con los huevos a Rin, poco antes de que este lo arojara, en lo que seguía en su berrinche.

—¿Quieres ochazuke dorado, Rin? —el mayor preguntó con calma, llevaba en una mano un bolso rojo con el nombre "Rin Itoshi" escrito y en la otra sostenía el plato; Rin, por su parte, lo ignoró por seguir en su rabieta, ahora porque Sae no le dejó tirar el plato con huevos.

El mayor solo suspiró mientras dejaba el bolso al alcance del infante, una vez éste lo tomó y tiró al piso con fuerza por fin pareció calmarse el tiempo suficiente para hablar con Sae.

—¿Quieres ochazuke dorado? —Sae volvió a preguntar mirando con poco interés al menor, que sólo le asintió todavía un poco molesto.

—No deberías aceptar sus caprichos después de una rabieta, Sae.

—Y, de nuevo, tomaré en cuenta tu opinión cuando te la pida, ¿de acuerdo? —Sae le respondió a su madre, sin siquiera mirarla, a la vez que ponía un poco de sopa del miso de anoche a calentar en el microondas, mientras estaba en eso puso arroz en el plato hondo favorito de Rin, después colocó el huevo revuelto, que el infante intentó lanzar antes, encima del arroz— Además, yo te dije que Rin quería ochazuke, tiene dos años, no sé que estabas esperando al darle lo que no quería.

Sae, por primera vez en toda la mañana, se dirigió a su madre bastante molesto en lo que esperaba la sopa terminará de calentarse, en cuanto eso pasó, la vertió en el arroz con huevo y se lo dio a Rin junto a su cuchara favorita.

—Ten, ahora come.

—¡Si, ochake! —Rin volvió a estar feliz después de que Sae le diera su comida favorita, justo como se lo había pedido antes.

—¿Está delicioso tu "ochazuke dorado"? —el hombre con el traje le preguntó al infante al verlo comer su desayuno con tanto ánimo, mientras tanto su esposa y su primogénito estaban en su usual guerra fría en silencio a la vez que volvían a lo suyo respectivamente, así que él tomaría el papel de vigilar a Rin en el desayuno por ahora.

—¡Si!

—¿Y qué debes decir después de que te den algo delicioso? —el hombre preguntó sonriendo, Rin tardó un momento antes de darse cuenta de lo que su "pipa" hablaba

—¡Gacias! —Rin comió otra cucharada de su desayuno y dirigió su mirada a Sae— ¡Gacias Sae!