01
La rubia cerró la maleta con tranquilidad, sintiendo un pequeño bulto en el ya repleto utensilio, donde descansaban sus pertenencias más esenciales y un número exagerado de prendas que se preguntaba cuando habían aparecido en su clóset. Dio un último suspiro de cansancio antes de dar una rápida mirada a la habitación que ahora parecía casi abandonada: la mayoría de sus pertenencias no se encontraban en su lugar habitual haciendo la habitación casi desconocida ante sus ojos y su closet, en esos momentos completamente vacío, le daba un aire deprimente a las cuatro paredes de un blanco pulcro.
Tomó asiento sobre el suave colchón y se mantuvo admirando el panorama de la habitación por largos segundos que parecieron una eternidad ante sus ojos, al mismo tiempo en el que la esperanza se apoderaba de su pecho. Desde hace días que la sensación de que algo bueno estaba por pasar no se iba de su pecho, por lo que sinceramente, comenzó a pensar que iba a ser de esa forma, y no pudo parar de sonreír toda la semana hasta aquel momento, en el que las cuatro dirían adiós a la academía por un largo periodo de tiempo.
Todavía recordaba la reacción de Koharu al decírselo. Su mirada parecía bastante preocupada pero cuando logró observar que por su parte, no había ni un rastro de preocupación, entendió que ella tampoco tenía que preocuparse y solo le deseó lo mejor, mientras se despedía de ella con una sonrisa. A pesar de todo, tenía las ganas de correr hacía su habitación y despedirse una ultima vez, aunque sabía que no sería lo correcto, considerando lo temprano que era y el hecho de que su amiga debería estar durmiendo en aquellos momentos.
Escuchó el toque de la puerta a lo que rápidamente respondió con un delicado "pase", al mismo tiempo en el que se levantaba y acomodaba su maleta sobre el suelo. Los pasos de Mahiru sobre el suelo de su habitación interrumpieron los últimos arreglos de su maleta, provocando que levantara la mirada y observara a la joven escanearla con la mirada.
-Te ves... Excesivamente feliz...- pronunció la rubia al mismo tiempo en el que apoyaba su espalda sobre una de las paredes de la habitación. La rubia negó con una sonrisa al mismo tiempo en el que aseguraba la maleta rosa, y arreglaba un poco su cabello mañanero.
-No lo llamaría felicidad, más bien...Emoción-respondió con una sonrisa de par en par, antes de tomar el mango del objeto que antes arreglaba con paciencia y deslizarlo en el suelo con rapidez -Salgamos ya. El auto espera- dijo para finalizar, al mismo tiempo en el que cruzaba el umbral de la habitación y salía hacia el pasillo del lugar. La rubia dentro del cuarto la miró con extrañesa por unos segundos, antes de caminar con tranquilidad hacia el pórtico de la casa, donde sus otras tres compañeras la esperaban.
El cielo ligeramente grisáceo y el frío mañanero arroparon los brazos de la rubia, quien no dejaba que su amplia sonrisa se perdiera aquel día. Por alguna razón que sus compañeras desconocían, su aura parecía llena de felicidad y emoción notoria, solo comparable con la emoción que desprendía la nueva integrante de S4, quien no dejaba de repetir que tendría la oportunidad de pisar el mismo suelo que Kanzaki Misuki, pisó en su momento. Por otro lado, la de cabello anaranjado, se mantenía tranquila, sentada sobre su gran maleta con la apariencia de pesar, fácilmente, algunas tonelas de más; y, en otra estancia totalmente diferente, Mahiru prestaba mayor atención a su teléfono, tratando de ignorar los gritos de emoción que soltaba Haruka de ves en cuando y que aturdian sus oidos.
Yume dió una rápida mirada al camino en la carretera, observando como su transporte llegaba a una velocidad permitida junto a alguien que parecía ser el conductor predestinado. El hombre se veía notablemente mayor, con su cabello castaño en ligeras ondas naturales, y un buzo de un color verde cuya tonalidad no lograba distinguir bien por la distancia. Parecía estar entablando conversación con alguien situado en el asiento del copiloto, aunque no lograba observar bien quien era. Sonrió para sus adentros al observar la furgoneta aparcar frente a la puerta de la academía, el mismo lugar donde ellas se mantenían paradas con naturalidad, y el mismo lugar en donde un joven de cabellera oscura y ojos claros, bajaba del asiento del copiloto y las ayudaba con las maletas. Fijándose a detalle, su cabello estaba notablemente desordenado, a diferencia de sus ropas formales y gafas bastante casuales.
-Hey, Yotsuboshi-honey's- el cristal oscuro del conductor bajó completamente, dejando el rostro del hombre que vio en la lejanía, sonriente y completamente confiado, mirarlas con emoción plasmada en su gesto. Observó la reacción de Ako, ligeramente confundida y sorprendida, mientras susurraba con extrañeza "¿honey's?" casi como repudiando el sobrenombre. Evitó reirse y observó con una ronrisa al hombre -Soy Johnny-sensei, el profesor y coreógrafo de la academía Starlight, un placer señoritas...-
Las integrantes realizaron una reverencia al mismo tiempo, a excepción de la joven de cabellera azulada, quien comenzaba a balbucear con nerviosismo, antes de acercarse con emoción a la ventana abierta del piloto y gritar con emoción oraciones inentendibles.
-Johnny-sensei... El famoso Johnny-sensei- gritaba con emoción, al mismo tiempo que pedía el autógrafo del mencionado y le pedía que bailace allí mismo, en medio de la autopista. Por su parte el hombre, después de salir de su estupor, sonrió con autosuficiencia mientras realizaba distintas poses con la intención de lucir bien. Mahiru observaba la escena extrañada, Ako sobaba sus sienes con desesperación y Yume, reía con incomodidad ante la escena.
-Tranquila, Yotsuboshi-honey... Tendremos suficiente tiempo para hablar sobre mí cuando lleguemos a la academia- dijo mientras acomodaba su cabellera hacia atrás y sonreía seguro. El joven de anteojos y cabellera oscura, suspiró con molestia y una ligera vergüenza ajena en su rostro, al mismo tiempo en el que se acercaba a las tres alumnas restantes, y se presentaba.
-Soy Naoto-sensei...enseño a las alumnas en su primer año en la academia, un gusto- una presentación sencilla y rápida es lo que consiguieron por su parte, aunque ninguna de las terceras esperaban más. Volvieron a saludar con rapidez antes de caminar algunos pasos hacia los asientos traseros de la camioneta, una bastante espaciosa, para la sorpresa de las cuatro.
-Esto es extraño...- el susurro de Ako atrapó su atención, al mismo tiempo en el que los ojos de Mahiru de posaban en el rostro consternado de la nombrana -¿Como estamos seguros que él no es un tipo de ladrón que de hace pasar por profesor de la academía? Su otro amigo tampoco me inspira confianza...- analizó con cuidado la de cabellera naranja, mientras la rubia a su lado la secundaba.
-No puede ser...- Se unió a la conversación la nueva del grupo, entrando por la puerta paralela por la que las demás habían ingresado, y negando con efusividad ante la idea que Ako y Mahiru, apoyaban -Johnny-sensei es envidiablemente famoso en todo Japón y un ícono en el baile. ¿Pueden creer que tendremos la oportunidad de hablar con él? Definitivamente debo preguntarle por su carrera...- comenzó a divagar la idol mientras la rubia de dos coletas sonreía por su lado. Como si aquello no le preocupase en absoluto, y no lo hacía. Estaba segura que las cosas saldrían bien...o por lo menos eso esperaba. Por su lado, Mahiru volvió a su teléfono al escucharla soltar comentarios al aire, y la de ojos verdes, se preparó para un viaje al lado de la persona más molesta y habladora que en algún momento había pisado la faz de la tierra.
-Bien honey's...- la voz del hombre en la parte delantera del transporte se escuchó como un eco en todo el lugar, acallando los gritillos de Haruka y provocando un suspiro de alivio por parte de Ako -Nos queda un viaje largo por delante. Abrochen sus cinturones y vamonos...- habló con entusiasmo, siendo secundado por la joven de ojos ámbar y los demás jovenes en el auto, aunque con un poco menos de entusiasmo que los otros dos nombrados al inicio.
Iba a ser un viaje largo.
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