Capitulo 3

El día del juicio llegó, al fin la sacarían de esa celda.

Fue llevada a la sala donde la condenarían entre dos guardias, tenía sus manos atrapadas por un horrible trozo de metal, que según ella debería ser más colorido.

Una vez había llegado decidió no escuchar nada, ya sabía que iba a pasar y prefería no pensar en nada. Así simplemente decidió escuchar a Mylo, que lo único que hacía era destruir su autoestima y eso le gustaba a ella.

Sentía que escuchar todo ese veneno escupido en palabras lo mínimo que se merecía, quizás le empiece a gustar ese nuevo tipo de tortura.

- Jinx -. Dejo de pensar y se concentro en la reunión. La mujer que le hablaba vestía con ropas de color dorado, su pelo es negro y rizado -. Como sabrás hemos decidido declarar la paz entre Zaun y Piltover. Y una forma de demostrar este hecho es dandole apoyo a los Firelights, es por eso que te dejaremos con ellos, para que ellos decidan que hacer contigo.

Al final se volvió la moneda de cambio, ella sería solo una demostración de confianza.

Después de eso sintió como fue llevada de vuelta a Zaun y todo ese viaje no habló, no miró a nadie y ni siquiera pensó. Simplemente se quedo en blanco.

No podía o no quería hacer nada más, simplemente estaba cansada de seguir existiendo y últimamente en la cabeza de Jinx, la idea de la muerte se estaba volviendo un hermoso deseo que quería cumplir.

Cuando se dio cuenta de que estaba ya en en la guarida de los firelights, que delante suyo estaba Ekko, que todos las personas de ahí la miraban con odio y asco... que ahora estaba completamente sola en ese mundo. Ella al ver todo eso deseo que la mataran.

Que la decisión de Ekko fuera su muerte, que le encerraran en un calabozo mientras ellos preparaban su muerte, como una guillotina o algo.

Miro a los ojos de Ekko y se perdió en la melancolía, en todos sus juegos, en todos sus paseos, en todas sus risas, pensó en cada momento que vivió con él. Y mientras recordaba se le formaba una sonrisa hasta que recuerdos recientes de él vinieron, todo se volvió un caos de nuevo en la mente de Jinx.

Y el recuerdo que más la atormentaba fue el día del puente, su último encuentro de guerra. Y también recordó su mirada, la mirada que le dedico durante unos segundo, una mirada llena de nostalgia y confusión.

"Yo también hecho de menos a Powder"

Se dedico esa frase a ella misma, porque ella no era Powder y nunca lo será. Tenía  que aceptar lo que era y será hasta el fin de sus días. Ella era un gafe, ella es Jinx.

- Jinx -. Habló aquel chico que le provocaba una enorme tristeza. Habló con furia y odio -. Te condeno a muerte por matar a sangre fría a muchos de los nuestros, y de ayudar a Silco ha inundar las calles de brillo.

Ellas sonrió, y no con una sonrisa de jugueteó o para provocar una pelea, es una sonrisa sincera y llena de paz.

Sintió que al fin iba a tener lo que se merecía y lo que llevaba deseando durante esos tres días. Pero su sonrisa solo duro tres segundos... tres segundo que fueron largos y hermosos para ella. Pero solo fueron tres segundo, hasta que su hermana decidió intervenir en la decisión de Ekko.

- No la puedes matar -. Hablaba Vi intentado alejar a Jinx de la manos de los guardias -. Esto no es justo, ella merece ayuda, nuestra ayuda para que pueda mejorar.

Jinx miro a su hermana y se pregunto en un porque, para sus acciones. Acciones que ella no quería, ¿Por qué su hermana no la dejaba morir?, ¿Por qué nunca cumplía los deseos de su hermana pequeña?

No obtuvo respuesta.

- De acuerdo, durante dos meses Jinx tendrá ayuda psicológica. Nosotros decidiremos quien se lo dará, y en todo ese tiempo ella será vigilada. Si en algún momento decide hacer algo contra mi gente no dudare en matarla.

"¿Por qué aceptas?"

Pensó Jinx mientras lo miraba a los ojos.

Pero el acepto al ver la sonrisa de Jinx, porque esos tres segundo que fueron eternos para Jinx, también fueron eternos para él. Cuando la vio se sintió mal, y como acto reflejo empezó a recordar su infancia con ella, todo lo que vivieron juntos y todos los sentimientos que alguna vez sintió por ella.

Todo lo que le provocaba en ese tiempo solo con verla sonreír. Cosas así no se puedan olvidar.

Y mientras pensaba más y más se dio cuenta de un detalle. Ese día en el puente la vio sonreír de la misma forma que estaba sonriendo ahora, y eso le provoco de nuevo esos sentimientos.

Pero entonces soltó la bomba, él huyó de inmediato. Sabía perfectamente que sus bombas tenían un limite de tiempo de diez segundos, esa información le ayudo a escapar aunque su pierna estaba mal herida seguía vivo.

"¿Por qué no saltaste tú también?"

Pensó mirándola también a los ojos.

Ella era la que mejor sabía como funcionaban sus bombas, ella tenía más posibilidades de sobrevivir. Pero no hizo nada, se quedo en el suelo esperando con una sonrisa a que explotara su pequeño invento.

Y ahora ella estaba sonreído de la misma forma y con los mismos ojos de aquel día, cuando escucho su muerte lo hizo. Ekko llegó a la conclusión de que Jinx deseaba morir, desde aquel día en el puente o puede que mucho más antes.

Ekko pensaba que a lo mejor Jinx estaba arrepentida de todas sus acciones, y esa era una forma de autocastigarse. 

"Yo no voy a cumplir tus deseos tan fácilmente"

Ekko sentía rabia por ella, por eso no le concedería ese capricho tan fácilmente. Aunque en el fondo no la mató por esos sentimientos del pasado que aun seguían ahí.

Él también sabía engañarse. 

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