• 7 •
Estaba todo a oscuras en su habitación, despertó de a poco al sentir un ruido lejano ¿era su celular el que sonaba? no lo sabía bien, por que realmente se escuchaba lejano.
Se levantó lentamente, busco el control remoto y encendió la luz de su habitación, observó su reloj de pared.
¿Quién mierda llama a las 2 de la madrugada?
Avanzó hasta salir de su habitación, el ruido había cesado pero a los segundos volvió a sonar. Llegó hasta la sala y ahí vió su teléfono vibrar y encenderse, lo estaban llamando ¿pero quién?
Revisó la pantalla, el número era desconocido, sintió un frío recorrer su espalda, hace un par de años que había dejado de recibir las misteriosas llamadas a la madrugada. Aún así decidió contestar.
—¿Sí? —dijo con voz temblorosa. Los recuerdos se agolpaban en su cabeza, unos tras otros.
—H-hyung...
Seokjin cerró los ojos y suspiró aliviado, había reconocido esa voz.
—¿Yoongi?
—Hyung... yo realmente estoy muy ebrio —Yoongi rió al otro lado de la línea —¿ya te fuiste?
—No, aún estoy aquí. Mañana sale mi vuelo.
—Oh.
—¿Te pasó algo?
—La verdad es que encontré... encontré ese papel o como sea que se llame...
—¿Mi tarjeta?
—Eso... muy bonita por cierto...
Seokjin sonrió y caminó de vuelta a su habitación y se acostó en su cama con el celular en su oreja en todo momento.
—Muy pocas personas tienen esa tarjeta Yoongi, deberías romperla... si mi mánager se enterara que te la entregué me mataría.
—¿Por qué lo hiciste?
—No lo sé, me pareces una persona confiable...
—Yo he sido una mierda contigo...
—No tanto... he tenido peores experiencias creeme.
Yoongi bufó pero parecía pensar mientras estaba en silencio.
—Creo... que me caes bien Hyung... gracias por lo de hobi —Yoongi tomó aire —de verdad que le salvaste el culo a ese idiota... su hermana lo iba a matar.
—No fue nada...ahora dime... ¿estás en tú casa?
—No, estoy donde Hobi ¿por qué?
—Nada, solo me preocupa que salgas borracho por ahí.
—¿Te preocupa?
—Osea... si me llamas a esta hora me preocupa, no lo sé... —Seokjin se removió incómodo en su cama.
—Es tarde... tienes razón... yo te llamaba para otra cosa... pero creo que lo olvidé... gracias y eso... buen viaje Hyung.
—La oferta sigue en pie... —lo dijo sin pensar pero debía decirlo antes que Yoongi cortara la llamada.
—¿Qué?
—Que todavía puedes venir conmigo a Nueva York... sé que el profesor Lee enfermó... sabes olvídalo... no sé que estoy diciendo.
—Quiero ir.
Seokjin se sorprendió pero Yoongi estaba borracho, lo más probable que olvidaría todo en la mañana.
—¿En serio?, ahora no estás con todos tus sentidos...
—Quiero ir Hyung, pero nunca he viajado en avión.
—Envíame tú dirección en un mensaje y te paso a buscar... a las 3 de la tarde sale el vuelo.
—Bien, estaré en mi casa... te envío la dirección y ¿qué debo llevar?
¿Dios, realmente él va a viajar conmigo?
—Una maleta o bolso pequeño... solo eso, ¿tienes pasaporte?
—Uhm... no.
—Claro, lo imaginé, no importa ya lo arreglaremos.
—Eso es muy de mafioso Hyung.
—Estoy confiando demasiado en tí Yoongi...
—Lo sé... yo no diré nada. Sigue confiando en mí.
Seokjin negó con su cabeza, Namjoon lo iba a matar. Pero nada le hacía pensar en que estaba haciendo algo incorrecto.
—Mañana a las 1 paso por tí. Espero que no te arrepientas.
—No lo haré... ahora creo que debo dormir un poco.
—Yo también... buenas noches Yoongi... nos vamos mañana.
—Nos vemos Hyung.
La llamada terminó y el pelinegro se encontró sonriendo. Volvió a tomar su teléfono, alguien contestó al otro lado de la línea.
—Jefe...
—Necesito un pasaporte para mañana.
—Nombre...
—Min Yoongi.
La persona parecía teclear y Seokjin esperaba impaciente.
La persona al otro lado de la línea silbó.
—Bastante guapo...
—No te pases Ahin ... ¿puedes tenerlo para mañana al medio día?
—Claro que sí, ¿mantengo la foto que encontré?
—¿Tiene el cabello azul?
—Más bien menta... realmente es atractivo.
—Si esa esta bien, cambió el color de su cabello hace poco...
—Bien, bastante joven... 22 años... ¿nuevo capricho jefe?
—Lee Ahin, ¿te pago para conversar?
—No señor.
—Entonces haz tu trabajo...no me hagas despedirte maldita sea...
—Mi boca está cerrada señor.
—Bien, para mañana lo necesito. Me avisas si tienes algún problema.
—Bien jefe. Buenas noches.
Seokjin se maldijo, gritó en la soledad de su mansión.
¿Por qué estaba llegando tan lejos por Yoongi?
Había prometido no usar nunca más a su hacker estrella. No debía meterse en problemas.
¿Qué estás haciendo Kim Seokjin?
Dejó su celular sobre su mesa de noche y buscó en control remoto con el cuál apagaba y encendía las luces y que también hacía un millón de funciones más pero que el pelinegro no tenía tiempo de descubrir.
Se acomodó en su cama y en la oscuridad de su habitación cerró los ojos, si algo salía mal ya tendría tiempo de arrepentirse después.
De todas formas no sería la primera vez que se arriesgaba por una persona que no conocía en lo más mínimo.
Y había sufrido tanto en el pasado.
Seokjin era un hombre apasionado,
se entregaba al amor fácilmente, su personalidad tan dócil había ayudado en el pasado a perdonar infidelidades, celos y hasta golpes. Las personas le hacían daño fácilmente pero él se negaba a cambiar su forma de ser.
Su psiquiatra siempre le decía que el problema lo tenían las demás personas, no él.
Y él quería creer que era así.
Sus pensamientos viajaron rápidamente a su última pareja, si es que así podría decirse que lo que tuvo con Taehyung había sido una relación. Seokjin creía que sí. Todo el tiempo que estuvieron juntos el pelinegro lo había amado intensamente, con locura y había sido realmente feliz y quizás por esa razón le había dolido tanto cuando Taehyung decidió dejarlo. Sin una última conversación, solo una pequeña carta que Seokjin guardaba como un tesoro y que cuando la pena volvía a su corazón la leía una y otra vez tratando de encontrar las respuestas que tanto necesitaba.
Y volver a verlo en el hospital lo había dejado completamente perdido. Seguía tan atractivo como siempre y le dolió su indiferencia, ni siquiera lo había mirado.
El pelinegro revisó la hora en su celular, ya eran las 3 y media de la madrugada. Suspiró molesto, odiaba cuando Taehyung volvía a joderle la vida una vez más.
Volvió a tomar su teléfono.
—Diga.
—Quiero saber algo...
—Soy toda oídos.
—Park Taehyung...
Ahin suspiró y buscó en su computador.
—Jefe...
—Hazlo... solo hazlo ¿si?
—Park hijo de perra Taehyung...
—Ahin por favor...
—Lo siento jefe es que ver sus jodidas fotos me hacen odiarlo más que antes. Pero como soy toda una profesional lo haré... bien, volvió hace unas semanas a Seúl. Hizo su especialidad en Alemania, trabaja en el Centro Médico Asan y es especialista en medicina de emergencia, medicina del trauma, medicina de emergencia cardiovascular y mucho más... ¿jefe?
—Te escucho.
—Bien... soltero, dos perros y actualmente vive con su hermano que estudia en su misma Universidad... se llama Park Jimin.
—No lo conozco...
—Necesita algo más... ¿no me va a pedir que investigue a su acompañante de mañana?
—No es necesario.
—Vaya...
—Eso es todo Ahin, gracias... ¿cómo va el pasaporte?
—Todo bien, está casi listo.
—Bien. Ahora si buenas noches.
—Espero que ahora si pueda dormir jefe.
Y él también esperaba lo mismo.
Cortó la llamada y volvió a cerrar los ojos y esta vez sí se quedó dormido.
• • •
Su despertador sonó y él solo había dormido unas cuantas horas, no importaba realmente. Su cabeza dolía un poco, había pensado que después de tantas cervezas tendría un resaca mucho más grande.
Se levantó y fue directo a ducharse y cambiarse de ropa. Buscó un bolso pequeño y metió unas cuantas mudas de ropa, sus documentos, cargador portátil, ropa interior y su perfume.
Salió de su habitación y fue donde su madre que seguramente a esa hora estaría durmiendo después de su turno de noche.
Entró en silencio y se sentó al borde de la cama.
—Mamá —la movió despacio. La mujer abrió un ojo.
—¿Qué pasó?
Su madre se sentó en la cama asustada. Yoongi jamás la despertaba después de tener el turno de la noche en el hospital.
—Mamá, mira sé que es repentino pero... me invitaron a un viaje....
—¿Quién?
—Es un compañero de clases... Kim Seokjin se llama.
—¡Que!
Yoongi se levantó de la cama y caminó hacia la ventana, era una locura, él lo sabía. Haber aceptado el viaje mientras estaba ebrio había sido una irresponsabilidad, pero ya había aceptado y él quería ir.
Quizás era por que había empezado mal con el cantante.
O por que Seokjin era jodidamente guapo e interesante.
No lo sabía pero tenía demasiadas ganas de averiguarlo.
—Eso... él me invitó hace unos días. Tenemos que hacer una pista y él se va presentar en Estados Unidos y no podemos hacerlo en otra fecha —decidió mentir por que la cara de su madre estaba completamente desfigurada.
—Kim Seokjin ¿el cantante?
—Ajá.
—¡No puede ser Yoongi!
—¿Por qué hacen tanto alboroto?, Hobi también reaccionó así...
—¿Y tú quieres ir?
—Sí.
—Bien, déjame pensar... ¿de verdad quieres ir?
—Sí, claro.
Su madre observó a su hijo un momento, no se había dado cuenta que se había puesto su ropa favorita y que había peinado su cabello. Realmente el color rojo le quedaba bien. Yoongi jamás había viajado en avión y no tenía muchos amigos, ella solo conocía a Hoseok y Dahyun. Su hijo la miraba con sus ojos llenos de ilusión, de pronto ante ella tenía a un niño pequeño y no a su hijo de 22 años. Yoongi era un hombre bastante responsable e inteligente, ella confiaba en su criterio y si había decidido viajar con ese chico era por algo ¿no?
—Si quieres ir tienes mi apoyo...
—Genial.
—Pero quiero hablar con él ¿viene por tí?
—A las 1 me dijo.
—¿Y por qué te levantaste tan temprano Min Yoongi?
El peliazul se encogió de hombros.
—¡Son las 10 de la mañana!
—Debo tomar desayuno, cuando llegue te despierto.
—Bien, ahora ¡dejame dormir!
Yoongi salió sonriendo de la habitación de su madre.
Cuando llegó a la cocina y puso la tetera en el fuego su celular sonó.
Era Seokjin.
Tomó aire y contestó.
—Hola.
—Hola Yoongi... quería saber si... ¿estás listo?
—Lo estoy...
—Bien... a las 1 estaré ahí.
—Mi madre... —Yoongi sintió vergüenza por lo que diría a continuación —quiere conocerte... tú sabes cosas de mamá.
—Claro... ¿entonces debo pasar a hablar con ella?
—Si puedes...
—Lo haré... nos vemos Yoongi.
El peliazul no contestó y cortó la llamada, su corazón latiendo demasiado rápido. Sintió su estómago doler.
—Mierda, no se supone que me deberia sentir así.
Se sentó en el comedor para tomar un poco de café. Revisó sus mensajes, miraba la hora cada cinco minutos. Realmente estaba nervioso, pero no quería indagar más en aquel sentimiento. Asi pasaron las primeras horas de la mañana.
Un golpe en la puerta lo sacó de sus pensamientos revisó la hora en su teléfono, eran las 12 del día. No era hora para que Seokjin llegara. De todas formas llegó a la puerta y la abrió.
—¿Hyung?
—¿Qué le hiciste a Jimin?
—¿Qué?
—No te hagas el idiota Yoongi, mi hermano... Jimin está en el hospital.
Yoongi palideció.
—Yo no le hice nada, solo hablamos.
—Yoongi anoche Jimin llegó tan ebrio a la casa y tomó unas pastillas que yo tenía y ahora está en el hospital con una sobredosis... mi primo me dijo que ustedes estuvieron juntos... mira Yoongi, yo a tí siempre te he apreciado y te respeto, pero si me entero que le hiciste algo a Jimin lo vas a lamentar.
—No deberías estar amenazando así a las personas Taehyung.
Ambos miraron a Seokjin que estaba parado en el antejardín con sus manos en los bolsillos de su pantalón.
Yoongi se sonrojó pero mantuvo la mirada hacía el mayor.
—¿Ustedes se conocen?
Taehyung parecía como si hubiese visto un fantasma. Volvió a dirigirse a Yoongi
—Ya sabes.
Yoongi sacó la voz, quizás por que Seokjin estaba ahí y no quería quedar como un niño delante de él.
—Yo no le hice nada, él quería que lo follara y me negué, si soy culpable es por eso... no lo toqué.
Taehyung negó con su cabeza.
—¿Es por él?
—No tengo por que hablar de eso contigo Hyung.
Taehyung se giró y se dirigió a Seokjin dejando a Yoongi de lado.
—Así que ahora te gustan los niños... no lo sabía.
—No te metas conmigo Taehyung, tú menos que nadie.
—Tranquilo... los dejo para que hagan la mierda que quieran.
Taehyung pasó por el lado de Seokjin y lo empujó levemente al pasar.
El pelinegro observó a Yoongi que lo miraba con el ceño fruncido.
—Lo siento, llegué antes.
—Así veo.
Yoongi y Seokjin entraron a la casa.
Sin duda el viaje seria mucho más interesante de los que ellos habían pensado en un momento.
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