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Pasaron dos semanas desde que Seokjin habia estado en casa de los Min y que Yoongi había visto a Jimin.
Las cosas entre ellos marchaban bien, aunque Seokjin estaba un poco distraído.
Al principio Yoongi pensaba que estaba molesto por la visita a la casa de su ex, pero el cantante todo el tiempo le había dicho que estaba todo bien.
A pesar de eso se veían en la Universidad todos los días y habían salido una vez a tomar un café a un lugar apartado de la ciudad. Ellos seguían ocultos a los ojos de todos, robándose besos en los apartados pasillos de su facultad y caricias por debajo de la mesa. No podían verse mucho después de clases y eso estaba inquietando a Yoongi.
—Entonces... ¿cómo me veo?
Hoseok levantó la mirada de su celular y sonrió al ver a su mejor amigo.
—Bien.
—¿Solo bien?
—Te ves caliente como el infierno Yoon.
—Gracias Dahyun... ¿ves?, esa es la reacción que esperaba mal amigo.
—¿Quieres que te diga que te ves caliente? —Hoseok negó con su cabeza —No juego para ese equipo ¿recuerdas?
Dahyun puso los ojos en blanco y se acercó a Yoongi para arreglar su cabello.
—¿Donde irán?
—No lo sé... la chaqueta de cuero será lo ideal... digo ¿no será mucho?
Yoongi se miró nuevamente al espejo que estaba a un costado de su cama, lo había comprado hace unos días, así como también un perfume que según Dahyun haría que Seokjin se cayera a sus pies.
—Depende de que quieras lograr esta noche.
Follar, pensó Yoongi, luego de su encuentro en su cocina, Yoongi no podía sacarse la sensación de sentir a Seokjin nuevamente. Pero si eso no pasaba se contentaria con pasar un rato con el cantante solos, sin que nadie los moleste.
—¿Qué más va a querer Dubu? —Hoseok volvió su mirada al celular a la vez que decía. —quiere que Seokjin hyung se meta en sus pantalones.
Dahyun rió y se sentó en la cama.
—Cuando te vea con el cabello rubio se va a volver jodidamente loco Yoon. —Dahyun sonrió para su amigo y observó el maravilloso trabajo que había realizado horas antes tiñiendole el cabello.
Hoseok se levantó de la cama.
—¿Hasta cuando vas a seguir con esto Yoon?
—Y a tí que te pasa —Yoongi se giró. —¿De qué hablas?
—Te estás engañando con esa actitud relajada... tú no eres de los que sale sin darle un nombre a la relación, tú lo sabes mejor que yo.
—Dejalo Hobi, ese no es tu problema, si Yoongi quiere salir con quien quiera y no darle nombre esa es su decisión, no por que tú te la pases haciéndote novio hasta de las piedras Yoon debe hacer lo mismo.
Hoseok fusiló a su amiga con la mirada. Dahyun solo se encogió de hombros.
—Basta los dos, Hobi yo estoy bien saliendo con él así como lo hemos estado haciendo... es un costo de estar con alguien famoso supongo. Además van a ser dos meses, no es tanto tiempo.
—¿Y por qué no te lleva a su casa?, él vive solo ¿no?. Mira, a mi me cae muy bien hyung, pero tu mereces más que la mierda que te está dando.
Y Yoongi quería defender a Seokjin pero no podía. Su mejor amigo tenía un poco de razón.
—No puedo obligarlo que me lleve a su casa, tampoco puedo traerlo. Supongo que esto es algo temporal, no es como si yo me estuviera muriendo de amor Hobi.
Hoseok rió. —No, claro que no. Solo babeas un poco cuando está cerca tuyo. —Hoseok tomó su celular de nuevo. —Cuando estás con hyung pareciera que todo el mundo deja de existir Yoon.
Yoongi no dijo nada y miró a su amiga.
—Tranquilo, pásala bien, disfruta tu momento con él y no te preocupes de las etiquetas... él te ha dicho que le gustas ¿no?
Yoongi asintió. —Entonces no le des tanta vuelta. Deja que fluya... yo sé que lo de ustedes es especial.
—Gracias Dubu.
—Cuando quieras —Dahyun le guiñó el ojo y le sonrió amorosamente. —Mereces esto amigo, mereces ser feliz.
El ahora rubio sonrió y se volvió a mirar al espejo. Vestía completamente de negro, como la mayoría de las veces, una camisa negra dentro de su jeans roto en las rodillas, cinturón que hacia que su cintura se entalle un poco más. Zapatos a juego y la chaqueta de cuero negra.
Si, se veía bien. Bastante bien, pensó.
Mientras se miraba al espejo Dahyun le tiró una almohada a Hoseok.
—¿Qué te pasa enana?
Hoseok dejó su celular en la mesa auxiliar y tomó a su amiga de las muñecas para subirse sobre ella.
—Te voy a hacer cosquillas.
—¡No!
—No tienes fuerza Dubu.
—¡Te voy a patear las bolas Hobi!
—No sea agresiva señorita Kim.
Hoseok soltó una de sus muñecas y le hizo un poco de cosquillas por sobre su ropa.
Yoongi negó con la cabeza acostumbrado a esos juegueteos entre ellos dos. Salió de su habitación para ir al baño.
—¡Déjame! —Dahyun comenzó a hacerle cosquillas igual.
Hoseok rió cuando Dahyun lo tocó con sus pequeñas manos, su camiseta se subió levemente y la pequeña castaña aprovechó de tocarlo en sus partes más sensibles. Ella conocía bien sus puntos débiles.
—¡Basta, basta! —Hoseok se retorció sobre ella, su risa sonando por toda la habitación, descansó su cabeza en el hombro de su amiga y suspiró.
Dahyun se estremeció y sacó sus manos de la piel de su amigo.
Esos juegos ya no eran divertidos, ella ya no lo pasaba bien mientras Hoseok estaba tocándola o mimandola. Dolía, pero a la vez era la única forma de sentirlo más cerca. La única forma de sentirlo más como hombre y no tanto como amigo.
Hoseok pasó su nariz por su cuello oliendo el dulce perfume de su amiga.
—Hobi... —Dahyun cerró los ojos y apretó entre sus manos la camiseta de Hoseok.
—Me encanta tu olor... siempre hueles tan bien.
Dahyun podía sentir sus labios en su oreja, y apretó más fuerte la camiseta alejando lo más posible las ganas que tenía de subir sus manos y tomar la cara de su mejor amigo y darle un beso en esos hermosos labios que tanto anhelaba probar.
Hoseok se enderezó y la miró a los ojos. Dahyun era su mejor amiga hace muchos años, lo conocía mejor que nadie y la quería demasiado.
Pasó su mano por el rostro de su linda amiga, él lo sabía. Sabía lo que Dahyun sentía por él... ella no se lo había dicho, pero era bastante claro. Los celos, las malas caras cuando presentaba alguna chica a su círculo de amigos, las miradas de anhelo, los suspiros.
Él lo sabía.
Pero no podía romper esa hermosa amistad, él no era bueno para ella. Dahyun merecía un buen hombre al lado.
Por eso había estado tanto tiempo presentándole chicas y alejándose de ella. Él había creído que era la forma de hacerle ver que lo de ellos no tenía futuro, pero mientras estaba ahí cerca de ella, oliendo ese perfume y sentir esa suave piel bajo sus dedos, se le hacía muy difícil no verla como la mujer que era.
Bajó su rostro hasta rozar sus narices. Dahyun tragó nerviosa y dijo su nombre en un susurro antes de que ella estampara sus labios contra los de él.
Hoseok sabía besar, y sabía muy bien como hacerlo, pero nuevamente mientras estaba ahí con su mejor amiga sobre la cama de Yoongi se quedó congelado. Sentía los suaves y delgados labios contra los suyos, el cálido aliento de su amiga y su estómago se revolvió.
Se alejó de un saltó.
—Esto está mal.
Dahyun no dijo nada, no se disculpó, no sonrió, no hizo nada. Solo se quedó acostada en la cama mientras un dolor en su pecho le estaba haciendo difícil respirar.
—Tú eres mi mejor amiga, no puede volver a pasar esto... hagamos como que no pasó ¿si?
Dahyun mordió su labio inferior aguantando las ganas de llorar.
—Dubu, yo no soy bueno para tí... tú mereces todo lo bueno de este mundo y yo no lo soy. Necesitas un hombre que te ame como la mujer que eres... yo no te puedo ver como tal.
Dahyun abrió sus ojos sorprendida.
—Tú... ¿lo sabías?
Hoseok se pasó una mano por su cabello y asintió.
—Lo siento.
Su mentón tembló, sus ojos se llenaron de lágrimas. Pero aún así habló.
—Desde cuando...
—Hace un tiempo, yo lo lamento, pero tu eres mi amiga. Yo no puedo verte de otra forma. Lo siento. —Mintió de nuevo. Dahyun era preciosa, él hace un tiempo que se fijaba en la ropa que llevaba o cuando cambiaba el color de su cabello, sus perfumes y otras tantas cosas. Pero no podía darse el lujo de perderla por una simple curiosidad. Ellos eran amigos y así tenía que ser.
Dahyun se levantó de la cama, buscó su chaqueta. Hoseok la tomó suavemente del brazo pero ella se zafó de su agarre.
Levantó su mirada hacía él, su mirada había cambiado, estaba enojada.
—Eres una mierda Jung Hoseok. Sabias lo que sentía por tí y aún así me refregabas a las mujeres que te estabas follando. —La castaña lo empujó, Hoseok chocó con el estante donde Yoongi guardaba sus libros. —¿Porqué Hobi? —sus lágrimas caían por su rostro. —¿Qué ganabas con hacerme sentir así?
Hoseok nunca la había visto así y le partió el corazón ser él la razón de ese llanto y de esa rabia.
—Dubu...
—No. Ya no importa... ya no más Hobi. Es mejor que ya no seamos amigos.
—¿Qué?
—Ya no quiero saber de tí.
Dahyun retrocedió y se giró para salir de ahí. Se encontró con Yoongi en el pasillo pero ella solo le dijo que después hablarían. Le deseó suerte en su cita con Seokjin y salió de su casa.
Yoongi encontró a Hoseok aguantando las lágrimas en sus ojos, sentado en el suelo abrazando sus piernas con su mirada perdida en algún lugar.
—¿Qué pasó Hobi?
Hoseok levantó su cabeza, sus ojos rojos y llenos de lágrimas.
—Creo... creo que la perdí Yoon.
****
—¿Ahin?
—Jefe...
—¿Como van las cosas?
—Todo bien, ya reemplazaron la alfombra y pusieron los nuevos muebles.
—Bien, ¿estará listo antes de las nueve?
—Lo más probable, esas flores que mandaste me están dando alergia.
—No son para tí Lee —Seokjin suspiró. —Entonces ¿está todo bien?
—Solo para que recuerdes soy una jodida ingeniera en informática, tengo hasta un magister ¡por el amor a Dios!
—Lo recuerdo... ahora dime...
—Todo perfecto, la casa huele bien y no a abandono, las cortinas fueron cambiadas, el refrigerador está lleno de comida, la alacena también, compré alcohol. La lista que me enviaste la seguí al pie de la letra... en definitiva tu nido de amor está listo ¿quién es el afortunado?
—Muy graciosa, deja la llave con el conserje... y gracias por todo.
—Ese chico tiene suerte... En fin que tengas bonita noche jefe.
La tendré o al menos eso espero.
Seokjin volvió a sus labores, solo necesitaba saber si las cosas en su antiguo departamento estaban saliendo como él quería.
La idea de volver a usarlo llegó a él cuando se dió cuenta que no podía llevar a Yoongi a su mansión, no aún. No quería abrumarlo con sus lujos y la mansión gritaba millones por todos lados.
Hizo algunas llamadas y contrató a las personas para que lo tuvieran como nuevo antes de su cita de esa noche. Él no había usado ese departamento desde que tuvo que dejarlo por temas de seguridad. Y había vuelto un par de veces solo para hacerse el recordatorio de que alguna vez tuvo libertad, alguna vez había tenido un lugar que él mismo había pagado y elegido como suyo.
Y ahora estaba ansioso por mostraselo a Yoongi.
Pero antes de todo eso tenía una reunión con el dueño de su compañia, una reunión que él mismo había pedido tener.
Llevaba unos días dándole vueltas a la conversación que había tenido con Yoongi.
La seguridad, pensó.
Él había tenido razón en muchas cosas, la principal, él no debería sentir miedo, ya no más. Habían pasado años desde aquel incidente y Seokjin cada día que pasaba con Yoongi sentía menos miedo, estaba ganando más confianza y quería dejar la ansiedad de lado y atreverse a volver a vivir. No era sano no tener privacidad, se había acostumbrado a estar rodeado de personas, pero eso no estaba bien.
No estaba bien si eso perjudicaba su vida íntima.
—Seokjin, el señor Park te está esperando. —La voz de la secretaria de su jefe lo sacó de sus pensamientos.
Se levantó de la silla en la que había estado esperando y se dirigió a la lujosa oficina.
—Kim Seokjin —el señor Park Jungsoo se levantó para estrechar la mano de su cantante estrella. —Toma asiento por favor. —Seokjin se sentó apoyando sus brazos en los costados de la silla. —¿A qué debo está agradable visita?
Seokjin pasó su mano por su cabello y se acomodó en la silla.
—Señor Park...
—Seokjin por favor, no seas tan formal.
—Jungsoo. —el pelinegro sonrió. —Hace un tiempo he estado pensando en los agentes que me custodian.
—¿Necesitas más personas?, puedo ubicar a Sungmin para hacer un pequeño contrato, su empresa de Seguridad es una de las mejores del país.
—No, nada eso. Yo necesito quitar la seguridad, no necesito que alguien me cuide.
Jungsoo arrugó su ceño.
—No estoy de acuerdo con eso.
Bien, Seokjin sabía que esa era una posibilidad, él era su artista más valioso dentro de la empresa.
—Necesito recuperar mi privacidad... yo estoy bien.
—¿La doctora Choi te dió de alta?
Seokjin se removió incómodo en la silla.
—Aún no.
—Cuando tengas el alta de la doctora podrás volver a lo de antes, no me puedo arriesgar Seokjin a que te pase algo.
—No entiendes, yo necesito estar solo, pensar por mí. —Seokjin suspiró frustrado. —Necesito sentirme útil con mi vida.
—Espera —Jungsoo se puso de pie y caminó hasta situarse al frente de Seokjin. —¿Esto lo estás haciendo por ese muchacho?
El pelinegro miró hacía otro lado nervioso.
—Ya veo... ese chico que llevaste a tus presentaciones a Nueva York ¿no?, ¿estás saliendo con él?
—Hace dos meses estamos saliendo. Si.
—Seokjin, deberías haber hablado antes conmigo ¿sabes lo peligroso que es que tú tengas pareja?, sobre todo si esa persona es un hombre.
—¿Qué? —Seokjin abrió su boca completamente sorprendido. —No puedo creer que hayas dicho eso.
—Tus fans son en el ochenta por ciento mujeres, ¿qué crees que van a pensar cuando se enteren que su artista favorito, el mismo que las hace soñar y enamorarse, es gay?
—Ellas no me abandonarían —su mentón temblando al escuchar las palabras de su jefe.
—¿Sabes todo lo que tuve que hacer para que los medios no se enteraran de tu aventura con ese chico?
—¡No es una aventura! —la ira subiendo por su cuerpo. Esto no iba a terminar bien.
—Lo que sea, pero no vas a prescindir de la seguridad.
—No puedes hacer esto Soo, por favor.
—Casi te matan Seokjin. Te imaginas todas las demandas que me cayeron, los auspiciadores, los programas. Todo el mundo cayó detrás mío. Casi pierdo todo Seokjin.
Seokjin no quería escuchar más.
Todo lo que él pensaba de su empresa, esa misma que lo había acogido cuando tenía 19 años, era una mentira. Él solo era un número más. Y ese hombre que ahora lo miraba con el ceño fruncido, ya no era más su segundo padre.
Solo era un hombre tratando de resguardar su negocio de la estrella más brillante que tenía a su disposición.
—Mientras yo me debatía entre la vida y la muerte... —Seokjin susurró. —Tú estabas preocupado de que tus acciones no bajaran... eso es...
—No Seokjin, no quise que sonara así, disculpame.
Pero Seokjin ya no estaba escuchando, se levantó lentamente y salió de la oficina sin voltear cuando Park Jungsoo lo llamaba desde adentro.
Caminó por los pasillos de aquel lugar que tanto amaba, aquel lugar que le había dado muchas alegrías. Tomó su celular y llamó a la única persona con la que queria hablar en ese momento mientras llegaba a la puerta de la compañía.
—¿Hyung?
—Yoongi...
Seokjin se tragó el nudo que sentía en su garganta para poder hablar.
—Sé que es temprano... pero ¿podemos vernos antes?
—¿Pasó algo?, ¿ dónde estás?
El cantante miró a su alrededor, veía a Jungkook acercándose hacia él. No dudó ningún momento y aún con el celular en su oreja se dirigió hasta su auto que estaba estacionado cerca de la entrada.
Se subió y apretó el botón de encendido.
—¿Estás en tu casa Yoonie?
—Si, estoy aquí, dime que pasa por favor.
—Te lo explico cuando llegue... en unos 15 minutos.
Cortó la llamada mientras veía a Jungkook correr hasta su automóvil. Salió lo más rápido que pudo hasta perderse en la calles de Seúl. Él sabía que era cuestión de tiempo antes que Jungkook lo encontrara y lo siguiera.
Pero ya no le importaba, ahora solo necesitaba ver al hombre que estaba ocupando todos sus pensamientos desde que despertaba y hasta que se dormía.
Necesitaba a Yoongi.
Lo necesitaba y eso lo tenía aterrado.
*****
Tonto Hobi 😂
Se viene la rebelión de Kim Seokjin.
Gracias por seguir esta historia ❤
Nos leemos pronto.
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