capítulo dieciocho.
Al día siguiente, Felix y Chan iban caminando hacia la universidad en silencio. Compartían los audífonos de Chan, escuchando "I'll be your man" de BTOB desde su mp3, mientras ambos repasaban para un examen diagnóstico que tendrían a segunda hora.
No se habían dicho nada además de un "hola" cuando Felix pasó a buscarlo hasta su casa, tomando cómo excusa un genuino interés hacia la prueba. Sí, eso explicaba porque siquiera se habían dirigido una mirada en todo ese rato. No era porque Chan se sintiera completamente un imbécil por los sucesos (y pensamientos) de ayer, ni porque Felix tuviera miedo de que si miraba a Chan sus escrúpulos desaparecieran y terminará diciéndole estupideces a Chan.
Cuando llegaron, naturalmente varias miradas se posaron en ellos, la mayoría de chicas que suspiraban ensoñadas.
Antes, Chan creía que era por su extraordinario físico (vamos, al menos un porcentaje de las razones tenía que deberse a ello) y lo talentoso qué era Felix. Ambos siempre habían sido populares por igual, así que las miradas jamás lo hicieron sentir interesado.
Pero ahora, que Yeji les había contado lo del club de fans, Chan no sabía bien qué pensar. Era mucho más difícil ignorar la atención cuando era consciente de que esas chicas buscaban material para escribir historias sobre ellos, o tomarles fotos que fácilmente se malinterpretarían.
¿Qué harían esas chicas si se enteraran de lo que pasaba... o pasó entre él y Felix?
Ni cuenta se dio cuando habían llegado al laboratorio y esperaban al profesor Jinyoung. Estaba sentado junto a Felix, que leía fijamente sus apuntes sin prestarle atención a más nada.
Chan suspiró y apoyó la mejilla en su palma, mirando por la ventana sin interés. Escuchó a lo lejos que varias personas saludaban a Felix, quizás también le dijeron algo a él, pero no podía importarle menos.
La noche anterior se la había pasado reflexionando de más, considerando cosas que realmente nunca imaginó que se le cruzarían por la cabeza. Después de todo él era heterosexual. Amaba a las mujeres; lo tiernas que eran, lo fácil que se desempeñaban en cualquier ámbito, y obviamente su hermosura y lo suave que era su piel.
Esto no era nada extraño... no lo era hasta que se dio cuenta de que todas esas características las tenía Felix.
Es decir, obvio le faltaban los senos y otro agujero, pero no es como si eso fuera un gran problema. Felix era la persona más asombrosa que Chan conocía; podía ser un adorable bebé en un segundo, pero en el momento en que se echaba el cabello hacia atrás pasaba a ser un erótico adonis. Era talentoso, todo lo que se proponía lo conseguía, fuera lo que fuera. Y su piel... ah, Chan no creía que hubiera piel más suave que la de Felix, era como la de un bebé. Sin mencionar qué era la persona más confiable que Chan conocía, condescendiente, atenta y divertida. Una vez que conocías a Lee Felix, se convertía en alguien indispensable en tu vida.
Jamás creyó que estas cualidades fueran a causar tanto efecto en él, ni mucho menos que fuera por haber tenido sexo con su amigo -en lo cuál también era fantástico.
En pocas palabras, es cómo si haber sido consciente de lo mucho que Felix y él se complementaban en todos los ámbitos, y lo genial que resultaba ser el centro del mundo de su mejor amigo, desencadenara una serie de sentimientos que Chan no sabía que tenía, todos dirigidos hacia Felix.
Pero eso no podía ser. Aún si Chan terminaba de aceptar -ya lo había asimilado- que le gustaba Felix, no podía hacer nada al respecto. Y era porque era Felix, su mejor amigo.
Ni siquiera era que le molestara su sexo. Chan no era ni de cerca alguien homofóbico (eso es demasiado obvio), él no veía nada malo en ser gay, ni lo veía como algo contagioso o sobrenatural. Quizás era porque su hermano gemelo gustaba de los hombres y su madre les había inculcado una gran libertad en ese sentido, pero cuando Chan conoció a Felix, él ya era bastante expresivo con las personas, hombre o mujer daba lo mismo. Así que, digamos que él no fuera completamente heterosexual y simplemente no lo había intentado hasta ahora. Bien, esa lógica tenía sentido hasta cierto punto; pero si ese era el caso, ¿no debía sentirse atraído por otros hombres?
Echó una mirada al salón, fijándose en un grupo de chicos que estaban en la puerta.
Huening Kai era realmente atractivo, con unos ojos que lo hacían lucir rudo y tenía un trasero para morirse. Soobin tenía una voz que le erizaba la piel a cualquiera, y no era feo ni mucho menos, incluso poseía un sentido del humor bastante similar al suyo. Taehyun era adorable, amable y bonito, además de muy inteligente. Yeonjun simplemente era hermoso, simpático y sexy. Las pocas veces que había conversado con ellos pudo sentir esa aura de confianza en cada uno que le llamó la atención, pero hasta ahí. Chan no se sentía con la necesidad de follar a ninguno, incluso si sabía que sus culos debían ser bastante apretados, si es que ese era el problema que no dejaba a su pene sentirse mínimamente interesado.
Ahí estaba el rompecabezas. Si no le gustaban los chicos en general, ¿Qué diablos pasaba con él? ¿seguía siendo heterosexual y sólo estaba confundido?
Tal vez sólo era el hecho de que ver a Felix -su mejor amigo, cómo una pareja, era irreal e imposible. Al fin y al cabo, no era recíproco, Felix sólo lo veía como su compañero de toda la vida. Aún si Chan admitía algo que no sabía si estaba allí, ¿de qué serviría?
Sintió un codazo en su costilla, miró de reojo con toda la indiferencia del mundo. Felix estaba mirándolo con el ceño fruncido y ese deje incómodo que hacía a Chan querer tomarlo de los hombros, estampar sus bocas y...
― ¿Chan? ¿Me estás escuchando?
Parpadeó un par de veces desconcertado. Al parecer Felix le estaba diciendo algo mientras pensaba cosas que para nada ayudaban con su situación.
― No, tenía la mente en otro lado ―dijo de forma pausada. Felix bajó la mirada a la mesa y asintió―. ¿Qué me estabas diciendo?
― Tzuyu lleva dos minutos saludándote ―tras decir esto sin mucho humor, tomó los audífonos olvidados en la mesa y se los puso, aparentemente dándoles privacidad.
Chan trasladó su mirada hacia la chica delante de ellos. La pelinegra le sonreía de oreja a oreja, y Chan no pudo entender cómo no se había dado cuenta de su presencia.
― Hola, Chan ―dijo ella, simpática.
― Hola, Tzuyu, ¿cómo estás?
― Bien, gracias. ¿Tú cómo estás? ―Chan se encogió de hombros―. Bueno, no sé si sea oportuno. Luces algo distraído hoy, pero quería saber si podrías ayudarme a estudiar.
Chan arrugó el entrecejo―. ¿Estudiar?
― Sí, ya sabes ―Tzuyu se recostó en la mesa, acomodando un mechón de su cabello―. No entiendo mucho de criminología, y pensé que no te importaría ir a mi casa a explicarme algunas cosas.
― Uhm. ―Chan murmuró. Era bastante obvio que Tzuyu no quería que él fuera a pasar la tarde leyendo libros de algo tan relativamente sencillo como criminología. Él era experto en éstas indirectas, pero por primera vez en su vida no estaba para sexo por muchas razones -Aunque esa materia no se me da mal, creo que Minho sería un mejor tutor. Él entiende varios puntos que yo-
― Tengo entendido que Minho tiene novia ―le interrumpió Tzuyu, sonando un poco a la defensiva―. No me gustaría que ella malinterpretara las cosas.
― Tienes razón, pero en ese caso está Beomgyu. Él es el segundo mejor promedio de la clase, estoy seguro de que te sería más útil ver clases con él.
Tzuyu dio una sonrisa frustrada, aunque ella no parecía entender que Chan sabía sus intenciones. Iba a decir algo más, probablemente a insistir, pero Daehyun se le acercó a preguntarle algo, distrayéndola unos segundos.
Chan se le quedó mirando, pensando en qué otra excusa podía darle para rechazarla, justo para cuando sintió un puntapié por debajo del escritorio. Miró a Felix sorprendido, pero él no le regresó la mirada, demasiado concentrado en su cuaderno.
Qué raro.
― Bueno, como decía ―Tzuyu despachó a Daehyun y volvió a mirarlo con súplica―. No le tengo suficiente confianza a Beomgyu, él se ve como alguien a quién no le gusta que lo saquen de su zona de confort.
Una de sus cejas se arqueó. Al parecer, Chan sí lucía como alguien a quién le gustaba tal cosa.
― Probablemente si se lo pides él- ¡Auch!
― ¿Estás bien?
Chan no respondió, se dedicó a mirar a Felix con rabia y confusión, pero su amigo seguía sin volver la cabeza. No entendía por qué a Felix le estaba dando por pegarle en la pantorrilla, mucho menos mientras hablaba con Tzuyu.
― No, no es nada. Te comentaba que, si se lo pides adecuadamente él quizás- ¡Joder! ―otra patada hizo a Chan elevar la rodilla para protegerla.
Tzuyu le vio con curiosidad.
― ¿Seguro que estás bien?
Chan se resistió de abrir la boca por miedo a recibir otra agresión. Felix dejó de escribir y miró hacia otro lado, apoyando su barbilla en su mano como Chan había estado hace unos minutos, aún con los audífonos puestos. Su dedo comenzó a palpar la hoja en la que estaba escribiendo, y si Chan fuera otra persona y no su mejor amigo, probablemente jamás habría llevado la vista hacia la página. Por favor, amigo.
¿Por favor? Es que, oh... ¿acaso Felix quería que él aceptará la propuesta de Tzuyu? Pero...No es recíproco, Felix sólo es tu mejor amigo.
Chan sintió ganas de reír de sí mismo, incluso si sus ojos picaron levemente por el absurdo sentimiento de rechazo. Si era esto lo que se había estado planteando todo el rato, ¿por qué tenía que sentirse así, tan crudo?
Tal vez, pensó, porque es lo justo. Él había arrastrado a Felix a tener sexo con él por una estúpida insatisfacción sexual, le había prometido no tener enloquecimientos, ni arruinar su amistad, pero era exactamente lo que estaba haciendo. No podía esperar que sólo por ser gay Felix se enamorara de él. Este era su castigo por haber sido un estúpido incapaz de aguantarse unos días sin follar.
Pero la intención era y siempre sería no dañar a Felix. Él no sería su papá; Chan no dañaría la relación más hermosa que tenía por algo que ni siquiera tenía en claro. Felix no lo merecía, y Chan podía hacerlo mejor.
Respiró hondo y forzó una sonrisa encantadora, viendo cómo de inmediato a Tzuyu se le sonrojaron las mejillas de la mera emoción.
― Pensándolo bien, creo que sería bastante descortés de mi parte no ayudar a una chica tan hermosa como tú ―dijo coqueto, aún si el estómago estaba pateando un lugar muy cerca de su corazón―. Te ayudaré, preciosa. Dime la dirección de tu casa.
La sonrisa que apareció en los labios de Tzuyu fue tan grande que casi se le salió del rostro.
― ¡Gracias! Si quieres podemos irnos juntos al terminar clases.
Chan la miró dulcemente a los ojos y asintió, viéndola irse con querubines y corazones volando a su alrededor.
Relajó los hombros cuando pudo borrar la sonrisa. Dios, jamás pensó que coquetear se sintiera tan incorrecto.
Pero estaba bien. Él no lo estaba haciendo por sí mismo.
No pudo mirar a Felix, pero supo que su amigo había vuelto a escribir en su libreta por el vago sonido del lápiz rayando el papel. En cambio, miró el mp3 que estaba sobre la mesa.
Estaba apagado.
¡gracias por leer!
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