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31 de diciembre de 2017, casi a medianoche.

—¿Eso tiene nueces?—Preguntó el chico.

Kaede detuvo la mano con la que sostenía una galleta salada untada generosamente con pesto y queso crema frente a su boca.

—Creo que tiene piñones*...—Dijo Kaede haciendo bizcos para mirar la galleta.

—¿Los piñones son nueces de árbol?

—No tengo la menor idea—Respondió Kaede—No creo que los piñones crezcan en los pinos, ¿o sí?

El chico encogió los hombros. Tenía el cabello rubio verdoso y despeinado y unos ojos verdes muy abiertos. Llevaba puesta una playera de Digimon.

—No soy muy experta que digamos en frutos secos—Añadió Kaede.

—Yo tampoco—Admitió él—Aunque esperaría que sí lo fuera: si por accidente me llegara comer uno, podría matarme, si hubiera algo por ahí que pudiera matarte, ¿no tratarías de hacerte experta en eso?

—No sé...—Kaede se metió la galleta salada en la boca y comenzó a masticarla—No sé gran cosa sobre el cáncer ni sobre accidentes de coche.

—Sí...—Dijo el chico, mirando con tristeza la mesa del buffet. El chico es muy delgado, y su tez es ligeramente bronceada—Lo que pasa es que los frutos secos tienen algo en mi contra, específicamente, es personal, son más bien asesinos, no sólo un peligro potencial.

—¡No inventes!—Comentó Kaede—¿pues que les hiciste?

El chico se rió.

—Comérmelos, supongo.

La música, que había estado sonando fuerte, se detuvo.

—¡Ya casi es medianoche!—Gritó alguien.

Los dos miraron alrededor. Kokichi, amigo del salón de Kaede, estaba parado en el sofá. Era la fiesta de Kokichi, la primera fiesta de Año Nuevo a la que había invitado a Kaede, a sus quince años.

¡Nueve!—Gritó Kokichi.

¡Ocho!—Había alrededor de catorce personas en el sótano (sin contar a Kaede y Rantaro), y todas ellas estaban gritando.

¡Siete!

—Soy Rantaro—Dijo el chico, dándole la mano.

Kaede se sacudió el pesto y el resto de las nueces que le quedaban en la mano, y le estrechó la suya.

—Kaede Akamatsu.

¡Cuatro!

¡Tres!

—Mucho gusto, Kaede.

—Igualmente, Rantaro, te felicito por haber logrado esquivar las nueces un año más.

—Casi me engañas con ese pesto.

¡Feliz año nuevo!

*Piñones: es la semilla propia de las piñas.

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