Capítulo 14: Blue (Reprise)

Me siento extremadamente vacío, como si no hubiera nada dentro de mí. No logro entender cómo funciona todo esto. No comprendo qué fue lo que hice mal esta vez, por más que lea el chat una y otra vez.

Ya ha pasado un día desde que dejó todos mis mensajes ignorados, y yo todavía guardo una leve esperanza de que regrese.

Nada tiene sentido. A este punto he perdido toda la razón o dignidad que me quedaba. Lo único que siento a gritos son las inseguridades que no paran de mezclarse con las conversaciones o las citas que tuvimos. Intentan darme razones por las cuales hizo eso, y por qué yo no valgo para nada más que para que la gente me use un momento y luego me deseche. Pero lo entiendo. Estar cerca de mí es agotador y abrumador; siempre necesitan espacio para respirar.

Es ridículo seguir los consejos de mis amigos y aspirar a algo mucho mejor. Es absurdo, si ni siquiera lo peor que puedo encontrar me quiere cerca, ¿cómo lo mejor que pueda encontrar va a quererme? No tiene ningún tipo de sentido. No sé cómo ellos pretenden alentarme con ese tipo de mensajes. Solo hacen que me sienta todavía peor, y no puedo explicárselo. No sé si yo mismo pueda comprender por qué eso hace que mi autoestima se quiebre todavía más.

Siento como sus promesas regresan a mi cabeza, lo que me frustra aún más. Simplemente no puedo entender qué sucedió. No puedo procesarlo. Quiero gritar y destruir todo a mi paso, para que por fin hagan lo que mi familia ha querido hacer conmigo desde hace un par de años: internarme.

Cierro los ojos antes de girar en la cama para abrazar la almohada. Ojalá solo fueran las lágrimas, la confusión y la frustración, pero mi corazón se siente roto y vacío.

Es curioso cómo logró romper un corazón que ya había dejado de latir. Ha conseguido sacarle lágrimas a alguien que ya había dejado de llorar por falta de ellas.

Puedo soportarlo y esperar su respuesta, solo necesito tomar aire y un vaso de agua, pero no tengo la energía para salir de la cama.

Pienso en él, en sus ojos verdes mirando los míos y en sus brazos haciéndome sentir seguro. Él jamás haría esto. Él no haría nada de lo que todos ellos me han hecho, y eso es todavía más doloroso, porque reafirma que perdí al amor más grande de mi vida por miedo a lastimarlo y ser una carga para él.

Supongo que es normal que no pueda mantener a nadie a mi lado; estoy roto desde que nací. Tuvieron que sacarme del vientre de mi madre por una cesárea, porque ni siquiera pude cumplir mi primer objetivo en esta vida: nacer.

Reviso mi celular con la esperanza de encontrar un mensaje que nunca llegará. Veo su foto de perfil sonriente.

¿Nunca pensaste que me estaba muriendo de tristeza?

Solo necesitaba que respondieras mis mensajes y disfrutaras de mi compañía, pero en vez de eso, destruiste un cristal que ya estaba hecho pedazos, y yo sigo aquí, esperando que termines de hacer añicos los fragmentos, con la esperanza de que eso me haga sentir algo.

Me siento mareado al levantarme de la cama. Tengo mucha hambre, pero mi estómago se niega a recibir algo de comida sin desear expulsarla al instante, y es por eso que suelo llenarme de agua.

Debería llamar a Chanel o Königin para hablarles de mi estado, pero no quiero confesarles que he caído en sus garras de nuevo y que, una vez más, ha hecho lo que mejor sabe hacer.

Me siento tan usado como un papel rayado y desgastado que ha sido tirado por ahí cuando ya no sirve para nada más.

Tomo la jarra de agua de la nevera y me siento en la mesa para poder llenar mi estómago sin sentir que me muero en el intento. Necesito música depresiva para poder aliviar mi pena, así que voy a YouTube y pongo Writer in the Dark de Lorde.

Es una canción que me hace sentir todas las emociones posibles, y la primera vez que la escuché fue como si hubiera encontrado a mi alma gemela. No por el hecho de que literalmente trate de cómo se siente un escritor en la oscuridad, sino por las emociones que expresa. Durante toda la canción, demuestra lo mucho que ama a una persona, pero cómo ese amor es abrumador, si no es que nocivo, para quien lo recibe. Una representación perfecta de mí y mis emociones.

—Soy el niño de mami —empiezo a tararear con la presión amenazante de mis lágrimas—. Te voy a amar hasta que mi respiración se detenga.

Me falta el aire cuando canto esa parte.

—Te voy a amar tanto que tendrás que llamar a la policía para que me alejen de ti —continúo, permitiendo que las lágrimas caigan.

No es que lo ame y por eso me sienta así. Es la idea detrás de esas palabras lo que me hace sentir tan vulnerable e identificado en este momento.

Ojalá no volviera. Él siempre regresa luego de ignorarme, y yo siempre lo recibo con los brazos abiertos. Es una dinámica que no sé cuánto tiempo podré soportar antes de que la débil llama se apague por fin.

Tomo la flor de papel que me dio esa noche. Sus pétalos conservan todavía plasmadas en sus hojas cada una de sus promesas, unidas a las imágenes mentales de nosotros que pasan por mi cabeza como un fantasma que vaga perdido, sin rumbo.

No sé cuánto tiempo he pasado contemplando la flor sin ningún tipo de pensamiento o sentimiento. Es como si hubiera muerto en vida. Me he vuelto un cadáver ambulante. Suelto la rosa de papel porque no soy capaz de romperla o tirarla.

"¡Prepárate para vivir una experiencia fuera de este mundo! ¡Estrella fugaz te llevará más allá de los límites de la realidad y te sumergirá en un universo virtual como nunca antes!"

La publicidad de YouTube empieza a sonar, pero el celular está lo suficientemente lejos para no poder omitirla.

"Abandona este mundo lleno de infortunios y explora tierras mágicas, lucha contra bestias épicas y construye tu propia leyenda en un mundo donde tú controlas todo".

Suspiro. Ese anuncio de verdad arruina el momento. Estoy intentando deprimirme y ahogarme en mi miseria. Levanto la cabeza de la mesa para tomar el celular.

"¿Listo para entrar? La aventura comienza ahora".

Veo la imagen del juego, donde se puede apreciar un mundo medieval mágico junto con los jugadores, que parecen estar conectados con unas extrañas gafas de realidad aumentada.

Estrella fugaz.

Pienso en cuando era niño y miraba al cielo esperando que pasara una para poder pedir un deseo. Es de día, y aunque fuera de noche, las luces de esta ciudad me impedirían ver una. Cierro los ojos.

Por favor, solo quiero alguien que disfrute de mi compañía. No quiero que me baje la luna, solo que sea esa estrella fugaz iluminando este momento de mi vida.

Suelto el aire. Esto es soñar despierto. No tiene ningún tipo de sentido anhelar algo que no mereces recibir.

Vuelvo a ver la rosa de papel impregnada de veneno ilusorio que me hizo flotar, para luego hacerme caer a lo más profundo de un corazón roto.

Tú nunca sentirás lo que yo sentí por ti. NUNCA.

Me levanto de la mesa para sentarme en el escritorio e intentar jugar al League of Legends. Necesito un escape urgente de esta realidad. Mis pensamientos deben parar, pero no hay nadie conectado.

La ansiedad se filtra en mi torrente sanguíneo y debo cerrar el juego. La sensación de soledad solo me hace sentir peor.

Mi mirada se detiene en el libro que había escrito para él, un color perdido en los resquicios del tiempo y del que ahora estoy totalmente cubierto. No debería ser una sorpresa que me sienta de ese modo si he buscado replicar ese color que se fue. El azul nunca ha significado algo positivo de ninguna forma, y solo mi mente retorcida pudo idealizarlo como si fuera mi salvación.

Dejo salir el aire. La ansiedad que sentía hace un momento se desvanece ante su recuerdo.

"No está bien vivir en una relación solo porque en un momento fue un cuento de hadas colorido. Aferrarte a ese momento para mantenerte a flote cuando estás hundido en el océano que los separa no es bueno", me dijo una vez Chanel.

Pienso en él hasta que una sonrisa melancólica se posa en mi rostro.

—Sabes que nunca voy a admitir que estuve esperando durante años por ti —empiezo a decir, tomando el libro en mis manos—, pero incluso me criogenice a mi mismo para que tú no sintieras el paso del tiempo en mí.

El recuerdo de nuestra primera cita en aquella cafeteria pasa por mi cabeza, y cómo reía sin parar con las luces azules volando en el ambiente.

—Mientras los chicos flirteaban conmigo, yo deseaba que tú volvieras —murmuro, intentando no sollozar por la frustración—, con tu profunda seguridad y esas bromas sobre mi "sexy alemán".

La comparación de esos chicos con él es tan lamentable que solo puedo suspirar. Abro el libro en busca de alguna conversación que transcribí, en donde es evidente que por ese breve periodo de tiempo casi lo tuvimos todo.

—Compusiste canciones sobre volver por mí, pero tenías 18 años y la vida útil de tus versos ha expirado; se han perdido entre los capítulos que escribí sobre nosotros —suelto, sintiendo las lágrimas amenazar con salir.

Paso las páginas hasta el final del libro. En ese momento todavía nos aferrábamos a la esperanza de que en un futuro ese hilo roto que siempre nos unió volviera a juntarnos, pero ninguno de los dos fue capaz de entender que ese hilo rojo se cortó hace mucho tiempo.

—Perdóname, chico de tonos azules, te lo suplico —dejo salir, al tiempo que las lágrimas se desprenden de mis ojos por recordar sus ojos verde sobre mí—. Tú sabes que intenté aferrarme a los días en los que formábamos un violeta, pero el chico que conociste y que amaba en rojo ha perdido todo su color.

Cierro el libro contemplando el final de toda esa historia en la que por mucho tiempo fui el protagonista, pero ese papel que solía interpretar me ha quedado grande.

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