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Yoongi caminaba detrás de Seokjin mientras este sacaba fotos a los árboles y a todo lo que encontrara en su camino.
Prontamente Yoongi se dió cuenta que a Seokjin le gustaba mucho la naturaleza, le gustaba respirar ese aire, sentir la brisa mover su cabello y sentir el viento con sus dedos.
Era maravilloso verlo así de feliz con algo tan simple como una caminata por un parque.
—Este lugar es precioso Yoonie.
El rubio asintió y sonrió. Él era más de casa, le gustaba la tranquilidad de estar lejos del bullicio de la ciudad, leer un buen libro, tomar café y dormir. Por supuesto que él disfrutaba de esas cosas, pero viendo como Seokjin sonreía con cada planta nueva que encontraba en su camino, Yoongi pensó que se podría acostumbrar a paseos por parques con tal de ver esa hermosa sonrisa.
—Hyung —llamó al mayor al encontrar una linda flor en medio de un arbusto.
Seokjin llegó, ambos se agacharon y el pelinegro tomó su cámara y sacó una bella fotografía de la delicada flor.
—¿Cómo se llamará?
Yoongi observó nuevamente la flor, era violeta con unos leves manchones blancos, era rara y bastante inusual, además de ser la única que se veía por ahí.
—No lo sé pero es bonita ¿no?
—Lo és. —Seokjin levantó su cámara pero en vez de apuntar a la flor tomó una fotografía de Yoongi. Su perfil, ceño fruncido y labios ligeramente separados.
Yoongi se giró y Seokjin por un momento pensó que se había enojado.
—¿Me tomaste una foto? —el rubio intentó esconder una sonrisa. —¿Debería cobrar derechos de autor?
—No lo pude evitar, eres precioso.
Yoongi se levantó y negó con su cabeza aún sonriendo.
—Vamos Jinnie, tenemos que volver.
Yoongi estiró su mano y la dejó en el aire esperando por la mano del mayor, dudó por un momento por la acción pero Seokjin rápidamente tomó su mano entre la suya y entrelazaron sus dedos, sonrieron y siguieron por el sendero de regreso.
—Cuando vivía en Daegu salía a caminar con mi padre, él amaba la naturaleza. —Yoongi rompió el cómodo silencio que se había instaurado entre ellos.
Seokjin sonrió con afecto queriendo saber más sobre la vida de Yoongi mientras caminaban de regreso a su automóvil.
—¿Y a tí te gustaba salir con él?
—Al principio no, el frío y todo eso definitivamente no me gusta, pero luego comenzamos a hacer más seguido, yo tenía como siete u ocho años y todos los sábados salíamos a caminar. Hablábamos de todo, me contaba sus historias de cuando era niño, amaba escuchar sus relatos.
—¿Siempre iban los dos solos?
—Sí, por el trabajo de mi madre no podíamos hacerlo los tres. Además que ella es más de ciudad ¿sabes?, más de tienda y esas cosas.
—Entiendo —Seolkjin rió. Tenía ganas de conocer a la madre de Yoongi, tenía la intuición de que podrían llevarse muy bien.
—Cuando cumplí 14 —Yoongi continuó hablando —, mi padre me regaló una cámara fotográfica. Eso fue en la mañana, me fue a despertar con un abrazo y me dejó mi regalo, mamá nos tomó una foto y fue el mejor desayuno que tuve, bueno uno de los mejores.
Seokjin apretó un poco su mano en forma de cariño y comprensión, no quería interrumpirlo con preguntas, Yoongi estaba hablando de algo doloroso y él quería saber todo para después poder darle todo el cariño que el rubio merecía.
—Ese día mi madre no trabajó en la tarde por lo que cuando llegué del Instituto ella estaba sirviendo pastel. Mi padre estaba en la Universidad... ¿Te conté que mi padre era profesor de matemáticas?
—No. Háblame de él Yoonie.
Sonrió, una sonrisa triste que se dibujo en sus labios también tembló un poco al recordar ese maldito día.
—Él era genial, muy inteligente, cariñoso y tenía demasiada paciencia. Mi madre es de esas mujeres muy alegres, demasiado activa, es divertida y muy relajada..
Él era más reservado pero nos amaba, siempre habían palabras de amor entre ellos y para mí... tuve una linda infancia la verdad.
Seokjin dejó de caminar, la atmósfera había cambiado entre ellos mientras Yoongi recordaba al hombre más importante de su vida.
—Hyung...
Seokjin lo miró, sus ojos estaban llenos de lágrimas contenidas.
—Si quieres hablar de él Yoonie, yo siempre te voy a escuchar ¿si?
—No quiero que me veas así.
Seokin le sacó las lágrimas con sus pulgares y dejó un tierno en sus labios. Yoongi cerró los ojos y disfrutó del tacto del cantante.
—Es fácil hablar contigo Jinnie. Pero creo que te lo contaré otro día ¿si?
—Por supuesto Yoonie, cuando quieras, por cierto ¿Te he dicho que me gusta que me digas así?
—¿Jinnie?
—Ajá.
Yoongi sonrió y se encogió de hombros. —Es un buen apodo. Creo.
—Mi familia me dice así o Seokjinnie.
Yoongi lo abrazó por la cintura y escondió su nariz en el cuello del pelinegro amando el olor de su perfume.
Seokjin lo abrazó de inmediato y se quedaron ahí en medio del hermoso bosque solo sintiendo los latidos de sus corazones.
— — —
Seokjin estacionó su automóvil justo fuera de la casa de Yoongi. Habían tenido un lindo día en aquel parque lleno de árboles hermosos y flores raras. Miró a Yoongi y estaba tan asquerosamente feliz que su sonrisa era difícil de ocultar.
—Gracias por el paseo Yoonie. Me llevaste a un lugar maravilloso, no se como te voy a devolver el favor. —Seokjin sonrió y se acercó por sobre su asiento y lo besó. Sus lenguas se entrelazaron y Yoongi lo tomó por el cuello para que no se alejara. Mientras Seokjin lo acariciaba debajo de su camisa. Había algo bastante excitante en que Yoongi usara su ropa. Yoongi gimió en su boca y Seokjin mordió su labio inferior.
Cuando se separaron ambos respiraban con dificultad. Siempre eran así sus besos, llegaban a un punto en que no podían respirar y estaban siempre a un paso de sacarse la ropa.
—Mañana... —Yoongi respiraba con dificultad, se tomó un momento y cuando pudo hablar dijo —Mañana quieres venir a almorzar conmigo. Estaré solo y podría cocinar para tí.
El pelinegro tomó su celular y revisó su agenda, no recordaba si tenía alguna actividad y como no había contestado su teléfono en dos dias estaba medio perdido, pero no iba a dejar pasar la oportunidad de estar un domingo junto a Yoongi.
—Estoy libre.
—¿Entonces?
—Vendré a las una, ¿está bien esa hora?
Y Yoongi quería decirle que podría llegar a las nueve de la mañana y estaría bien. Pero no quería sonar desesperado.
—Si, está bien... ¿quieres comer algo en especial?
Yoongi se arrepintió por la tonta pregunta que había hecho cuando SeokJin pasó su lengua por su labio inferior haciéndolo gemir.
—Entendí. —Yoongi se acercó a esos gruesos labios y lo besó.
Sus lenguas volvieron a encontrarse, Yoongi mordió el labio de SeokJin mientras acariciaba los abdominales del mayor.
—Mierda Yoongi, estoy a nada de sacarte la ropa y follarte aquí mismo.
Pero Yoongi no estaba pensando mientras su mano se fue directo a la erección del cantante y tocó su polla dura de arriba hacia abajo.
Seokjin gimió fuerte mientras tomaba el rostro de Yoongi entre sus manos y lo besaba con hambre.
—¿Tú mamá está en casa? —el pelinegro jadeó, bajó sus manos mientras trataba de desabrochar el jeans de Yoongi, bueno su jeans.
—No lo sé... anoche... joder hyung. —Yoongi echó su cabeza hacía atrás en el asiento mientras SeokJin bajaba por sus muslos para tomar su pene y lamerlo por toda la extensión.
Estaba anocheciendo sobre Seúl, quedaban los últimos rayos de sol. Aún se podía apreciar con claridad lo que por ejemplo sucedía en dicho automóvil de lujo estacionado a solo metros de una pequeña plaza en donde los niños corrían por todos lados, pero nada de eso importaba mientras SeokJin subía y bajaba por el grueso miembro de Yoongi.
—¡Joder, joder! —Yoongi se aferró al asiento de cuero y apretó fuerte el material. El rubio bajó la mirada a los cabellos negros que subían y bajaban por su entrepierna. Cerró los ojos tratando de recordar si su madre estaría de turno en el hospital o si se encontraba a esa hora en casa.
O mirando por la ventana.
—Es sábado... Este sábado. Mi madre llega... —Y Yoongi no podía pensar mientras estaba recibiendo - de nuevo- la mejor mamada que le habían hecho en su vida -. Los labios y la lengua de Seokjin eran perfectas. —A las nueve. —Dijo finalmente.
SeokJin levantó la cabeza y miró su fino reloj que descansaba sobre su mano izquierda.
Eran las siete de la tarde.
Yoongi se subió los pantalones prestados que estaban cayendo por sus caderas y ambos bajaron del auto casi corriendo. Entraron en la casa, Seokjin se sentó en el sofá y Yoongi inmediatamente se subió a horcajadas sobre él.
Se movió lentamente sobre la erección y mientras se besaban se quitaron la ropa.
SeokJin dejó besos por su cuello mientras Yoongi se levantaba para sacarse los pantalones.
—Te va a doler Yoonie. Anoche no fuí suave.
Yoongi se mordió el labio, Seokjin tenía razón, sentía una leve punzada en su zona baja.
Yoongi sonrió con malicia y dijo —Entonces cambiemos.
—¿Qué?
—Quiero entrar en ti Jinnie.
— —
SeokJin se acostó sobre la cama completamente desnudo mordiendo su grueso labio inferior nervioso. Se habían trasladado a la cama de Yoongi por que no había forma en que dejara que el rubio lo tomara en el sofá.
Demasiado incómodo. Pensó.
Mientras jugaba ansiosamente con sus manos sobre su pecho observó el techo blanco de la habitación de Yoongi y pensó en una forma de negarse a lo que el menor había solicitado. Pero no encontró ninguna, tenía curiosidad, quería saber lo que se sentía ser tomado por alguien. O mejor dicho ser tomado por Yoongi.
—Mi madre no llegará esta noche. —La voz ronca y sensual de Yoongi llenó toda la habitación y puso en alerta a Seokjin y a sus manos que bajaron para tocarse.
Se relamió sus labios a la vez que dirigía su mirada hacía el rubio que estaba parado en el marco de la puerta completamente vestido.
¿A qué hora se vistió? —se preguntó a la vez que decia. —Eso es bueno. —Y suspiró, él estaba tenso.
Yoongi se acercó lentamente y Seokjin pensaba que se movía igual que un felino, lento pero sin dejar de mirar su objetivo.
Se subió a la cama y escaneó el maravilloso cuerpo que estaba acostado en su cama.
Relamió sus labios y se acercó despacio.
—Estás nervioso hyung.
Seokjin tragó. —Lo estoy.
—No voy a hacerte daño ¿confías en mí?
Seokjin asintió a lo que decía —Sí, lo hago.
Más de lo que crees, quiso decir.
Yoongi sonrió. Seokjin amaba esa tierna sonrisa, era tan dulce, tan tierna. Pero luego esa sonrisa cambió y el hombre que lo estaba devorando con la mirada no tenía nada de tierno, mucho menos era dulce.
Y le encantó.
—Entonces deja que te lleve al cielo Jinnie.
Rió fuerte. —Estás siendo muy confiado y arrogante Yonnie, espero que estés a la altura.
—Lo estaré, jamás he recibido quejas.
Yoongi se acomodó entre las piernas del mayor y apoyó sus manos al lado de esa hermosa cabellera negra. Comenzó a dejar besos en su pecho para ir subiendo hasta su cuello, chupó su lóbulo y raspó con sus dientes la perfilada mandíbula del mayor.
Seokjin suspiró mientras se dejaba besar y chupar por Yoongi, estaba tan duro que con cada beso sentía que estaba a punto de correrse y Yoongi aún no había entrado en él.
El rubio tomó sus labios y los chupó mientras su mano bombeaba lentamente la erección de Seokjin.
—Mierda, me estás torturando ¿o qué?
Yoongi negó divertido y se alejó para buscar el lubricante y un condón.
Cuando volvió se relamió los labios, por que Seokjin aún se estaba masturbando y la vista era maravillosa.
De pronto un sonido y una maldición.
—Lo siento, pensé que lo había apagado.
Yoongi se sentó en la cama mientras miraba como Seokjin se levantaba a buscar su teléfono. Cuando lo tomó y observó quien era arrugó su ceño y Yoongi escuchó el nombre Mingyu.
Seokjin se llevó el teléfono a la oreja pensando en lo raro que era que su hermano menor lo estuviera llamando un sábado por la tarde.
—¿Gyu cariño?
—Hyung... —Mingyu sollozó mientras tragaba con dificultad.
—¿Te pasó algo? —Seokjin sintió un frío recorrer su espalda. —Mingyu, joder dime que pasa por favor.
—Los papás Jinnie, tuvieron un accidente.
—¿Qué? —preguntó incrédulo, su voz se quebró.
—Jinnie... papá está...
—¡No!
Y no quiso escuchar lo que siguiera a esas palabras. Sus piernas temblaron y cayó al piso y soltó el teléfono.
—¡Hyung! —Yoongi se levantó de inmediato de su cama y encontró al pelinegro sentado en el piso con sus brazos rodeando sus piernas. Yoongi se agachó y lo abrazó, la llamada seguía en línea y se podía escuchar a alguien gritar por el cantante.
Estiró su brazo derecho hasta que alcanzó el aparato y se lo puso en la oreja.
—¡Hyung! —la voz seguía llamando.
—Hola, no creo que Seokjin hyung pueda hablar ahora. —Yoongi se mordió el labio nervioso, no sabía que le habían dicho al mayor para que se pusiera así, pero era claro que no había sido una buena noticia.
—¿Mi hermano donde está, quién eres tú?
—Oh, disculpa, soy Yoongi...
—Ajá. —Mingyu suspiró y luego habló. —Mis padres tuvieron un accidente camino al aeropuerto, yo voy camino al Hospital Universitario es allí donde están.
—Bien, estaremos ahí. Llevaré a Hyung no te preocupes.
Mingyu volvió a suspirar. —Gracias. —Y la llamada terminó.
Yoongi se acercó a Seokjin nuevamente que estaba en completo silencio.
—Hyung...
No hubo respuesta alguna, Seokjin tenía su mirada en algún lugar del piso de la habitación.
—Jinnie, debes vestirte ¿si? —Yoongi se alejó y se puso sus zapatillas. Tomó la ropa del pelinegro y se acercó de nuevo. Tomó suavemente el bello rostro de Seokjin y lo levantó para que lo mirara.
—Mi papá Yoonie... —sus lágrimas caían una tras otra por su cara. —Algo le pasó pero no escuché. No quiero saber...
—Vamos, yo te llevo al hospital, ponte tu ropa ¿si? —dejó un dulce beso en sus labios mientras lo ayudaba a vestirse.
Seokjin sonrio tristemente y asintió mientras se limpiaba las lágrimas, estaba temblando y tenía frío.
Llegaron hasta la puerta del automóvil y Seokjin seguía temblando.
—Déjame manejar Jinnie.
El pelinegro se subió en el asiento del copiloto y se tomó un momento para apreciar a Yoongi frente al volante. Cuando el rubio se giró y le dió una mirada cariñosa y una de esas sonrisas que hacían que Seokjin dejara de pensar, lo supo, en ese mismo instante y ya no había forma en que él mismo se lo negara. Él estaba enamorado de Min Yoongi, y a pesar del mal momento que estaba pasando y la preocupación en su pecho él sintió alivio, por que a pesar de que sus sentimientos se estaban desbordando por el rubio él ya no sentía temor.
Mientras Yoongi estuviera a su lado sosteniendo su mano él ya no tendría miedo. Nunca más.
—
Hola!
Les dejó mis saludos a tooods los q leen esta historia, muchas gracias.
Prontamente subiré una nueva historia que será Seokjin x Bangtan 😌
Mi jinnie siendo trabajador sexual.
Muchas gracias de nuevo. Nos leemos pronto 😘😘😘😘
YouKnowItsKinky prepárate 😏
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