Estuvieron un rato hablando con sus conocidas, y cuando éstas se tuvieron que ir debido a la hora, decidieron comprar un café para tomar.

— Me gustaría volver a colaborar con Seulgi, realmente es una buena bailarina — Comentó Momo, mirando el televisor que tenían en frente.

— Sip, además es muy agradable, lastima que su agencia las trata tan mal — Suspiró Im.

Siguieron platicando de otros temas triviales, cuando luego de unos minutos, le trajeron sus pedidos.

— ¿Sabes? El año que viene quiero pintarme el cabello, creo que es hora de cambiar de look — Planteó la mayor, dándole un sorbo a su bebida.

— ¿Al fin vas a intentar con el rubio? Muchos once's esperan eso — Mencionó Hirai, sonriendole a la castaña.

— No está en mis planes, prefiero intentar otra vez con el rojo, aunque está vez quiero que sea un rojo más anaranjado, aun así, podría intentarlo algún día — Aclaró.

— Tienes razón, yo también- Yo... — Pero no pudo terminar, puesto que un estornudo la terminó interrumpiendo.

Se quedó quieta un segundo más, y volvió a estornudar, haciendo que su mano se mueva por impulso, y sin querer se manche con la crema del postre que ordenó.

— Carajo, vuelvo enseguida — Informó la pelinegra, parándose y yendo al baño para limpiarse.

La mayor solo rió, y tomó su celular, revisando sus redes sociales personales mientras tomaba el café.

Cuando llegaron, bajaron del vehículo, se aseguraron de que nadie los haya seguido, y entraron a la cafetería.
Se quitaron los abrigos, y fueron directo al mostrador.

— Iré al baño a lavarme las manos, pídeme un capuchino con crema, ya vuelvo — Dijo Jung, levantándose y dirigiéndose a los sanitarios.

Jeon asintió, e hizo sus pedidos.

En la espera por su orden, miró alrededor, sonriendo ligeramente a sus conocidos, y asintiendo con la cabeza a quienes lo saludaban luego de reconocerlo.

De repente, su vista se posó en la joven que estaba sentada unos lugares al lado suyo, quien se veía relajada mirando su celular, y tomando una bebida, sin prestar atención a su presencia.

Pero su mirada se volvió poco disimulada, y la contraria notó que la estaba mirando, y también lo miró.

Rápidamente se tensó y se sintió intimidado ante esos ojos color miel, moviendo la vista hacia otro lado.

— Dios — Fue lo único que pensó, rogando para que HoSeok regrese lo más pronto posible.

Por suerte, al instante llegó la muchacha con lo que había pedido, y para disipar el momento, tomó el vaso de la barra, e intentó tomar de él, notando que no salía nada, y logrando escuchar una risa por su costado.

— Creo que necesitas esto — Pronunció la contraria.

Ésta le alcanzó un sorbete, y él lo recibió, sonriendo tímidamente ante su torpeza.
Ella también le sonrió, y volvió a sus cosas, dejándolo un poco atontado.

El muchacho comenzó a sentir algo nuevo en su estómago, algo parecido a los nervios que siente cada vez que se va a presentar delante de sus fans.

Volteó hacia ella, en esta ocasión un poco más disimulado que antes, observándola de reojo cada tanto.

Pero cuando logró reunir el valor suficiente para hablarle, de un momento a otro, llegó una chica de pelo corto, le dijo algo al oído, y se la llevó con ella, saliendo del lugar.

— Vaya, a veces me sorprende las cosas que uno se entera — Oyó la voz de su compañero, y sintió como se sentaba a su lado.

Pero Jungkook no le prestó mucha atención, solo observó por donde se fue la chica, y sonrió ligeramente, para luego, regresar su vista al pelinegro.

Nimin_36