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Yoongi cortó la llamada y su corazón casi se sale de su pecho.

¿Y si era una broma?

Pero luego meditó. La persona que lo llamó tenía su número, eso solo podía salir del teléfono de Seokjin... Aunque, y si sus sospechas eran ciertas Namjoon podía fácilmente encontrar su teléfono.

¿Pero y si no era así?

Y si realmente alguien sabía del paradero de Seokjin y quería ayudarlo.

No sabía qué hacer, a quien acudir.

¿Debía llamar a la policía?

Todo era tan confuso.

Caminó hacía el automóvil de su madre y se sentó en el asiento, apretó el volante hasta que sus nudillos se pusieron blancos.

Pasaron unos treinta minutos y Yoongi seguía ahí mismo con el celular en la mano listo para lo que sea que pudiera pasar.

Y entonces llegó un mensaje.

—Hospital universitario Incheon.

Comenzó a sudar, serían unos treinta minutos de conducción. No sabía si avisar a Mingyu o a otra persona.

Respiró profundamente y encendió el motor.

Decidió que iría solo. No quería alertar a la familia por si era algo falso, había estado hablando con Dahyun y está le había contado el estado de la familia.

Se estaban desmoronando.

Incluso él mismo se sentía al borde de la desesperación. Yoongi sabía y tenía bastante claro que ellos ya no estaban juntos, pero él lo amaba todavía, a pesar de todas las palabras dichas y todo lo que había pasado últimamente.

Yoongi tomó la carretera principal para llegar lo antes posible al hospital en Incheon.

——

Namjoon condujo hasta el hospital universitario, habían demasiadas personas en la entrada donde él pensaba dejar a Seokjin. Tampoco podía entrar a dejarlo.

No, eso sería delatarse solo.

Divisó las calles aledañas al hospital, se veían menos concurridas, pero aún así era demasiado peligroso dejarlo tirado ahí.

—Lo vamos a dejar aquí —Namjoon observó el lugar, habían unas cuantas personas pasando por ahí, esperó a que pasaran unos estudiantes y ordenó a su compañero deshacerse del cantante.

—¿Quieres que lo empuje?

—Si. Hazlo.

Mark pidió perdón en silencio por lo que iba a hacer, abrió la puerta y empujó con sus pies el cuerpo de Seokjin. El cantante cayó al suelo, su cabeza chocó con el pavimento.

Namjoon observó por su espejo lateral, Seokjin quedó en el suelo y él emprendió rumbo desconocido.

——

Yoongi estacionó dentro del hospital y salió corriendo de este. No sabía si entrar y preguntar por el cantante, asumía que si llegaba a está dentro del centro asistencial habría prensa en el lugar.

Pero no había nada, el lugar era bastante grande e iluminado.

Caminó hacía la entrada pero se detuvo.

Escuchó unos gritos a lo lejos, se giró y vió personas corriendo hacía la calle de enfrente al hospital.

No supo por qué pero sus piernas se movieron hacía donde las personas se estaban aglomerando, no era lejos. Cruzó la calle y ahora habían más personas rodeando algo que estaba en el suelo, Yoongi pudo ver unos pies descalzos y se acercó. Su corazón latiendo fuertemente en su pecho.

—¡Qué alguien vaya por la ambulancia! —gritó una mujer.

—Parece que está muerto —dijo un hombre cerca de Yoongi.

Siguió avanzando, empujó a unas personas y llegó hasta el bulto que estaba en el suelo en posición fetal.

Un grito ahogado salió de su boca.

Era Seokjin.

Su Seokjin estaba tirado en el suelo medio desnudo cubierto de sangre y completamente inconciente.

Se arrodilló en el suelo y comenzó a llorar tristemente, jamás pensó que lo vería en ese estado.

Dolía verlo ahí, abandonado a su suerte.

Alguien le preguntó si lo conocía y el respondió con un seco sí.

Yoongi no quiso tocarlo, parecía tan frágil y tuvo miedo de hacerle más daño del que ya le habían hecho.

Pasaron minutos eternos mientras llegaba la ayuda médica, y cuando lo hicieron se llevaron rápidamente a Seokjin y Yoongi corrió también tras ellos.

Entró al servicio de urgencias del hospital y lo hicieron pasar a una sala.

—¿Está seguro que es Kim Seokjin?

—Lo estoy —respondió Yoongi completamente ido.

—Bien, la policía vendrá en unos minutos, no se mueva de acá por favor.

Yoongi miró sus manos, tenía un poco de sangre, parece que finalmente si había tocado a Seokjin, pero no lo recordaba.

Tomó su teléfono y llamó a Dahyun. Le contó todo lo que había pasado desde que hubiera recibido esa extraña llamada telefónica. Le pidió que hablara con los familiares de Seokjin.

Cuando cortó el teléfono se sentía tan cansado y asustado. Cerró los ojos un momento, pero la puerta se abrió en ese minuto y dos personas entraron en la pequeña sala.

—Buenas noches mi nombre es Park Chanyeol y este es mi compañero Kim Jongdae. Nosotros somos los oficiales encargados de la desaparición de Kim Seokjin ¿cómo llegó usted hasta este lugar?

Yoongi observó a los dos agentes, entrelazó sus manos nervioso.

—Yo recibí una llamada.

—¿A que hora fue eso?

El rubio cerró los ojos, le dolían tanto.

—Eran como las seis, yo estaba saliendo de la universidad a esa hora.

—¿Tiene el número de teléfono?

Yoongi sacó el teléfono de su bolsillo, buscó la llamada y se lo pasó al agente Chanyeol.

—¿Qué le dijeron en esa llamada?

—Era un hombre, me dijo que tenía información sobre Seokjin.

—¿Solo eso?

—Si, me dijo que esperara el llamado, luego recibí un mensaje, está ahí también.

El agente Jongdae buscó el mensaje y se lo mostró al más moreno.

—¿Cuál es su relación con el señor Kim?

Bajó su mirada hacía sus zapatillas ¿qué debía responder?

—Somos amigos.

Yoongi se sintió pequeño bajo la mirada de los dos agentes.

—Sería ideal si nos hablara con la verdad, le recuerdo que esto es confidencial.

—No, no lo es porque todo lo que yo diga pasa a investigación ¿No? —Yoongi agradeció todas las temporadas de CSI que vió. No quería por nada del mundo que se enterarán todos que de alguna u otra manera Seokjin era gay, eso tenía que decirlo el cantante. No él.

—Bien. Amigos entonces...

La puerta se abrió y una enfermera entró.

—¿Qué tipo de sangre eres muchacho?

—Soy O positivo.

—Necesito saber si puede donar sangre para su amigo.

—Si, por supuesto —Yoongi se levantó de la silla.

Los agentes lo siguieron en silencio.

—Pasa a la sala, ahí te va a preparar. Caballeros —se dirigió a los policías—ustedes no pueden entrar, el paciente que dona necesita tranquilidad.

La enfermera le guiñó el ojo a Yoongi y cerró la puerta.

El rubio suspiró y se sentó en el sofá que había en la sala. Cerró los ojos y se dedicó a esperar a que su sangre fuera de ayuda para Seokjin.

——

Luego de haber donado sangre, comerse un sándwich y tomarse una botella de agua Yoongi se dirigió hasta los pabellones del hospital, se sentó en una silla que había en la pequeña sala de espera.

Apoyó su cabeza en la pared.

—¡Hyung!

Yoongi abrió los ojos de golpe y se levantó en el momento que Mingyu lo abrazó.

—Gracias Hyung —el menor lloraba sobre su hombro —gracias por encontrar a Jinnie.

El rubio lo abrazó más fuerte y también dejó caer unas lágrimas. Estaba tan tenso por la situación, agradeció ese abrazo lleno de cariño de quién hubiese sido su cuñado, sentía mucho aprecio por él.

—Mamá está aquí y te quiere conocer.

Se separaron y Yoongi negó con su cabeza —Yo no me veo muy presentable para conocerla Mingyu.

—¿Qué dices Hyung?, estás perfecto. Ven.

El menor lo tomó del brazo y caminaron un poco más allá.

Ahí estaba la señora Kim, apoyada en una ventana mirando hacia afuera o quizás estaba orando, Yoongi no lo sabía.

Tenía el cabello negro hasta los hombros, era alta y estilizada. Ahora Yoongi entendía por qué Seokjin era tan atractivo.

—Mamá él es Min Yoongi...

La señora Kim se acercó y le sonrió.

—Hola Yoongi.

El rubio hizo una reverencia y también sonrió.

—Lamento conocerla en estas instancias señora Kim.

—Dime Sunwoo.

Mingyu se alejó unos pasos más allá.

Ambos se quedaron en silencio, a señora Kim parecía estar debatiéndose entre hablar o decir algo.

—Él te ama... Hace unos días hablamos de ti, yo sé que ahora mi hijo está tratando de sobrevivir a lo que le hicieron pero si alguna parte de ti aún lo quieres... ¡Dios! Lo siento no debo meterme ni pedir nada. Discúlpame Yoongi.

El rubio no dijo nada, esa mujer estaba afligida. Ella comenzó a llorar, se tapó el rostro con sus manos.

Yoongi tomó sus manos y ella sorprendida lo miró a los ojos.

—Yo también lo amo, a pesar de todo lo que pasó yo no lo odio, quise odiarlo, lo intenté pero es imposible odiar a Seokjin.

Kim Sunwoo sonrió —Gracias Yoongi, trajiste a mi bebé de vuelta. Yo... siempre tuve miedo que algo le pasará, desde esa vez en la firma de autógrafos que yo siento que su vida estaba siempre en peligro. Y cuando nos avisaron que Seokjin no había llegado a grabar, todos comenzamos a preocuparnos, lo llamamos tantas veces —Sunwoo sollozó —fuimos a su departamento pero nadie tenía la llave y tuvimos que pedir una orden judicial para poder ingresar con la llave que tenía el conserje del edificio.

—¿Y pudieron entrar? —Yoongi preguntó bajito.

—Si... Estaba todo destrozado, habían botellas en el suelo, los sofás estaban todos rotos. Su habitación estaba completamente desarmada, sus joyas, relojes, su ropa, todo desapareció...-la señora Kim se limpió las lágrimas -lo único qué resistió a todo eso fue una pequeña planta que mi hijo tiene al lado de la ventana de su habitación... Es un Geranio y  fue tan bonito verlo porque era lo único que estaba en pie dentro de esa habitación.

Yoongi no aguantó más y lloró desconsoladamente por su amor por Seokjin, lloró por qué lo amaba tanto que dolía que estuviera luchando por su vida en un frío pabellón de hospital.

Y lloró porque era un imbécil y estaba esperanzado en volver a tener a Seokjin a su lado y perdonarlo.

Perdonarlo y seguir adelante.

Pero nada era tan fácil como hacer como si nada hubiese pasado.

Las horas pasaron y cerca de las cinco de la madrugada el médico llegó a hablar con la familia Kim y por supuesto con Yoongi. La madre de Seokjin no dejó que el quedara fuera de nada y lo llevó consigo a hablar con el facultativo.

Para alivio de todos la operación había salido bien, la bala se había alojado en alguna parte de hombro, tenía un leve hematoma craneal. La hemorragia había sido controlada.

El médico estaba seguro que si Seokjin pasaba una hora más en el estado que lo encontraron, él no hubiese resistido.

-Pasara a UCI esta noche, solo es por observación, ya mañana veremos cómo evoluciona y lo podemos cambiar a sala común y lo podrán ver -dijo el médico.

—¿Está despierto? —preguntó Jisoo.

—No, está sedado aún pero estable. No hay riesgo vital.

El rubio mordió su labio, su pecho se sintió cálido de nuevo.

—¿Puede pasar a verlo? —Sunwoo sonrió y miró a Yoongi.

El médico suspiró pero asintió —¿No quiere pasar usted señora?

—Yo lo veré después... Anda Yoongi.

El médico se despidió y junto con Yoongi comenzaron a caminar hacia la UCI.

Yoongi se iba arreglando el cabello en el camino, limpió sus ojos nuevamente y respiró profundamente cuando el doctor paró frente a una de las camas, solo un vidrio lo separaba de Seokjin.

—Tome, póngase esta bata y mascarilla, es solo por precaución y para evitar infecciones.

—Si, está bien —Yoongi se puso la bata y la mascarilla celeste, podía ver a Seokjin a través del vidrio. Él tenía los ojos cerrados.

El rubio entró nervioso, Seokjin tenía una venda en todo su hombro, una aguja en su mano conectada a dos bolsas transparentes. Respiraba tranquilo pero su rostro tenía una mueca y Yoongi no podía deducir si era por dolor o miedo.

Se sentó en la silla que había al lado de la camilla y tomó suavemente su mano. La acarició un momento y dejó un beso en el dorso de esta.

-Yoongi...

El rubio se levantó de golpe. Seokjin tenía los ojos abiertos.

-Yoon...

Lágrimas comenzaron a salir de sus ojos y Yoongi lo vió, era miedo. Miedo en sus ojos, Seokjin estaba aterrado.

—Tranquilo, vas a estar bien... Ya pasó todo, estás seguro ahora —quería besarlo, tenía tantas ganas de besarlo y calmarlo. Pero no se atrevía a nada.

—Tú llegaste a mí...

—Si, lo hice —Yoongi sonrió detrás de la mascarilla.

—Perdón Yoonie... Yo —Seokjin tosió.

—No, no hagas esto ahora, tienes que recuperarte... Hablaremos de esto después ¿si?

—No Yoonie, no entiendes, yo pensé que iba a morir... pensé que jamás te volvería a ver yo necesito saber que me perdonas... Yo mentí, ese día en mi casa mentí... —Seokjin se comenzó a agitar, respiraba rápidamente.

—Tranquilo Jinnie, no te alteres. Descansa ¿si? Hazlo por mí por favor.

Seokjin sonrió y sus ojos se cerraron. Su respiración volvió a normalizarse —Ahora puedo morir en paz, me dijiste Jinnie.

Yoongi dejó escapar una risita nerviosa —Es la costumbre, creo —se encogió de hombros sonriendo.

—Un beso... Solo uno.

Yoongi se acercó —Creo que antes de eso nos debemos una conversación.

Seokjin entendió pero había dolido. En el fondo sabía que Yoongi lo amaba, pero el daño que le había hecho lamentablemente había sido más grande.

—¿Me vas a perdonar algún día Yoonie?

—Ya te perdoné Hyung, pero creo que nosotros no estamos bien juntos. Lamentablemente hay más cosas que nos separan de los que nos unen.

—Yoon por favor, dame la oportunidad de demostrarte...

—No podemos Jinnie, no ahora... Quizás en el futuro, cuando ambos estemos bien —Yoongi lo miró con cariño y una lágrima cayó por su mejilla —Te amo demasiado, pero también me amo a mi mismo y hay cosas que debes resolver tu solo.

—Dejame explicarte mi comportamiento de las últimas semanas por favor Yoonie.

La puerta corrediza se abrió y entró en mismo médico que había llevado a Yoongi a ese lugar.

—Es hora de dejar al paciente descansar.

—Si... Nos vemos Hyung.

Él podía esperar por su Yoonie.

Seokjin cerró los ojos.

Si Yoongi le daba un mínimo de esperanza para recuperarlo él iba a hacer las cosas bien.

Él quería avanzar de la mano de Yoongi.

Lo quería todo con él.



Pero lo que Seokjin no sabía es que iba a pasar un tiempo antes de que ellos dos volvieran a verse.



≪ °❈° ≫

3/4


✨No me odien
-se va corriendo-

❤️

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