Capítulo XIX

─ Reacciona, Amor... ─ Con ayuda de Harry habían llevado a Draco a la habitación de Hermione. ─ ¿qué pasó?

El príncipe no reaccionaba se encontraba catatónico. Rígido como una roca mientras el llanto emergía de sus ojos sin parar. Acurrucado en la cama lejos de sus pequeños para que no se asustaran.

La duquesa llamó al médico real del Castillo Mey. Le explicó lo ocurrido, el doctor le puso un sedante que hizo que Draco dejara la rigidez y durmiera profundamente.

─ Creo que es la quinta vez que sucede y esta vez no ha podido hablar. ─ Explicó cuando terminó de estirar los músculos del príncipe ─ va a despertar en unas horas, estará normal.

─ ¿quinta vez? ─ preguntó La princesa de 29 años. ─dígame cuando empezó todo esto.

─ El príncipe sufrió de esto, una semana después del fallecimiento de su Padre Lucius. Luego tras enterarse del trastorno antisocial de su hermana, era tan sensible que empezó a bloquear sus emociones, aprendió a hacerlo con gran maestría... Antes de conocerla sufrió tanto... ─ el médico veía al príncipe con tristeza ─ las terapias eran duras, la medicina no lo curaba. El rey sospechaba que todo tenía que ver con su madre... Narcissa iba envenenando la mente de su hijo...

─ Pero ama sus hijos, él en verdad puede sentir, él nos ama. ─ Hermione replicó con seguridad.

─ el príncipe dejó de creer en la moralidad y respeto... Lo ha visto en los periódicos se volvió tan escandaloso como su hermana, la raíz es que él no tolera sentir dolor por mucho tiempo, se embriaga cuando sucede y dice incoherencias... Cuando usted perdió a su primer hijo el príncipe cayó otra vez en la catatonia, lloraba en su despacho... Sufrió con usted...

─ sé que eso no ocurrió cuando me secuestraron. ─ Hermione habló un tanto herida. ─ solo preguntaba por su amante... Él...

─ Supongo que creía amar a la señora Latimer o decidió hacerlo así para no estar catatónico delante de los invitados del Señor Theodore... ─ El médico se encogió de hombros ─ Pero luego de que usted se marchará el Clarence House... El príncipe estuvo sedado la mayor parte del tiempo según me dijeron mis colegas.

─ ¿por qué no se me informó lo que estaba ocurriendo? ─ La Duquesa se sentía frustrada. ─ No me comunicaron de esto durante mis cuatro años de casada, ni una sola palabra.

─ El príncipe nos ordenó no hacerlo, la lástima no es algo que el príncipe tolere con facilidad, dijo que no iba a retenerla de esa manera. ─ El médico se retiró.

─ ¿por qué? ─ Hermione se acercó a su marido. ─ Idiota, siempre piensas en ti... No me contaste. ¿Bloquear emociones? ¿A qué tonto se le ocurre? Solo a ti pedazo de tonto.

─ Daphne es sociópata. ─ Harry no podía creerlo, entendía como lo había acosado y manipulado, no era empática... ─ aquel día que te gritó parecía otra, tan fuera de sí...

─ No importa lo que tenga mi cuñada, mi marido es mi prioridad por ahora... Necesito saber que lo ha puesto así. ─ la duquesa dudaba que fuera por un vestido sucio de Lyra. ─ Mejora pronto.

─ ¡acaba de Morir! ─ el médico retornó sorprendiendo a la castaña que se aferró a su marido, para verificar lo que se le estaba diciendo. ─ La madre el príncipe ha fallecido...

Harry resistió el deseo de patear el médico, había visto la angustia en el rostro de su hermana, aferrándose a su cuñado. La había asustado sin querer.

~°°~

En el funeral Draco no lloraba, no podía mostrarse herido ya que el protocolo no lo permitía, caminaba tras el ataúd vestido completamente de negro sosteniéndose apenas en pie. Su esposa le tomó de la mano, no lo soltó en ningún momento. Le dio valor... Lo sostuvo mostrándole que no estaba solo. Él no lloró después del entierro, no odiaba a su madre a pesar de que trató de envenenar su mente, tenía claro que los celos y las mentiras de Daphne ocasionaron todo. Decidió volver a bloquear esas emociones o quedaría catatónico por el sufrimiento.

─ Volveré a Clarence House. ─ Hermione soltó cuando estuvieron solos en la alcoba del príncipe se disponía a denudarse delante de él.

─ ¿en serio? ─ Draco alzó la mirada esperanzado, pero luego la cambió por frialdad. ─¿por qué?

─ Quiero volver... Solo eso, tu hermana no parecía afectada y me aterra pensar que vaya a herirte como lo hizo conmigo. ─ Se retiró la blusa negra dejándola en un perchero. Podía leer algo en su marido, estaba luchando internamente.

─ No regreses, eres feliz en Escocia... Yo no quiero que esteés aquí, vete. ─ soltó como orden.

─ Entonces me quedaré a dormir esta noche. ─ La princesa se acercó a su marido. ─ Hoy no te dejaré.

─ Gracias Mione. ─ el príncipe dijo en un susurro apenas audible.

─ ¿me has extrañado alguna vez? ─ preguntó Hermione caminando solo en bragas hacia su marido. ─ ve más allá, quiero abrazarte antes de dormir.

El príncipe que ya se encontraba en pijama la obedeció, solo dormir, solo eso, pero fue una muestra silenciosa de amor de parte de la princesa, en el fondo de su corazón sentía un poco de afecto por su marido, no lo había olvidado del todo.

Cuando la pareja real cumplió los seis años de matrimonio, el conde de Wessex se casó con una extranjera dejando en el olvido así a la princesa de Gales. Asistieron al matrimonio donde Draco tuvo que consolar a su esposa con besos ya que se notaba un poco afligida. Más tarde la pareja se hubo encerrado a beber brandy y el licor hizo lo suyo. Cuando ambos despertaron completamente desnudos volvieron a entregarse físicamente, pero al acabar la ella volvió a marcharse.

Algo que Hermione olvidó mencionar era que desde que Theodore y David dejaron de ser sus amantes ella arrojó el frasco de anticonceptivos el retrete. Y de eso hacía tres meses.

Una semana después del matrimonio del conde de Wessex, el rey envió por los príncipes. Los necesitaba para que realizaran un viaje a Botswana, Okakarara para celebrar su regreso a la Mancomunidad de naciones gobernadas por Gran Bretaña.

— Viajarán hoy en la tarde, sin mis bisnietos. — Miró a Draco y a Hermione asentir. — A África, lo haría yo pero soy un anciano.

— Su majestad no diga eso. — Hermione objetó. — se nota fuerte.

— Tengo el triple de años que tú, voy en silla de ruedas a todos los eventos por ello he pensado en abdicar pronto para dedicarme a mis nietos y bisnietos. — El Rey los miró con solemnidad — por ello quiero que empiecen a solucionar sus problemas íntimos para que gobiernen con amor mi pueblo.

— Abuelo, no puedes abdicar, estás tan fuerte como un toro. — Draco no se sentía preparado para regir, a pesar de haber sido educado para ello desde que empezó a caminar.

— Gracias por esa dulce mentira, pero mis huesos me están matando y necesito descansar por ello irán a Botswana. Llevarán con ustedes a Fred y George, ya son adultos y necesitan ver cómo trabajan en equipo. — sentenció el rey. — por cierto, deseo que tengan otro hijo...

— Trabajaré en ello. — la princesa asintió dejando a su marido con la sorpresa en la cara. — ¿niña o niño? Majestad.

— Que sea lo que Dios quiera.

La pareja Real fueron a despedirse de sus pequeños a los cuales besaron y abrazaron. Los pequeños príncipes de 4 años y medio les desearon feliz viaje.

Más tarde los cuatro príncipes partieron rumbo a África, el viaje fue agotador a pesar de estar cómodos en sus asientos.

Draco estaba esperando el momento oportuno para tratar de enamorar a su esposa. A su vez Hermione sabiendo que el rey abdicaría y que sería Reina Consorte muy pronto, debía hacer las paces con su marido. No se trataba de decirlo y ya. Necesitaba conectar con él... Que él se abriera a ella... Que le mostrara amor... Más que sexo quería amor... Deseaba entender al patán que tenía por esposo. Tenía claro que jamás perdonaría varias cosas, pero los sentimientos negativos eran algo que ya había superado después de sesiones de sexo con David y Theo.

El viaje de seis horas los hizo llegar a las 10pm a Okakarara. El descanso era algo que necesitaban puesto que mañana tendrían una reunión con los jefes de la aún República.

~°°~

En la reunión Hermione y Draco firmaron el acuerdo de la Unión de Botswana, más tarde rechazaron la oferta del participar en el Safari, eran parte de la celebridad Real por lo cual no disfrutarían del recorrido de tres horas.

— Hemos conseguido una avioneta para dos personas. — George les comentó.

— Pensábamos usarlo pero queremos cedérselo — continuó Fred.

Los gemelos querían unirlos, habían visto cuanto dolor había en ellos también como el amor y atracción que aún sentían.

— Sin piloto no se puede volar. — la princesa objetó.

— Yo seré el piloto. — Draco le sonrió.

Una vez vieron la pequeña avioneta blanca, Hermione se llevó el susto de su vida, no consideraba seguro subir, menos el estar solos en un país que no conocían.

—¿seguro que sabes volar?

— No por nada me gradué con honores de las fuerzas aéreas. — La tomó de la mano y la arrastró al interior. — Veremos los animales en sólo una hora, sin necesidad de ir en un safari.

La princesa usaba un vestido azul marino hasta las rodillas, unos zapatos de tacón del mismo color, ató su cabello en una coleta alta. Mientras su esposo usaba un esmoquin, se retiró el saco y corbata para volar con libertad. Lo colocó tras su asiento junto a una diminuta maleta que había ahí.

— Ahora que te veo me parece que te estás quedando calvo. — Bromeó Hermione en cuanto ascendieron por los aires.

— Sí, ya me lo han dicho. — Draco gruñó — pero aun así sigo siendo guapo.

— Me agrada esa actitud, no parece que estés mal.

— ¿por qué buscaste que te embarazara tras el aborto? — preguntó él, no podía soportarlo más. — No hablaste de eso conmigo... Aún no lo supero... Soy el maldito culpable de todo lo que nos ha pasado.

La sonrisa que había estado en Los labios de Hermione se esfumó. — regresemos, no quiero estar más tiempo volando.

— No, hasta que me digas por qué.

La duquesa de Rothesay se dedicó a mirar por la escotilla, había jirafas, leones, rinocerontes, el desierto del Kalahari se veía imponente, árboles y praderas secas... Un ambiente muy caluroso se sentía. Draco seguía sobrevolando el lugar, no la miraba pero sabía que esperaba la repuesta.

— ¿qué más podía hacer? — preguntó la castaña.

— Hablar conmigo y no hundirte en el llanto. — respondió él, la observaba, se mordía los labios evitando llorar.

— No entenderías lo que sentí, no podrías saber lo que es perder a tu hijo, no...

— Era mi hijo también, acepto mi culpa, yo iba a ver a Astoria para acabar todo con ella, pero tú... Tras el aborto tú me alejaste, cuando volviste a mirarme solo deseabas sexo, solo querías otro hijo para reemplazar al primero... Me dejaste... solo... — La voz del rubio se quebró. — Rompiste nuestro pequeño vínculo emocional. Algo que Astoria mantenía intacto.

Hermione parpadeó para evitar dejar salir sus lágrimas. — Estás diciendo que si no me hubiera encerrado seríamos felices... Pero tú me engañaste.

— En un principio necesitaba un amigo, mi hermana esta tan loca como una cabra, tu hermano no era tan accesible como quisiera, mi madre sembraba ideas en mí... Ideas sobre la infidelidad, que yo jamás sería feliz y mi abuelo me había hecho elegir esposa. — Se limpió las lágrimas con la manga de la camisa. — No tenía a nadie, hay vínculos que no se pueden romper tan fácil ¿sabes?... Hablaba con Astoria, una sola vez tuve sexo con ella y resultó embarazada. Ella no sabía si era hijo mío o de su ex esposo. Fue una equivocación revolcarme con ella... Pensé que si en realidad era mío podría convencerte de tenerlo cerca.

— ¿para adorarlo más que a nuestros hijos?

— Para que tuviera un padre que lo amase, para que no se quedara solo en el mundo, mi abuelo me había dicho que lo enviaría a Canadá. — empezó a temblar mientras dirigía la avioneta. Hermione temió por qué quedase catatónico — Yo perdí a mi padre... Sé que tu perdiste a tu madre... ¿Hubieras aceptado que mi hijo creciera sin mí? ¿Hubieras sido feliz? O imagina esto, si te hubieras quedado embarazada de Theo o David y más adelante tendrías que haberte alejado del bebé ¿vivirás con normalidad al saber que tu hijo no está contigo? Te conozco, yo hubiera aceptado al niño como mío porque..

— ¿por qué? — Insistió Hermione —¿me amas o por deber? ¿O solo porque nadie sabe que me acosté con otros hombres?

— Por que un niño no merece alejarse de su progenitor... Merece sentir amor y no me hubiera importado que fuera de otro... Abría asistido al parto, le hubiera mimado como a nuestros otros hijos, sería un príncipe muy amado...

Hermione cerró los ojos, Draco hablaba de un niño que no existía, no lograba comprender si se refería al primer hijo que perdieron, al de Astoria o al que ella podría haber tenido con sus amantes si hubiera sido descuidada. Se refería todos... Eso quería creer.

— Cuando quedé embarazada de nuestro primer hijo pensé en dos nombres. — la duquesa aclaró su voz. — Orión si era niño y Antares si era niña. Lo había planeado, quería que fuera él o la mejor, imaginaba al bebé corriendo por Clarence House y de la nada mis sueños se quebraron como un cristal... Siempre en mi mente he tenido la duda sobre tu amor. Sé que no entiendes los sentimientos, por ello odiaba cada vez que salías y me alejé de ti en cuanto quedé embarazada de los gemelos... Las heridas dejan cicatrices y tú me has herido tanto...

— Lo sé, por eso no pedí ninguna oportunidad luego de que te fuiste.

Vieron nubes de tormenta, su diálogo los había distraído, había una tormenta de arena o algún huracán. No pudieron reaccionar puesto que el viento los arrastró. Draco trataba de mantener el control de la avioneta para mantener a salvo a su esposa. No iba a perderla nunca más, antes muerto.

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