Capitulo 3.

[Narrador]

Aquellos niños jugaron hasta el atardecer, dándole al de cabellos verdes una calma que no quería que se fuera.

La niña simplemente hizo lo que alguien de su edad haría, jugar con el olvidando todos sus problemas. Al llegar la hora de irse, el de pecas se despidió con suma tristeza, pero con una esperanza de volverla a ver.

—No te preocupes Izuku, a la misma hora vendré otro día a jugar, después de todo eres mi amigo —su sonrisa deslumbrante le dió la seguridad de que así sería.

—E-Esta bien —su sonrisa tímida a comparación a la de ella; fue muy tierna.

Despidiéndose con una promesa de volverse a ver con la inocencia de un niño, y una niña emocionada, separaron sus caminos para volver a su hogar.

(...)

La pequeña niña caminaba por las calles completamente sola, sin miedo alguno de las personas que pasaban a su lado sin tomarle importancia, así fue hasta que soltó unas palabras.

—Vaya... Si que fue un poco difícil, pero aún así me alegra ayudarle.

Sonrió inocentemente.

—Solo unos años más y tendré mi harem por completo —una sonrisa escalofriante se poso sobre sus labios, sin embargo, su rostro de niña pequeña la hizo ver adorable para las personas.

—<¿De verdad ese chico te gusta? Es un llorón.> —bufó con indiferencia.

—<Bueno, es que es demasiado tierno y lindo, Dan>

—<Ugh, estás loca. Por cierto, ¿No crees que tienes que apurarte? Después de todo tu niñera ya salió a buscarte>

<Gracias, aún así, no es como si me importara, la chica que me cuida es una puta, no le importo, solo la plata de mis padres>

—<En eso estoy de acuerdo, pero debes llegar antes de tu hora límite>

—<Que aburrido... ¿Pues que hora es? —miro la hora en su celular, espantada por lo tarde que era, salió corriendo a la dirección de su hogar—¡Puta madre! ¡¿Por qué no me avisaste antes Dan?! ¡Te agradezco que me hayas avisado ahorita pero pudo haber sido un ratito antes!>

—<Lo intente pero te estabas divirtiendo, aparte, ¿Cómo rayos llegaste hasta allá?>

—<Eh... Esa es una excelente pregunta>

—<Ah... Claramente me tocó cuidar a una despistada>—murmuro con algo de cansancio.

—<Magia Pokémon>

—<Salvenme...>

(...)

La menor llegó a su casa, donde en la entrada estaba su niñera, la cual estaba más que furiosa por qué ella no se encontraba donde le ordenó.

Acercándose con lentitud, la mayor le hizo entrar para gritarle que no debía salir sin autorización. La menor tenía la cabeza baja con inocencia.

—¡No puedo creer que hayas salido, si lo haces otra vez me van a despedir! ¡No lo vuelvas a hacer! ¡Vete a bañar! Ya estás muy grandecita como para que te ayuden.

La menor hizo caso sin decir nada, fue a su cuarto y se quedó parada unos momentos, hasta que soltó un chasquido.

—«Que flojera, ash, ojalá que se caiga»—pensó infantilmente y de inmediato hizo lo que se le ordeno.

Al terminar su baño, se puso una pijama, se peino el cabello y se sentó en su escritorio. Su mente empezó a volar, pero en un punto la puso en blanco para así, dibujar con claro disfrute.

Sus dibujos, eran su pasión, cada día desde que pudo sostener correctamente un lápiz, dibujo sin cesar, plasmando en el papel su sentir o simplemente lo que se le ocurriese.

En estos momentos, dibujaba un posible traje de héroe y villana, pala mezclarlos y hacer algo comodo, pero estético, aterrador pero lindo.

Siempre le han gustado ese tipo de contraste, con los bocetos listos los mezclo para crear un traje un tanto oscuro y tenebroso, pero a la vez misterioso y lindo, lo que no caía en su personalidad infantil.

Bajo a cenar cuando le llamaron. La niñera no era muy buena que digamos, era una 'rata mala' como le llamaba la menor.

Ya abajo; ceno en silencio como siempre lo hacía pues nunca le agrado hablar con personas que le caen mal, por qué podría soltar una mierda y no arrepentirse.

Al terminar se levanto agradeciendo la comida, y se fue a su baño a lavarse los dientes. Acomodó las cosas que utilizo y se acostó a dormir.

A la mañana siguiente se levantó empezando su monótona mañana; metiéndose a bañar y lavarse los dientes, ya lista con un cambio de ropa nuevo salió de su cuarto para encontrarse que su 'niñera' no estaba para despertarla.

La niña pensó en ignorarlo hasta que escucho voces en la habitación de la mayor. Asqueada agarro su celular y fue allí.

—<¿Que vas a hacer?>— Escuchó preguntar a Dan por el vinculo.

—<Voy a tomarle foto y video para que me deje hacer lo que quiera y por si me quiera delatar, no soy tan estúpida como para enseñarle esto a mis padres y que me quiten la libertad que ahora tengo. —Explicó como si fuera obvio—Chantaje técnicamente>

—<...>— Se quedó callado unos momentos mirándola en blanco. —<Vaya... Que padres tan irresponsables>

—<Si, ajá. Pero ahora que lo pienso ellos nunca me han pedido que haga nada, eso significa que, o me obligarán a casarme con alguien, oh a trabajar en lo que ellos quieren y me dirán; —profundizó su tono de voz para parecer a la de un hombre y hablo— "¡¿Después de todo lo que te hemos dado así nos pagas?!" o simplemente me llevarán a que este en una escuela privada de niños mimados.>—termino de hablar guardando su teléfono luego de haber guardado el vídeo y la foto.

El mayor tarareo en acuerdo y dejo el tema por la paz, cada día le sorprendía más esta, ahora niña.

—Bueno voy a ir a la casa de los Todotraumas. —sonrió en grande por su plan. Y fue a hacer algo de comer para ella, hizo algo simple; un sándwich.

Después de haber comido ese delicioso sándwich fue a la puerta lista para ir con sus vecinos.

Pero sus planes fueron frustrados por una llamada de su padre.

La menor miro sin emoción la pantalla y contestó.

—Buenos días padre, ¿Puedo saber el porque a decidido llamar a esta hora de la mañana?

   —Buenos días mi pequeña Yoriko, espero que hayas tenido una exelente mañana. El motivo de esta llamada es... ¡Vendrás a la empresa con papá! te enseñaré muchas cosas. —habló muy alegre, causando cierto parecentimiento a la menor.

—De acuerdo padre, me alegra que hagas un espacio para verme y poder pasar tiempo juntos. —con dulzura falsa pero bien camuflada, contesto a su padre.

    —¡Mi linda Koko es tan considerada! ¡La limosina va por ti va a llegar en diez minutos por ti mi pequeña! —fue lo último que menciono antes de despedirse y colgar.

La niña suspiro, un poco molesta por sus planes frustrados, pero obediente fue a cambiarse a algo un poco más presentable, si niñera no despertaba hasta las once de la mañana, así que fue a su cuarto a darle el comunicado para que ella fuese a entregarla a la salida de su casa –mansion– a la espera de la limosina.

Con desilusión, supo que este día sería muy agotador.

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