VIII. El final anunciado.


La luz del sol advirtió a Izanami, pero estaba demasiado lejos para hacer algo, dejó que nos fuéramos sin pelear.

VIII. El final anunciado.

Caminamos por mucho tiempo, no sabría cuánto pues no importaba y yo estaba muerto, tenía todo el tiempo del mundo. No podía ver a Tenten, pero ella segía conmigo, lo que nos conectaba era este bambú y el balanceo de nuestros pasos al caminar por el suelo con relieve cavernoso de la cueva. La luz que salía de Tenten era suficiente para notar el poco espacio que tenía de mi cabeza al techo de la caverna por la que andábamos con cuidado de no tropezar; después de un rato, la luz del exterior nos alertó que casi llegábamos a la salida. 

Tenten fue la primera en salir, la vi parpadear varias veces para acostumbrarse a la luz. Sus ojos que en algún momento el el inframundo pensé eran café terroso, ahora mismo, con los rayos del sol lucían más como las cortezas de los arboles de canela que en algún momento observé cuando estaba vivo. 

El lugar era un paraje natural, un lago estaba en el centro y quizá era el mismo donde Izanagi se había lavado después de salir del mundo de los muertos. Tenten soltó la parte del bambú que cargaba, estiró sus brazos mientras inhalaba aire fresco y después soltó el poco cabello que seguía amarrado en un deshecho moño y entró con todo y ropa en el lago. Yo estaba muerto, no era necesaria una purificación para mí*.

─Por un momento pensé que ya no volverías, Neji ─La voz que oí me resultó conocida y estoy seguro que de haber sentido algo sería un escalofrió... y miedo. La mujer que estaba a mi espalda, de ojos verdes, pelo rosa y piel pálida, se acercó a mí con un andar coqueto y con ritmo insinuante, pero muy adentro no sentí deseo sino asco.

Tenten, al ver a la mujer, salió del lago rápidamente con Kusanagi en mano.

─¡Neji, aléjate de ella! ─me gritó, obedecí sin pensarlo y Tenten blandió la katana con ambas manos delante de mi, protegiéndome  como lo había hecho allá abajo, como si un muerto como yo pudiera hacerse daño─. Cupido, hemos traído lo que querías, ahora déjanos en paz.

─Claro que lo haré, sólo deja que tome el pedazo de bambú y me iré ─Cupido levantó indefensa ambas manos al aire mientras se acercaba. Tomó el bambú y de sus ropajes sacó un cuchillo pequeño con el que cortó una porción ─. Aunque ambas sabemos que necesitas mi ayuda para revivir a Neji.

─Neji nunca probó la semilla del inframundo, puede quedarse en el mundo humano si lo... ─trató de argumentar Tenten antes de que Cupido la interrumpiera.

─Aunque no haya comido la semilla, eso no le quita lo muerto ─la sonrisa que adornó su cara era todo, menos encantadora ─. Y es cuestión de tiempo para que desvanezca y regrese al inframundo.

Tenten frunció más el ceño, la furia e impotencia que sentía se podía ver en su cara, tan claros como la luz del día, ahora fue el turno de ella para arrojar al suelo su espada jade y levantar las manos en señal de rendición ─ ¿Ahora qué es lo que quieres de nosotros? ¿Cómo puedo revivir a Neji?

─ Oh, no es sencillo, es algo muy doloroso... y quizá no funcione ─. Mientras Cupido hablaba con nosotros, con sus manos cortaba el bambú en pedazos de distintos tamaños, sin prestarnos atención, le daba forma a los tubos en sus manos, de sus ropajes finos reveló un largo pedazo de cuerda color dorado con los que fue uniendo el bambú ─. Pero, primero lo primero ─, dicho eso, ensalivó sus labios y tocó algunas notas con la flauta, una tonada dulce y lenta. Del cielo bajo una pequeña esfera de luz dorada, como una burbuja brillante, la burbuja se dirigió hacia mi cabeza; en lugar de explotar, atravesó y me tiró al suelo.

Cuando abrí los ojos recordé todo. Mi trabajo, Charlotte, Hinata, Tenten... mi odio hacia esa bruja que seguía tocando la flauta y que llamaba mi jefa. Con todo el poder que tenía me levanté y corrí hacia Eros, la sujeté de su ropaje y la levanté algunos centímetros del suelo.

─Neji querido, me recuerdas ─Su tono no tenía preocupación o sorpresa. Era obvio, yo estaba muerto y ella era una diosa, no le podía hacer nada.

─Dime, ¿por qué me odias tanto? ¡¿Acaso he hecho algo además de un buen trabajo que amerite tanto odio de tu parte?! ─intenté controlarme, pero mi voz iba aumentando de volumen mientras más hablaba ─¡Vamos, dime qué he hecho! ─la solté, pero ella no cayó, seguía impecable y fresca como una rosa en primavera.

─Neji, soy el dios del amor, tú has trabajado para mi ¿Cuánto? ¿Novecientos, mil años? Eres el cupido que más tiempo ha estado a mi servicio ¿no lo sabes? ─negué con la cabeza, tenía esa certeza, llevaba mucho tiempo trabajando con ella pero ¿eso que importaba? ─Y aun así, en todo este tiempo, no te ha enamorado de ningún humano.

─¿Qué me dices de Charlotte? ─interrumpí, Cupido me miró como si no supiera de quien hablaba ─la mujer, de la época de la Revolución Francesa.

─¿Ella? Eso no era amor, no era ni siquiera algo parecido. Ya tenía a alguien y tú no cumpliste con tu trabajo, lo que hice era necesario ─. Quería golpearla, Charlotte no era ningún tipo de juego con el que se pudiera entretener; pero algo dentro de mí también quería la verdad ─. Yo elijo mis cupidos de las almas que no encontraron su amor en vida. Tú moriste sin haber amado, yo te elegí para que me sirvieras en lugar de reencarnar ¿Y así me lo pagas? Siendo un subordinado malagradecido que no respeta mi autoridad.

─Yo no pedí esto.

─Claro que no, eres infeliz siendo cupido y eso pasa después de varios años haciendo parejas felices sin tener algo que amar. Pero cuando te encargo a alguien para que te enamores de ella porque es perfecta para ti, alguien que elegí sólo para ti; tú sólo intentas hacer bien tu estúpido trabajo. ¡Eres un estúpido cupido que no sabe cuando tiene que rendirse ante mi poder!

─¿Eso quiere decir que...

─Si, idiota, la pareja perfecta para Tenten eres tu ¿no te habías dado cuenta de eso en los meses que estuviste con ella? ─nunca había visto a Venus tan exasperada como en ese momento.

─Yo... ─miré a Tenten, ella estaba igual de asombrada que yo, no había dicho nada hasta ese momento, después de un rato observándola, ella volteó a verme, sus ojos chocolate brillaban claros como la miel dorada debido a que el sol daba directo en su cara.

─Mira, sé cómo revivirte, no tengo problema en hacerlo, pero como dije antes, es muy doloroso.

─¿Lo has hecho antes? ─preguntó Tenten, desconfiaba tanto de Cupido como yo.

─Claro que lo he hecho antes, con Naruto y Hinata, pero puede que no funcione con ustedes, Hinata estaba recién muerta mientras que tu... ya llevas un año muerto, Neji. Pero es una decisión que deben tomar ambos ─Venus, se alejó de nosotros para que pudiéramos discutirlo.

Tenten, conociéndola tanto, seguramente diría algo gracioso pero hiriente para romper la tensión ─Vaya, sí que eres malo en tu trabajo como para no haberte dado cuenta de que eras mi verdadero amor antes, genio ─quise sonreír, ella tenía razón en eso ─; ahora lo que te pregunto es si de verdad sientes algo por mí.

Ella no me miraba, tenía su vista fija en sus manos, que torpemente, jugueteaban como niña pequeña, como si temiera a lo que le fuera a decir, como si no fuera lo suficientemente fuerte como para soportar mi respuesta, y eso que ella había cruzado el mundo de los muertos sólo por mí. Sus manos no eran débiles, no eran delicadas, no de la forma tradicional. Sus dedos parecían hechos para pelear, para dirigir.

Lo que me preguntó fue algo importante, algo que decidiría nuestras vidas, ¿de verdad la amaba? No tenía idea. Pero tampoco tenía idea de como se sentía el amor, ¿cómo sabía si yo amaba a alguien cuando nunca lo había hecho? Recordé los momentos en los que yo pude haberme sentido vivo. Todos mis recuerdos eran junto a ella.

Como una avalancha de sentimientos, recordé las risas desafinadas que salían de su boca cuando vivíamos juntos y ella intentaba enseñarme como funcionaban las cosas humanas, recordé como se sentía un apretón como los de Cupido en mi corazón cuando la veía llorar después de una cita fallida, las veces en las que simplemente me sentía cómodo al estar en el mismo lugar que ella, sabiendo que ella estaba conmigo.

Eso, de alguna forma, esos instantes, me recordaban lo que era estar auténticamente... Vivo

Quizá ella no se daba cuenta, dudo que pudiera hacerlo; pero su mirada no era la de alguien despiadada, que siempre intentaba aparentar. No, sus ojos siempre mostraban dulzura, tal vez un poco de compasión incluso.

Tragué saliva viendo a otra parte con el ceño fruncido ¿Qué clase de cosas se me ocurrían? Por un fugaz momento, llegue a pensar que tal vez, ella sólo tenía esa mirada cuando estábamos juntos....

 ─ ¿Neji? ─ me llamó preocupada, había pasado tiempo desde que me preguntó por primera vez.

 ─ Yo...─ no me salían palabras y estaba seguro de que si tuviera corazón estaría retumbando en mi caja torácica desde hace tiempo y ella me miraba impaciente, casi desesperanzada ─ Tenten, desde que tengo memoria me he basado en la lógica y las reacciones de las personas para hacer bien mi trabajo. Cupido dice que no sé que es el amor, pero estoy seguro─  Tenten no entendía lo que decía, mi mirada no iba hacia ella, intenté verla a los ojos, unos segundos fueron suficientes para que todo mi valor se evaporara como agua al sol─ . Estoy seguro de que te amo. Mi lógica lo asegura, mis reacciones lo confirman, pero lo que siento por ti no lo puedo explicar con algo tangible.

 Por segunda vez me atreví a verla a los ojos, estaban acuosos, como si quisiera llorar. Llegó corriendo hacia mi, sus manos se agarraron de mi nuca mientras lloraba en mi pecho. Ella olía a humedad, a tierra y agua, tierra húmeda y pasto, sus manos estaban frías y toda ella seguía mojada por su clavado en el lago. Si por mi fuera, podría estar toda la vida de Tenten así, junto a ella.

La separación después de un tiempo fue inevitable, para que no viera sus lagrimas, Tenten pasó rápidamente su antebrazopor su cara, limpiando sus ojos, después llamó a Cupido, que como había prometido, se había alejado para darnos espacio.

─ ¿Cómo puedes revivir a Neji? ¿Qué tengo que hacer?

─ No te asustes; como ya dije, he hecho esto antes, pero no sé si funcione─  Se acercó a Tenten lentamente, seguía sin confiar en ella, pero no teníamos alternativa─. Sé que es difícil, pero no hagan algo estúpido, yo sé lo que hago.

Su mano penetró el pecho de Tenten, sentí furia. Eso era una trampa, lo sabía.

─ ¡No!─ Grité con todas mis fuerzas, impotente. Tenten había caído, el dolor había hecho que derramara lagrimas, me acerqué a ella y coloqué su cabeza en mi regazo, Cupido estaba torturándola lentamente y yo no podía hacer nada. No había nada que pudiera hacer, solo sostener a Tenten mientras Cupido clavaba sus uñas en su corazón.

─¿Puedes callarte? Esto es algo delicado y necesito concentrarme ─ Levanté la vista hacía Cupido que no había aplastado el corazón de Tenten, lo había roto en dos mitades.

Las dos mitades del corazón latían al unísono, púrpuras cristales gemelos. Cupido se agachó y colocó en el pecho de Tenten una mitad; después me miró, casi con gratitud, y colocó la mitad sobrante en mi pecho.

De uno momento a otro pude sentir todo. El aire entrando por mis pulmones, el pasto picando mis pantorrillas adoloridas, el peso de la cabeza de Tenten en mi regazo, los rayos del sol tan calientes que quemaban mi cara y el latir del corazón de Tenten en mi pecho.

  ─Bueno, creo que nada salió mal─ Cupido se levantó, una ráfaga de viento la levanto del suelo cual pluma─. Este es el adiós, Neji. Fuiste el mejor cupido que tuve. Gracias ─ . La ráfaga terminó por llevársela cuando se transformó en una paloma blanca.

Tenten, que se había desmayado del dolor, al poco tiempo despertó. Mis dedos recorrían su pelo enredado, cuando levantó su cabeza de mi regazo, me miró por unos instantes que me hicieron sentir incómodo, mi nuevo corazón pulsaba como si quisiera salir de mi pecho y volver al de ella ─. ¡Neji!─ su chillido de felicidad perforó mis oídos y con toda la fuerza de su pequeño cuerpo terminó de tirarme al suelo en un abrazo de felicidad.

 ─ ¡Auch!─me quejé─ , ¿cuándo dejarás de golpearme contra el suelo, mujer?─ Tenten fijó su mirada en mis ojos y después comenzó a reír de felicidad. Su risa, que antes me resultaba algo molesta, ahora era contagiosa; una media sonrisa fue lo único que me pudo sacar, los latidos de mi corazón me decían que todo iría bien.


*Al regresar al mundo humano Izanagi se bañó en un lago para purificarse de toda la podredumbre del inframundo.

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