• 25 •
El silencio del lugar era revelador.
Seokjin no está aquí.
Estaba parado en medio de la habitación del pelinegro. La cama estaba perfecta.
Él no durmió aquí.
Sintió la rabia subir por su cuerpo. Eso no era propio de su protegido, aunque era de esperar después de la fuga del día viernes.
Tomó su celular y marcó.
—Jeon.
—¿Donde está? —Escuchó un suspiro y sabía de antemano que Jungkook no le diría nada. Era leal a Seokjin.
—Él está bien. No te preocupes, hemos estado cerca.
—¿Dónde está? —preguntó con los dientes apretados, su mandíbula doliendo por la acción. —Jeon, no juegues a los misterios conmigo. Dime donde mierda está Seokjin.
—Él está bien, te lo respito. No está pasando un buen momento pero está seguro. —Jungkook tomó aire. —Él está con su novio.
—¿Qué? —Namjoon quería gritar. Un jodido novio, lo único que faltaba.
—Ese chico de la Universidad, creo que son novios. Todo este fin de semana han estado juntos ¿no crees que es genial?, nuestro Seokjin lo está haciendo bien.
Silencio.
—¿Kim, estás ahí?
—Sí. —no sabía que decir por lo que optó por finalizar la llamada. —Tengo cosas que hacer. Hablamos luego Jeon.
—Espera, no cortes.
—¿Qué pasa?
—Sé que tu aprecias y cuidas a Seokjin como un hermano, pero yo necesito y te quiero pedir algo.
Namjoon sabía para donde iba la conversación, ya la habían tenido cuando Taehyung estaba junto a Seokjin. El mánager realmente no entendía que siendo Jungkook lo bastante inteligente y astuto, jamás se había dado cuenta de los retorcidos sentimientos que tenía por Seokjin. La forma en que lo cuidaba no era normal, y él constantemente se sorprendía que nadie lo notara.
—Dime.
—Después de lo que pasó el viernes yo hablé con el jefe y llegamos a un acuerdo.
Namjoon dejó de respirar.
—¿Cuál seria ese acuerdo?
—No más seguridad. No más restricciones de ropa ni nada. Yo llevo tanto tiempo al lado de Seokjin como tú y lo veía cada vez más apagado, más aislado y triste... No podía seguir viéndolo así... Yo no sé pero me sorprende que tú no hablaras antes con el jefe.
—Yo lo veía bien, no se de que hablas.
—Después del viernes me quedó mucho más claro como se sentía Seokjin. Por mientras he decidido dar un pasó al lado y solo cerciorarme que él está bien. De lejos y sin que me vea, pero eso lo haré hasta esta noche, mañana no estaré cerca de él... Y tú deberías hacer lo mismo. El jefe tiene miedo de que Seokjin renuncie.
—Él no podría hacerlo, es un jodido famoso ¿qué sería de él sin las cámaras?
Jungkook tomó aire. —Oye, no quiero que hables así, él es capaz de muchas cosas ¿qué mierda te pasa?
—Jeon.
—Kim.
Jungkook era como una fortaleza cuando se trataba de Seokjin, lo cuidaba y lo blindaba. Sobre todo después del incidente, Jungkook sentía tanta culpa por haberlo dejado solo.
Y ciertamente no había sido su culpa, Namjoon cerró los ojos y la culpa, como siempre, comenzó a correr por su espalda.
Por que él era el verdadero responsable de ese incidente, pero nada había salido según lo planeado y tuvo que pagar las consecuencias de eso.
Él había arriesgado la vida de Seokjin.
Él había pagado para que alguien lo hiriera, pero el hijo de puta que contrató se le pasó la mano y casi mata a su protegido. Namjoon lo único que había querido era asustarlo, había querido que Seokjin lo mirara con otros ojos, que buscara refugio en él. Pero nada de eso pasó. Por lo contrario, Seokjin cayó al hospital y conoció a Taehyung y de ahí en adelante empezaron los problemas.
Pero cuando hay problemas se buscan soluciones y eso fue lo que hizo Namjoon.
—Yo... Tienes razón, voy a darle el espacio que necesita. —Era muy raro decir eso mientras estaba ahora sentado en la cama del pelinegro.
—Bien. Buenas tardes Kim.
Cortó y dejó caer el teléfono sobre la cama.
Se acostó sobre esa maravillosa cama, todo olía a Seokjin, era embriagador. Bajó su mano hasta su entre pierna y comenzó a tocarse por sobre la tela de sus pantalones.
Estaba tan duro mientras imaginaba a Seokjin sobre él besándolo y tocándolo, gimió mientras seguía acariciandose. Imaginó como sería tener a Seokjin entre sus brazos, besarlo y morderlo.
Un ruido a lo lejos lo alertó. Se levantó de prisa y llegó hasta la sala.
—Señor Namjoon no sabía que estaba aquí.
—Señora Lucy disculpe si la asusté. —Namjoon bajó con cuidado su camiseta para tratar de ocultar su evidente erección. —Solo vine a buscar unos documentos que dejé en el escritorio de Seokjin.
—Ya veo... ¿Él vendrá hoy?, sé que hoy es mi día libre pero quería que el jóven Kim tuviera todo en orden para mañana.
—Está bien Señora Lucy, ahora me tengo que ir, no se si Seokjin vuelva esta noche.
—¿Él está bien?
—Oh sí, está bien, él está... —volvió a recordar las palabras de Jungkook. Novio. Seokjin tenía novio. —Volverá mañana seguramente, no se preocupe.
La cocinera asintió, se despidió y salió de la sala directo a sus actividades.
Namjoon salió del lugar. Ahora necesitaba un buen plan de separación, nuevamente después de dos años tendría que volver a idear la forma más dolorosa para que Seokjin se quedara solo.
Solo debía pensar, era cuestión de tiempo para que su nueva historia de amor se hiciera pedazos tal cual como en algún momento lo había hecho con Park Taehyung, pero eso había sido tan fácil, desde que lo había visto por primera vez Namjoon se dió cuenta de lo ambicioso que el médico era.
Sus ojos brillaron cuando le asignaron a Seokjin como paciente. Volvieron a brillar cuando el cantante le sonrió y le coqueteó.
Namjoon recordaba perfectamente el día que Seokjin le dijo que se había enamorado de Taehyung y que se sentía tan feliz.
De nada había servido que el mánager le hablara sobre lo difícil que era encontrar a alguien que lo quisiera por lo que era y no por lo que tenía, Seokjin estaba tan ciego con respecto al médico que nunca se dió cuenta que Taehyung le mentía, siempre lo hizo.
Cuando el mánager se enteró que Taehyung tenía una relación paralela con otro médico de su hospital empezó a idear la mejor forma de separarlos. Y aunque deseaba que Seokjin se enterará de su traición, hizo todo lo posible para que eso se mantuviera en secreto. Entonces la solución llegó... Y Namjoon trabajó muy duro para conseguirla.
A los ojos de Namjoon todos los hombres tenían un precio y Min Yoongi no era la excepción.
Ahora solo debía encontrar su debilidad.
— —
Yoongi no se quería mover, Seokjin se había dormido apoyado en su hombro y no quería que despertara. Habían pasado la noche del sábado y la mitad del domingo en el Hospital Universitario.
Al llegar le informaron a Seokjin la condición de sus progenitores. Su padre con múltiples fracturas se encontraba en estado de gravedad y su madre con más suerte solo tenía algunas lesiones aunque estaba sedada y no podían pasar a verla aún.
Eso había mantenido a Seokjin un poco más tranquilo, aunque al pasar las horas lo escuchaba llorar en silencio cuando salía a caminar por los pasillos y Yoongi lo seguía desde las sombras por si el mayor necesitaba un hombro al que aferrarse. Yoongi conocía aquel sentimiento de espera eterna.
No había nada más aterrador que esperar por noticias cuando las personas que amas se encontraban luchando por su vida. Él lo sabía, por que él lo había vivido en carne propia con su padre, aunque su historia no había acabado bien.
—¿Yoongi?
Levantó la vista al vaso de café que le estaba ofreciendo Mingyu.
—Gracias. —Lo tomó y le dió una pequeña sonrisa al hermano de Seokjin.
Mingyu se sentó a su lado y comenzó a tomar su café en silencio.
Yoongi observaba el piso del Hospital, estaba cansado, tenía tanto sueño. Pero no iba a dejar a Seokjin solo en ese lugar, no había forma en la que el lo dejara con la tremenda preocupación que se había instalado en la vida del cantante.
—Yoongi, yo quería darte las gracias por traer a hyung y acompañarlo en esto.
Yoongi se giró para mirarlo.
—No es nada, no podía dejarlo solo.
—Me alegro que seas tú el que esté con él y no su mánager.
Yoongi arrugó su ceño, la mención de Namjoon lo descolocaba mucho, no confiaba para nada en las intenciones del mánager.
—¿Él siempre está cerca de Seokjin hyung?
—Todo el tiempo, es tan irritante. —Mingyu terminó su café. —Es muy raro que no esté acá, ni los guardias... Aunque pensándolo bien, me gusta.
El rubio lo miró asintiendo, el chico tenía razón. Era bueno ver a Seokjin desenvolverse solo, sin nadie que le estuviera pisando los talones.
Mingyu se aclaró la garganta y volvió a hablar. —¿Debería agradecerte a tí por eso?
—No. —Yoongi sonrió. —Esto depende solo de él, yo solo le dí mi punto de vista.
—Ajá. Entonces gracias por eso.
Yoongi guardó silencio, Seokjin se incorporó en la incómoda silla mientras se frotaba sus cansados ojos.
—Hola Jinnie. —Yoongi le sonrió.
—Hola precioso.
El rubio se avergonzó por las palabras de Seokjin, su hermano menor estaba viendo todo el intercambio con una enorme sonrisa en sus labios.
—Creo que es hora que tomes una siesta en una cama hyung, te llevo a tu casa para que duermas y comas algo.
—No Yoonie, de aquí no me muevo.
—Te vas a enfermar ¿es eso lo que quieres?
Seokjin tenía sus ojos rojos por el cansancio, tenía hambre y necesitaba una ducha. Pero no quería alejarse de las noticias de sus padres, quería estar ahí para cuando pudiera entrar a ver a su madre o para cuando la condición de su padre mejore.
—Hyung, yo voy con Jisoo a casa, ¿quieres venir con nosotros?, el médico dijo que nos avisarian si había alguna novedad. —Mingyu los interrumpió mientras se ponía de pie.
Yoongi sintió algo raro en su interior, algo parecido a ¿celos?, era ridículo pero no quería que Seokjin se fuera con sus hermanos.
Por Dios Yoongi ¿qué te pasa?
—No bebé, yo iré a dejar a Yoongi a su casa y después iré a descansar ¿si?
Mingyu asintió y se despidió de ambos.
—Vamos Yoonie, estoy cansado y tú también debes estarlo.
—Lo estoy, pero quiero acompañarte.
—¿Más de lo que has hecho hoy?, eso es imposible. —Seokjin le sonrió y le dió un rápido beso en los labios —Gracias por tu apoyo. —Susurró en su boca.
Cuando Yoongi volvió en sí, después de ese repentino beso, se puso de pie y estiró su mano hacía Seokjin.
El cantante se levantó y sin dudar ni un segundo tomó la firme mano de Yoongi y se aferró a aquel hombre.
Caminaron en silencio hasta el ascensor y cuando llegaron al estacionamiento se dieron cuenta lo realmente cansados que estaban.
—Me voy a quedar contigo está noche.
—Tú mamá me va a odiar Yoonie.
—No debería, me he pasado los últimos ocho años solo, ahora le toca a ella.
Seokjin rió fuerte y su risa sonó por todo el estacionamiento. Yoongi sintió su corazón latir deprisa, la risa de Seokjin le gustaba. Le gustaba mucho, y aunque en algún momento le había irritado, ahora sentía que la necesitaba, quería ver reír a Seokjin siempre, era hermoso de ver.
—De todas formas pasaremos por tu casa a buscar ropa.
—Mamá estará ahí, y te digo que va a ser incómodo.
Seokjin apretó el acelerador para salir del estacionamiento del Hospital.
—¿Por qué?
—Por que es tu fan. —Yoongi se rascó la nuca nervioso. —Ve tus series.
Seokjin rió. —¿Y tú nunca viste una?
—No, yo no veo mucha televisión —se encogió de hombros.
—Me veo muy bien en ellas, deberías ver alguna.
—¿Para qué?, si te tengo cerca mío. A mi lado. No necesito verte en la pantalla. Puedo tocarte incluso. —Yoongi sonrió mostrando sus pequeños dientes.
Seokjin lo miró mientras paraban en una luz roja. Las palabras te quiero atascadas en su garganta. Era muy pronto, pero ¿cómo podía no querer decirlo si Yoongi decía ese tipo de cosas?
No le molestaba que Yoongi no quisiera verlo en la pantalla, más bien lo aliviaba, le gustaba saber que Yoongi no lo trataba como el resto, no se había encandilado con su fama, Yoongi lo estaba conociendo tal y como él siempre había querido, estaba conociendo al verdadero Seokjin. A la persona, no el famoso, no el actor.
La luz verde se encendió y Seokjin aceleró para llevar a Yoongi hasta su casa.
Cuando llegaron Seokjin sintió sus manos sudar, de pronto comenzó a sentirse intranquilo y nervioso. Conocería a la madre de Yoongi. Nunca antes cuando había tenido algún tipo de relación con algún hombre había conocido a los padres de estos, nunca había llegado a tener ese tipo de confianza, o quizá nunca nadie había querido presentarlo antes.
Era confuso, por que él tampoco había llevado ningún novio a su casa, no podía hacerlo. Su padre no sabía que era gay, era un secreto a voces, pero su padre jamás había escuchado algún comentario. Las únicas personas de su familia que sabían de sus preferencias eran sus hermanos y su madre, y Seokjin a pesar de tener 26 años, aún sentía miedo de contarle a su padre que él gustaba de los hombres, tenía miedo de que su padre lo rechazara, que ya no lo admirara como lo decía cada vez que Seokjin bajaba de un escenario, eso lo aterraba.
Y ahora su padre estaba en una cama de hospital luchando por su vida, entonces que pasaría si Seokjin jamás pudiera contarle que había conocido al chico más increíble de todos, una persona maravillosa que hacía que su corazón doliera en su pecho cada vez que lo besaba, que tal si nunca pudiera decirle que encontró a Yoongi y que ese chico de personalidad fuerte pero lo bastante cálido y asombrosamente cariñoso lo miraba de la misma forma que su madre miraba a su padre.
Él debía saber que Seokjin se había enamorado, pero no como otras veces, esto era diferente. Era del tipo de amor que te hace sentir valiente, que te da fuerza para avanzar, que te anima a probar cosas nuevas, que te hace pensar que no hay forma en que puedas vivir sin tener a esa persona en tu vida. Eso sentía Seokjin por Yoongi, sentía que su amor era poderoso, que si tenía a Yoongi a su lado nada saldría mal, no había forma en la que Seokjin sintiera miedo si Yoongi caminaba a su lado.
—¿Pasó algo hyung? —Yoongi lo observaba mientras abría la puerta de su casa.
—No, lo siento. —Seokjin tragó —solo estoy nervioso.
Yoongi le sonrió y tomó su mano. —Yo también, pero lo más probable es que ella te ame y no la culpo ¿quién no te amaría al conocerte?
Seokjin sonrió —Bueno tú me odiabas ¿no?
—Ajá, pero eso fue antes.
—¿Antes de qué?
Yoongi abrió la boca para contestar, pero antes de hacerlo escuchó a alguién frente a ellos.
—¡Ya llegó señora Min! —Hoseok les sonrió a ambos y saludó como de costumbre. —Hola idiota, hola hyung.
Yoongi entró de la mano con Seokjin a su casa seguidos muy de cerca por Hoseok que iba tarareando una canción mientras se dirigían hacía la cocina.
Yoongi suspiró y entró a la cocina, su madre de espalda a la puerta cortando lo que al parecer eran vegetales para la sopa que estaba cocinando.
Yoongi carraspeó y su madre se giró. Su mirada pasó de su hijo a Seokjin y volvió a su hijo.
—Mamá, te presento a Seokjin.
Su madre sonrió y Yoongi temió por lo que fuera a decir.
—Mucho gusto señora Min. —Seokjin hizo una reverencia en respeto y estrechó su mano.
—¡Por Dios Yoongi, por que no avisaste que vendrías a cenar con un chico tan guapo, me podría haber maquillado!
Hoseok miraba la escena divertido, su mejor amigo con su labios apretados y Seokjin se veía realmente nervioso. Se veían muy adorables.
—Mamá... —Yoongi puso los ojos en blanco pero sonrió, de todas formas lo que decía su madre era verdad, Seokjin era guapo, hermoso. Todo lo que se pudiera decir con respecto a la belleza del mayor no le haría verdadero juicio a lo atractivo que era. Las palabras nunca serían suficientes.
—La cena estará en media hora más o menos, ¿te quedas a cenar con nosotros Seokjin?
Seokjin miró a Yoongi, él no quería irse a su casa solo, que estuviera Hoseok en la casa del rubio le decía que el chico estaba esperando a Yoongi que lo había ido a ver y Seokjin lo había tenido todo el fin de semana... Y aunque no había sido suficiente su tiempo con él debido al accidente de sus padres decidió que debía irse a su casa y dejar que Yoongi estuviera con su mejor amigo y su madre.
—Yo, agradezco su invitación señora Min, pero estoy un poco cansado.
—Oh, bueno pero otro día ven a cenar con nosotros, me gustaría mucho conocer al chico que se lleva a mi pequeño por tantas horas al día.
Hoseok se rió y Yoongi lo fulminó con la mirada.
—Permiso nosotros iremos a la sala un momento, no se muevan de acá, y eso va para ti Hobi.
Yoongi tomó la mano de Seokjin y lo sacó de la cocina para llevarlo a la sala.
—Yo no sabía que Hobi estaría aquí.
—No importa Yoonie, yo me iré a casa pero tú disfruta tu noche con tu familia.
—No hyung, quédate a cenar. Yo...
Seokjin acarició su mejilla y Yoongi cerró los ojos unos segundos antes de abrirlos. —No quiero que estés solo Jinnie, menos ahora.
El mayor tragó y parpadeó varias para evitar las lágrimas que se estaban formando en sus ojos.
—Yo tampoco quiero Yoonie.
Yoongi lo tomó por la cintura y lo acercó a su cuerpo para besarlo lentamente. Seokjin suspiró y bajó un poco su cabeza para poder recibir aquel tierno beso que Yoongi le estaba dando.
—Quédate entonces, mi madre es una excelente cocinera.
—Estoy tan preocupado, mi celular no ha sonado desde que salimos del Hospital y no se que pensar. No se si eso bueno o malo.
Yoongi dejó que Seokjin apoyara su cabeza en su hombro mientras lo abrazaba.
—Tengo miedo Yoonie, no sé que haría si mi papá se muere.
Superarlo, pensó Yoongi. Duele, pero al pasar los años el dolor se hace más llevadero y aprendes a vivir con esa pérdida, te hace falta como el infierno pero se debe avanzar.
—Esperemos por noticias hyung, no seas pesimista ¿sí?
—Lo siento, yo hablando de esto cuando tú perdiste al tuyo, perdón Yoonie.
—No digas eso, hoy no se trata de mí sino de tí.
Y otra vez Seokjin quería decirle lo mucho que lo quería, lo feliz que estaba de que Yoongi estuviera ahí con él.
—Gracias Yoonie. —Levantó su cabeza y le dió un pequeño beso en sus labios.
—Hyung... yo quería decirte algo. —Yoongi miró hacía la cocina, aliviado suspiró al darse cuenta que la puerta estaba cerrada.
—Dime Yoonie.
Yoongi le hizo un gesto con la mano para que no se moviera de donde estaba, salió corriendo hacía su dormitorio y a los pocos segundos volvió y se encaminó hacía la puerta.
Seokjin no entendía nada pero caminó detrás de él.
—¿No le dirás a tu mamá?
—Vamos cerca, no te preocupes.
Seokjin asintió y salieron.
—¿En auto?
—No hyung, vamos caminando de verdad que no es tan lejos. Debemos apurarnos antes de que cierren.
Seokjin seguía sin entender, quizá su madre le había pedido algún artículo o quizá algún alimento para la cena. De todas formas caminó junto a Yoongi por las calles de su barrio hasta que el rubio se detuvo en una tienda.
—Entraré a buscar algo ¿me esperas aquí?
Yoongi entró a la tienda que al parecer estaba por cerrar por que tenía sus cortinas abajo y los letreros apagados. Seokjin sintió un poco de frío, pasaron unos minutos y Yoongi no salía, tomó su celular y revisó para ver si tenía alguna llamada de sus hermanos o del Hospital, pero no había nada. Guardó su teléfono justo cuando Yoongi salía de la tienda con una caja mediana entre sus manos.
—Vamos hyung.
Volvieron sus pasos por donde habían venido pero esta vez Yoongi desvió un poco el trayecto y entró a un pequeño pero bien iluminado parque.
Seokjin observa las plantas y las flores de aquel lugar, era precioso. No sabía que existía eso tan cerca de la casa de Yoongi.
—Este jardín es uno de los proyectos que hicieron para un vecino que fue pintor. Es una historia larga, algún día te la contaré, y algún día tenemos que venir de día. Es hermoso, tienes que verlo.
Yoongi se sentó en una de las bancas del lugar, cerca de ellos había una pequeña fuente. Seokjin se sentó junto al rubio quien acomodó la caja entre ellos.
El menor carraspeó un poco y levanto la mirada para observar los atentos ojos marrones que lo miraban expectante.
—Hyung... yo sé que hoy no ha sido el mejor día de todos... Pero de todas formas hay algo que quiero decirte... Estos días han sido geniales, el viernes confiaste en mí, me hablaste de como te había dolido sentirte usado por tu compañia, me hablaste de lo mucho que quieres a las personas a tu alrededor y es por eso que quiero agradecerte por hacer lo mismo conmigo, sé que nuestro comienzo fue un asco y todo por mi culpa. Me comporté siempre como un idiota contigo y me arrepiento. —Yoongi miró un momento hacía la fuente y volvió su mirada hacia Seokjin que tenía sus ojos vidriosos.
—Yoonie...
—Espera hyung aún no termino. —Tomó aire y continuó —Yo fui tan idiota desde el día uno en el que te conocí, fuí prejuicioso contigo y ahora entiendo que todo lo que tienes, todo lo que has conseguido ha sido por tu trabajo y por tu dedicación... eres increíble Seokjin, tan así que aún me pregunto cómo fuiste a fijarte en mí...
Seokjin abrió la boca para hablar pero Yoongi rápidamente se acercó y le dió un pequeño beso en los labios.
—Aún no hyung. Me falta poco lo prometo.
Yoongi abrió la caja, dentro de ella había un macetero con unas pequeñas flores blancas.
—Esta flor es un Geranio, su significado es... "Soy feliz contigo". Y es la verdad, contigo soy malditamente feliz... Hyung, me gustas, bueno es más que eso...eres un hombre maravilloso que me ha enseñado tanto en tan poco tiempo que estoy ansioso por seguir aprendiendo contigo en el futuro... Seokjin ¿quieres ser mi novio?
Una lágrima se deslizó por la mejilla del mayor, mordió su labio, las palabras atoradas en su garganta.
Yoongi limpió sus manos en su pantalón nervioso, Seokjin se había quedado en silencio, el rubio sintió calor de pronto, el cuello de su camiseta apretandolo en exceso. Al parecer había sido una pésima idea, ¿se había apurado mucho?, ¿Seokjin era de relaciones abiertas?
Miles de preguntas en su cabeza, agachó la cabeza, ahora sólo podia ver sus zapatillas negras. Tenía un puto nudo en la garganta. Se sintió patético.
—¿Yoonie?
Yoongi levantó su cabeza de golpe al escuchar a su cantante preferido.
Seokjin tomó el macetero con cuidado y lo dejó en sus muslos, dejó la caja en el suelo y se acercó a Yoongi con una sonrisa en sus labios.
—Eres tan dulce Yoonie, cada día me sorprendes más... eres precioso, si alguien aquí debe estar agradecido ese soy yo. Me has dado la fuerza que no sabía que necesitaba, dejé de sentir temor el día que aceptaste estar cerca mío, sin alejarte de mí... Me haces bien Min Yoongi, le haces bien a mi vida... Y por supuesto que quiero que seamos novios. Contigo quiero todo Yoonie. —Seokjin lo tomó suavemente y lo besó despacio mientras Yoongi se aferraba a sus anchos hombros.
—Mierda, pensé que dirías que no hyung. —Yoongi rió más relajado, un gran peso alejándose de sus hombros.
—Jamás te diría que no Yoonie.
—Estás jugando con fuego Jinnie —Yoongi alzó una ceja juguetonamente.
—No tengo miedo bebé. —Seokjin volvió a besarlo y gruñó cuando el celular de Yoongi sonó.
El rubio atendió la llamada y después de cortar levantó la caja del suelo y volvió a dejar la flor dentro.
—Vamos hyung mi madre te espera para cenar.
Salieron del lindo parque tomados de la mano, a pesar de todo lo que estaba aconteciendo en la vida del cantante se iba a permitir disfrutar del pequeño momento de felicidad que Yoongi le estaba brindando.
Por que Seokjin sabía que cuando la vida te estaba dando momentos de alegría por otro lado también te los arrebataba con tristezas... Y él solo quería prolongar por mucho tiempo la tranquilidad y la alegría que sentía en su vida desde que Yoongi había llegado a ella.
—
❤
Esa es la flor con sus hojas es muy 😍... Los colores tienen su significado y el blanco es Amor puro y sincero.
Hola! No puedo creer que me haya demorado tanto en actualizar, tengo un trabajo de mierda que no me deja ni respirar... Bueno al fin pude escribir un poco, espero poder hacerlo más seguido...
Cariños a todas las personas que me leen ❤
No tengo nada más que decir, solo que tengan una linda semana.
Besos a todos 😘😘😘😘
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top