• 23 •
—Oh, mierda no pares. —Yoongi enredó sus dedos en el cabello de Seokjin mientras este se perdía entre sus piernas subiendo y bajando por su gruesa extensión.
Seokjin solo siguió moviendo su lengua y sus manos que amasaba delicadamente los testículos del menor.
Quería volverlo loco y al parecer lo estaba logrando.
—Me voy a... ¡Seokjin por favor me vas matar!
Amaba escuchar su nombre mientras Yoongi jadeaba y hablaba incoherencias.
Seokjin alejó su boca y subió para besarlo, quería que sintiera su propio sabor en su boca. Sus lenguas se encontraron inmediatamente y Yoongi abrazó con sus piernas al cantante para que estuvieran lo más conectados posible.
—Necesito que aguantes un poco más Yoonie, quiero entrar en tí...
—Si, si... Hazlo.
Seokjin sonrió y comenzó a bajar nuevamente dejando pequeños besos por todo su cuerpo, sentía como cada músculo se tensaba.
—Tu cuerpo es maravilloso Yoonie, es perfecto...
Yoongi arqueó su espalda mientras sus muslos eran besados y mordisqueados.
—Jin... por favor, me estás volviendo jodidamente loco...
—¿Lo quieres?
—¿Me vas a hacer rogar?, maldito hijo de puta.
Seokjin rió fuerte y buscó en su mesita auxiliar un condón y una botella de lubricante nueva. Se lubricó y se puso el condón.
—Te lo daré... dime como lo quieres.
—Joder, ¿desde cuando hablas tanto?
—Me gusta verte así, suplicando.
—Y ahora tienes un puto fetiche... me saqué la lotería.
—¿Si?
—Si, yo también puedo ser sucio y un maldito en la cama...
—Eso me gustaría verlo.
—Maldito hijo de.... —Yoongi jadeó cuando Seokjin introdujo dos dedos bien lubricados y también otra cosa...
Seokjin usaba sus dedos para dilatar mientras pasaba su lengua por su ano.
Yoongi maldijo por la sensación de sentir la lengua del mayor mientras los dedos lo abrían y preparaban.
—¡Dios! —Yoongi se arqueó nuevamente y su cabeza golpeó en la cabecera de la cama.
Seokjin sonrió y se acomodó entre sus piernas mientras agregaba otro dedo en la entrada del rubio.
—Te sientes tan apretado Yoonie... —El pelinegro gimió y subió nuevamente para besarlo en los labios.
—Pruebate bebé, sabes exquisito.
Yoongi gimió y su lengua salió al encuentro. Se besaron mientras ambos enredaban sus manos en los cabellos ajenos.
El rubio no había hecho aquellos nunca, él era más bien tradicional si se podría decir de alguna forma, además su ex novio jamás quería innovar, y con el tiempo Yoongi se acostumbró.
Su espalda nuevamente se levantó de la cama cuando sintió que Seokjin se alineaba y entraba muy despacio dentro de él.
Seokjin tomó sus caderas y cuando estuvo dentro de él se tomó un momento para mirar al hermoso hombre que tenía bajo él.
Su cabello rubio cayendo húmedo sobre su frente, su pecho subía y bajaba sin control. Seokjin cerró los ojos un momento y se empezó a mover lentamente, subió sus manos hasta posicionarlas al los costados de la cabeza de Yoongi. Se miraron a los ojos mientras Seokjin entraba y salía de él.
——
Yoongi fijó su mirada en esos hermosos ojos marrones que lo miraban solo a él y sintió una calidez en su pecho que hace mucho no experimentaba. Se relamió sus labios mientras sentía el cuerpo del mayor sobre él, sus gemidos se mezclaban con los sonidos de sus cuerpos mientras chocaban.
—Eres precioso Yoonie.
Seokjin lo besó dulcemente en los labios y Yoongi sintió su orgasmo crecer en su interior.
—¿Qué me estás haciendo Jin?
Yoongi gimió en su boca. Bajó sus manos hasta su trasero y se lo apretó. Seokjin gimió y comenzó a besar su cuello.
—Yoonie...
El rubio salía al encuentro de cada estocada mientras con sus manos trataba de tocar todo el cuerpo del cantante, quería recordar después lo que era sentir ese maravilloso cuerpo bajo sus manos.
Seokjin aumentó la velocidad de sus penetraciones mientras Yoongi se deshacía entre gemidos y palabras que no podía entender.
—Date la vuelta Yoonie.
Yoongi se apoyó en sus manos y sus rodillas y esperó. Mordió su labio nervioso, esa era una posición bastante reveladora. Sintió las manos del pelinegro sobre su columna y su boca contra su cuello.
—Tienes un culo hermoso Yoonie. Algún día voy a hacer que te corras mientras te lo como a besos.
—¡Joder! —Yoongi apretó su pene con su mano derecha, con cada palabra del cantante se sentía cada vez más cerca de llegar a su orgasmo.
El mayor se acomodó tras él y entró de una sola vez, Yoongi pegó un grito y luego un gemido. Seokjin lo tomó fuerte de las caderas y comenzó a embestirlo.
—Dime como lo quieres bebé... —Seokjin gimió al sentir tan apretado a Yoongi, mordió su labio y apretó los ojos luchando con la necesidad de correrse. Aún era muy temprano para eso.
—Duro y rápido... —Yoongi agachó su cabeza y cerró los ojos para sentir todo lo que Seokjin le estaba transmitiendo.
—Te va a doler mañana...
—No importa. —Gritó nuevamente, Seokjin había encontrado su próstata. —Damelo Jinnie.
Seokjin gimió al escuchar ese apodo en los labios del rubio, dejó besos en toda su espalda y lo embistió fuerte. Una mano se mantuvo en su cadera la otra fue directo a su pelo y así mientras Yoongi tiraba su cuerpo para atrás para encontrarse con cada estocada Seokjin supo que no aguantaría mucho más.
—Mierda Yoonie, eres perfecto.
Mientras Seokjin se deslizaba de adentro hacia afuera tal y como él se lo había pedido, Yoongi se masturbaba, su pene duro entre sus manos, quería correrse. Escuchó un último grito de Seokjin mientras se corría dentro de él, cuando el cantante se recuperó un poco acercó su mano a su suave carne.
—Déjame a mí. —Seokjin tomó la dura erección y comenzó a trabajarla de arriba a abajo mientras Yoongi gemía y mordía sus labios.
No pasó mucho hasta que su orgasmo lo golpeara y se corriera en la mano del mayor y sobre la cama.
Seokjin salió de él y se sentó en la cama, cansando, su pecho subía y bajaba pero tenía una tonta sonrisa en la cara.
Yoongi se acostó sin dejar de mirar a Seokjin y dijo. —Me gusta como te ves así todo despeinado y sudado.
El pelinegro sonrió y miro sus dedos que aún tenían el semen y no dudó un segundo y se los lamió bajo la atenta mirada de Yoongi.
—¡Mierda!, hyung eres tan sucio. Maldita sea.
Seokjin rió y se acostó al lado de él.
—Debo decir en mi defensa que tú sabes demasiado bien.
Yoongi giró su cabeza para que se pudieran mirar y se acercó a besarlo. Se acomodó entre sus brazos mientras tocaba su mandíbula, sus ojos se cerraron y se dejaron perder en ese beso.
—Ensucie tu cama. —Dijo en un susurro contra la boca de Seokjin.
—No importa, no es mucho, casi todo cayó en mi mano.
Yoongi rió. Y suspiró se sentía agotado y tenía la garganta demasiado seca.
—Tengo sed.
—Vamos a buscar agua, así te familiarizas con el departamento.
Yoongi lo miró, era una simple palabra pero detrás de ella había un significado muy importante, Seokjin lo quería seguido ahí en ese lugar, quería que se sintiera cómodo. El golpeteo en su pecho se intensificó mientras Seokjin le sonreía y se levantaba de la cama.
—¿Vienes?
Yoongi se levantó y se puso su boxer, siguiendo a Seokjin quien iba completamente desnudo, el rubio no podía apartar la mirada de ese perfecto cuerpo.
Entraron a la cocina y Seokjin comenzó a buscar los vasos, sacó una botella de agua del refrigerador y la puso sobre la mesa. Sirvió los vasos y le pasó uno a Yoongi.
El rubio tomó un gran sorbo y sin dejar de mirar ese bello cuerpo musculoso y bronceado, dejó el vaso en la encimera y lo acorraló contra la mesa de la cocina.
Tomó el rostro de Seokjin y lo acercó a su boca, chupó su lengua mientras le arrancaba pequeño gemidos. Metió su muslo entre las piernas del mayor y Seokjin echó su cabeza hacía atrás. Pasó su lengua por todo su cuello mordisqueando su nuez de Adán.
—Me vas a poner duro de nuevo Yoonie.
—Mhm... quizá eso es lo que quiero.
—¡Mierda!, lo estas logrando.—Seokjin apoyó sus manos en la encimera mientras veía a Yoongi deslizar su lengua por todo su cuerpo hasta llegar a su creciente erección.
Yoongi se puso de rodillas sobre el frío piso de cerámica y pasó su lengua por toda el pene de Seokjin. Levantó su mirada y sus ojos se encontraron, comenzó a tragarlo una y otra vez mientras Seokjin se aferraba a la pequeña mesa detrás suyo.
Con las manos apoyadas en los muslos del cantante para mantenerlo quieto, Yoongi comenzó a acelerar el ritmo mientras escuchaba los deliciosos sonidos que salían de la boca del mayor.
Seokjin no podía apartar la mirada, Yoongi arrodillado con su pene en la boca era algo que debía ser visto y recordado. De pronto sintió una pequeña punzada en su pecho al ver a Yoongi tan entregado. Mientras el rubio tenía los ojos cerrados y seguía devorandolo con su boca Seokjin sintió miedo. Miedo de que Yoongi se aleje de su vida antes de poder siquiera llegar a mucho más con él, quería mantenerlo cerca por que Yoongi lo hacía más valiente, lo hacía querer cosas que él pensaba que jamás podría lograr.
Jadeó, y tragó duro mientras se corría en la boca del rubio, cerró los ojos y se quedó ahí con su pecho doliendo por algo que no había pasado, Yoongi estaba ahí con él, pero ¿por cuánto tiempo se quedaría?
—Hyung... —Seokjin abrió los ojos. —Yoongi acarició su rostro. —Estás llorando.
Seokjin arrugó el ceño y se llevó sus dedos a su cara, efectivamente ahí rodando por sus mejillas pequeñas lágrimas que él no se había dado cuenta que estaban bajando por su cara.
—Vamos a la cama.
Yoongi lo tomó de la mano y volvieron a la habitación.
Se acostaron, Seokjin aún sentía un gran nudo en su garganta.
—¿Estás bien? —Yoongi estaba preocupado. No sabía si había hecho algo mal o algo que hubiera sido incómodo para Seokjin. Suspiró, odiaba su manera de consolar a las personas. Era un asco para eso, se ponía nervioso y no sabía que decir para calmar el dolor ajeno.
—Si... disculpa por eso. Yo... —su voz tembló. Cerró los ojos, los fantasmas del pasado volviendo a apoderarse de él.
—Tranquilo... —Yoongi se mordió el labio y estiró su brazo para que Seokjin se acomodara en su pecho. —Lo que sea que esté pasando estoy aquí ¿si?
Seokjin no quería mostrar sus miedos delante de Yoongi, su terapeuta le había dicho que aferrarse a las personas estaba mal por que el sufrimiento de la pérdida era algo que él no sabía manejar. Y tenía razón, en cierto modo él se entregaba a las personas completamente, y cuando le fallaban se sentía perdido y dolido.
Se acomodó en ese pecho tibio y suave. Su respiración se calmó mientras Yoongi le acariciaba el cabello.
—Eres dulce Yoonie.
Sonrió mirando al techo.
—Tengo mis momentos.
—Gracias.
Yoongi dejó un beso en ese cabello negro y suave. —Descansa Jinnie.
Seokjin cerró los ojos mientras sentía los latidos del corazón de Yoongi.
Yoongi cerró sus ojos también y volvió a sentir esa confortable calidez que irradiaba del mayor. Él no sabía la razón del llanto de Seokjin, pero quería saberlo, él quería estar ahí para él, ya no escaparía a todos los sentimientos que tenía encerrado en su pecho. Quería estar ahí con él y aunque tenía miedo de volver a ser traicionado él lo iba a intentar.
Él merecía ser feliz.
Y se daría una oportunidad para serlo.
—
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