22. Instinto.

Mucho tiempo después.

Sanji sujetaba fuertemente por la cadera a Zoro, quien no separaba sus manos de la cabeza de Sanji, acariciando su cabello y enredando sus dedos en el. Se besaban con ansias e infinita pasión a altas horas de la noche. Zoro sentado en la barra de la cocina con Sanji entre las piernas, besando su cuello, acariciando su espalda y mordiendo sus labios.

—¿Sabes? Creo que ya estoy embarazado —Habló Zoro entre suspiros y Sanji salió de entre su cabeza y hombro y lo miró estupefacto desde abajo.

—¿Q-quieres d-d-decir...? —Tartamudeó el rubio con los ojos humedeciéndosele. Zoro volteó un poco los ojos y levantó una ceja, alejando sus manos del cuerpo del cocinero para que pueda emocionarse y llorar en paz; como siempre lo hacía cuando tocaba el tema del bebé—. ¿¡D-d-de verdad?!

—Sí, Ero-cook —Respondió Zoro secamente y Sanji le sonrió con dureza para después abrazarlo por debajo de los brazos con mucha fuerza. Zoro también sonrió y le correspondió al abrazo, acercando su cabeza a la de Sanji para poder oler su aroma característico mientras rodeaba su cuerpo entre sus brazos.

—Espera —Dijo de repente abriendo de par en par lo ojos y poniéndose serio. Se separó un poco de Zoro para poder mirarlo frente a frente, aunque no dejó de tomarlo por la cadera después de eso—. Si cuando tenías a Konat dentro no lo sentías ni lo sospechabas...

—Esto es diferente —Le interrumpió el peliverde, frunciendo el ceño, apretando los hombros de Sanji con sus manos y suspirando para prepararse a explicar algo que ni siquiera él entendía del todo—. Es como... raro esta vez.

—¿A qué te refieres? —Se apresuró Sanji a preguntar, preocupado y con el ceño fruncido de angustia.

—No, no, tranquilo, no creo que sea nada malo —Lo tranquilizó el espadachín—. Es solo que... se siente algo así como... pesado.

—No entiendo —Habló el rubio—. En absoluto.

—Tampoco yo, la verdad —Continuó el espadachín—. Solo lo sé. Seguramente esta semana comenzaré a ponerme gordo. Te apuesto.

Sanji sonrió y se inclinó para besarlo tiernamente, sin dejar de sonreír. Zoro pudo sentir el pecho palpitante de Sanji, como si estuviera lleno de amor para dárselo a él y a su hijo en camino. Se sonrojó un poquito ante tal pensamiento tan cursi y cuando Sanji se separó a decirle lo siguiente, la sonrisa tonta del rubio le resultó contagiosa.

—No puedo esperar a ver eso.

~

Puru, puru, puru, puru~

El den den mushi sonaba en la habitación de cartografía, donde Robin leía tranquilamente sentada al lado de éste. La arqueóloga interrumpió su lectura para responder el caracol con una mano, sosteniendo el libro con la otra. Se llevó la parte para hablar a la boca y, antes de que ella pudiera decir algo, el que se encontraba al otro lado de la línea habló fuertemente.

¿Hola, hola? ¿Sombrero de paja?

—Hola, ¿quién habla?

Necesito hablar con su capitán —Dijo ahora seriamente. Robin suspiró y dejó el libro en la mesa, parecía que esto llevaría tiempo.

—No puedo dejar que hables con él hasta que me digas quién eres —Dijo como si hablara con un niño, comprensivamente. El que hablaba al otro lado de la línea no pareció notarlo, siguió hablando seriamente.

Soy de la tripulación de piratas del Corazón. Me capitán no se encuentra en el submarino, pero me pidió darle esta información su capitán, Monkey D. Luffy, antes de mañana.

—Bueno, mi capitán está indispuesto en este momento —Dijo Robin. En realidad Luffy estaba comiendo a escondidas de Sanji en la cocina, aprovechando que estaba "ocupado" con Zoro—. Pero puede dejarme el mensaje a mi y yo se lo comunicaré cuando pueda hacerlo.

El del otro lado de la línea suspiró pesadamente pero al final y sin mucho tiempo de tener que rogarle, cedió.

Mi capitán, Law, zarpó hacia la isla donde están anclados —Dijo, Robin quizo preguntar el porqué, pero él la interrumpió para seguir hablando—: Dijo que necesita ir por un asunto con Roronoa, que ya es hora. Y me pidió que les avisara para que no se vayan de ahí hasta que él llegue.

Robin analizó lo que el muchacho le dijo; Sanji y Zoro habían estado intentando tener un hijo desde ya hace mucho tiempo, pero si sus cálculos no le fallan, entonces si ya es hora eso significa que Sanji le había echado ganas de más y entonces se embarazó más o menos en la primera semana intentando.

Sonrió por la imagen mental que tenía de "Sanji le echó ganas de más" y le respondió al pirata.

—Muy bien. Le pasaré el mensaje en cuanto pueda —Y con eso último, colgó el den den mushi.

Aunque no sabía cómo es que Trafalgar sabía que ya había un niño esperando crecer en la panza de Zoro, no le dio demasiada importancia. Intentó seguir con su lectura pero esos pensamientos no la dejaban en paz, así que se levantó y fue hacia la cocina. Encontró a Sanji lavando los platos con el ceño fruncido, Luffy sobándose la cabeza y Zoro burlándose de él, sentado en la mesa.

—¿Cuantas veces debo decirte que no te comas todo lo del refrigerador? —Dijo Sanji en tono molesto sin percatarse aún de la entrada de Robin a la cocina. Robin sonrió y decidió no decir nada hasta que la escena frente a ella terminara.

—Pero... ¡tengo hambre, Sanji! —Habló Luffy haciendo un puchero con la boca e ignorando las risas de Zoro que obviamente estaban dirigidas a su capitán.

—Comimos hace apenas una hora, podrás aguantar hasta la cena —Afirmó Sanji sin voltear a verlo ni cambiar su expresión fruncida, de enojado. Se quedaron callados por un momento, solo escuchando el agua cayendo, con la que Sanji lavaba los platos sucios.

—Cocinero —Habló Zoro, mirando a Luffy burlonamente. Luffy levantó la cabeza para verlo también y Sanji volteó el cuerpo, cerrando la llave del agua y secando sus manos con la toalla de un lado. Cuando se aseguró de que el capitán le estuviera poniendo atención, continuó hablándole a Sanji—, tengo hambre.

Robin sostuvo la risa al ver el salto de Luffy cuando se indignó de que Sanji no le haya dado comida a él pero cuando Zoro dijo eso, el rubio se acercó corriendo a la mesa y le preguntó muy sonriente "¿Qué se te antoja, Zoro? Puedo prepararte lo que quieras, solo dime".

—Cocinero-san —Interrumpió Robin, haciéndose notar antes de que Luffy intentara arrancarle los pelos a Sanji. El trío monstruoso volteó hacia ella al mismo tiempo, entonces se acercó ahora sí a la mesa y se sentó frente a Luffy, recargando su cabeza en su mano y cruzando las piernas—, llamó uno de los Piratas del Corazón.

—¿Que dijo, Robin-chan? —Respondió Sanji enderezando el cuerpo, tomando el hombro del despreocupado Zoro.

—Dijo que Torao-san está en camino hacia acá —Respondió Robin sin pensarlo tanto como lo estaba haciendo Sanji, sin darle tantas vueltas al asunto. Después de varios segundos de Sanji en shock pensando que rayos estaba pasando, respondió con una pregunta.

—¿Por qué? —Dijo, mirando hacia otro lado de la cocina, apretando el agarre al hombro de Zoro, quien no entendía nada de la preocupación de Sanji pero aún así seguía escuchando la platica: después de todo, se trataba en gran parte de él.

—Supongo que ya será hora de convertir a Espadachín-san en mujer —Respondió Robin, sosteniendo su cabeza en su mano y mirando a Zoro, esperando ver una expresión de asco o inconformidad. Pero Zoro solo levantó las cejas, sorprendido; pues en realidad no le molestaría convertirse de nuevo en mujer por algún tiempo indeterminado, porque sabía que el objetivo final valdría mil veces la pena.

Sanji observó el rostro confundido de Luffy y acarició la cabeza verde de Zoro. El capitán se dio cuenta de esto y lo entendió por fin.

—¡Ohhh, Zoro! ¡¿Ya estas embarazado?! ¡INCREÍBLE, Sanji, ¿tan rápido lo lograste?!

—¡Oye! —Dijo Zoro algo indignado, golpeando con la palma de la mano la mesa y listo para reclamarle a su capitán—: ¡Yo también puse mucho de mi parte y esfuerzo!

Sanji se rió por primera vez esa tarde y se rascó nerviosamente la nuca, mientras intentaba calmar a Zoro con la mano en su cabeza, aunque no pareciera dar nada de resultado.

—Cocinero-san —Llamó Robin—. No creo que haya algún problema con eso. Quizá están solo en camino para estar seguros de que Espadachín-san lleve una vida adecuada para lo que está apunto de pasar con su cuerpo por segunda vez. ¿No crees?

Sanji la miró y le sonrió. Ignorando a Luffy y Zoro para que continuaran peleándose, él asintió con la cabeza y le devolvió la sonrisa a Robin.

—Es cierto, Robin-chan, tal vez es solo mi imaginación —Admitió Sanji—. Creo que me he vuelto algo sobreprotector.

Robin se rió—Bueno, será tu primer hijo. Tus instintos como padre estarán alerta desde ahora y hasta que mueras.

Sanji sonrió y llevó su mirada hasta Zoro, quien seguía peleándose con el capitán. Pensó en todo aquello que estaba por vivir con ese maldito estúpido, en que la vida que estaba creando en su interior era también parte suya y hasta imaginó un bebé gordo con el cabello verde y las cejas rizadas. Sonrió más ampliamente casi llorando por todo eso, pasó la mano de su cabeza hasta su hombro y se acercó rápidamente a darle un pequeño beso en la coronilla. Sonrió de nuevo y acarició su hombro antes de volver a la barra de cocina, para prepararle algo a su amado espadachín aún frente al hambriento capitán.

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-///- Que lendo!❤️

Perdón por tardar tanto :c Es que estoy trabajando en una súper fic LawSan *u* aunque, claro, no publicaré hasta que acabe esta fic y lleve varios capítulos escritos. Le estoy poniendo mucho esfuerzo -u-
Además de que la escuela no me deja ni ir al baño ;-; (maldito cch ib). Pero bueno, sé que algún día acabaré :'D

Gracias, espero no demorar tanto al siguiente :3
Loviu❤️

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