—Venezuela despierta.—Llamó el sirio molesto porque ya llevaba 30 minutos intentando despertarla.

—¿Que pasó?.

—Hoy te dan el alta.—Dijo Siria viendo como la venezolana apenas estaba recordando quien era y donde estaba.

—¿Que día es hoy?.

—Miércoles y no seas floja párate.

—Que peo' con vos siempre dices que soy floja.—Se quejó la venezolana.

—Una vez dijiste que tenías “un derrame cerebral en el pulmón” solo para no barrer la casa.

—Es un trabajo muy tedioso.

—Como sea,ya es hora de que largues de aquí.

—¿Tas arrecho?.

—No.—Negó aunque por dentro se moría de celos.

—No te creo.

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—¿'Tonces donde está mi mosca?.—Pregunto al ver que su querido novio no se encontraba en la gran casa del ruso.

—¡Dije que no le llamaras así!.

—Mamate un webo.—La puerta fue abierta,el caraqueño se acercó por curiosidad encontrándose con el amor de su vida,las lágrimas de felicidad no tardaron en aparecer,ambos corrieron hacia el otro y se dieron el abrazo de sus vidas,por fin estaban juntos,Caracas abrazaba lo más que podía a Moscú casi quitándole el aire,el moscovita también hacía lo mismo pero sosteniendo a Caracas para que no se cayera y camino los más rápido que pudo para llegar al sofá.

—Hola.—Saludo Caracas mientras sonreía.

—Hola.—Respondio Moscú,ahora por fin podrían darse esos mimos que tanto llevaban esperando,sin importarle si sus hermanos los estaban viendo beso a su amado que inmediatamente correspondió el beso,lo que era un beso tierno y dulce paso a ser un beso descontrolado y lleno de pasión ambos también se necesitaban estar junto y no precisamente para darse mimos.

—'Erga marico déjalo que respire.—Habló la venezolana la pareja llevaba rato besándose sin hacer la más mínima pausa.

—¡Y no quiero que hagan sus cosas en mi sofá!.—Moscú y Caracas se separaron jadeantes con un fino hilo de saliva que los unió momentáneamente,al terminar el beso ambos comenzaron a reír ahora si podían ser una feliz pareja sin que nadie los interrumpiera.