— Caprice 24. Hermy— Jean miraba a su hija de 8 años con severidad — Si no te conviertes el violín jamás podrás sentir el baile como parte de ti.

— Es difícil mamá —se quejó, sus manos y el cuello le dolían demasiado — Me duele el cuerpo.

— Sopórtalo, es mejor el dolor del cuerpo a sentir el dolor por amor — Jean le arrebató el violín. — Paganini fue un gran exponente del violín, estúdialo y mejóralo.

— Yo quiero bailar, jugar y... — Hermione fue interrumpida, debido a que su madre le besó la frente.

— Serás la mejor hija, Baile, música, actuación... eres una Spencer, si te quedas quieta no vas a ser la mejor. Podrías ser la primer ministro y mano derecha del rey George algún día, eres grande hija— Jean miró a Harry que estaba sentado frente al piano — Tu eres el mejor pianista de tu generación. Ambos serán imparables, nuestro rey los amará y dejaran de lado esa estúpida venganza.

— Pero no conozco al príncipe

— Ni yo a la princesa. — Dijo Harry mientras acariciaba su piano.

Jean los miró con solemnidad — No, no deben conocerlos porque sufrirán. Solo bailen y toquen. Sean felices con el arte, Ahora Hermy Caprice 24.

Hermione cerró los ojos, era la melodía más difícil y rápida, se colocó el violín al hombro, lo difícil seria ser amada. Empezó a tocar de manera atrevida. Su entrenamiento era de 5 horas al día, luego ella se quedaba mirando como Harry tocaba el piano durante 5 horas.

La disciplina musical de su madre le enseñó a soportar todo, pero cuando conoció a David se enamoró de su música, ambos eran inseparables. Se presentaban a concursos en Escocia. Hasta que él se fue a Alemania, le rompió el corazón y desgraciadamente dejó de oír su violín a pesar de tocarlo, ya no oía su propia música, era sorda a su propio violín.

— Aférrate a tu violín hija, solo él te salvará de todo — Su madre le dijo cuando estaba en su lecho de muerte. — Tu sobresales sola, no sufras por amor, llora en tu violín, no te dejes hundir por nadie de la realeza, se dulce, pero no idiota. — Luego miró a Harry— Protege a tu hermana, ama al piano, sean arte, Contraigan nupcias por amor si pueden... pero no se enamoren de la realeza...

— ¿Qué podíamos hacer? éramos dos jóvenes con deseos de ser amados — Hermione miró el Lago Ness.

Astoria y Theo se encontraban en el hospital esperando a que llegaran sus respectivos guardaespaldas y la policía.

La habían reconocido algunos pacientes y médicos como la princesa del violín, otros como la princesa de Escocia que había secuestrada recientemente. Se emocionaron y siguieron por los pasillos así que tomó ropa de enfermera y se escapó para ver el lago.

— ¿Aún no me olvidas? — era la voz profunda de David, pero sabía que era producto de su imaginación. 190 centímetros de alto, cabello rubio y largo hasta los hombros, ojos verdes como las profundidades del lago, un cuerpo atlético, usaba jeans, camiseta y sostenía el violín en la mano. Lo veía siempre se sentía sola. Una alucinación que a veces la hacía creer que debía ir a un psiquiátrico.

— Si no te hubieras ido a Alemania seguiría siendo feliz. — Hermione tomo una pequeña roca de la orilla y la lanzó — Me dejaste aquí, perdí mi habilidad con el violín.

— Perdiste autoestima, Herms. Dejaste que un idiota con corona dominara tu corazón— David sonrió — Vuelve a tocar, vuelve a bailar, se libre otra vez. ¿Quieres el amor? Sal a buscarlo. ¿y que si estás casada? puedes alejarte de príncipe y actuar el papel de mujer perfecta...

— ¿Qué hago cuando te vuelva a ver? — Hermione cerró los ojos.

— Págale con la misma moneda — David desapreció de la misma manera en que llegó.

Sí, había sido suficientemente sumisa, su matrimonio ya había nacido muerto y ella se encargaría de enterrarlo junto a su marido. Vio como un helicóptero se acercaba así que corrió al hospital, seguramente Theo ya estaría conciente.

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Charlie ingresó al hospital los médicos rápidamente le dieron el informe de lo que ocurría con los pacientes. La señora Latimer había sufrido un aborto provocado por golpes, Theodore había recibido un balazo y a la Princesa le habían dado una bofetada que le había puesto morada la mejilla.

En cuanto ingresó el pelirrojo a la habitación de Astoria quedó horrorizado, la mujer se había ahorcado con las sábanas — Llamen al forense — Ordenó y caminó a la otra habitación donde se encontraba su primo. Lo vio junto a Su Alteza Hermione, ambos abrazados. — Buenas noches, ¿Cómo están?

La pareja se apartó

— Bien, el maquillaje cubrirá esto. — Hermione habló tristemente— Theo tendrá que estar en reposo.

— Si, perdí mucha sangre — El conde y la princesa parecían ocultar algo.

Realmente lo hacían hace unos instantes habían compartido un beso, Hermione decidió no negarse sus sentimientos, así que decidió empezar una relación abierta con el conde y este aceptó.

— Su alteza, Astoria Latimer se suicidó — Charlie le informó.

— Es una lástima, mi marido va a llorar. ¿Sabe quién es el culpable de mi secuestro?— Hermione no estaba interesada en lo que ocurriera con la amante de su marido, la alucinación le había hecho notar que solo debía importarle ser feliz.

Charlie usó un tono de voz duro y serio— Sospechamos de una pareja de esposos que estuvo en la fiesta y no habíamos notado su desaparición, en cuanto vuelva a la seguridad de Inglaterra va a ser informada de todo. — Se dio la vuelta para salir — Si quieren ocultar su afectos cierren las cortinas, siempre hay mirones.

Los jóvenes rieron mas no dijeron nada.

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El rey recibió a Hermione con los brazos abiertos. La abrazó como a una hija.

— Su majestad— La princesa se arrodilló — He decidido tener un amante.

— ¿Por qué me consultas? — Secretamente estaba agradecido por ello, al fin la niña había despertado. — ¿ha ocurrido algo?

— El conde Wessex será mi amante...— Hermione guardó silencio— He decidido que Draco no debe tener más poder sobre mi, Dijo que jamás me daría el divorcio, pero deseo con todo corazón que pague todas la humillaciones a las que me sometió, solo me ha usado para sus beneficios. Nadie me asegura que a pesar de la muerte de su amante va a ser estable a mi lado... por ello quiero salir del ojo público hasta que mis niños hayan crecido lo suficiente.

El rey guardó silencio, dejó que la princesa siguiera hincada de rodillas. Permitir una infidelidad era embarazoso siendo el representante de la iglesia anglicana. Pero de no hacerlo estaría premiando a su estúpido sucesor.

— Te enviaré al Castillo de Mey en Escocia solo si logras ganar el concurso de violinistas, si no lo logras vas a quedarte con mi nieto y sin amante alguno hasta que se cumplan los 5 años de fidelidad— El rey George sabía que Hermione perdió su talento con el violín luego de lo ocurrido con David Garrett III.

— ¿Harry puede ser mi acompañante de piano? — Preguntó la princesa.

— Desde luego — El rey sonrió, los habían escuchado una sola vez cuando estos tenían 12 y 10 años de edad y se mostraban en el concurso del conservatorio de Escocia. — ¿crees poder ganar?

— Solo déjeme ir a Alemania un par de días y le aseguro que ganaré cualquier concurso que usted desee para cuando reaparezca. —Hermione soltó un par de lágrimas recordaba a su madre siendo estricta con ella y Harry. Recordaba los golpes con la batuta que recibían al equivocarse.

— No voy a permitir que mi mujer me engañe — Draco salió de un armario, la vio arrodillada — ¿Crees que voy a permitirlo?

— Solo me importa el permiso del Rey — La princesa respondió mirando el suelo.

— A mí me interesa escuchar un hermoso concierto, Voy a invitar a varios violinistas — El rey salió de la habitación.

— ¿Cuántas veces te has acostado con mi primo? — Draco explotaba de enojo.

— Ninguna, porque yo si he sabido respetar mi matrimonio — Se puso en pie — Te juro que voy a ganar así tenga que venderle mi alma al diablo. Nunca te voy a perdonar que hayas embarazado a esa ramera. Nunca voy a perdonarte así siembres todo el planeta de Girasoles.

El príncipe entrecerró lo ojos — ¿Ya no me amas?

— Te volveré a amar cuando me convierta en la reina consorte, me casé contigo por tu poder, ¿crees que realmente existe el amor?.. — Hermione suspiró agotada— Amo el poder que me ofrece tu posición pero estoy harta de ti, me ahogas cuando finges que me amas, ni siquiera diferencias lo que es querer, gustar, amar y la pasión. Tu familia si lo entiende.

— No vas a herirme con eso, no vas a ganar el concurso porque me aseguraré de traer al mejor del mundo — Draco amenazó con dolor en sus palabras, no lo demostraba, pero su esposa le hizo recordar que de él solo amaba su posición.

— David Garrett III no vendrá por ti. ¿Sabes por qué crees que me tu abuelo me pidió que ganara el concurso? Antes de dedicarme al baile era una violinista por mi madre, fui al conservatorio de Escocia con Harry. Éramos un buen equipo...

— ¿y eso que tiene que ver? — Draco no entendía nada.

— Crees que sabes todo, Yo perdí mi habilidad de oír lo que toco así que es muy probable que el rey crea que no voy a Ganar— la princesa respiró hondo — Por eso me viajaré a Alemania...

Draco respiró hondo — entonces no tengo de qué preocuparme.

La princesa le sonrió y lo abrazó — Te diré un secreto... Mi madre me educó para ignorarte, así que si pierdo tendrás que acostumbrarte a verme trabajando porque te juro que voy a volver a los escenarios sea como bailarina o violinista, ahí me han de llover miles de amantes.

— No eres así. Mione.

— Las personas cambian, amor— la castaña le dio una patada en la entrepierna que lo dejó viendo estrellas — para que no embaraces a tus rameras. Por cierto Astoria se suicidó.

El príncipe soltó un grito desgarrador desde el suelo además de llorar como un niño, ella le dio la espalda para ir a ver sus hijos.

Hermione no giró a verlo, sentía que su amor se convirtió en odio, e iba a dedicarse a herirlo cuantas veces pudiera y en el proceso sería feliz. Eso no quería decir que iba a pasar la peor madre, No, amaba sus hijos como su propia vida, pero no volvería a esconderse en un cascarón de ingenuidad por un idiota que no supo valorarla.