Especial: Galletas de Jengibre (I)

—¡Sae, Sae, Sae, Sae, Sae, Sae, Sae, Sae...! —el mencionado suspiró antes de voltear hacía el infante de dos años, que seguía llamándolo insistentemente parado a un lado suyo mientras él estaba recostado en su cama leyendo un manga.

—¿Qué pasa, Rin...?

—¡Sae, Sae, Sae, Sae, Sae, Sae...!

—¡Por un demonio! ¡¿Qué?! —el adolescente le gritó al menor el cual solo calló un segundo antes de poner un rostro confundido— ¿Qué pasa?

—Se me fue... —Sae bufó cansado ante esa respuesta a la vez que se apretaba el puente de la nariz, le estaba comenzando un dolor de cabeza horrible— Ah, me acode.

—De acuerdo... ¿qué pasa, Rin-?

—¿Quién es "Santa Claus" y cómo hace eso? —Sae se enderezó rápidamente para sentarse en la cama después de escuchar esa pregunta por parte de Rin, claramente no la esperaba en lo más mínimo.

—Por-por... ¿Por qué lo preguntas?

—¡Shidou me lo dijo!

—Ese imbécil... —Sae murmuró entre dientes intentando ocultar el nuevo tic en su ojo izquierdo— ¿Qué te dijo Shidou exactamente Rin?

—Me dijo que en Nadidad apadece Santa Claus, un ansano con tajo dojo y una glan baba que fota po el mudo y-y-y... —Rin comenzó a jalarse el pelo intentando acordarse de que más le había dicho Shidou, Sae solo lo dejo ser sin apartar la mirada, más que nada porque pronto se detuvo— ¡Ah! Y va dando los deseos a los niños en sus casas...

—¿... Es todo lo que te dijo?

—¡Si! —Sae sabía que debía ser una mentira, a medias al menos, porque era probable que la pequeña mente de Rin no recordará más— Pedo yo no había odio eso... Po eso, ¿Quién es "Santa Claus"?

—... Santa Claus es... —Sae no sabía exactamente que responder, más que nada porque no sabía cómo podría reaccionar Rin.

Él nunca se creyó el cuento de Santa Claus, de hecho, desde que recordaba, la idea de un viejo barbón vestido completamente de rojo y algodón entrando de quien sabe qué manera a tu casa sin permiso para dejar regalos solo porque sí, le daba repelús, así que en su momento no vio necesario decirle a Rin sobre esa estupidez, en especial porque hace un año, Rin tenía 15 meses y su atención estaba completamente fija en la nieve y después en llorar por el resfriado que agarró en esas fechas; pero ahora estaba bien y le habían hablado sobre Santa Claus.

—¿Es vedad que fota po el mudo?

—Eh...

—¿Cómo le deja deseos a los niños? —Rin siguió insistiendo en sus preguntas mientras miraba al mayor con mucha ilusión, Sae sólo podía intentar sonreír mientras trataba de calmar el tic en su ojo izquierdo y pensar en una respuesta decente para el menor.

—Bueno...

—¿¡Soy de los niños que le dejada su deseo!? —la mirada tan ilusionada e inocente que Rin tenía sobre Sae ante esa pregunta solo causó que el mayor inhalara con fuerza mientras asentía nervioso.

—¡Sí, Santa Claus es un viejo barbón vestido de rojo que viaja por el mundo en la noche de navidad dejándole sus regalos a los niños lindos y buenos... como tú! —Rin pareció emocionarse ante la respuesta tan eufórica de Sae— Él deja los regalos con magia y por eso pareciera que entra a tu casa, viaja por el mundo en su enorme trineo rojo tirado por sus renos y guiados por Rudolph, el reno de la nariz roja.

El rostro emocionado e ilusionado de Rin ante esa ridícula explicación, que sólo sabía por las veces que había escuchado algunas vecinas contárselas a sus propios hijos... justo como él estaba contándosela a Rin, era su mayor debilidad.

—¿Y Santa Claus pasada po acá?

—P-Por supuesto que sí, él pasa por cada casa donde se encuentre un niño bueno, que le haya entregado su carta y el espíritu de la navidad-.

—¿Qué es el espitidu de nadidad? —Sae volvió a inhalar y exhalar con fuerza sin dejar de sonreír al darse cuenta que otra vez se puso la soga al cuello.

—El espíritu de navidad es... cómo se le llama... al espíritu de la gente cuando... se prepara para recibir la navidad...

—¿¡Y aquí temos espitidu de nadidad!?

—Este... sí, algo así... —Sae murmuró dándose cuenta que todo lo que estaba diciendo iba a tener que volverlo realidad más pronto que tarde, en especial después de ver como el rostro de Rin se deformaba en decepción y tristeza después de que entendió que en realidad no había nada de "Espíritu navideño" en su casa— Y eso... ¡es por qué nos estamos preparando para tener el mejor espíritu de navidad!

Y entonces supo que estaba sentenciado, después de esas simples palabras, toda la emoción volvió al rostro de Rin cuando escuchó que estaban preparándose para "tener" espíritu navideño y, por ende, recibir a Santa Claus en su casa para que le dejara sus regalos; toda la conversación concluyó con Rin gritando por la casa su felicidad por recibir a Santa Claus y sus regalos.

—Esta no me va a salir barata... —el adolescente murmuró entre dientes.

La discusión con sus padres para poder cumplir los sueños de Rin no iba a ser nada bonita. 

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Usualmente publico a desfase aquí que en Ao3 (Si, hay más capítulos allá, quieren hacerse a Spoiler? Busquen en mi perfil el link de la historia) pero decidí publicar parte de este capitulo especial en correlación en ambos lados. Se supone es un capitulo más largo, pero como no sé si lo publique a tiempo, iré soltando a partes para no quedarme con las ganas.

Es todo, nos vemos. 

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