Capítulo III

Hermione salía del establecimiento donde impartía sus clases cerca a la una de la tarde, sintió como una lluvia de flashes la seguían e iluminaban el rostro.

No podía ver bien debido a la nieve que se hacía más brillante. Miró y delante a las cámaras, celulares, micrófonos y un montón de reporteros siguiendo cada uno de sus movimientos. Además de hacerle muchas preguntas a la vez, las cuales no iba a responder por tratarse del príncipe. Decidió ignorarlos y seguir caminando.

Una reportera se acercó y empezó a caminar en la acera junto a ella. — ¿es la nueva novia del príncipe?

Hermione la miró incrédula, hacía un mes que conocía al príncipe y apenas lo vio dos veces. — No.

— ¿siente algo por él?

— No — volvió a responder Hermione.

— ¿Se van a comprometer?

Lady Spencer deseó desaparecer lo más rápido posible, por suerte Harry siempre iba a recogerla y estaba esperándola en el coche a media cuadra. — No voy a responder. — dijo con una dulce sonrisa.

Casi corrió y subió al coche de Harry y éste se apresuró a alejarse

—Eres mala — afirmó su Hermano. — acabas de rechazar al príncipe delante de toda Inglaterra. — señaló su teléfono donde habían estado transmitiendo en directo y se veía el coche alejarse.

— ¿Cómo puedo rechazar a alguien que no conozco bien? — Hermione preguntó.

Harry sonrió. — Hoy en la mañana el príncipe dio una entrevista, le preguntaron si había una joven que quisiese y él dijo tu nombre. — finalizó. — deberías ver las noticias.

Hermione se veía sorprendida, acababa de rechazar al príncipe. Pero realmente no sentía nada por él, era guapo y galante, ¡lo había visto dos veces! No iba a caer rendida sin más.

El teléfono de la joven empezó a vibrar, miró. Era el príncipe usando WhatsApp. Decía: «No me rendiré hasta tener tu corazón» rió de buena gana, le mostró el teléfono a su hermano y ambos rieron.

Dile al príncipe heredero que no puede tener algo e irá a perseguirlo como un perrito. Pensó la joven.

[...]

Daphne estaba riendo de la cara de enojo de su hermano. Parecía que iba a ladrar o gruñir en cualquier momento. Lo mejor para seguir riendo era echarle sal en la herida. — es la única mujer en todo el reino que no siente nada por ti, ¿pero quién podría sentirlo cuando solo la has visto dos veces?

— Y tú estás igual que yo. El hermano de ella no te toma en cuenta — respondió con una sonrisa pero ella no cambió de expresión.

—Hemos tenido unas 10 citas en la casa de Harry — Daphne sonrió de manera angelical. — Es más la señorita Spencer ha llegado acompañada de un hombre en aquellas ocasiones.

— ¡maldita sea mi suerte! — exclamó Draco tras escribir algo en su teléfono.

Daphne se divertía con la expresión de su hermano, parecía realmente furioso — Creo que no debiste olvidarla por salir con tu amante.

— No he salido con Astoria. — Draco luego negó con la cabeza. — no he salido con nadie.

— eso no dicen las revistas. —la princesa alzó una y le mostró un fotografías de él abrazando a la mujer más irritante del planeta, "Astoria la Malvada mujer", así le decía el abuelo. — ¿Crees que ella va a caer con tu labia barata? No, es la hija de un conde y como tal va a preferir a quienes hagan acciones más que decirle todo un libro de poesías.

— ¿Entonces que sugiere mi adorable hermana que haga? — preguntó con sarcasmo.

— Se tú mismo. No finjas, muéstrale qué eres más que un aburrido hombre de la realeza. — Daphne se levantó. — Voy a una cita.

— ¿con Harry Spencer? — Draco deseaba ir a ver a la princesa.

— Somos los herederos y no podemos estar en el mismo lugar a menos que el rey lo permita. — Daphne negó con la cabeza.

— Bien, entonces vamos a la mansión de los Spencer, yo rapto a Hermione y me largo ¿hecho? — él quería sacarse la espina sobre el hombre que acompañaba a su dulce futura esposa.

Daphne asintió, cada uno subió a su coche y salió del palacio. Tardarían una hora aproximadamente en llegar a su destino, apagó el teléfono puesto que Astoria no dejaba de llamarle y escribirle para reclamarle por la declaración.

Debería conformarse con ser su amante por que la reina consorte no lo sería jamás ya que su abuelo no la toleraba y jamás permitiría la boda. De hacerlo él tendría que qué abdicar en favor de su hermana.

~°°~

Cuando Harry quiso darse cuenta estaba haciendo reverencia a Su alteza real Draco Príncipe de Gales y a Daphne la Princesa real. Los cuales estaban juntos e intuía que venían por su hermana y él.

— ¿y tu hermana? —preguntó Draco se veía un "poquito" alterado, por no decir que estaba a punto de ladrarle.

— Con su pareja en el jardín trasero. — Harry estaba tan nervioso que habló sin pensar.

Daphne deseó reír, evidentemente se le había olvidado mencionar "de baile, pareja de baile". Su hermano mayor trataba de controlar su enojo y ella ahogaba las carcajadas que amenazaban salir de su garganta.

El príncipe estaba rebosando de un aura negativa ¡Lo cambiaban por un simple plebeyo! ¿Quién se creía que era para rechazarlo? ¿La Princesa de Mónaco? — quiero verla.

Harry empezó a caminar asustado y lo dirigió a una ventana que daba la vista al lugar donde estaba la joven con su pareja.

Su alteza la miró, estaban bailando Rock and roll, moviéndose de derecha a izquierda, saltando, girando, una coreografía perfecta y se movían de manera natural... Incluso más de lo que el príncipe lo había hecho bailando el vals vienés.

— es espléndida, Theodore y Hermione son la pareja perfecta. — Daphne trató de molestar a su hermano. — Voy un mes siguiendo esta novela.

— Creo que mientras Theo no le declare sus verdaderas internaciones seguirás mirando esta novela. — Harry le sonrió a la princesa. Deseaban estar solos para comerse a besos.... SOLO BESOS porque si la princesa perdía la virginidad Harry estaría cometiendo alta traición y sería decapitado. Claramente Harry Spencer de 27 años deseaba conservar su cabeza en el mismo lugar por el resto de su vida, aunque en estas épocas era más seguro que terminara con un balazo en la cabeza. — No tengo duda de que se casarán en menos de un año.

Al príncipe le nació el deseo de robar a la dama para convertirse en rey. Esa era la única razón por la que la seguía.

Cuando la pareja acabó de bailar se abrazaron y rieron.

Harry los condujo de regreso al salón, donde Draco se sentó en el sofá planeando algo maquiavélico.

Cuando la pareja se acercó saludaron a los príncipes con una reverencia.

— Un gusto conocerle, soy Theodore Mountbatten-Windsor conde de Wessex y vizconde Severn desde hace dos años. — el joven se veía realmente amable.

— Lo mismo digo. — Draco se puso en pie sintiendo enojo, había olvidado que tenía un pariente lejano pero recordaba haberlo visto hace más de 15 años. Era el tataranieto del príncipe Eduardo que a su vez fue el Hermano de Carlos quien fue esposo de Diana de Gales. — primo ¿Y cuándo tomarás el puesto de duque de Edimburgo?

Theo sonrió. — Dudo que el abuelo desee ascenderme ya que ese es el puesto que ocupará el esposo de Daphne.

Daphne asintió. — aunque ser duquesa de Cambridge no suena nada mal. Eso será cuando me case.

— es tarde y debo irme. — Tomó la mano de Hermione para depositar un suave beso. — espero verte pronto.

— Desde luego pasado mañana estaré en el taller de baile. — Hermione sonrió con dulzura, no podía negar que estaba embelesada con aquel joven de 25 años. Lo conoció una semana antes que al Príncipe... Pero Theodore fue constante en su cortejo.

El conde a sabiendas de la presencia de su primo decidió que debía evidenciar que Hermione era para él. — el amor de los jóvenes no está en el corazón, sino en los ojos. Me gusta la manera en la que me ve, Lady Spencer.

Draco miró a Daphne para reprocharle, su primo estaba usando una frase de Shakespeare y Hermione tenía las mejillas con un rubor rosa. La joven caía en versos de un muerto, pues él recitaría todo un libro si con eso podía conquistarla. Bueno, al menos la joven no salía con un plebeyo.... Y no le gustaba para nada quien estaba tras ella.

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