1. Prisionera
Cogí una roca que había en el suelo de la celda y empezé a golpear un barrote de la pequeña ventana que había. Mi celda estaba situada en la torre más alta de Gundabad, por lo que podía ver el gran muro y el bosque sin problemas. Después de un rato golpeándolo lo conseguí. Un trozo puntiagudo de barrote. No quería escapar por la ventana, pues aparte de medir menos de un metro, era demasiado alto. No podía escapar, pero ese barrote me serviría para defensarme.
Con la misma piedra lo afilé más de lo que era para que fuese un arma perfecta, perfecta para a atacar.
Hasta que oí un ruido.
Rápidamente me tumbé en la sencilla cama de prisionera que tenía y escondí el arma debajo de mi vestido. Un orco pasó por delante de mi mazmorra y me miró. Yo me hacía la dormida, como siempre.
-Sé que estás despierta.-Dijo el orco.
Yo lo miré.
-¿Qué quieres?-Dije seria.
-¿Puedo entrar?-Dijo mientras entraba.
Yo me levanté y lo miré.
-Ya lo has hecho.-Dije.
-Vaya, eres un poco maleducada, ¿No crees?-Me dijo.
-Y tú fúiste un poco cruel al secuestrarme, ¿No crees?
-Eres una niña valiente, pocas prisioneras me ha hablado con tal valentía.-Dijo el orco.
-¿Qué quieres de mí?-Dije.
Entonces él me miró con una sonrisa maligna.
-¿Sabes cuánto tiempo hace que estás aquí?-Me dijo.
Yo negué.
-¿Cinco años?-Dije.
Él negó.
Cuándo me secuestraron debería tener 14 años humanos y ahora aparentaba unos 17.
-Llevas 14 años en ésta celda.
Yo lo miré.
¿14 años? Era imposible.
-¿Sabes cuántos años tienes?-Dijo.
Yo lo miré.
Los elfos tardábamos más en crecer, además que nunca teníamos una edad fija. Así que no lo sabía.
-Tienes 17 años humanos, ¿Y quieres que te diga una cosa?-Hizo una pausa.-Hoy hace 14 años que te secuestramos.
Si ellos me secuestraron por mi cumpleaños, significaba que hoy lo era.
-Hoy es mi cumpleaños.-Susurré.
-Hoy cumples 18.-Hizo una pausa.-¿Sabes que significa ésto?
-No.-Respondí cortante.
-Qué ya tienes la edad necesaria para reinar.-Me dijo con una sonrisa.
-¿Y de qué me sirve ésto, si estoy secuestrada aquí?-Dije seria.
-¿Nunca te has parado a pensar el motivo por el cuál te suecuestramos?-Hizo una pausa.-Es por ésto, Étaín. Vas a volver al trono, vas a hacer una cerimonia con todos los reyes de la Tierra Media. Y luego habrá un ataque sorpresa.
-Los mataréis a todos y dominaréis la Tierra Media.-Dije temblando de lo horrorizada que estaba.
-Y luego te mataremos.-Dijo el orco.
-Vaya, que bien.-Dije irónicamente.
-Tenemos Erebor conquistado desde hace 8 meses.-Dijo el orco.
-Entonces queréis hacer ver que os derroto yo sola. Luego, como nadie sospechará, los invitaré a todos a mi coronación y los mataréis. Es estúpido, demasiado rebuscado.
-Nos tomais por estúpidos pero somos más inteligentes que la mayoría de vosotros.-Dijo el orco con asco.
-Pero no lo entiendo, ¿Cómo podría vencer a todos los orcos de Erebor?
-Hay una profecía, dice que la última hija de Durin, y la heredera del trono de los enanos acabaría con el gran orco.-Explicó el orco.
-¿Quién es el Gran Orco?
-Un orco, creado de una mutación entre un orco y un istari. Saruman lo creó antes de morir. Salió a la luz.
-¿Y si lo mato a él todos los orcos de Erebor morirán?
-Sí. Sólo tú, la última hija de Durin, podrá hacerlo.
-¿Y Gandalf el Gris?, ¿Y Lady Galadriel? ¿Ellos no podrían acabar con él?-Pregunté.
-Ellos no están aquí, Étaín.
Me contó el descubrimiento del anillo, la compañía, sobre Frodo Bolsón, el sobrino de Bilbo Bolsón, que fue el saqueador que acompañó a mi padre a Erebor, y sobre cómo destruyeron el anillo. Y la partida de los elfos, junto a Gandalf el Gris, ahora Gandalf el Blanco, Lady Galadriel, Frodo Bolsón y Bilbo.
-Hace 8 meses de eso.-Dijo ell orco.-Días después conquistamos Erebor.
-No quiero matar a nadie, ya me habéis bastante reteniéndome aquí por 14 años.-Dije.
-Conseguirás una pequeña venganza si nos ayudas.
-¿Venganza?
-¿Te gustaría matar a Thranduil, el elfo que traicionó a tu padre?
Yo lo miré, si, ansiaba su muerte. Nos había traicionado, y encima había encerrado a mi padre y a la compañía en sus celdas.
-Sí.-Dije.
-Partiremos a Erebor dentro de unos minutos. En Erebor te encontrarás con el Gran Orco.
-De acuerdo.
-Tóma.-Dijo mientras un orco le daba un trozo de ropa. Me lo tiró.-Te
servirá.
Era un vestido.
Entonces iba a irse cuándo lo paré.
-Quiero la espada de mi padre.-Dije.
-¿Cómo sabemos que no nos vas a traicionar?
-Porque vosotros podeis ayudarme a matar a Thranduil.-Dije.
Entonces un orco apareció a la celda y se la dio. Él me la tendió y yo la cogí.
-Cámbiate.
Luego se fueron.
Miré el vestido, estaba decente. También me habían traído unas botas y unos pantalones. Me puse el vestido y vi que me quedaba largo, me llegaba hasta los pies.
Cogí la espada de mi padre, Orcrist, y lo corté a la altura de las rodillas.
-Mucho mejor.-Dije.
Después de unos segundos un orco apareció en la mazmorra y me llevó a la puerta. Ahí habían algunos orcos y el orco con quien había hablado antes.
-Yo soy el orco jefe.-Me dijo mientras lo miraba.-Y no voy a permitir que te escapes.
-¿Entonces saldremos de aquí?
-Sí, para ir a Erebor.
-¿Me dejaréis correr por un prado? Es lo último que quiero hacer antes de morir.
Él me miró.
-Sómos orcos, no tus sirvientes.-Dijo el orco riéndose.
Después de unos segundos un orco apareció en la mazmorra y me llevó a la puerta. Ahí habían algunos orcos y el orco con quien había hablado antes.
-Yo soy el orco jefe.-Me dijo mientras lo miraba.-Y no voy a permitir que te escapes.
-¿Entonces saldremos de aquí?
-Sí, para ir a Erebor.
-¿Me dejaréis correr por un prado? Es lo último que quiero hacer antes de morir.
Él me miró.
-Sómos orcos, no tus sirvientes.-Dijo el orco. Todos se empezaron a reír.
¿Por qué era amigable con ellos? ¿Por qué no les hablaba con desprecio?
-Cállate rata inmunda.-Dije con rábia.
El orco me miró y se calló.
-Abrid las puertas.-Dijo el orco.
Y luego, por primera vez en 14 años, vi el cielo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top