01
—Oh ¡Las estrellas! ¡Que bellas son! No tanto como mi amado queso, pero lo son.
El Kwami miraba pacifico las estrellas, las cuales desde que tenía uso de razón, le encantaban, aunque no sabia el por que con exactitud. Suspiro, estando en la torre Eiffel, no sabia ni que horas serian, llevaba desde la media noche allí, como todas las noches que podía hacerlo, alejarse de Eidrien un rato no estaba mal, ademas de que Hawk Moth nunca atacaba de noche. No sabia bien por que ultimamente se salia de la masion Agreste mas seguido, no entendía su notoría desesperacion de buscar las estrellas, de querer casí sentirlas, o por que tenía una extraña senseción de querer encontrar algo, o a alguien. Tan concentrado estaba que no noto cuando un libro, o bien cuaderno, le cayó encima, noqueandole al no haberlo traspasado o esquivado.
—¡Oh Dios! Esto no es una cucaracha.
Plagga, completamente confundido, ademas de muy aturdido, miro a su nuevo alrededor. Noto casi enseguida que estaba dentro de una pieza desconocida, esta tenia muchos dibujos hechos a mano pegados a la pared, ademas de varias cosas de arte. Bostezo sin darle mucha importancia al hecho de que se hallaba encerrado en un frasco sobre un escritorio, o el hecho de que alguien, quien claramente no era su portador, le hubiese visto, solo esperaba que no le hubiese sacado ninguna foto. Un ruido le alarmo, el sonido de la puerta abriendose, y un chico pelirrojo entrando con comida, no le dio tiempo a desaparecer de su vista, pues este, al verle despierto, rapidó se acerco a verlo.
—No se que seas pero lamento haberte golpeado con mi cuaderno —se disculpo apenado con la criatura que no sabia ni que era pero como, tan normal sería, le causaba curiosidad y grandes ganas de conservarle—. Creí que eras un cucaracha —explico sincero. Plagga, olvidando su idea de irse sin mas, siendo lo mas correcto, con su orgullo herido gracias a ser confundido con un bicho como lo era la cucaracha, salio del frasco frotando, con ceño fruncido y brazos cruzados, miro al joven quien incredulo miraba como la especie de gatito chiquito, volaba frente a él, ademas de, ¡Haber atravesado el vidrio!
—¡No soy ninguna cucaracha niño! ¡Mirame bien!
—¡¿Pero que demonios?! —Exclamó con sorpresa el pelirrojo, alejandose por instinto, ahí es donde Plagga habia notado que habia terminado de meter la pata—. ¿Como es que puedes hablar y volar? ¡¿Que eres?!
—Bien, hora de irse —anuncio el Kwami, mas para sí que para el chico, quien recientemente notaba que era Natha no se que, un compañero mas de Eidrien, callado y solitario.
—¡No! Espera, puedes quedarte —Nathaniel intento detener a la criatura quien le esquivo, dirigiendose a la ventana que estaba cerrada, cosa que no seria problema en atravesar.
—Lo siento niño pero debo irme —respondió con su tono burlon y despreocupado de siempre, enfocado en volver con su portador y nunca de los nunca mencionarle nada sobre este inconveniente.
—Tengo comida, si te quedas, te dare lo que quieras de ella —tanteó terreno, al no saber que mas mencionar para que se quedara, pero al ver que la criatura negra voladora no se detenía, comenzo a mencionar los alimentos que tenía—. Te-tengo carne, galletas, frituras, verduras incluso —no sabia bien que comía, por lo que mencionar cualquier cosa de comida que venia a su mente le hacia creer que en alguna le atinaria— ¡Tengo queso! —Dijo como ultimo recurso, creyendo que le perdía al verlo casi atravesar la ventana.
—¿Que tipo de queso? —pregunto, causando una sonrisa junto a un suspiro de alivio de parte del pelirrojo.
Plagga era tan facil de convencer...
—Entonces... —penso bien antes de seguir preguntando. Él se hallaba sentado en su cama, con las piernas cruzadas sobre la misma, mirando al gato, quien lo unico que le habia dicho era que su nombre era Plagga y era un tipo de gato, que estaba sobre su escritorio, comiendo todo el queso que su madre recien había comprado, cosa que sabía, le costaría un interrogatorio dentro de unas horas mas, imaginaba que ya eran las tres o cuatro de la madruga, y tenía clases para variar—. Seguiras sin decirme que eres, ¿Cierto?
—Exacto.
—¿Solo me diras tu nombre, que eres un tipo de gato evolucionado y nada mas sobre ti?
—Correcto.
—¿Tienes que irte?
—Sí.
—¿No puedes quedarte verdad?
—No.
—¿Volverias aquí alguna vez? —Plagga lo penso, el queso no era del todo el mejor, pero era bueno, y era mas cantidad de la que Eidrien solia darle.
—Seguro.
—¡¿De verdad?!
—Niño, si tu tienes queso, yo vendre enventualmente. Pero no pienso revelarte nada mas sobre mí, ¿Quedo claro?
—Si, si, lo entiendo, tu compañia me es suficiente, tendre queso listo para tí —aseguró, se quedaría sin muchos ahorros, viendo como era de glotón aquél pequeño ser, pero para él valía la pena—, por cierto, me llamo Nathaniel Kurtzberg.
—Si, si, ya sabes mi nombre —le resto importancia, tomando su última porción de queso—. Bueno chico, el queso ha terminado como nuestra charla, así que debo irme.
—Oh, ¿Tan pronto? —Suspiro decaído.
—Claro, tengo deberes importantes en mi vida cotidiana —trato de hacerse el importante, aunque en cierto punto, lo era—. Nos vemos niño —sin más salió volando, evitando cualquier intendo de pesuadirlo de parte del pelirojizo para que se quedará más tiempo.
Ya era hora de volver con Eidrien y fingir que nada paso...
¡Hola, hola! Espero no termine muy chafa todo este proyectito, gracias por leer.
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