capítulo final ².

No le costó mucho encontrar a los inconfundibles gemelos Bang. Y no fue precisamente por su atractivo, sino porque no era fácil perderlos cuando Hyunjin estaba encima de una mesa acostado, tratando de rapear alguna canción de AgustD -tratando y fallando-, mientras que Jeongin y otro chico con pinta de mesero sostenían a Chan, con los brazos del castaño alrededor de sus hombros. Chan reía y gritaba incoherencias mientras los otros dos intentaban con todo mantenerlo de pie a pesar de sus piernas de gelatina.

Incluso viéndolo borracho e inútil, Felix no podía evitar sonreír enormemente. Las mejillas de Chan estaban sonrojadas por el alcohol, su cabello alborotado y, puede que no fuera muy atractivo para el mundo promedio, pero a Felix le fascinaba escuchar sus alaridos bobos y graciosos. Le recordaba por qué lo había elegido a él entre tantas personas para ser su persona favorita.

¿De verdad era tan importante el sentir algo más allá de eso? Sería muy hipócrita de su parte decir que desearía no tener a Chan de mejor amigo. Felix no podía arrepentirse de ninguna de las cosas que él y ese indeliberado castaño habían hecho. Y si para seguir teniéndolo a su lado debía tragarse esos absurdos sentimientos en lo más profundo de su garganta, pues que así fuera.

Ah, qué estúpido es el amor.

― ¿Uhm? ¡Woah, mira Chan, es Felix! ―Hyunjin, que en algún momento había llevado su vista hacia él, exclamó maravillado.

Felix alzó una ceja. Okay, sin dudas estaba el triple de ebrio que hace rato.

Llevó sus ojos hacia Chan. El castaño lo observaba desorientado, como si no tuviera sentido alguno que Felix se encontrara allí.

Felix sonrió tranquilamente, fingiendo que no le sudaban las palmas de las manos. Caminó hacia allí, y cuando Chan captó que no era un espejismo se lanzó hacia él, rodeándolo por el cuello con los brazos.

― ¡Lixieeeeee! ―exclamó, haciendo que Felix alejara un poco su cabeza.

― No me grites, Channie ―dijo suavemente, aplicando los apodos que al borracho Chan le gustaban.

― Ya estoy aquí.

― ¡Tardaste siglos, Felix! ―Jeongin bufó, viéndose completamente enojado.

― ¡No vuelvo a hacer de niñera con estos dos pendejos, así que procura hacer bien tu trabajo de marido y cuidar a tu nudista oxigenado!

― ¡Te dije que no soy oxigenado! No sé qué significa, pero suena feo y no lo soy ―Chan hizo un puchero, ocultando medio rostro en el cuello de Felix.

Felix trató de aparentar serenidad, pero era sumamente difícil teniendo la respiración de Chan en su cuello. Le dedicó una sonrisa a Jeongin.

― Prometo que te compensaré esto, gracias por mantenerlo a salvo ―dijo acomodando a Chan, tomándolo de la cintura.

― ¿Puedes sacar a Hyunjin tú solo?

Jeongin cruzó los brazos sobre el pecho y arqueó una ceja con arrogancia.

― A diferencia de ti, yo sí sé controlar mi ganado. A Hyunjin lo domino con sólo usar la palabra 'sexo' o 'lencería'.

Felix iba a decir algo, pero el chico al lado de Jeongin -del cuál hasta ahora había hecho caso omiso- llamó su atención.

― ¿Él es Felix? ―preguntó ladeando la cabeza. Felix se limitó a asentir con la cabeza―. Oh, ahora sí entiendo por qué Chan está así. ¡Yo sin dudas me enamoraría de ti, incluso siendo hetero!

― ¿Qué...?

― ¡Sunwoo! ―Hyunjin llegó a ellos, tambaleándose―. No diigas eso, ¡yo soy más apuesto que Felix!

― Tienes novio ―dijo Sunwoo sin dejar de sonreír.

― Y está aquí presente ―ladró Yang, molesto.

― El sueño de toodo hombre es-hacer un trío ―dijo Hyunjin, alargando algunas sílabas y entrecortándose en otras―. Innie, ¿podemos hacer un trío con Sunwoo?

La cara de Jeongin enrojeció por la indignación. Levantó su puño dispuesto a golpear a Hyunjin por semejante idiotez, pero Chan acotó justo a tiempo.

― ¡No mames, Jin! ¡Sunwoo sólo tiene diecinueve años! ¡Te va a perseguir la ONU si te acuestas con él!

Felix afiló la mirada en dirección al chico. ¿Diecinueve años? ¿Hyunjin no había dicho que Chan se besó con un niño de diecinueve años?

― ¡Hey, soy perfectamente legal, hyung! ―se defendió Sunwoo.

― Sunwoo puede tener tener todos los años del mundo, traerme un hueso de velociraptor y decirme que su padre es el Eslabón Perdido ―dijo Jeongin, sonando más sin paciencia a cada segundo―. Pero yo no comparto, Hyunjin, así que jódete tú y tu absurda idea de un trío con Sunwoo.

― Tengo un novio taaaaan aburrido ―medio gritó, medio lloriqueó. Miró a su hermano y a Felix―. ¡Ustedes dos piensen bien en lo que van a hacer! Todo es bonito hasta que el pasivo empieza dominar la relación y a convertirse en un duende mandón.

― ¿Se puede saber qué significa eso? ―consultó Jeongin con un tic en la ceja y una sonrisa tenebrosa.

― Lixie ―Chan lo llamó, pegando un largo bostezo―. Jinnie está hablando mucho y Jeongin da miedo. Vayámonos.

― Se dice gracias, maldita cerda malagradecida ―masculló el peli azul rodando los ojos.

― Si dici griciis milditi cirdi miligridicidi.

― Me parece impresionante que aún vuelto mierda tengas el descaro de hacerme el ninini ―Chan hizo un gesto de indiferencia, pero antes de que continuara la pelea Felix se vio obligado a interrumpir.

― Creo que será mejor que nos vayamos ―dijo incorporando a Chan de nuevo, caminando hacia la salida del bar―. Ya sabes, antes de que la vena que tienes en el cuello se escape ―bromeó.

Yang abrió los labios, así que Felix se apresuró a salir de allí, escuchando qué el chico lo insultaba.

― Tomaremos un taxi ―le dijo a Chan cuando estuvieron en la parada.

― Lixie, tengo mucho... ―un bostezo le cortó la oración―... sueño. ―Apoyó su mejilla en el hombro de Felix, ronroneando como un gatito.

Felix sonrió con el corazón derretido, llevando una mano hacia la cabellera de Chan para acariciarla.

― Después de que lleguemos y tomes un baño podrás dormir, pero ahora necesito que te mantengas despierto, Channie.

― Diablos, siento que voy a caer mordido.

― ¿Mordido? ―Felix rió― ¿No querrás decir dormido?

― Quizás.

Felix negó con la cabeza, revisando a ver si se acercaba algún taxi. La calle estaba desierta, y esto le preocupó un poco.

― Huele a lluvia ―dijo Chan.

Felix miró al cielo, notando que en efecto las nubes estaban grises, y el olor húmedo comenzaba a inquietarlo.

― ¿Traes tu celular? ―le preguntó a Bang, que parecía un poco más lucido―. Debemos llamar a la línea de taxis, pero no sé el número.

Chan pensó un momento antes de negar lentamente.

― Lo dejé... en la casa de Tzuyu. Por eso te llamé desde el celular de Hyunjin.

No lucía tan ebrio cuando dijo eso.

― Oh, sí ―Felix rió sin ganas, sintiendo unas ligeras gotas caerle encima de la cabeza―. Tzuyu... entonces, ¿qué tal estuvo?

La mirada menos desenfocada de Chan se tornó abrumada, y Felix sintió como la mano que le sostenía el hombro apretaba más.

― No follamos, yo... cómo que no pude hacerlo.

Una parte de Felix se alegró al oír esto -una gran, gran parte, pero su yo racional le dijo que no fuera absurdo. ¿Y qué si Chan no pudo acostarse con Tzuyu todavía? Tarde o temprano volvería a tener sexo con mujeres, así que no había nada de que alegrarse.

Sonrió consolador, acariciando la espalda baja de Chan.

― No te preocupes, amigo. Encontraremos una solución para tu problema. ―Tal vez él debería buscar un psicólogo para Chan. No sabía de qué magnitud era su aversión hacia las vaginas, pero sin dudas debían empezar a tratarlo adecuadamente.

― Creo que yo tengo una solución ―la voz muy, muy baja del castaño lo atrajo.

Se mordía el labio con inseguridad, pero en contraste con eso su mirada enfocada. Y, aunque estaba todavía un poco inestable físicamente, ya no había rastros de alcohol en su habla.

Felix ladeó la cabeza, sintiendo la lluvia aumentar hasta llegar a ser constante.

― ¿Sí? ―preguntó un poco entusiasmado―. ¿Cuál es? ¡No te hagas el difícil y dime!

Chan permaneció en silencio por unos segundos antes de sonreír sereno y negar con la cabeza.

― Se me olvidó lo que iba a decir. Lo siento, amigo.

Felix abrió la boca enormemente y le pegó en la cabeza, sacando un quejido divertido de Chan.

― ¡Eres un pésimo borracho, Chan! ―rió.

― Gracias, gracias. Lo intento.

Felix sonrió resignado, pero logró observar a lo lejos que un taxi se aproximaba. Se apresuró a detenerlo. Metió a Bang dentro y luego entró él, deseándole buenas noches al taxista e indicándole su dirección seguidamente.

― Pudimos irnos caminando, sabes. ―Dijo cuando el auto se puso en marcha―. Después de todo ya estamos empapados.

― Síp, pero nuestro vecindario no queda precisamente a la vuelta de la esquina. Y tú estás todavía un poco inútil como para caminar hasta allá.

Chan emitió un ruidito de acuerdo antes de cerrar los ojos y apoyar la cabeza en la ventana del taxi, así se mantuvo todo el camino. Felix, por su lado, se dedicó a mandar un mensaje al número de Chan, de repente conseguía recuperar su celular si Tzuyu de verdad era tan buena chica como aparentaba.

ChanPendejo ♡🍓

Hola 20:20 ✔✔

Uhm, ¿hola? 20:22

¿Eres Tzuyu, cierto? 20:23 ✔✔

Sí, ¿quién es? 20:23

¿Quién soy? ¿Cómo me tiene agendado Chan? 20:24 ✔✔

"LixieTwink 🐿♡" 20:26

Debí suponerlo. 20:26 ✔✔

En fin. Soy Felix, el mejor amigo de Bang Chan 20:26 ✔✔

¿Sí me recuerdas? 20:27 ✔✔

Oh, claro 20:28

¿Escribes para presumirme que ya te folló? 20:28

¿Disculpa? Creo que no entiendo. 20:29 ✔✔

¿Sabes algo? ¡Vete a la mierda! Dile a Chan que ojalá disfrute mucho su vida de maricón. 20:29

Al fin y al cabo no está tan bueno y prefiero millones de veces no coger antes que ser follada por un homo. 20:30

Y en cuánto a ti, espero que por algún milagro biológico Chan te deje preñado y no te pague el aborto. 20:30

Adiós .I. 20:30

Eh, oye, de verdad que no sé de qué estás hablando 20:31 ✔

¿Tzuyu? 20:32 ✔

No llegan los mensajes 20: 33 ✔

Espera, ¡¿DE VERDAD ME BLOQUEASTE, PROSTIPUTIGOLFA?! 20:35 ✔

Aparentemente, sí.

Felix chistó y apagó su celular, guardándolo después en el bolsillo. Ya habían llegado a la calle, por lo que le señaló al taxista la casa de Chan. Pagó y, con mucho esfuerzo, bajó a su adormilado amigo del auto, arrastrándolo hasta la puerta de entrada y haciendo malabares para sacar la llave del blue jean de Chan y poder entrar a la casa. Al parecer estaba vacía, así que encendió las luces y, sin mucho cuidado y con los brazos cansados, literalmente lanzó a Bang al sofá. Lo peor es que el idiota ni siquiera se molestó en abrir los ojos.

― Debes tomar una ducha ―le advirtió quitándose la chaqueta mojada―. Puedes resfriarte. Además, tenemos que sacarte el olor a alcohol. Apestas.

― Dios santo ―se quejó Chan―, sí ¡ya entendí, mamá!

Felix puso los ojos en blanco y fue hasta el baño de planta baja, llenando la bañera hasta el tope con agua fría y buscando un par de toallas. Hizo una mueca al darse cuenta de que tendría que desvestir a Chan -si es que no tenía que bañarlo también, de paso-.En todos sus años como amigos esta situación se daba frecuentemente, casi cada tres fines de semana. A veces Felix era el borracho sin remedio que no se acordaba ni de su apellido, pero en su mayoría casi siempre era Chan el que terminaba en un mini-coma por ingerir licor como si de jugo se tratase. Dado caso, ellos estaban más que acostumbrados a cuidar del otro, y en esto venía incluido desnudar, bañar, vestir y alimentarse entre sí.

Pero por obvias razones, ahora Felix no podía tomar esto como parte de la rutina. Nada más de pensar en el cuerpo de Chan desnudo y a su merced hacía a su polla retorcerse entre sus pantalones -los cuáles estaban más que ajustados por la lluvia.

Con suerte, Chan estaría tan borracho que no notaría su erección, y después de que Felix lo vistiera caería rendido hasta el día siguiente.

Asintiendo ante la posibilidad, fue a buscar a Chan, el cuál estaba a nada de quedarse dormido en el sillón. Le quitó los pantalones con mucha dificultad, por suerte el tarado había atinado a sacarse las botas. Lo cargó como antes, casi cayéndose cuando el peso muerto de Chan se le vino encima.

― Maldición, Channie. Camina ―ordenó mientras avanzaba costosamente.

― Me siento como si nos fuéramos a casar, Lixie ―rió tontamente, sin ayudar a Felix en lo absoluto.

― ¡Ahora me llamaré Christopher Lee, así es!

Felix suspiró. Diablos, y creyó que se le había bajado un poco el trago.

Cuando llegaron por fin a la puerta del baño, ya Chan se encontraba cantando la marcha nupcial sin dejar de reírse.

― Nos declaro marido y... marido ―carcajeó, inclinando el rostro hasta la boca de Felix, haciendo ademán de besarlo.

Felix se sonrojó.

― ¿Q-Qué estás haciendo? ―interpuso una mano entre ellos, cubriendo la cara de Chan.

― ¡Lixie! ¡Se supone que nos estamos casando! ―protestó sacudiendo la cabeza hasta quitarse la mano―. Puedes besar al novio ―dijo, volviendo a inclinarse.

Felix, entrando en pánico, soltó a Chan y se quitó, dejando que su amigo cayera en la bañera sin remedio. Observó como Chan se reía más alto, incluso si empezaba a temblar por el agua fría.

― Genial, ¡nos estamos casando en Hawaii!

Felix se palmeó la frente. Dios santo, odiaba cuando Hyunjin tenía razón; Chan sin dudas sobrepasaba lo irritable cuando estaba borracho.

¿Lo peor del caso? A Felix le seguía fascinando lo ridículo que era, incluso mientras cantaba la canción de Bob Esponja y chapoteaba en la bañera como un niño pequeño.

Le quitó la camiseta ceñida al cuerpo, y fue un reto no quedarse mirando su tonificado pecho.

Diablos. Su miembro disfrutaba de la jodida vista como no tienen idea.

No tuvo el pudor para quitarle la ropa interior, simplemente se dedicó a mojarle la cabeza para sacarle el agua de lluvia. Poco a poco Chan dejó de canturrear y se quedó quieto, dejando a Felix lavarle el cabello y tallar su amplia espalda.

― Yo realmente quería tener sexo con ella, ¿sabes? ―dijo Chan después de un rato, mientras Felix le quitaba el shampoo del pelo.

Sus manos se detuvieron en el cuero cabelludo. Tomó un par de respiraciones profundas hasta que estuvo seguro de que su voz no se quebraría.

Era amargo querer ser el único que su amigo deseara. Pero nuevamente, Felix sólo era un culo estrecho -el culo estrecho de un hombre. No podría competir contra la hermosura de una mujer.

Aunque, la conversación con Tzuyu comenzaba a inquietarlo. La chica había insinuado que Chan era maricón, pero buscándole la lógica cualquier mujer orgullosa pensaría eso si un chico la rechazaba a la hora de tener coito.

― Hay muchas chicas guapas por allí, Chan ―le dijo, cerciorándose de no haber dejado jabón en su cuerpo―. Después de que te curemos esa aversión, podrás tener una orgía con el equipo de las porristas ―bromeó sin sentirse muy divertido.

Chan no se rió, ni siquiera sonrió. A juzgar por su expresión cabizbaja, Felix comenzó a dudar de haber dicho algo malo.

― Chan, yo... era un chiste ―dijo, por si no había quedado claro.

― Lo sé. ―Asintió mirando hacia abajo.

― Uhm ―dudó.

― ¡Hey anímate! ―exclamó Felix con una gran sonrisa―. No es la gran cosa, enserio. La falta de sexo no ha matado a nadie todavía, hasta que arreglemos tu problema prometo mantenerte distraído, ya sabes; videojuegos, películas, molestar a los chicos mientras duermen, ¡será divertido! ―Chan levantó la mirada, mirándolo con los ojos abiertos y brillosos, ilusionados. A Felix se le contrajo el corazón, pero obligó a la sonrisa a quedarse―. Seré el mejor mientras encontramos una cura, ¡así que quita esa cara larga, Channie!

Su prioridad era mejorar a Chan, restablecer su amistad sin baches. Al diablo con los sentimientos problemáticos. ¡Felix no iba a perder a su Chan por un enamoramiento!

― Si lo dices así ―Chan murmuró, y Felix se acercó un poco para escuchar mejor lo que decía―... quizás no quiera encontrar una cura.

Felix se le quedó mirando. Chan se había sonrojado levemente al decir esto, por lo que las palabras terminaron de tener sentido en su cabeza.

La sonrisa se fue de inmediato, siento remplazado por una expresión impactada.

― ¿Cómo? ―dijo.

Chan tomó una respiración profunda antes de voltear la cabeza para mirarlo completamente.

― Si curarme significa renunciar a lo que siento por ti, fingir que no quiero besarte y dejarte a manos de Changbin... si eso significa curarme, pues déjame decirte que yo no quiero.

― Chan... yo, no comprendo ―balbuceó Felix con el pulso a mil y la cara sumamente caliente.

Esto no estaba pasando, ¿verdad?

Chan se puso de pie en la bañera, su hermoso cuerpo imponente ante Felix que se quedó mirándolo desde abajo hasta que Chan lo obligó a levantarse para así observarse a los ojos.

― Lixie... ―dijo en susurros―. Tú... ¿me alejarías si yo estuviera enamorado de ti?

... ¿Qué?

― Si... si t-tú estuvieras enamorado de mí ―repitió, creyendo no haber escuchado bien.

El castaño asintió con la cabeza, luciendo completamente decidido, firme. Pero Felix, con todas las repercusiones de sus defensivos pensamientos, creyó que era una broma y sólo pudo sonreír de forma torcida.

― No juegues con algo así, chico hetero ―dijo burlándose.

Chan resopló fastidiado.

― ¿En serio? ¿parece que estoy jugando? ―Felix se encogió de hombros.

― ¿No lo estás? Vamos, Chan. No es divertido ―dijo tratando de alejarse. Las manos del mar en su cintura se lo impidieron―. No hagas esto ―suplicó, inquietándose por el rumbo de la situación―. Dijimos que lo olvidaríamos. Amigos, mejores amigos, ¿recuerdas?

― ¿Y qué si ya no quiero ser tu mejor amigo?

El corazón de Felix dio un vuelco, acelerándose por el temor que recorrió sus venas.

― ¿Q-Qué? ―jadeó.

― Felix, yo... ―tartamudeó un poco, antes de inclinarse y besar a Felix castamente en los labios. Ambos suspiraron por la sensación, la calidez, lo correcto que se sentía el sólo rozar sus labios. Chan hizo un sonido afirmativo―. Sí, lo he decidido. No quiero ser tu amigo más.

― Chan...

― Sé mi novio ―Felix amplió los ojos. Miró a Chan desorientado, él sonreía con vergüenza―. Hum, no, eso no suenó muy bien. Pero es lo que quiero, Felix. Por favor...

― ¡No juegues! ―Felix gritó. Chan dio un respingo al darse cuenta de que Felix se veía realmente indignado. Él se sentía traicionado―. ¿Qué? ¿Crees que es gracioso primero usarme cómo un condón, confundirnos a ambos, decir que quieres follar a una chica después y luego venir a decir que te gusto? ¡Así no funciona el mundo, Chan! ―Batió las manos del castaño lejos de su cuerpo antes de dejar el baño.

Jadeó temblorosamente contra la puerta, sintiendo que las lágrimas se agolpaban en sus ojos. Él las limpió con frustración. Estúpido Chan.

Subió a la habitación del rubio a bañarse, maldiciendo siempre por lo bajo lo cabeza hueca que era su amigo.

Dentro de la ducha, Felix se enjabonada con movimientos espasmódicos, los sentimientos conflictivos haciendo a su organismo temblar internamente.

¿Qué creía Chan que estaba haciendo? ¿Decir que quería follar a Tzuyu, para después soltar semejante estupidez? ¡Felix no entendía un carajo lo que estaba pensando!

¿Y si Chan se dio cuenta?

El jabón se cayó de sus manos.

¿Y si sabe que te gusta? ¿y si sólo se estaba burlando de tus sentimientos?

No, no. Cálmate, se dijo firmemente, recogiendo el jabón y terminando de asearse.

Eran años de amistad, años de escarbar en las capas de la personalidad de Chan. Felix podía decir con total certeza que su amigo nunca sería capaz de tal cosa, burlarse de los sentimientos de alguien hacia él. ¡Menos de Felix! No debía dejar que el enojo le nublara el juicio.

Entonces, ¿qué mierda había sido eso?

Sacudiendo la cabeza, Felix se vistió con alguna pijama de Chan y se puso a secar su cabello. Se miró por casualidad en el espejo del cuarto y resopló. A pesar de qué su contextura física no sea igual a la de Chan, al él tener su cuerpo un poco más definido, por decirlo de alguna forma. Al mayor le gustaba vestir ropa más grande de su talla original, por lo qué parte de sus clavículas y parte de su pecho podían notarse con claridad al usar una camiseta del pálido.

Por inercia tocó un lugar en donde sabía que habían estado una de las marcas posesivas de Chan, y sus ojos perdieron la lucha contra las lágrimas. Felix comenzó a llorar de la frustración, maldiciendo sus sentimientos, detestándose por ser gay y, por sobre todo, enamorarse de su muy no-tomo-nada-enserio mejor amigo, Christopher Bang.

La puerta se abrió. Felix cerró los ojos sin el valor para mirar a Chan, pero sentía los ojos sorprendidos del mayor sobre él, sobre su rostro empapado. De seguro se veía patético, afectado por lo que de seguro había sido una tonta broma.

― Anda ―dijo Felix, su voz ahogada, pero a la defensiva―. Ríete. Soy un sensible de primera, me tomé tu broma enserio, ¿y qué? No soy de piedra, pero tú eres un gilipollas y-

Los brazos fuertes de Chan lo rodearon, atrayéndolo hacia su pecho y manteniéndolo ahí. Felix gimoteó y lo abrazó por la espalda. Al carajo, él de verdad no era de piedra.

― No era una broma, Felix ―dijo dejando un beso en su pelo.

Felix dejó escapar unas lágrimas más. No, no juegues conmigo.

― Pero igual, lo lamento ―continuó, acariciando lentamente su cabello―. Tienes razón, siempre la tienes, siempre la tuviste. Tener sexo fue una mala idea, pero yo no te veo como un jodido condón usado. ¿Cómo diablos puedes pensar eso? ―gruñó.

― No, me ves sólo como u-un culo estrecho, y eso es millones de veces peor ―sonrió sarcásticamente.

― ¡Nunca te vi cómo eso! ―replicó Bang―. Enserio, ni siquiera cuando teníamos sexo. Yo jamás pude verte como un culo apretado solamente, no soy tan hijo de puta. Mientras follábamos yo... seguía viéndote cómo mi mejor amigo.

Felix resopló, pero salió como un lloriqueo.

― Genial, mucho mejor.

― Sí, es mejor. Porque al ver a mi mejor amigo veía a la persona que más amo en el mundo, con quién más disfruto estar ―se separó sólo para tomar las mejillas de Felix, sonriéndole también deprimido―. No esperaba que eso se convirtiera en algo más, sabes.

― Chan, no...

― No, mira ―le interrumpió―. Lo sé, lo entiendo, ¿sí? Lo jodí todo, tú sólo me ves cómo tu mejor amigo y eso está bien. Yo sólo... ―bajó la mirada un segundo―, no quería vivir con esto por años, sintiéndome mal por no habértelo dicho. Y obviamente no quería que pensaras que lo que dije en el baño era sólo una tomada de pelo. Tú me gustas.

Felix lo miró con recelo.

― ¿Se te olvida que eres heterosexual? ¿Qué todo fue sólo por una estúpida vagina ancha?

― Si vas a rechazarme, no necesitas ser tan crudo ―reprochó.

― Yo no te estoy rechazando.

― ¿Qué?

― ¿Qué?

Ambos se miraron el uno al otro, Chan estaba con los ojos abiertos de par en par, asombrado por las palabras de Felix. Y bueno, Felix se estaba cacheteando con un bate en su mente.

― ¿No me estás rechazando? Eso significa que...

― Somos mejores amigos ―dijo Felix como si nada.

― Pero tú acabas...

― Tengo hambre, ¿sabes? ¿Qué tal si pedimos pizza?

― Felix...

― Aunque prefiero hamburguesas, no estoy seguro.

― ¿Estás evadiéndome?

― Escuché un rumor en la uni de qué Wendy tiene piojos.

― ¡Joder, basta! ―Chan gritó, cubriendo la boca de Felix con una de sus manos. Otra vez se quedaron mirando, Felix afligido y Bang completamente esperanzado―. Entonces, ¿es verdad? ¿Yo también te gusto?

Felix entrecerró los ojos lentamente hasta que sólo veía a Chan a través de sus pestañas, luego asintió con la cabeza rígidamente.

Vio la sonrisa del castaño aparecer de nuevo en sus labios, emocionada, eufórica.

― ¿De verdad? ―quitó ambas manos, dando brinquitos en su sitio como un niño en navidad a punto de recibir sus regalos―. ¡También te gusto! ¡Oh, Dios! ¿Cómo es esa expresión que siempre usa Hyunjin? ¿Gay panic? ¡Ah, estoy teniendo un gay panic ahora mismo!

― Chan, espera... ―dijo Felix, sonriendo a pesar de sí mismo―. No sé por qué te emocionas tanto.

― ¿No es obvio? ¡También te gusto!

― S-Sí... pero ¿no somos mejores amigos? Te gustan las mujeres.

Bang dejó de brincar y frunció el ceño, sus labios terminaron en un puchero.

― Yo... sí, me gustan. Pero tú me gustas más.

― Chan, por favor, piensa en lo que dices.

― ¡Lo hago! Bueno, eso creo ―Felix le miró escéptico, a lo que Chan alzó las manos―. No soy bueno con los pensamientos, pero si de algo estoy seguro es que te amo, Felix. ¿Alguna vez has cuestionado eso? ¿Alguien lo ha hecho?

Lee se mordió el labio inferior, dudoso.

― No es lo mismo. Era un amor casi fraternal.

― No, no lo era. Y si lo era, ¿qué? La orientación sexual es algo que cambia, sucede todo el tiempo. Aunque creo que no es mi caso. ―Se rascó la mejilla, meditando―. Hoy en el bar, besé a Sunwoo. ―Felix tragó grueso, recordando el detalle, pero no comentó nada al respecto―. Y no sentí nada. Y más temprano, cuando iba a acostarme con Tzuyu, sólo podía pensar en ti.

Felix se sonrojó. ¿Chan había pensado en él incluso con una tipa caliente a su disposición?¿Entonces los mensajes de Tzuyu...? Oh, vaya.

― Correcto. ―Dijo Felix, sobándose la sien. Estaba teniendo un conflicto emocional y mental ahora―. Entonces, tú estás bien con esto. Con gustar de un chico.

Chan se encogió de hombros.

― No voy a decir que no es raro, lo es. Pero cómo te dije antes, si lo quiero -y lo hago- no puede ser nada malo. ―Sonrió, dándole una mirada cariñosa a Felix―. Y, como también dije, eres tú, Lixie. Eres mi persona favorita, el pastelito de arroz, eres el chico más hermoso y genial que conozco. Y siempre hemos sido una especie de raro matrimonio. Entonces, si yo, que era el supuesto hetero falso, estoy bien con eso... ¿por qué tú no?

Felix tuvo problemas para responder ante la lógica de Chan. Estaba impresionado, el muy... ahg usaba el cerebro cuando le convenía.

Se cruzó de brazos y apartó la mirada, pensando en qué le impedía aceptar lo que Chan le decía. Si era esto lo que quería, y Chan estaba bien con ello...

― Quizás es miedo a que te canses de mí cuando deje de ser un culo estrecho ―murmuró―. No soy una mujer, no tengo la gracia de una. Cuando tú te des cuenta quizás te arrepientas o entiendas que sólo estabas confundido.

Listo, lo había dicho. Uff.

― No seas tonto ―pidió de forma exasperada―. ¿Qué parte de que eres mi persona favorita no entiendes? ¿Cuándo te he dejado de lado por una mujer? Me gusta tu culo, obvio, pero amo la forma en que me miras y me sonríes cuando acabas, o después, o cuándo sea. Tú de verdad me gustas. Por favor, Felix, créeme.

Felix se quedó mirando a Chan por lo que pareció ser una eternidad, sin expresión, sin nada en sus ojos, sin nada. Lee comenzaba a sentirse asustado, porque el silencio comenzaba a sonar como un rechazo. Bajó la vista, con ganas de...

― Me gusta que me besen.

Levantó la mirada tan rápido que casi se rompe el cuello. Felix sonreía de par en par, mostrando sus lindas mejillas abultadas.

Oh, Dios.

Chan se encontró sonriendo también.

― ¿Sí?

― Sí. Debes sacarme a comer cada cuanto, preferiblemente hay que hacer algo primero, cómo ir al cine. Amo el parque de diversiones, la montaña rusa es cliché pero me encanta. Uhm, nada de osos y esas cursilerías, si me regalaras algo deben ser figuras de acción, o cómics. El sexo es diario, sin excusas. Los fines de semana tres veces al día. También... ―sus mejillas adquirieron―. Debes llenarme de mimos todo el tiempo, y ser totalmente exclusivos. No me gusta hacer el papel de novio celoso, por lo que sólo me debes mirar a mí. Si te veo coqueteando con otra chica te cortaré las bolas.

Chan rió entre dientes y asintió.

― Bien, sin dudas puedo hacer eso.

Felix asintió también antes de mirar sus labios fijamente. Chan lo imitó, y la intensidad con la que deseaba besarlo era casi atemorizante.

― Bésame ahora, pedazo de imbécil ―dijo Felix.

Bang volvió a reír.

― Eso también lo puedo hacer.

Y vaya que lo hizo. Se besaron por mucho tiempo, y Chan se mantuvo acariciando el rostro de Felix con suavidad, mientras Felix temblaba en sus brazos y suspiraba.

Joder, nada debería sentirse tan bien. Tan correcto.

― ¿Lo tienes?

― Lo tengo.

Chan se quejó cuando Felix le mordió la lengua al separarse de golpe. Giraron hacia la puerta.

Hyunjin, Jeongin, Seungmin, Jisung, Minho, Yeji e Irene estaban en la puerta mirándolos con diversas caras que sólo expresaban una cosa; se los dijimos.

Seungmin estaba con el celular en la mano, aparentemente grabando. Puso pausa y lo guardó en su bolsillo.

― La presidenta del club paga realmente bien por el material ―comentó.

Chan y Felix se sonrojaron, el último escondió su rostro en el cuello de Chan con bochorno.

― Aw, ¡por fin! ―celebró Yeji dando palmas―. ¡Al fin Jin y yo podemos decir que Felix es nuestro cuñado!

― Voy a llamar a mis amigas para cobrar las apuestas ―dijo Irene caminando hasta el pasillo.

― ¿Escucharon todo? ―preguntó Chan fastidiado.

― Cada palabra ―respondieron al tiempo.

Chan rodó los ojos. Algunas cosas simplemente jamás cambiarían.

Miró hacia abajo, dónde su novio -novio, ah- seguía escondiéndose. Felix estaba sonrojado, pero sonreía levemente mientras acariciaba la cintura de Chan.

Quizás eso no sería tan malo.

FIN.

¡muchas gracias por leer!

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