• 6 •
—Llegas tarde Seokjin.
—Lo siento Nam, estaba en el Asan.
—¿Qué hacías tú ahí?
—Llevé a un chico de la Universidad que se golpeó la cabeza.
—¿Jungkook te acompañó?
—Si, pero no le quedó opción.
Namjoon suspiró, Seokjin estaba empezando a hacer las cosas por su cuenta. Y eso no era para nada bueno.
—Entonces —Namjoon se dirigió al menor para cambiar el tema —¿no debes hacer la pista que te habían pedido? —el mánager preguntó curioso por la actitud del pelinegro.
—No, el profesor enfermó y lo suspendieron.
—No te ves muy contento.
—Quería hacerla —se encogió de hombros.
Pero lo que en realidad quería era conocer más a Yoongi. Y eso solo pasaría cuando el menor dejara de comportarse como un idiota todo el tiempo.
—Está todo listo para tu viaje, yo viajare en unas horas con el staff y tú mañana en la tarde con Jungkook y el resto de la seguridad que la empresa buscó para tí. —Namjoon lo interrumpió cuando vió que seokjin se perdía en sus pensamientos nuevamente.
El pelinegro asintió y revisó la camisa que tenía en sus manos.
—Me voy a llevar esta.
Namjoon observó la prenda.
—Pero es negra Seokjin.
—Me gusta, quisiera usarla.
—Tú sabes que la compañia prefiere que uses colores más vivos... ¿porqué no te llevas la celeste?
—No lo sé, no es un color que me guste mucho.
En realidad Seokjin quería llevarse la camisa rosa que había visto hace semanas, pero su compañia no lo dejaba usar ese tipo de colores.
Y a él realmente le gustaba el color rosa.
—Lleva la celeste y la negra, pero para tus presentaciones o cuando te vea la prensa debes usar los colores que te piden. Tú sabes eso Seokjin.
—Llevaré la celeste.
Namjoon puso los ojos en blanco, Seokjin era demasiado complicado algunas veces.
—No te molestes.
—No lo hago, solo que me jode que no me dejen usar la ropa que yo quiero. Estoy harto de que todo el tiempo me digan que hacer.
—Pero este es tu trabajo, siempre ha sido así.
—Lo sé, solo quisiera alguna vez hacer algo por mi mismo, elegir o tomar alguna decisión. Siempre lo hacen por mi y realmente me gustaría pensar de vez en cuando.
—No seas inmaduro, este negocio es así y ya deberías estar acostumbrado. No lo hagas más difícil.
El pelinegro sentía tanta rabia, se sentía como un niño. Y claro que él debía estar acostumbrado a que le manejen la vida, pero muchas veces él quería decidir en algo tan mínimo, Seokjin quería vestirse como el quisiera, quería vivir en un departamento y no en una enorme casa que a veces se perdía por lo grande que era. Tener animales, lo que se que sea que no lo hiciera sentir tan solo y vacío.
Seokjin eligió sin ánimo, un par de camisas celestes y blancas. Se las entregó a Namjoon y salió de la lujosa tienda.
Afuera lo esperaba su chofer. Se subió y le pidió que lo llevara donde la única persona que le daba un poco de normalidad a su vida.
—Señor lo llevo a su hogar.
¿Hogar?, Seokjin quería reírse, no podía llamar al lugar en donde vivía un hogar.
—Llévame donde mi hermano por favor.
El chofer dudó un segundo, pero rápidamente encendió el motor y avanzó por las atestadas calles de Seúl.
Minutos más tarde el chofer se estaba estacionando frente a la casa de los padres y hermanos de su jefe.
—¿Lo espero señor?
—No, volveré en taxi. No le digas a nadie que estoy aquí.
—Señor, usted no puede andar en taxi solo...
—Entonces ven a buscarme a las 10.
—Bien, señor —suspiró aliviado, su puesto estaba en riesgo pero ayudaría a su jefe. Aún cuando las instrucciones eran otras.
Seokjin se bajó del auto y caminó por el pasillo de flores que había en el antejardín de la propiedad. Sonrió al ver sus sus flores favoritas plantadas al lado de la pequeña escalera.
Subió y tocó la puerta. Esperó a que le abrieran y se dió cuenta que no había comprado nada para llevar.
Se abrió la puerta y su hermano se abalanzó a sus brazos.
—¡Jinnie!
Mingyu lo tomó del brazo y lo entró a la casa.
—¿Los papás están?
—No, salieron a comprar y llegaran tarde, ¿por qué no dijiste que venias bro?
—Solo quería desconectarme un rato.
—Eres más que bienvenido ¿quieres una cerveza?
Seokjin asintió y los dos caminaron hacía la cocina.
—¿Cómo van las clases?
—Bien, no me quejo, aunque el
idioma no es lo mío... ¿y tú?
—Yo bien... mañana me voy de viaje a Nueva York.
—Me hubiese gustado viajar contigo Hyung.
—No te preocupes voy por unos cuantos días... cuando haga mi gira mundial me gustaría que vayan conmigo.
—Me anoto encantado, no se si Jisoo podría... los turnos en el hospital no son una broma.
—Trabaja demasiado... yo le dije que le podría comprar una clínica, pero ella no quiere...
—Pero Jinnie —Mingyu se rió —ella quiere ganar experiencia, quiere hacer lo que hacen los médicos. Turnos de 24 horas, tener pacientes que vayan con ella mes a mes etc.
—Lo sé... lo importante que está haciendo lo que ama, aunque no tenga tiempo para verme.
—Ni yo la veo y eso que vivimos en la misma casa.
Seokjin se carcajeó.
—Tengo hambre.
—No hay nada que te guste hermano, por eso los papás fueron al supermercado. Mamá quería tener tus postres y tu carne favorita por si venias ¿quieres que los llame para que se apresuren?
—No, déjalos que compren, quizás todavía este acá cuando lleguen.
—Como digas Hyung.
—Vamos a comprar entonces... hace meses que no pruebo el pan casero de la vecina.
—Pasaremos a comprar otras
cervezas también, estas no me gustan. El papá siempre las compra por que son muy amargas.
—Bueno. Lo que digas.
Salieron de la casa y caminaron por la vereda, ese barrio era el mismo en donde Seokjin se había criado. Conocía a todos sus vecinos, ese lugar le traía hermosos recuerdos.
—¿Pasó algo Hyung?
Seokjin podía fingir delante de muchos personas, pero nunca podía hacerlo frente a su hermano menor.
—Estoy aburrido de esta vida que llevo. Necesito un respiro o me voy a volver loco.
—No se que decirte Hyung, tú eres el único que sabe que hacer con su vida.
—Quisiera no tener tantas responsabilidades, no es que no me guste mi carrera. Amo lo que hago, lo que no me gusta es que me obliguen a hacer cosas que no quiero.
—Jinnie, no deberías aceptarlo, estuvo bien cuando debutaste hace 7 años, pero ahora eres un adulto, deberías hacerte escuchar y yo no creo que la empresa tenga la culpa de todo.
—¿A qué te refieres?
—A Namjoon Hyung.
—¿Qué tiene que ver él?
Mingyu suspiró.
—Él te dice que hacer y que no en nombre de la empresa... a veces lo siento como si mandara en tu vida... cuando han venido de visita te restringe todo, dime... ¿él sabe que estás acá?
—No.
—A eso me refiero, no deberías mentir para venir a ver a tu familia Jinnie.
—No mentí, solo no le dije que vendría. Tú sabes que me cuidan el doble después de lo que pasó.
—Eso lo entiendo perfectamente, nosotros también nos preocupamos por tí, pero no puedes vivir escondido. Vives casi en un castillo Jinnie, no tienes amigos a los que visitar... ni siquiera tienes una pareja en la cual apoyarte. Es como si vivieras en una burbuja.
—No es tan así...
—Yo solo digo lo que veo bro. Nosotros te amamos y queremos tu felicidad por sobre todas las cosas... pero debes darte cuenta que no todas las personas son buenas.
—Mierda, ¿cuando creciste tanto mocoso?
Mingyu se rió y abrió la puerta del local de comidas que quedaba a unas calles de su casa.
Compraron pan casero y unas galletas de chocolate que Jisoo amaba con locura. Pasaron al mini market a comprar las cervezas que sí eran del gusto de Mingyu y Seokjin. Volvieron a la casa cargados de bolsas.
Al llegar vieron que el auto de sus padres estaba estacionado en la entrada.
Seokjin entró directo a la cocina que era de donde se escuchaban las voces de ellos.
—¡Seokjin!
Su madre corrió a abrazarlo y besarlo por toda su cara, sus ojos se llenaron de lágrimas al ver a su hijo nuevamente.
—Mamá no llores...
—Hijo hace meses que no te veíamo.
—Lo siento... he tenido mucho trabajo y la Universidad consume mi tiempo libre... prometo venir más seguido.
—Más te vale sino te sacaré de la herencia —su padre se acercó a abrazarlo y darle un beso en la frente —Bienvenido a tu casa hijo.
—Gracias papá.
—Y tú traidor, ¿como es que no avisas que tú hermano estaba en casa? —su madre se acercó a Mingyu que miraba la escena feliz.
—Llamaré a Jisoo para que se apure y no pase al gimnasio —su padre se alejó por el pasillo con su teléfono en la mano.
—¿Hasta que hora te quedas hijo?
—A las 10 vienen por mí... pero podría quedarme hasta las 12...
—Bien, eso me da tiempo para cocinar... quédate a cenar... como en los viejos tiempos.
—Sí Hyung, debes extrañar la comida de la mejor chef de Corea.
—Sí, me quedaré, le avisaré a mi chofer ¿si?
Su madre asintió y lo miró con cariño hasta que este salió de la cocina.
—¿Le pasó algo? —la señora Kim preguntó preocupada a su hijo menor.
—Creo que se siente solo... pero no le digas nada... aprovechemos que lo tenemos en casa.
—Si hijo... espero que tu hermana venga a cenar. Se va a enojar si no le avisan que Seokjinnie está aquí.
• • •
Los minutos pasaron y se escuchó la puerta principal.
—¡Llegué! —Jisoo dejó su llave en la mesita al lado de la puerta. No se escuchaban ruidos en la casa. Había llegado rápido después de la llamada que su padre le había hecho.
Seokjin estaba escondido en la cocina y cuando su hermana entró la asustó.
—¡Jinnieeee!, me asustaste —Jisoo se acercó a su hermano y lo abrazó un largo rato. Hace tanto que no veía a su hermano y no se había dado cuenta lo mucho que lo había extrañado.
—¿Cómo estás, que tal el hospital?
—Todo perfecto hermanito y tú, ¿te gustó tú Universidad?
—Si, bastante. Los primeros días fueron caóticos pero ya después de este receso espero que las cosas se calmen.
—Los fans ¿eh?
—Si bueno hay de todo...
—A ver hermanito mirame... —Jisoo entrecerró sus pequeños ojos —¿conociste a alguien?
—¿Qué?
—Tienes esa cara Jinnie te conozco...
—Jisoo por favor, esta es la cara que tengo siempre, que por cierto cada día se ve más hermosa.
Ambos rieron y salieron de la cocina cuando escucharon a sus padres acercarse.
Cenaron como en los viejos tiempos. Todos los Kim reunidos conversando y riendo. Seokjin se sintió cómodo y la soledad que siempre sentía, al lado de su familia se esfumaba como si no existiera.
Después de terminada la cena todos se levantaron y los dos hermanos mayores salieron a caminar por el jardín.
—¿Todavía fumas Jisoo?
—He tratado de dejarlo pero me es imposible, pensé que después de terminar la Universidad se me pasarían las ganas.
—Bueno mientras no estés pasada a cigarrillo atendiendo a tus niños...
—¡No! en el hospital no fumo nada de nada.
—Jisoo... ¿tú crees que yo he cambiado mucho estos años?
—¿En que sentido?
—Mi personalidad...
—Para nada, lo que sí puedo decir es que estás más alejado de nosotros... entendemos tu carrera hermanito, pero los papás sufren mucho tu ausencia.
—De verdad que quisiera venir más seguido, pero siempre tengo tantas cosas que hacer... estoy pensando en tomarme un descanso. Unos meses... no lo sé... en la Universidad hay chicos geniales y me gustaría poder conocerlos... no sé.
—Me gustaría que te tomaras un tiempo para tí y para descansar... quédate con la Universidad aunque a tí se te hace fácil.
—¿Tú también crees que por que trabajo con productores tengo la carrera asegurada?
—¿Qué dices?, jamás pensaría eso de tí... lo decía por que estás en la industria... ¿quién te dijo eso?
Seokjin negó con su cabeza.
—Nadie que importe en realidad.
—¿Estás seguro? puedes confiar en mí...
—Es un chico de la clase y es realmente molesto, tiene esa actitud de chico malo y es un mocoso irrespetuoso... me odia —Seokjin sonrió —creo que nos caemos mal, no se.
—Vaya...
—¿Qué?
—Nada, solo que es raro que hables así de alguien, tú eres la persona más dulce del mundo Jinnie... cuentame más de él ¿cómo es?
Esa pregunta tomó por sorpresa al pelinegro. Hasta el momento él no se había detenido a observar realmente a Yoongi, sólo había analizado su actitud.
O eso era lo que él pensaba.
—Es... como decirlo... ¿misterioso?, si creo que esa definición es la que mejor le queda, tiene esa facilidad para cambiar el color de su cabello y los colores le quedan genial, viste la mayoría de las veces de negro con blanco, sus ojos son parecidos a los de un gato, su boca...
—Hermanito...
El pelinegro miró a su hermana quien le sonreía.
—¿Qué?
—¿Te gusta?
—¡Como se te ocurre, ni siquiera lo conozco Jisoo!
—Calmate Kim... es que la forma en como lo describes... bueno no me hagas caso... ¿es guapo?
—No te diré más.
—Dime Seokjinnie, sino le diré a mamá que tienes novio...
—¡Kim Jisoo no serias capaz!
—Pruebame hermanito.
—Odio que seas mi hermana mayor...
—Mentira, me amas y me vas a contar sobre ese chico misterioso.
—Vale... a ver... lo invité a viajar conmigo a Nueva York... me dijo que no y cada dos segundos me dice idiota... no lo sé, es atractivo. Su piel se ve demasiado suave y blanca, sus labios son delgados pero su labio inferior es más grueso y quizás tenga forma de corazón... no lo sé realmente. No lo he visto muy bien.
Jisoo se carcajeó divertida.
—Es un gran análisis para alguien que no se ha fijado en su aspecto físico.
Seokjin se quedó serio.
—Él me trata diferente al resto, desde el día uno me hizo sentir incómodo, como si mi presencia le molestara.
—Por eso te gusta...
—¡No me gusta!
—Bueno, no te enojes... es divertida tu reacción.
—Claro ríete de tu pobre hermano que tiene pésima suerte en el amor.
—Ya, tranquilo...
—Ví a Taehyung hoy.
—¡Viste al innombrable!, ¿dónde?
—En el Asan.
—Olvidé comentarle que había vuelto.
—¿Tú sabias?
—Sí Jinnie, tuvimos una especie de encuentro entre los nuevos médicos que llegamos a los distintos hospitales en Corea y ahí lo ví. Estuve tan ocupada que olvidé decirte... lo siento.
—Esta bien... él ni siquiera fue capaz de decirme por que se marchó... en fin, no quiero pensar en él.
—Lo sé, no te amargues por personas que no valen la pena.
Seokjin asintió y su hermana depositó un beso en su frente.
—Me voy a despedir de los papás, mañana tengo que viajar y debo dormir... me espera un largo vuelo.
—Vamos.
Seokjin se despidió de sus padres y sus hermanos. Jisoo salió a dejarlo al automóvil que lo esperaba.
—Jisoo, no le digas nada a la mamá de lo que hablamos... sobre todo lo de Taehyung.
—No te preocupes Jinnie, no diré nada. Cuídate mucho en tu viaje y llama más seguido ¿si?
—Lo haré...
—¿Jinnie?
Seokjin miró a su hermana.
—Si tienes una buena corazonada con ese chico de pelo de colores... Insiste con él, quizás no te odia como tu crees. Trata de conocerlo.
Seokjin no respondió pero sí le dió un fuerte abrazo a su hermana mayor.
Se despidió desde el automóvil.
Esperaba visitar a sus padres más seguido.
Lo empezaría a hacer.
Empezaría a pensar y a hacer las cosas por si mismo.
• • •
Este capítulo está dividido en dos partes.
Gracias a todas las personas que leen esto 😍
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