capítulo siete.

Las manos de Bang Chan subieron su camisa lentamente, acariciando toda la piel que iba siendo expuesta pero sin detenerse en algún punto. Tomó la orilla de la prenda y le indicó a Felix con el mismo tono de voz que llevaba usando.

― Muerde.

Felix le observó con vergüenza antes de tomar la orilla de su camisa con los dientes, dejando así su pecho en disposición a las morbosidades de su mejor amigo.

Bang Chan llevó los labios a su cuello, soplando justo atrás de la oreja de Felix, enviando así una corriente de anticipación por todo su cuerpo. Pegó la boca a su pulso y chupó, chupó con fuerza, era obvio que el muy desgraciado quería hacerle una marca. Pero con lo vulnerable que se sentía en esos momentos, Felix no pudo detenerlo, solo cerró los ojos ante el asalto que pasó a recorrer cada espacio de su blanquecino cuello.

Cinco o seis chupetones después, Bang Chan bajó hasta su clavícula. La delineó con los dientes de forma tentativa mientras sus manos acariciaban el estómago tenso de Felix.

Llegó a los pectorales. Se quedó mirando los pezones erectos y rosados del menor con una expresión extraña, pero el rubio no tuvo tiempo de taparse cuando la mirada de Bang vagó hasta su barriga, donde empezó a lamer y mordisquear, sacándole uno que otro sonido ahogado. Toda esa zona era un punto erógeno para él, y Bang Chan-el muy maldito lo sabía y lo aprovechaba.

Una húmeda lengua se deslizó fuera y dentro de su ombligo, y Felix se sintió temblar ansiosamente, su camisa dejando los jadeos que deseaba soltar atorados.

Ni cuenta se dio cuando los labios de su mejor amigo subieron de nuevo hasta su pectoral izquierdo. Lo notó cuando la punta de la lengua rozó su sensible pezón. Se estremeció, Bang Chan lo rodeó con sus labios y chupó. Empezó a succionar el botón con un morboso sonido húmedo que repercutía en la polla de Felix, sintiendo su pezón dolerle y ponerse hinchado mientras Bang Chan lo estimulaba con su lengua.

― ¡Oh, Bang Chan! ―abrió la boca cuando los dedos subieron hasta su otro pezón y lo jalaron sin cuidado. Dolió, dolió mucho. Felix no entendía porqué su polla estaba sacudiéndose dentro de sus pantalones, el no era masoquista.

Bang Chan liberó su mojado pezón para mirarle con reproche. Su camisa se había interpuesto entre su boca y el botoncito.

― Mal, Felix. ―Negó con la cabeza. Pasó su brazo por debajo de Felix para alzarlo, silenciosamente exigiendo que se quitara la camisa.

Felix lo hizo con movimientos torpes, sus dedos no respondían ante las olas de calor paseándose por su sangre. Cuando por fin tuvo su pecho desnudo Bang Chan le ayudó a quitarse los pantalones, quedando sólo en bóxer de Bob esponja.

Irónicamente, esto no le apenó ni un poco. Muy al fondo de su nublada mente, él sabía que en esos momentos Bang Chan llevaba ropa interior a juego.

Más allá de eso, cuando notó cómo su amigo se sonrojaba por verlo en la prenda amarilla y blanca, se confundió un tanto, terminando por removerse incómodo.

― ¿Algo mal? ―Dijo ruborizado.

Bang Chan negó y bajó la cabeza de nuevo, tomando el otro pezón entre sus dientes para así tirar suavemente, jugando con el pezón dentro de su boca.

Felix jadeo y aferró una mano en la camiseta de Bang Chan, enterrando sus cortas uñas en la tela para intentar controlarse y no gemir como una puta. Trabajo difícil cuando tu sexy mejor amigo te está mamando el pecho como un jodido bebé hambriento.

Cuando el pezón estuvo lo suficientemente duro a opinión de Bang Chan, y todo su pectoral estaba lleno de saliva, lo liberó y subió para besar a Felix en boca, deslizando sus labios lentamente mientras paseaba las manos por sus suaves y tonificados muslos. Felix suspiró y le regresó el beso de esa forma tan atontada que hizo a Bang Chan gruñir y hundirle la lengua en la garganta. Quizás se excedió un poco, ya que Felix sufrió una arcada que lo obligó a separarse.

El rostro del rubio estaba ardiendo en rubor, y sus ojos desenfocados parecían a punto de desbordar lágrimas mientras jadeaba en busca de borrar el ardor en sus pulmones. Bang Chan se lamió los labios y lamió los de Felix mientras se bajaba los pantalones.

Lo sabía, pensó Felix mientras veía su ropa interior con la cara de Patricio en un muslo. Pero no opinó al respecto, de algún modo... le excitó en demasía.

Cuando ambos estuvieron desnudos completamente, Bang tomó la polla de Felix y la acarició superficialmente, sólo colocando la palma encima de la base y jugando con sus dedos. Felix apretó las piernas y echó la cabeza hacia atrás.

― No deberíamos estar haciendo esto ―farfulló cuando Bang Chan empezó a apretar sus testículos―. Ye-Yeji o- tu mamá pueden-pueden llegar.

Bang Chan ladeó los labios y se inclinó para hablarle al oído.

― ¿Y eso no te excita? Que lleguen y te vean clavado en mi polla, gimiendo y rogándome por más, manchando el sofá de semen, mientras el mío se escurre por tu trasero... ¿No te gustaría?

Oh-maldito-Dios...

Felix lloriqueó y clavó sus uñas en el trasero de Bang Chan para acercarlo a él. El mayor se tumbó encima y su erección se clavó en el estómago de Felix. El roce escocía por lo que Bang Chan no pudo contener un gruñido.

― Pídeme que lo haga. ―Habló de nuevo sin dejar de masturbar a Felix―. Dime qué quieres en este momento.

― Yo... yo ―balbuceó poniéndose colorado de la humillación.

Bang Chan tomó el interior de sus rodillas y las subió, dejándole las piernas al pecho. Bajó su cuerpo hasta que su polla se alineaba en el agujero de Felix, listo para penetrarle sin más. Y lo que más jodía a Felix era que el estúpido actuaba cómo si nada, sin ninguna emoción aparte de la socarronería. Disfrutaba controlarlo, disfrutaba hacerlo quedar como una puta de polla. De su polla, maldita sea.

― Pídelo, Felix―reincidió.

Felix negó con la cabeza apretando la tela del sofá a los costados de su cabeza.

Bang Chan rozó la cabeza de su pene en el agujero de Felix, embistiendo por fuera y poniendo la zona húmeda. Felix soltó un "Oh, santo cielo" mientras se arqueaba, tocando en silencio.

― Quiero que me digas lo que quieres, pídelo y te lo daré.

― Pú-Púdrete, Bang Chan. ―Le dedicó una mirada de la muerte, luchando para no moverse y encontrar la polla de su amigo por cuenta propia.

― ¿Es así? ―Soltó una risa pequeña antes de empujar dentro lentamente hasta la mitad. Felix gimió alto antes de que Bang Chan se retirara de nuevo―. Oh, no, Lixie. Si no lo quieres, no te lo daré. Tienes que decírmelo.

― ¿Este es tu castigo? No seas bastardo, solo... ―trató de excusarse, pero Bang Chan volvió a meterse y, segundos después, retirarse―. ¡Bang Chan, maldición! ―Exclamó arañando el sillón.

― Dilo. ―Ordenó jadeante, los músculos trabados. Felix apretó los dientes desesperado y, víctima de la misma sensación, Bang Chan le soltó una pierna para tomarle de las mejillas con el índice y el pulgar―. Que me lo digas, ¡ya!

― ¡Joder! ¡Fóllame, dame duro, por una mierda! ―explotó cerrando los ojos.

El sonido sordo de un vaso cayendo y su contenido siendo derramado, les hizo girar la cabeza.

Yeji estaba en la puerta, mirándoles con la mandíbula en el piso y su mano abierta tras haber soltado su vaso de refresco.

Felix estalló en rubor y Bang Chan se tumbó otra vez encima de su cuerpo para que su hermana no viera de más. Ella, ruborizada, giró la vida y se apresuró en recoger el vaso y caminar hacia las escaleras.

― Y-Yo no vi nada ―dijo mientras subía. A los segundos se escuchó la puerta de su cuarto cerrándose.

Bang Chan soltó un quejido y miró a Felix, que le estaba literalmente ahorcando con los ojos. Bang Chan se encogió de hombros desentendido.

― ¿Qué?

― Eres un boca suelta, desgraciado. Te juro que voy a matarte después de esto.

Bang Chan sonrió ampliamente. No creía que Felix quisiera seguir después de la interrupción. Le alegraba haberse equivocado.

― Puedes castrarme y vender mi pene en eBay ―le dijo mientras se hundía lentamente. Tan apretado cómo la noche anterior, quizás más -no lo preparó después de todo.

Felix volvió a gemir y sonrió levemente. El muy descarado, ambos eran unos descarados. Bang Chan comenzó a moverse de inmediato, golpeando sus caderas contra el trasero expuesto de su mejor amigo, deleitándose con la vista de su polla entrando y saliendo de su entrada. Se veía grande, obscena y gruesa entre las mejillas de Felix, era tan erótico que podría correrse sólo con mirar si no fuera porque penetrarlo era mucho mejor.

― Mmh... Channie, no seas flojo ―refunfuñó Felix. Bang Chan no estaba moviéndose rápido, considerando que ser suave por la falta de preparación sería mejor.

Al parecer estaba equivocado. Y vaya dicha estarlo.

Pronto aceleró loco de placer, sintiendo cómo Felix apretaba sus paredes apropósito, exprimiendo su polla de una forma tan buena. Bang Chan mantenía las piernas de Felix contra su pecho, de rodillas sobre el sofá, solo movía la cadera hacia adelante para buscar la próstata de su amigo, gruñendo como una bestia mientras que Felix se mordía el dorso de una mano para evitar gemir demasiado alto.

― Te... harás daño ―murmuró apartando su muñeca. Se inclinó hacia adelante para que su hombro quedara a la disposición del menor―. Vamos, muérdeme a mí.

Felix no pudo responder cuando por fin Bang Chan encontró aquello que tanto buscaba. Un escalofrío supremo se apoderó de su cuerpo, los dedos de los pies se le curvaron y no pudo resistirse a enterrar los dientes en el hombro del castaño, gimiendo contra éste con cada maltrato en su próstata. Bang Chan no se quejó por esto, absorto por el clímax sólo se dedicó a penetrarlo hasta las entrañas. Ambos casi sonrieron por sentir de nuevo como si llegara a su vientre y se instalara ahí por unos segundos, regresaba y empujaba otra vez.

Tan bueno.

― Me encantas, Dios jodido. ―Susurra Bang Chan aumentando la velocidad―, podría pasar todo el día jodiéndote, Felix, rompiendo tu culo. Oh, amo estar dentro de ti, sí.

Felix hizo un sonido que soñó cómo un sollozo. Las palabras de Bang Chan sólo conseguían acercarlo más al borde. Su polla goteaba y podía sentir cómo Bang Chan se hacía más grande dentro de él hasta el punto de ser casi doloroso.

― Ah, por una mierda ―suspiró el mayor soltando la pierna izquierda de Felix cuando detuvo todo el golpe.

El rubio lo miro desorientado por el freno, jadeando y con su polla roja y mojada. Bang Chan le puso de lado -Felix notó que su hombro sangraba ligeramente en la marca de su dentadura. Subió la otra pierna a su hombro y volvió a moverse sin avisar. Ahora el objeto que detuvo los gritos de Felix fue un cojín. Lo tomó entre sus manos y se tapó media cara con ella, llorando por las sensaciones chocantes dentro de él qué repercudían directo a su polla. Las piernas le temblaban y su trasero comenzaba a arder de tanto golpe dedicado por Bang Chan, todo era tan abrumador, los gemidos y gruñidos de su amigo no ayudaban para nada. Se sentía enloquecer si no llegaba.

― Casi, ohh...~ Ya casi... ―escuchó que Bang Chan decía. Unos cuántos empujes más y el mayor le jaló la cara para que lo besara y así ahogar un gemido con su lengua, chupando la de Felix con fuerza mientras se corría dentro de él.

Felix soltó un gemido, y Bang Chan siguió embistiendo contra él más lento, acariciando su polla de arriba hacia abajo hasta que, con dos o tres espasmos sacudiéndolo, el menor lloriqueó, dejando salir las lágrimas mientras manchaba el sillón con su corrida.

Bang Chan se tomó su tiempo para salir de él, pero no se quitó de encima durante el tiempo que les tomó recuperar el aliento. Felix dejó caer su pierna y el cojín, tratando de que el mundo dejara de dar vueltas y los puntos de colores desaparecieran.

Bang le acarició la mejilla haciendo que lo mirase. Su amigo le sonreía con pena, disculpándose en silencio por su comportamiento lleno de sadismo. Felix consiguió sonreír ligeramente, iba a decirle algo cuando una tos completamente falsa les hizo volver a mirar la puerta.

La mamá de Bang Chan les miraba sin expresión alguna, lucía lejos de estar sorprendida o disgustada por ver a su supuestamente heterosexual hijo con su amigo gay en su sillón después de haber follado y manchado dicho sillón.

― Hola, mamá. ―dijo Bang Chan incómodo, tapando a Felix con su camisa y cogiendo su bóxer para escudarse la polla.

Ella alzó la mirada de la mancha blanca en el mueble hasta los ojos de su hijo, todavía estoica.

― Hola, hijo ―contestó indiferente, miró a Felix―, Hola, Yongbokkie.

― ¿C-Cómo está, I-Irene? ―Murmuró muerto de la vergüenza, ni siquiera la veía a la cara.

Ella asintió con la cabeza y caminó hacia la cocina en silencio, pero cuando llegó a la puerta, los miró por encima del hombro.

― Asumo que limpiarás mi sofá, ¿verdad, Christopher?

― ...Por supuesto... ―dijo pasando saliva.

Irene asintió de nuevo y desapareció dentro de la cocina. Ambos se apresuraron a vestirse, Bang Chan cogió unas toallas húmedas y limpio la mancha lo mejor que pudo, suspirando mientras se rascaba la nuca. Cuando miró a Felix, éste tenía otra vez esa mirada de mil demonios.

― No me mires así, cuando dije que sí te excitaría que nos vieran, no pensé que ellas realmente llegarían. ―Se excusó.

― Tremendo idiota. La próxima vez, cuando quieras hacer tus cochinadas, al menos ten la decencia de trancar la puerta ―le acusó apagando la play.

Bang Chan alzó una ceja, ¿la próxima vez? Hum.

― Tu pudiste recordarme.

― Oh, sí, perdón. Creo que estaba muy ocupado siendo sodomizado por un gilipollas llamado Christopher Bang. ―Ironizó rodando los ojos.

― Pues quiero que sepas que follarte requiere mucha concentración, yo no puedo pensar en otra cosa mientras estoy-

― Dejen de hablar de esas porquerías y lávense las manos. Les compré Choco Pie y Pockys para que aguanten hasta la cena ―informó entregándole dos bolsas con las golosinas.

Bang Chan brincó emocionado en su asiento y recibió las bolsas, ambos se limpiaron las manos con las toallitas húmedas, antes de que Bang Chan se encontrara destapando un Choco Pie y devorándolo antes de que su cerebro pudiera siquiera pensar en hacerlo. Felix le codeó y sonrió a Irene.

― Gracias, Irene ―ella se encogió de hombros y recogió los mandos y los cojines del piso. Felix volvió a hablar, intrigado―. Esto, uhm... ¿por qué usted no está...?

― ¿Mínimamente sorprendida? ―Continuó guardando la consola en su caja sin siquiera mirarlo―. Por favor, Bokkie, sólo era cuestión de tiempo para que tú y Bang Chan se hicieran novios y yo los encontrara cogiendo en el sofá. Siempre lo vi venir.

― Eso es espeluznante y creo que estoy ofendido ―dijo Bang Chan con la boca llena.

― Bang Chan y yo no somos novios, Irene noona ―aclaró Felix tomando un Pocky.

Irene alzó una ceja incrédula.

― ¿No? ―Ambos negaron con la cabeza―. Entonces, ¿amigos con derechos? ―Tras intercambiar miradas, asintieron―. Hum, pues yo creo que terminarán siendo novios de igual forma.

― ¡Digo lo mismo! ―Exclamó Yeji, apareciendo de la nada y robándole un Pocky a Felix.

― Somos tres ―acotó Hyunjin, lanzándose al sillón y agarrando una de las bolsas para comer también.

― Olvídalo, definitivamente ahora estoy ofendido. ―Bufó Bang Chan.

Yeji le sonrió.

― Mis virginales ojos y yo somos los que deberíamos sentirnos ofendidos. Pero dejando eso de lado, creo que Yongbokkie-oppa es mejor partido que tú novia.

― ¿Tienes una novia? ―Dijo Irene con una sonrisa burlona. Bang Chan le miró mal.

― ¿Se supone que eso es más difícil de creer que el que Felix y yo cojamos? ―se cruzó de brazos.

― Sí ―dijeron los cuatro al unísono, su amigo incluido.

Bang Chan hizo un puchero y ésta vez fue él quién codeó a Felix por no estar de su lado.

― Traidor ―masculló.

― No puedes culparnos por no creerte esa basura de qué tienes novia si hace diez minutos estabas follándote a Felix en el sillón de la casa ―dijo Hyunjin sonriendo con mofa.

― Sí follamos es, de hecho, porque tengo novia. ―Se defendió.

― ¿Cómo es eso? ―consultó Irene sentándose en una silla del comedor.

Bang Chan se mordió el labio y miró a Felix pidiéndole por favor que le ayudara con alguna mentirita blanca. Pero al ver una sonrisa malvada cruzar los labios de Felix y sus ojos brillando con la viva palabra "VENGANZA" plantada en ellos, supo que su amigo no tendría la más mínima intención de ayudarlo.

― Bueno, es una trágica historia ―comenzó Felix acomodándose y cruzando las piernas―, originalmente yo impulsé a Bang Chan a tener novia, ¿saben?, pero lo hice porque no imaginé que mi amigo tendría sentimientos latentes hacia mi. Al menos eso pensé hasta que me lo confesó, desesperado por sacarse esos deseos de mí y seguir con su vida heterosexual.

― ¡¿Qué dices que dijiste?!

― Pensé que tu novia tenía la vagina ancha ―habló Yeji confundida.

― ¿Tenía la-qué-cosa-ancha? ―Carcajeó Hyunjin retorciéndose en el sillón.

― Creo que me gusta más la versión de Felix ―Dijo Irene mirándose las uñas.

― ¡Esa versión no existe!

― No debes avergonzarte por sentir esos deseos homosexuales hacia mí, Bang Chan. Después de todo, soy irresistible. ―Le guiñó un ojo pícaro.

― ¡Eres un descarado, hijo de pu-! ―Irene lo interrumpió.

― ¡No le hables así a tu novio, Bang Chan!

― ¡Que no es mi novio!

― ¡Eso quisieras! ―aseguró Felix.

― ¡Felix!

― ¡Bang Chan!

― ¡Mamá!

― Marco ―exclamó Yeji.

― Polo ―continuó Hyunjin. Ambos se señalaron felicitándose por la sincronía.

― Vale, sí todo el mundo aparentemente me empareja con Felix, yo no necesitaba saberlo. ―reclamó molesto, mirando a su amigo de soslayo.

― Nunca te molestó antes. ―señaló el menor.

― Bueno, nunca me lo dijo mi propia madre a la cara.

― Por favor, Bang Chan ―rió Yeji, mirándole escéptica―, siempre que íbamos a visitar a la señora Lee, mamá se la pasaba hablando de cuándo se te pasaría tu etapa de hetero falso.

― ¿Mi madre también?

― Tú madre y todas las vecinas de la cuadra ―afirmó Irene sin rastro de vergüenza.

― Oh. ―Pronunció Felix mirando a Bang Chan. Su amigo rió, encogiéndose de hombros.

― Suficiente información para una vida.

¡gracias por leer!

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