Sanji había salido del Sunny a la isla en la que estaban anclados para conseguir algo de ropa de mujer para Nami y Zoro —al principio era solo para Zoro, pero luego Nami se lo pidió mientras ella iba con el peliverde algunas cosas para "el cuidado del cuerpo femenino"— porque, se suponía, Law estaría llegando al día siguiente.

—Bonjour, mademoiselle —Saludó a la chica que trabajaba en aquella tienda, ella volteó—. Disculpa, estoy buscando algo de ropa para mi... novia.

La chica se sorprendió por un instante. Luego, un poco sonrojada, juntó las manos y le respondió a Sanji con emoción.

—¡Claro que sí, caballero! ¿Es un regalo? —Dijo mientras con un gesto de su mano, le pedía a Sanji caminar tras ella.

—Algo así —Respondió mientras caminaba tras la chica con las manos en los bolsillos del pantalón—. Quisiera que fuera cómoda para ella.

Era extraño hablar de Zoro como si fuera mujer, pero aún más extraño sería que un hombre vaya a buscar ropa de mujer a la tienda para su novio embarazado a punto de convertirse en mujer. Así que siguió caminando junto a la chica sin decir nada y haciendo caso a donde ella le señalaba.

Al final salió de la tienda con bolsas y bolsas de solo ropa de mujer. Encendió un cigarro ya fuera y se despidió y agradeció a la chica que lo atendió (aunque ella hasta le guiñó un ojo, Sanji ni se inmutó, porque Zoro convertido en mujer no se comparaba con ninguna diosa). Ella había estado con actitud insinuante todo el rato aunque Sanji haya intentado cortarle el rollo. Podía entenderlo: un chico guapo, de traje yendo de compras para su querida novia hacía a cualquiera suspirar. Pero él no iba ahí para sorprender chicas, solo quería mimar a Nami y, aún más importante, Zoro.
Esa tarde hizo volar la imaginación de Sanji, quien estuvo todo el rato pensando y recordando las dimensiones del cuerpo de la Zoro femenina y fangirleó como nunca antes al imaginarla con aquella ropita puesta.

De camino al Sunny parecía haberse drogado ya con sus propios pensamientos. Cargando las bolsas repletas de ropa, Sanji caminaba tambaleándose, con los ojos de corazón y sosteniendo un cigarro con los dientes mientras mantenía sus labios ocupados formando una estúpida sonrisa.

Al llegar hasta el barco, usó el muy útil Sky Walk para caminar en el aire hasta aterrizar en la cubierta del Sunny.

—Se fue con Nami de compras —Se le escuchó decir a Usopp. Sanji levantó la vista tras dejar las miles de bolsas sobre el césped, se acercó con el narizón e intentó mirar con una sonrisa a aquel con quien estaba hablando, pero luego se dio cuenta de quien era.

—Bueno, si no tardarán mucho, los esperaré aquí —Law miró a Sanji asomarse por detrás de Usopp y lo ignoró por completo, dándose la vuelta y caminando hacia el mástil del barco hasta sentarse.

El rubio frunció las rizadas cejas y miró a Usopp por detrás, tocó su hombro y, al voltearse el moreno, hizo una pregunta lo suficientemente bajito para que Law no pudiera escucharlos.

—¿No iba a llegar mañana? —Sanji no apartó los ojos de Trafalgar en ningún momento, como si estuviera esperando a que desenvainara su espada e intente tomar el Sunny bajo su control.

—Al parecer no —Respondió Usopp alzando las manos y los hombros mientras sacaba su labio inferior, sin una idea de lo que estaba pasando.

Sanji frunció el ceño, se separó de Usopp, apartó su mano y caminó hacia el mástil donde estaba sentado Trafalgar. Al verlo acercarse de tal manera, el moreno se levantó tranquilamente y esperó a que Sanji se le acercara un poco más para enderezar la espalda y alzar la frente y el pecho.

—Pierna negra-ya —habló con su voz grave, Sanji se detuvo no muy alejado frente a él y se cruzó de brazos, su con el ceño fruncido—, ¿qué pasa?

—Eso venía a preguntar yo —respondió Sanji tranquilamente, comenzando a relajar el rostro. Law no parecía tener intenciones de hacer algo en contra de ellos. Se puso correctamente de pie y metió sus manos a sus bolsillos del pantalón de vestir—. Perdón pero, creo que no podré dormir hoy si sigo con esta duda...

Law levantó una ceja—. Dime.

Antes de hablar, Sanji suspiró con los ojos cerrados y la cabeza gacha.

—¿Has hablado con Mihawk acerca de que Zoro está a punto de tener un hijo mío?

Law ahora tenía ambas cejas levantadas. Se hizo el silencio por varios segundos y luego Trafalgar sonrió, cambiando la mirada interrogante de Sanji por una de preocupación.

—Tranquilo, Pierna negra-ya. Él sólo quiere que su hijo conozca al tuyo —Explicó, acercándose al rubio y alzando las manos para tomarlo de los hombros—. Tú entiendes... Por todo ese rollo de que son medios hermanos.

Sanji entornó los ojos mirando a Law, después el moreno apartó sus manos y volvió a sentarse.

—¿Estás seguro? —Preguntó Sanji bajito, antes de comenzar a caminar hacia la dirección contraria de donde estaba Law sentado.

—No —Dijo serio, cruzando los brazos—. Hay un asunto que tengo que desmentir antes de asegurarte que Mihawk no intentará nada.

Sanji se sorprendió y volteó a verlo rápidamente, pero antes de que pudiera preguntarle cualquier otra cosa, Zoro y Nami llegaron al barco.

~

Pasó una noche en el Sunny y, a la tarde siguiente, Law convirtió a Zoro otra vez en mujer al lado de un desconfiado pero extrañamente alegre Sanji.

Después de mirar, olfatear, tocar, besar y danzar alrededor de la Zoro mujer, el rubio tuvo que despegarse de ella porque Nami insistía en salir de compras a pesar de que Sanji alegaba que ya habían ido de shopping el día anterior, que no apartaran a su linda Zoro de su lado. Y después Nami lo hizo reflexionar con un buen golpe en su rubia cabeza. Al final accedió porque Zoro le susurró que compraría algo de la lencería que tanto le mencionaba y le pedía usar. Después, Zoro se despidió con un coqueto beso debajo de la oreja del cocinero y un agarrón de nalga. Y Sanji, con un chichón en la frente, las mejillas ardiéndole, el corazón a todo dar y con ojos de corazón, por fin se quedó callado y observó en silencio y entre suspiros, como su chica favorita se iba a comprar lencería para él.

—Pierna negra-ya —Habló Law, sacándolo del hipnotismo de aquella mujer peliverde. Se volteó mientras lo miraba a los ojos y se acercaban mutuamente—, ahora sí puedo explicarte todo.

—¡Ah, sí! Claro —Recordó Sanji, encendiendo un cigarrillo y cruzando los brazos frente al moreno, esperando a que comenzara hablar. Pero Law levantó una ceja, miró alrededor y, al notar la cubierta llena de Sombreros de Paja, se dio la media vuelta y caminó hacia la habitación que compartían Sanji y Zoro, pues era la más cercana puerta a la cubierta. Sanji lo siguió hasta el cuarto y, ya cuando los dos habían entrado, Sanji cerró la puerta detrás de él—... ¿Tan delicado es el asunto?

Law no respondió. Tenía una cara de asombro y miraba a todas partes de la habitación, como si estuviera buscando algo.

—Está repleto de olor a sexo aquí —mencionó tranquilamente, sin mirar a Sanji. El rubio se sonrojó y bajó la mirada hasta llevar su mano a su boca, sosteniendo un momento el cigarro.

Law, terminado de analizar con la mirada y el olfato la habitación, suspiró fuerte —lo cual resultó raro después del comentario que acababa de hacer—, se volteó hacia Sanji ahora sí y lo miró.

—Iré al grano —dijo metiendo sus manos a sus bolsillos y caminando por la habitación. Sanji asintió mirándolo a los ojos y caminando en círculos del lado opuesto de Law. Cuando Law estaba en el lugar inicial de Sanji y viceversa, el moreno se detuvo. Sanji hizo lo mismo y se acercó a la cama perfectamente tendida por si en algún momento de la conversación llegara a cansarse y así tendría la oportunidad de sentarse.

—Ve al grano —apuró Sanji recargándose en una de sus piernas y metiendo las manos a los bolsillos, sosteniendo el cigarrillo con los labios. Miró a Law tomar aire y hablar sin titubeos, solo soltándolo de una buena vez.

—Zoro-ya tendrá mellizos.

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Y antes de que Sanji pudiera siquiera reaccionar, se acabó este capítulo.

Ahscabacf <3
Sora_swan69 pa' cuando despiertes y tu abuela te deje usar el celular❤️

No sé, los dejo en suspenso hasta el siguiente cap :'v

Los ama,

taglet.