III. Una historia de amor mejor que Crepúsculo
Me encontraba sentado en un parque, estaba lejos de la ciudad, donde no existían casas departamentales, sino solamente casas hogareñas con familias grandes; este parque era amplio, con muchos juegos infantiles llenos de niños y sus padres sentados en bancas similares cuidándolos de lejos. Tenten se encontraba en el coche de segunda mano en el que me había traído, vigilándome como si yo fuera otro de los tantos niños que ahí jugaban. Ya no faltaba mucho para que ella apareciera; sentí como paso a mi lado un niño rubio, corrió hacia la los columpios seguido de una pequeña niña.
— ¿Neji-niisan? – La voz seguía siendo tan dulce como la recordaba, hace años que no la había oído.
– ¿Señorita Hinata? – No la reconocía del todo, la última vez que la vi tenía el cabello azulado largo y reluciente hasta la cintura, su cara era delgada y lucía más joven que yo; en cambio ahora que la volvía a ver su cara era más redonda, su cabello lacio apenas le llegaba a los hombros, esos años que no la había visto habían pasado por su rostro avejentado sin quitarle la belleza natural que nunca la abandonó— Se ve distinta...
— Y tú te ves exactamente igual que hace años —Hasta su personalidad había cambiado, hablaba más segura de sí misma y al mismo tiempo podía reconocer a la mujer que trabajó conmigo durante siglos— ¿Puedo sentarme? A este pequeño le falta poco para salir y me cansa un poco estar parada —Dijo mientras acariciaba su enorme vientre con una sonrisa en el rostro.
Asentí algo sorprendido, no sabía que nosotros podíamos envejecer o tener familia... eso hizo que odiara un poco más a mi jefe ¿Qué tantas cosas desconocía de nosotros? Y es que en todos los años al servicio de Aizen Myo nunca había sabido nada sobre nuestra naturaleza, menos sobre los alcances que teníamos sus sirvientes y él estaba dispuesto a mantenernos en la ignorancia para que siguiéramos trabajando para él.
— ¿Cómo está Hanabi? —Preguntó Hinata-sama, mostrando preocupación por su hermana menor.
— Dado que no podemos morir por vejez o enfermedad, viva. Trabaja y cuida a Hiashi-sama —. Traté de ser los más breve y rápido, no quería alargar las cosas— He venido a pedirle ayuda —Hinata-sama me miro confundida, cuando ella era un cupido normalmente era Hinata-sama la que pedía mi ayuda.
— ¿En qué te puedo ayudar Neji-niisan? —Cuestionó preocupada. Yo le expliqué con detalles lo que me había pasado, la misión que me había asignado Angus, como había lanzado la flecha y la ausencia del hilo rojo del destino; omití el detalle de mi tacleada y el dolor que sentía, simplemente para evitar la humillación. Hinata-sama escuchó con paciencia y atención mi relato, al terminar me vio extrañada y preguntó— ¿Dónde quedó tu ballesta?
— Desapareció minutos después de que yo fleché a Tenten.
— Esto es algo extraño, muy inusual, pero creo saber de qué se trata —. Fijó su vista en los niños que jugaban en los columpios, el niño rubio que había visto antes se acercó a nosotros, me vio con sus ojos azules, examinándome con una mirada enojada— Boruto, cariño. Él es tu tío Neji, vino de visita unos días, dile hola —Pidió Hinata, ¿Ese niño era suyo? ¡No se parecía nada a ella! Ni siquiera tenía los ojos lavanda de la familia.
— Hola —Me dijo, la vista la había desviado a otro lado, algo sonrojado. Oh, en eso se parecía a Hinata-sama, el sonrojo de la cara, seguramente él era una copia en miniatura de Naruto.
El centro de operaciones de Eros era como una oficina normal, hay agentes de campo y agentes que supervisan el papeleo y el orden en los documentos a los que tenemos acceso, como expedientes y documentos a los que los agentes de campo nos son imposibles ver. Hinata-sama fue una de las supervisoras por muchos años, siglos y siglos de papeleo, pero ella siempre quiso ser una agente de campo, ayudar a las personas a encontrar el amor era algo que siempre quiso hacer, con eso en mente se esforzó hasta que Cupido le dio una oportunidad.
Naruto fue su primer y única misión. Yo la había entrenado, le di los mejores consejos para su primera asignación, me preocupaba que hiciera algo mal, pero no podía ayudarla en esa parte; era una de las misiones más fáciles, sólo debía durar unos cuantos días. Hinata-sama lo siguió a todas partes durante unas semanas, las semanas se convirtieron en días y los días en años. Rompió la primera de las reglas al ser un cupido: se enamoró de la persona a la que debía buscarle una pareja.
No supe mucho sobre esa misión después de eso. Alilat la despidió; mandó traer a todos los cupidos para una charla, en donde expresó su ira y nos advirtió la pena que sufriremos si rompemos la primera regla: trabajar en el inframundo. Créanme, trabajar en el inframundo es peor que en el amor, o eso pensaba yo. Dos años después me enteré gracias a Kiba que Hinata-sama vivía con Naruto.
— Debo hablar algunas cosas con el tío Neji, ¿puedes ir a cuidar a tu hermana, por favor? —Le habló Hinata-sama con tono meloso al niño rubio. El niño asintió y regresó a los columpios—. Por lo que dices que paso la respuesta es sencilla: Tenten puede elegir a cualquier persona. Tiene aproximadamente siete mil millones de posibles parejas.
— ¿Qué? —En serio ¿Qué mierda ocurre? Hinata-sama vio la confusión en mi rostro por lo que preguntó— ¿Sabes cómo funcionan las flechas y el hilo rojo?
— Si, la flecha detona la dopamina y feromonas suficientes para encontrar pareja, el hilo rojo que sale de la persona guía a la persona que estadísticamente es más probable que tenga sentimientos recíprocos hacía el objetivo —Cualquier cupido que se respete debe saber esa información.
— Ese es el problema Niisan, el lado matemático y químico de la situación es muy distinto en la práctica; a veces puede salir mal; Tenten esta bien ahora mismo por su cuenta, no quiere a nadie a su lado y eso significa que cualquier persona es compatible con ella, incluyéndote—. Eso significaba que debía buscarle a Tenten una pareja, de forma "manual"— Creo que hace siglos que esto no sucedía...
— Pero Hinata-sama ¿cómo voy a flechar a su pareja cuando la encuentre? No tengo flechas y no puedo comunicarme con ningún cupido o con Eros.
Hinata-sama se quedó pensando unos momentos, acarició su vientre y luego se le ocurrió algo— ¿No crees que es muy raro? —La miré interrogante ¿a qué se refería? — Algo así no había ocurrido en siglos, tus flechas y cualquier forma de contacto desaparecieron, nunca has ocultado tu odio hacia Eros desde... ese incidente —cuando menciono eso tragué y mi mandíbula se tensó— sin olvidar que él es quien supervisa que caso se le da a que cupido, es como si...
— Es como si quisiera deshacerse de mí... —Ahora eso estaba claro— pues no la tendrá tan fácil—. Bien, ya estaba determinado: Tenten iba a conseguir pareja sin importar cómo.
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