capítulo cinco.
El gemido que escapó de los labios de Felix cuando Bang Chan le chupo la lengua fue mejor que todas las películas porno que habían visto.
Felix estaba deshaciéndose en sus brazos mientras Bang Chan maltrataba su boca con besos bruscos y salvajes, hundiendo la lengua lo más que podía en su garganta mientras él mismo Felix succionaba hacia atrás el músculo.
La polla de Bang Chan choco con el hueso de la cadera de su amigo y una oleada de desquicio se apoderó de él cuando bajó sus manos hasta las nalgas de Felix y las estrujo con los dedos abiertos, presionando con los índice en el medio.
― Oh, Dios... sí ―murmuró Felix cuando Bang Chan sacó su lengua, bajando por el cuello de Felix para dar más lamidas superficiales.
Las manos de Felix estaban en todos lados. Sus hombros, su cuello, hasta llegó a sentirlas en su trasero, pero Bang Chan no se distrajo con eso y empezó a quitarle la camisa al menor. El pecho descubierto del chico blanquecino a excepción de esos rosados pezones más que erectos.
No había tetas, era plano totalmente y aún así no dudo en chupar uno de los pezones como si fuera un hombre sediento. Felix gimió -el jodidamente gimió cuando Bang Chan empezó a chupar y chupar, rodeando su pezón con la lengua en movimientos circulares hasta que quedó hinchado y dolido.
La lengua bajó hasta su estómago y se detuvo en su ombligo.
― Bang Chan, no ahí, es... ―trató de decir, pero su amigo no le escuchó antes de besar con la boca abierta esa zona, arrancándole otro sonido vergonzoso.
Tener a su mejor amigo de rodillas, lamiendo y besando su estomago era tan raro, incluso más que besarse. Pero Felix no pudo siquiera pensar en detenerse, no cuando se fijó en la erección oculta debajo de los pantalones deportivos de Bang Chan. Se lamió los labios con hambre. Quería probarla, quería tener la polla en su boca hasta que el mayor olvidara a cualquier chica con la que folló en su vida.
― Quiero chupártela ―consiguió decir.
Bang Chan detuvo sus labios y se alejó de su ombligo, y antes de darse cuenta ahora era Felix el que estaba arrodillado, bajando sus pantalones hasta que el pene salió y golpeó su labio inferior.
― Joder, te ves tan... ―dijo Bang Chan, mirando con las mejillas sonrojadas a Felix cuando empezó a lamer lentamente la roja e hinchada cabeza.
Dios. Fue como si el alma le volviera al cuerpo.
Puso una mano en el cabello de Felix, pero no le impulsó, sólo la dejó ahí. Felix había bajado las lamidas por toda la extensión de su polla hasta que llegó a sus preciadas bolas, tomando ambas en su boca y succionándolas, dejándolas salir con un morboso sonido antes de atraparlas de nuevo.
― Oh, Felix... ―Bang Chan gimió fuera de sí. La boca de su mejor amigo era un pecado. Húmeda, estrecha. Se sentía de maravilla.
Cuando Felix volvió a subir y tomó cada pulgada de su polla en la boca, Bang Chan dejó de intentar ser cuidadoso y lo atrajo usando el agarre en su cabello. Felix gruñó haciendo que la garganta le vibrase, la vena en el pene de Bang Chan presionada por la lengua de su mejor amigo.
Dios. Dios.
Sus caderas se mecieron sin cuidado, solo profundizando, manteniendo la cabeza de Felix en su sitio mientras solo le follaba la boca sin sacar ni un milímetro de su piel. Felix correspondió gimiendo alrededor de su pene y movía la lengua para humedecerla. La saliva le escurría y creaba un chasquido de lo más sensual.
Sacó su pene de la calida boca, dejando amablemente de que Felix respirara al creer que lo estaba ahogando. Más equivocado no pudo estar. Pronto Felix volvió a inclinarse y a chupar con rigidez, lamiendo cada pedazo de la polla de Bang Chan, dejándola toda mojada y rojiza.
― Eres todo una puta, eh amigo ―dijo con la voz entrecortada.
La imagen de Felix todo sonrojado y sudado, sin camisa y con la boca llena de polla -su polla- era tan incorrectamente excitante, que Bang Chan no pudo contener otro gruñido.
Aprovechando que Felix se había sacado su miembro de la boca para lamer la cabeza, Bang Chan lo levantó para poder besarlo, amando como el chico volvía a temblar entre sus brazos por algo tan simple en comparación como un beso. Se saboreó a sí mismo en la boca de Felix antes de bajarle los pantalones, hasta las rodillas, dejando un generoso beso en el interior de su muslo. La polla de Felix estaba a centímetros de su cara, toda erecta y palpitante. Nuevamente, Bang Chan espero alguna sensación de desagrado, pero nada de eso llegó y solo pido dar una experimental lamida al pene de su mejor amigo. No era fan del sabor, pero no fue del todo desagradable.
― No... ―masculló Felix―, no quiero eso. Quiero...
Bang Chan sonrió con morbo.
― ¿Qué, qué quieres, Lixie?
El menor cerró los ojos con fuerza y Bang Chan terminó sentándolo en el piso, él con la espalda recostada en el costado de la cama. Acarició la mejilla de Felix antes de besarlo de nuevo, chupando su lengua y sus labios hasta dejarlos húmedos y rosados.
― Quiero follarte, Felix. Quiero clavarte mi polla ―se escuchó gruñir.
El rubio soltó un tembloroso jadeo antes de asentir con la cabeza sumisamente y terminar de quitarse los pantalones, quedando desnudo ante la evaluadora mirada del mayor.
Felix tenía la piel tersa, suave. Su cuerpo era muy bonito gracias a las horas que su amigo se las pasaba bailando y haciendo ejercicio. Y ese pensamiento, junto a la sensual vista de la cintura y cadera, hizo a la polla de Bang Chan sentir otra sacudida.
― ¿Quieres que te lama el culo, amor? ―se ofreció. Felix lo miro asombrado, pero no duró mucho. Quién sabe cuántas veces Bang Chan había hecho aquello.
― Sí, quiero sentarme en tu cara.
Bang Chan se lamió los labios. Se colocó de tal forma que su cabeza estaba recostada en el colchón, era algo incómodo para su cuello pero eso le traía descuidado.
Felix no tardó nada en subirse y bajar lentamente hasta quedar sentado sobre el castaño, su agujero en toda la boca del mayor, pero con cuidado de no aplastarlo.
Bang Chan de inmediato atrapó el contorno de la entrada y succionó, sacándole un agudo gemido al rubio antes de que empezara a moverse de adelante hacia atrás, haciendo que la lengua de Bang Chan mojara todo el espacio entre sus nalgas.
Las manos del mayor subieron hasta ambos glúteos y los separó para intentar meter la lengua en el anillo de músculos de Felix, pero ni aún asu lo consiguió de una vez. Estaba muy apretado, estaba deliciosamente apretado.
Uniéndose a los movimientos de Felix, Bang Chan empezó a sacudir la cabeza y asimismo su lengua, tratando de meterla en ese agujero y probarlo, sentirlo apretar su lengua. Empezó a dar toquecitos torpes en ese lugar que Felix se quedó quieto y gritó. La punta de la lengua de Bang Chan había entrado.
El mayor sonrío y siguió avanzando hasta que toda su lengua estaba dentro de ese caliente agujero. Felix lloriqueaba mientras empujaba hacia abajo, y Bang Chan encerró el resto de sus labios para empezar a succionar de nuevo.
― Oh, Dios. Sí, sí, ah... ―exclama Felix con la boca abierta.
Bang Chan dio otros golpecitos antes de que Felix se levantara, su polla botando pre-semen a chorros. Bang Chan tenía el rostro rojo y sudoroso, y su mano estaba masajeándose la polla con antelación.
― Móntame, bebé, me estoy muriendo por entrar en ti.
Felix no se hizo de rogar y de inmediato estuvo encima de la polla de Bang Chan, reposando su espalda en el pecho de su amigo mientras apoyaba las manos y la planta de los pies en el suelo. El mayor sujeto sus caderas y se aseguró de tener la polla en el lugar correcto, luego ayudó a Felix a bajar lentamente, tratando de hacer menos dolorosa la intromisión.
Cuando la cabeza entró, Bang Chan casi se corre de golpe.
Era... Dios, no sabía cómo describirlo. Era demasiado apretado, caliente, húmedo por su saliva y sentía cada músculo palpitando por tener nada más su cabeza dentro. Empujó más hacia arriba y de igual forma Felix bajó, hasta que tomó cada pulgada de su miembro. Ambos jadeaban, Felix con la cabeza reposando en el hombro de Bang Cham.
― Joder, joder. ¿Estás seguro de que no eres virgen? Estás demasiado estrecho ―gruñó apretando sus caderas.
Felix le dio una mirada apenada, a lo mejor malinterpretando el tono de Bang Chan como que no le gustaba su estrechez cuando era totalmente lo contrario.
― Lo... lo siento. ―Farfulló tratando de relajarse. Y fue su carita inocente y sumisa, el contraste del habitual Felix, lo que ayudó a Bang Chan a perder todo rastro de conciencia.
Elevó la cadera de golpe, sin darle tiempo a Felix para aflojar su ano cuando empezó a sacudir su polla dentro de él, profundizando hasta qué tocó su próstata con dos o tres embestidas. Felix gritó y se le nublaron los ojos, dejando la boca abierta mientras él mismo empezó a brincar, ayudándose con sus piernas para balancearse y agitar las caderas para conseguir que la polla de Bang Chan llegara más profundo. Más y más adentro hasta que la sentía en su vientre.
Bang Chan llevó una mano al espacio entre su estimado y su polla, hablándole al oído.
― ¿Me sientes aquí, bebé? ¿Sientes cómo te rompo con mi pene? ¿Te gusta?
Felix gimió su nombre y asintió frenéticamente con la cabeza, moviendo la cadera tan rápido que casi parecía estar bailando twerking con el miembro de Bang Chan asomándose en sus mejillas cada que salía.
― Mmm.... ah~ Oh, Dios. Sí, ah...~ sí... ―sus gemidos eran delirantes.
Bang Chan no creía haber escuchado algo más hermoso que Felix gimiendo mientras era follado por su mejor amigo. Las extremidades le temblaban al chico, amenazando con desplomarse en cualquier minuto mientras se penetraba.
Bang Chan los giró de tal forma que Felix quedó boca abajo, con el torso y la mejilla pegada al colchón, y ahora fue él quien se hizo cargo de todo, embistiendo con toda la necesidad que sentía desde hace días, desde que Felix había abierto su boquita para que lo besara.
Enterró su polla hasta que no quedó nada afuera, y de ahí solo empujó y empujó, quedándose ahí para que mejor amigo sintiera cada centímetro, cada vena, cada gota de per-semen que chorreaba dentro de él.
Ahí fue cuando Bang Chan se dio cuenta de que no se había puesto y condón.
Miró hacia abajo, hacia la espalda de Felix, consideró salirse para ponerse el preservativo o acabar afuera, pero mierda, era imposible retirarse. Felix estrujaba sus paredes al darse cuenta de que Bang Chan se detuvo, apretando las sábanas mientras su boca soltaba largos y profundos jadeos.
― Duro, más duro... por favor. ―suplicó mirándole sin ver, perdido en el placer atascado.
Bang Chan soltó un liberador gemido y volvió a moverse, sacando su polla hasta la cabeza u enterrándose de nuevo, magullando la próstata de Felix hasta que su mejor amigo se encontraba llorando muerto de gusto, sólo pidiendo más y gimiendo el nombre de Bang Chan.
Las caderas de Bang Chan golpearon el interior de los muslos de Felix un par de veces hasta que sintió cómo llegaba al orgasmo atropelladamente. Soltó un gruñido mientras se tumbaba sobre la espalda de Felix, pero siguió penetrándolo un poco menos rápido, pero profundo, hasta que el menor se estremeció y de corrió, suspirando algo que sonaba como: "por la puta".
Por fin. Bang Chan sentía que por fin podía respirar correctamente, irónico porque jadeaba como un loco.
Se salió de Felix y se arrodilló atrás de él. Pasó saliva al ver lo destrozado que había dejado a su amigo. Todo sudoroso, temblando, y con su entrada roja y maltratada. Y por el infierno que no había mejor imagen que la del culo de Felix dejando salir gotas de su esperma. Comprensible. Bang Chan había estado guardando su munición por más tiempo del que jamás había esperado.
― ¿Estás bien? ―le preguntó genuinamente preocupado.
Felix asintió sin dejar de respirar agitado y se dio vuelta, mirando al techo con los ojos todavía desbordando lágrimas. Bang Chan se sintió orgulloso, el autocontrol de su amigo, su faceta de niño reservado se había caído junto con sus pantalones.
Esto no había sido una mala idea después de todo.
Solo diré, que me traigan un dulce, se me volvió a bajar la presión 😶
¡muchas gracias por leer!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top