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-Durante su estadía en la academía, hay algunas reglas que deben de cumplirse, específicamente, durante eventos especiales o puertas abiertas. Ya que, no son consideradas como estudiantes de Starlight, lo mejor es que se evite su participación en eventos plagados de gente, ¿He sido clara?- las cuatro jovenes asintieron con la cabeza, aunque aquella normativa no les parecía del todo razonable. De igual forma, ninguna se atrevió a replicar.

-Este reglamento no incluye presentaciones dentro de las instalaciones de la academía, para lo cual, serán libres de participar. Sus horarios, como ya sospecharan, han sido cortados por un tiempo indefinido para la prensa, y, al mismo tiempo, para ustedes. Considérenlo una especie de vacaciones, aunque tendrán que instruirse en el Aikatsu que realizamos aquí-

-Si me permite preguntar...- habló la joven de cabellera naranja, mientras levantaba levemente la mano, asemejando a una alumna pidiendo la palabra en clase. -¿Se supone que nuestra estadía aquí es un secreto para los medios de comunicación?-

-Efectivamente señorita Saotome, pero, tal parece, que de alguna forma la información se expandió entre sus fans. No sabemos como es que sucedió, pero, hemos tratado de arreglar el problema de forma que rápida y simple. Sabemos que esto sera el foco de atención entre los medios, pero si evitamos entrevistas, probablemente, los periodistas se olviden de tema. Mientras tanto, el director Moroboshi de está encargando de colocar sus actividades en pausa por "asuntos personales de S4"-

Aquello sonaba como una directa mentira a sus fans y a los medios, quienes solo buscaban cubrir la noticia. Le era imposible no sentirse culpable ante aquello, pero, pronto recordó que todo era una forma de entrenamiento, que era todo una sorpresa para sus fans y que volverían mejor que nunca para ellos, por lo que, una cálida sonrisa se instaló en su rostro.

-Además de aquello...- continuó la mujer -Lamentablemente, no consideramos su visita con el tiempo requerido para la preparación de habitaciones especiales para ustedes, pero, no tienen de que preocuparse, este problema será arreglado en algunas horas más. Mientras tanto, les aconsejo dejar su equipaje aquí dentro, y, visitar un poco de la academía. Se que será un poco dificil adaptarse, pero, por algo son S4, ¿verdad?-

Antes de que las chicas pudieran responder, unos golpes en la puerta resonaron en la habitación, y junto a un simple "adelante" dado por la mujer de cabellera castaña, una joven de cabello rosa pastel, amarrado en dos coletas donde su esponjoso cabello resaltaba específicamente, las miraba de forma tranquila con aquellos radiantes ojos de un azul profundo como el mar.

-Amahane-honey, llega a tiempo. Ellas son las estudiantes a las que deberá mostrarle las instalaciones durante todo el día. Por favor, evite cualquier contacto con las calles desde afuera sin el consentimiento de la madre de la academía- habló, Jhonny-sensei, recostado con tranquilidad sobre uno de los libreros.

-Si- respondió la joven en un tono de voz suave y calmado que provocó una calidez inexplicable en Yume -Mi nombre es Amahane Madoka. Un gusto en conocerlas, y espero que nos llevemos bien- concluyó en una formal reverencia a lo que las chicas respondieron con el mismo nivel de formalidad.

-Amahane-san, aquí presente, será su guía por hoy. Espero que disfruten su estadía, y, gracias por elegir nuestra institución- las cuatro chicas asintieron incómodas, antes de seguir a la joven de ojos azules fuera de la habitación, no sin antes, dejar sus maletas en una esquina de la misma.

-¿Es su primera vez en Starlight?- preguntó la joven de cabello rosa, mientras volteaba ligeramente su cabeza para poder mirar a las implicadas. Las cuatro asintieron levemente mientras se tomaban el tiempo de admiran las finas estructuras de la academía.

-La verdad es que había visto de la academía mucho antes de venir- agregó Haruka con un aire de superioridad y siendo como las miradas se postraban en ella, pidiéndole que continuara con su comentario -Jhonny-sensei es uno de los mejores bailarinas de Japón. Es imposible no reconocerlo a kilómetros a la redonda-

Sus ojos brillaban de emoción mientras daba pequeños saltitos, olvidando por completo la imagen intelectual que había querido dar al comenzar de hablar. La joven de cabellera rosa sonrió alregre mientras asentía dándole la razón.

-Es cierto que fue uno de los mejores bailarines de la nación, pero eso fue hace muchos años. No solemos preguntarle por su época como bailarín, aunque no creo que le incomode hablar de ella- Madoka recordó aquella extrovertida personalidad que tenía su profesor y como utilizaba cualquier segundo para alardear sus mejores movimientos de baile.

-Y tu, Madoka-san, ¿Que tipo de idol eres?- se atrevió a preguntar Mahiru después de unos largos minutos de silencio absoluto en donde solo se podía escuchar a las estudiantes a los alrededores parloteando y a Haruka susurrando incongruencias.

La joven se sonrojó levemente, mientras bajaba su cabeza completamente avergonzada. Por un segundo, Yume sintió verse reflejada en su incomodidad y, al mismo tiempo, en la amable y calida personalidad que portaba, pudiendo recordar sus épocas como estudiante de primer año y preguntándose, ¿Como es que había logrado cambiar tanto?

-Llámenme Madoka. Después de todo, ustedes son un año mayores- sonrió la joven antes de continuar -siempre me habían gustado los lindos trajes que portaban las idols cuando entraban en el escenario, y no podía dejar de pensar en cuanto quería poder usar un vestido así algún día. Ahora, que tengo la posibilidad, siento que e logrado tantas cosas, que me es imposible de representar. La verdad, es que ustedes son increíbles, geniales en lo que hacen e inmensamente amables.-

Las cuatro chicas quedaron sorprendidas ante la afirmación de la menor, quien había susurrado lo último, con un nerviosismo que, a pesar de todo, se veía adorable en su rostro. Ako carraspeo incomoda tratando de esconder su sonrojo bajo la nerviosa mano que había levantado, mientras que Mahiru, se había mantenido imperturbable, solo con un ligero sonrojo adornando sus mejillas y un temlor poco común en sus manos.

-Créeme, no llegamos a Yotsuboshi siendo así- la voz de Yume interrumpió el son de nerviosismo que había llenado el aire en solo un par de segundos. La menor, volteó intrigada su mirada, pidiendo de forma sútil que continuara. -La verdad, es que me recuerdas demasiado a mi cuando llegué a la academía. No tenía ningúna esperanza en llegar muy alto, viendo tanto talento a mi alrededor mientras, yo era incapaz de hacer ni la mitad de las cosas que ellas hacían, pero, eso nunca me detuvo. Eso, no nos detuvo a ninguna de nosotras, y, creo que todo el buen esfuerzo es recompensado.-

Madoka observó sorprendida a la rubia antes de sonreir abiertamente y suspirar con sorpresa. Ninguna pensó que algo tan inspirador pudiera salir de la boca de alguien con aquel rostro tan dulce y ferviente de energía y emoción. Sintió, entonces, una admiración que no había sido capaz de sentir desde el haber conocido a sus senpais en la academía y, por un segundo, deseó llegar al lugar en donde ellas estaban, en lo alto de la cima. Pero sabía que todavía le quedaba mucho trabajo antes, y no estaba en contra.

Ahora lo único que quería era entrenar.

-Que les párese si les muestro el gimnasio de entrenamiento primero-

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