008; Escape.

Maraton 1/2

Espantado, rápidamente sacó un pañuelo de su bolsillo para intentar ayudarla a secarse.

— ¡En verdad lo siento, yo-

Pero cualquier cosa que iba a decir, se mantuvo en su boca, puesto que Im puso su mano sobre ésta, callandolo antes de que siga hablando.

Él la miró confundido, pero ella colocó su dedo índice sobre sus labios, indicando que guarde silencio, y con sus ojos, señaló la puerta, donde, por debajo de ésta, se veía que había alguien del otro lado.
Unas pequeñas sombras se movieron de izquierda a derecha varias veces, y para cuando desaparecieron, ella finalmente lo soltó.

— Lo siento — Murmuró la femenina.

— En realidad, yo lo siento — Pronunció, extendiendole el pañuelo, y dedicándole una sonrisa tímida.

NaYeon soltó una risa nasal, y lo tomó, limpiandose el rostro, el cuello, los brazos y sus manos, tratando de absorber un poco del líquido que cayó sobre su vestimenta.

— Lamento arruinar tu ropa, me olvidé que estaba en mi bolsillo cuando corrí — Admitió, sentándose a su lado.

— No te preocupes, en realidad yo-

Pero no pudo continuar, debido a que las cajas que estaba usando de asiento se destabilizaron, haciendo que ambos caigan hacia atrás.

Él se volteó a verla, preocupado de que se hubiera hecho daño, pero la muchacha solo se echó a reír sin freno, contagiandole, y haciendo que imite su accionar.

— Ah, te conozco hace apenas cinco minutos y ya causaste más revueltos de los que mi mascota me causa en una semana — Suspiró la castaña, girandose a verlo.

Pero no fue hasta que sus risas cesaron, que notó la cercanía de sus rostros, y del ardor que empezaba a crecer en sus mejillas. Agradecía la ligera oscuridad de aquel lugar.

Aclaró su garganta, y con ayuda del coreano, volvió a ponerse de pie.

— Creo que será mejor que me vaya, mis compañeras deben estar esperándome — Anunció, sacudiendo su ropa para disipar sus nervios.

— Seguro, perdón otra vez por haberte causado tantos problemas en tan poco tiempo — Volvió a reír con algo de nerviosismo.

— No te preocupes, y por cierto, yo me encargo de ellas — Aseguró, guiñandole un ojo.

— ¿Cómo lo harás?

— Shh, tu solo espera aquí.

La joven arrimó su rostro por el espacio entre la puerta y la pared, y al ver que no había nadie, salió de allí.

— ¡Santo cielo, es Jeon Jungkook! — Gritó.

El susodicho se asustó e intentó esconderse. ¿A eso llamaba encargarse de ellas?

¡¿Dónde?! — Oyó las mismas voces que antes.

— ¡Por allí, lo vi subir al ascensor, va al quinto piso!

Entonces sonrió. La juzgó muy rápido, en serio era buena.

— ¡Lo alcanzaremos por las escaleras!

Y con unos sonidos de pasos apresurados como de carrera, percibió que ya no estaban más.

— Listo, problema resuelto — Informó la mayor, acercándose a su escondite improvisado.

— Gracias por eso — Dijo Jeon, dedicándole una sonrisa sincera.

— No hay de que, entre colegas nos apoyamos — Garantizó, dándole un pequeño golpe en el hombro — Ahora ven conmigo, se por donde te puedes ir sin que te vean — Avisó.

Los dos revisaron el perímetro antes de salir, y cuando no vieron moros en la costa, se apresuraron a escapar sigilosamente.

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Nimin_36

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