13. Cambio de cuerpo.
Narra Zoro.
No sabía qué rayos pasaba desde que nos reencontramos, pero no nos hemos movido del archipiélago Shabaody desde hace ya cuatro meses. Y cuando preguntaba algo acerca de eso me decían todo menos lo que les había preguntado, y eso comenzaba a colmarme la paciencia.
—¡Cocinero! —Entré a la cocina gritando. Él estaba dándome la espalda con un pulpo en las manos. Volteó la mitad de su cuerpo para verme y me sonrió.
—¡Hey, Marimo! —Volvió su atención al pulpo—¡Ya despertaste, qué sorpresa!
—¡Silencio! —Le dije en voz alta. Estaba en ese lugar con el propósito de sacarle información al cocinero, con métodos indecentes si fuera necesario. Él se quedó un momento sin moverse ni hacer nada, hasta que retomó su tarea con la comida.
—¿Qué pasa, cabeza de musgo? —Me habló ahora seriamente, cortando el pulpo rápida y ágilmente.
—Quiero explicaciones —Continué y él siguió en silencio—. ¿Por qué siento que todos me ocultan algo? ¿Por qué no me dejan tomar sake? Y... —Hice una pequeña pausa— ¿¡Por qué no hemos zarpado en tanto tiempo?! ¡Apuesto a que esto no es voluntad de Luffy! ¿Qué está pasando, Sanji?
Si, eso estuvo bien. Dije su nombre al final y es rara la vez cuando lo llamo "Sanji". Debió de haber pasado algo en esa estúpidamente atractiva cabeza rubia.
—Por si aún no te has dado cuenta... —Habló sin voltearme a ver— Nuestra próxima parada está a 10,000 de profundidad bajo el mar y aún no ponen el revestimiento al Sunny.
—¡¿Entonces qué esperan para revestirlo!? —Pregunté acercándome a él unos dos pasos, marcándolos sonoramente— ¡Ya quiero salir de aquí!
—Debes ser un poco más paciente, Zo- —Lo interrumpí gritando.
—¡No! ¡Ya no aguanto! ¡Quiero probar mis nuevas técnicas con algo de carne fresca! —Simulé que tenía mis espadas y me moví como si estuviera rebanando a unos cuantos gyojin como en Arlong Park.
—Pues ve y pesca para que pueda preparar algo con mariscos, anda.
~
Narrador en 3ª persona.
Después de que Zoro salió de la cocina sin haberle sacado una palabra a Sanji pero si un gigantesco chichón de el golpe que le dio por acercársele a darle un beso, pero éste le respondió que no estaba de humor y lo golpeó al ver que Sanji no se le apartaba.
Salió de la cocina con el ceño fruncido y de camino a la parte más alta del barco, donde estaban todas sus pesas y equipo para ejercitarse, se encontró con Luffy.
—Wo, ¡Zoro! —Le llamó el capitán. El espadachín solo volteó con una mirada indiferente y cuando lo hizo, Luffy agrandó al triple su sonrisa.
—¿Qué? —Preguntó Zoro, algo extrañado y entonces Luffy le señaló la panza, divertido.
—Estas más gordo.
Zoro enrojeció de furia por completo y se volteó para irse más rápido a su destino pero Luffy, ahogado en sus propias risas, estiró el brazo y lo detuvo de la ropa.
—¡No te enfades! ¿Qué no es bueno? Shishishi —Le preguntó después de habérsele pegado y Zoro removiéndose para que se le quitara de encima se detuvo de golpe. ¿Cómo podía pensar su capitán que estar engordando a tal velocidad era bueno?
—¡Claro que no es bueno, Luffy! —Le gritó retomando los movimientos para intentar sacárselo de encima— ¿Cómo puede ser bueno que esté tan gordo?
—¡Ah! —Respondió el capitán sin dejar de molestarlo encima del peliverde— ¡Porque eso significa que el beb-!
Una katana envainada golpeó al capitán con la intención de callarlo antes de que revelara lo que todos han estado ocultándole a Zoro. Con el golpe, Luffy por fin se separó del peliverde y, ahora en el suelo, se tocó la cabeza para calmar el dolor. Después, miró hacia arriba para regañar a cualquiera de sus nakamas por haberlo golpeado tan fuerte, pero el dolor y enojo que sentía se esfumaron tan rápido en el instante en que lo vio. Sonrió de oreja a oreja y lo saludó levantando las manos con emoción.
—¡Torao!
El mencionado le pegó a Luffy en la frente con su espada dos veces, sonriéndole sin poder evitarlo también.
—Sombrero de Paja-ya —Saludó al joven capitán—. Necesito hablar contigo y con... quien sea que sea tu estratega.
—¿Estratega? —Repitió Luffy bajando las manos para rascarse la cabeza con una y tocarse la barbilla con la otra, pensativo. Bueno, en realidad no era que esa tripulación se destacara por sus bien pensadas estrategias pero... Claro que tenían un estratega a pesar de eso.
—Zoro-ya —Trafalgar ignoró al reflexivo capitán y ahora mejor llamó a Zoro, quien continuaba sentado en el suelo detrás de Luffy. Al escuchar que el otro le llamaba, volteó a verlo—, ¿puedo verte? —El peliverde levantó una ceja, extrañado y sin entender—. Quiero decir... Levántate. Por favor.
Zoro no tenía idea de por qué Law le pedía tal cosa, pero no encontró motivo para no hacerlo, así que obedeció. Se puso de pie y sacudió sus ropas mientras caminaba para acercarse al otro moreno. Éste le tomó de la muñeca, le levantó la mano y le dio media vuelta a su cuerpo, mientras lo observaba de pies a cabeza. Bajó su brazo y midió sus hombros y cintura con sus dedos y manos. Tomó su muñeca de nuevo y repitió los pasos en la parte de enfrente de su cuerpo. Solo que, al terminar, Law le levantó levemente la camisa y le tocó la panza. Zoro se sorprendió pero no lo apartó, solo puso sus manos en los hombros del doctor. Mientras Law con sus pulgares tocaba delicadamente el estómago del moreno peliverde y aplastaba un poco también. Y, en efecto, Zoro ya estaba comenzando a engordar.
Law, al igual que Luffy, se dio cuenta pero no dijo nada.
—Bien —Dijo Trafalgar, poniéndose de pie de nuevo después de bajarle la camisa al peliverde—. ¿Quién es el estratega del barco?
—Ese es Sanji-kun —Se le escuchó decir a Nami detrás de Luffy—. Está en la cocina.
—¿El estúpido cocinero también es estratega? —Preguntó Zoro a Nami, casi burlándose.
—Aunque no lo creas, Zoro, tu novio es el cocinero Y el estratega de este barco —Respondió la chica, resaltando la palabra "y", el color en las mejillas de Zoro y la sonrisa de su capitán, quien sabía que era cierto.
~
—Necesito convertir a su querido espadachín en una mujer —Habló el recién llegado. Ahora en la cocina con la única compañía de Luffy y Sanji en ésta.
Luffy dejó de masticar su carne y Sanji dejó caer el cuchillo al suelo.
Ambos Sombreros de Paja se voltearon a ver mutuamente para luego ver a Law. Luffy siguió masticando después de eso, como si nada hubiese pasado. Pero Sanji... A Sanji se le tensó todo el cuerpo, temblaba, se tambaleaba y, cuando se agachó por el cuchillo sintió que no podía levantarse. Y todo esto no se sabía si era por la sorpresa o por la emoción que había despertado Torao en el ya sensible Sanji hacia el cuerpo de Zoro... y ahora que ese sublime cuerpazo sería convertido en uno de chica... No, no podía ni siquiera con el pensamiento.
Trafalgar se dio cuenta de todo aquello pero no le importó, continuó hablándoles.
—Ojos de Halcón llamó a mi caracol más o menos hace un año. Me informó de todo su plan con Zoro-ya y me pidió cooperación, porque ya se estaba llevando a cabo —Hizo una pausa para tomar de su bebida—. Y yo, como usuario de la fruta Ope-Ope no puedo decir que no.
—¿Por qué? —Preguntó Sanji, caminando de un lado a otro por la cocina para tranquilizarse, pero sin dejar de poner su completa atención a lo que decía Trafalgar.
—Muchas cosas, Pierna Negra-ya —Respondió devolviéndole la mirada a Sanji—. Primero y lo más importante: si realiza el parto con cuerpo de hombre será para él increíblemente doloroso, quizá hasta llegue a causarle la muerte —Luffy soltó un gritito de susto—. Segundo: el bebé se desarrollará desde ahora más sano y fuerte si cambiamos su cuerpo al de una mujer. Y tercero: necesitará senos para dar de comer al bebé.
Sanji tragó saliva al escuchar eso último.
La cocina se quedó en completo silencio, a excepción de los fuertes latidos del corazón del cocinero, que era lo único que se escuchaba.
—Bueno... —Habló Luffy, rompiendo el silencio por fin— Hazlo, Torao. Cambia el cuerpo de Zoro. —Dijo, estirando su cuerpo como si acabara de levantarse de la cama y bostezó de la forma más casual. Típico de Luffy.
—¿Seguro? Bueno, te digo a ti porque no puedo preguntárselo a él y tú eres su capitán...
—¡Claro! ¡No quiero que Zoro muera!
Y después de eso, tomó un trozo de carne con la boca, otros dos con ambas manos y salió de la cocina. Sanji y Law siguieron hablando.
—Leí un libro sobre Frutas del Diablo hace un par de años y creo que en la tuya mencionaba algo de lo que acabas de decir —Habló Sanji, sentándose en la silla de la mesa que quedaba frente a Law—. Pero entonces todo esto significa que tu asistirás el parto ¿cierto?
—Cierto.
—Bien. ¿Lo has hecho antes?
—No.
Sanji frunció el ceño.
—¿No? —Repitió algo enfadado.
—No tienes por qué preocuparte por algo así, Pierna Negra-ya. Las Frutas del Diablo nunca les fallan a sus portadores. O al menos la mía nunca lo ha hecho.
—Bueno, lo siento. Admito que estoy algo nervioso por todo eso del cambio de cuerpo, el parto...
—¿Qué tipo de relación tienes con Zoro-ya?
Sanji enrojeció y miró al moreno directo a los ojos, luego apartó la mirada con una tierna sonrisa. No tuvo que hacer nada más para que Trafalgar comprendiera.
—Novios ¿eh?
—No lo llamaría así... No es nada serio.
—Apuesto a que no por tu voluntad.
El rubio se quedó callado sin mirar al moreno, suspiró y se recargó con la mano en la mesa, dándole internamente la razón a Torao.
—¿Cuándo harás el cambio de sexo? —Cambió de tema.
—Justo ahora, aunque después tengo que aclarar algunos detalles contigo. Ya sabes, por ser el estratega y esas cosas —Dijo y se levantó de la mesa, caminó a la puerta y salió de la cocina con Sanji detrás, entre confundido, feliz, emocionado y nervioso.
Trafalgar buscó a Zoro con la mirada y lo encontró descansando en el suelo de la cubierta con los ojos cerrados. Caminó hasta él e hizo que se levantara. Éste obedeció bostezando y tallándose el ojo.
Sanji seguía detrás de Law, esperando ver lo más hermosamente erótico de su completa existencia, con el ojo abierto cual plato sin intenciones de perderse un solo detalle de lo que estaba por presenciar.
—¡Room...! —Trafalgar levantó una mano y creó su sala de operaciones lo suficientemente grande como para que dentro cupiera él y Zoro, quien medio dormido, ni se dio cuenta. Después el cirujano colocó una mano sobre el hombro de Zoro y susurró algo. Lo que pasó a continuación fue todo un exquisito manjar para los ojos de Sanji.
Primero, Zoro se encogió de estatura. Después, sus caderas se ensancharon y su torso adoptó una forma de reloj de arena. Su cara tomó rasgos más finos y delicados. Sus cabellos verdes crecieron hasta la altura de sus codos. Su cuerpo adelgazó de golpe. Y, oh por Dios, su trasero y pechos crecieron tanto que el rubio no pudo evitar dejar caer una cascada de saliva.
—¿QUÉ ME HICISTE? —Una voz aguda bramó después de todo aquello, pero aunque haya cambiado, todos supieron que era la de la nueva Zoro— ¿SOY UNA CHICA? ¡AY DIOS! ¡SOY UNA CHICA! —Trafalgar deshizo su sala de operaciones y Zoro lo tomó de la ropa, amenazándolo— ¡NO, no! ¡Cámbiame!
—Lo siento, Zoro-ya.
La expresión de enfado de Zoro cambio por una de completo miedo. Volteó a ver a Sanji y entonces se le lanzó encima, pegando su cuerpo con el del rubio y tomando con fuerza y firmeza sus hombros.
—¡Sanji! ¡Haz algo!
Abrió los ojos de par en par y alzó esas rizadas cejas, completamente sorprendido. Luego se dio cuenta de que ese suave par de pechos se removían pegados a los suyos gracias a los saltitos que Zoro daba. No aguantó más de pie y entonces cayó al suelo junto con Zoro, que había caído sobre él.
Miró su rostro, esa expresión que irradiaba terror por el pensamiento de quedarse con ese cuerpo, que en realidad a Sanji no le molestaba. Pensó en esto: Zoro le había tenido la mayor confianza que a los demás en el barco, porque fue el primero al que se le lanzó. Sonrió. Zoro lo vio sonreír y se ruborizó como jamás nadie lo había visto. Al verlo tan maldita y hermosamente rojo, el rubio se sonrojó también y decidió mejor ver hacia abajo.
Lo cual fue pésima idea.
Sus ojos se encontraron con los pechos de Zoro.
Y lo último que recuerda, fue la hemorragia nasal que hizo que se desmayara después.
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Hola hola!
Wowowo no sé por dónde empezar :'v
Ah! Me sacaron el apéndice esta semana :'v así que creo que tendré más tiempo libre para escribir. Yay! Aunque me duele mucho la panza y me tienen que poner muchas inyecciones :c
Ah! No estoy segura de que Sanji sea el estratega de los Mugiwara, pero algo así había leído por ahí. Aparte es lo que yo creo. Sanji tiene mucha pinta de estratega (hasta más que Robin, ajá).
Escribí este cap muy rápido! Casi no alcanzó a publicarlo en viernes(?) bueno, es sábado 3am, pero da igual :'v
Bueno, ya no sé qué decir xD Espero que les guste el gender bender tanto como a Sanji :v bye, bye!
Los quiere,
taglet.
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