Ver hacia el abismo
[Laberinto Especial]
[Fecha desconocida – 20:10pm]
Tras abrir los ojos al entrar, se veía más bien poco, el lugar era bastante lúgubre y cercano a lo que uno imaginaría por "laberinto" un lugar cavernoso, oscuro, construido con piedras que era tenuemente iluminado por antorchas de madrera inexplicablemente siempre encendidas, algo que daba aires del medievo con aquella arquitectura y misticismo.
Enseguida la puerta fue cubierta por una especie de pared semi transparente de color rojo que difícilmente dejaba ver lo que quedó del vagón que abandonaron hace poco, aunque alguien más fue a acercarse, una mujer de unos veintitantos tirando a estar en sus treinta, estaba completamente pintada de rojo, se notaba temblando de nervios por lo vivido, desesperada comenzó a golpear aquella pared de energía sin éxito alguno, desesperada gritaba y balbuceaba desesperada y en un momento comenzó a golpear la pared con la cabeza, fue ahí donde tanto Sam como otros hombres que estaban en el lugar le tomaron por los brazos y la apartaron a la fuerza mientras ella pataleaba y gritaba.
Cuando por fin pudieron calmarla un poco, Sam se aceró a ella y la ayudó a pararse y limpiarse la sangre lo más posible, aprovechando para pasarle las pocas toallas extra que tenía. Fue ahí donde por fin se dignaron en hablar unos con otros.
El primero fue un hombre joven, de ropa militar, cabello corto, piel bronceada, cabello castaño oscuro y ojos marrón, su rostro gentil y calmado no concordaba con su aspecto notoriamente musculoso y lleno de sangre en todo el torso, le extendió la mano a Sam, quien algo temeroso le devolvió el gesto, sintiendo como si el tipo fuera a romperle la mano por la fuerza del agarre que tenía, a lo que sacudió su mano para aliviar su mano cuando la soltó.
"Gracias por la ayuda chico, veo que sabes tener la mente fía, es conveniente" Directo y tajante se dirigió a él haciendo gala de su 1,83m con un porte firme e imponente que llamó la atención de las demás personas. Hizo un saludo militar y se presentó con una voz imponente "Soy el Sargento Primero Luis Gerardo Martínez Martínez, estoy a cargo del pelotón Alfa-039, quiero que por favor todos me presten atención" Dejó parcialmente de lado su actitud militar un momento y continuó hablando.
Sam solo cuestionaba a sus adentros que clase de coincidencia tipo <Espectador Todopoderoso> era esto.
"Sé que lo que acabamos de pasar es un suceso tráumate y horrible, fuera del control de cualquiera de nosotros, pero les pido que por favor conserven la calma, como verán, estamos en una situación extraña, pero por fortuna tenemos pautas a seguir. Como verán en sus teléfonos, es cierto que ahora tenemos esta extraña aplicación de la cual no tenemos certeza sobre su veracidad, sin embargo, sugiero que por el momento nos apeguemos a ello" De forma calmada mostraba la información en su teléfono, invitando a los demás a hacer lo mismo y leer las reglas.
Mientras aquello ocurría, la mujer de antes fue con Sam, tenía la toalla antes verde y ahora más bien roja tirando a negra por la sangre que tenía, se la devolvió algo apenada y se disculpó por la escena de hace poco.
"Perdón por... lo de hace rato, solo no pude soportar lo que está pasando, me sorprende que estés tan tranquilo por todo"
Sam solo le dirigió una mirada muerta. "¿De qué habla doña? Honestamente me estoy cagando del susto y solo estoy cuerdo porque si no me voy a morir aquí y no pienso hacerlo créame"
Aquella respuesta tan extraña parecía aliviar un poco la situación del lugar, era extraño, pero tenía un punto, si solo se dejaban llevar por el miedo y la desesperación jamás saldrían de ese lugar. Y quizá, relajar la situación para poder pensar las cosas de forma clara no fuera tan mala idea. Incluso logró contagiar algo de ese extraño optimismo a aquella mujer y Ari.
"No me vengas con eso de doña maldito mocoso, tengo 24 solamente, ¡24 años! ¿Me oíste mocoso? Me vas a hacer arrepentir de pedirte perdón, como sea, mi nombre es Wendoline Altamirano Herrera"
"A... bien supongo que también me presento, soy Samuel del Rio Gi-Hyun, ¿Un gusto supongo?"
"Soy Ariana Gutiérrez Torres, un gusto"
A este punto la cara de confusión de Wendoline era más que justificable, era como ver dos lados completamente opuestos de una moneda, pues Ari hasta le dio un amistoso apretón de manos. En ello otra persona se les unió, un niño pequeño, quizá a duras penas llegaría a los 11 años, se veía más bien traumado, como si aún no pudiera procesar lo que ocurrió.
En ello al parecer se habían formado dos grupos desiguales, el de Sam, Ari, Wendoline y el niño misterioso por un lado y por el otro el soldado aquel con el resto de pasajeros del vagón, 35 para ser exactos. Era obvio que grupo tenía ventaja en prácticamente cualquier situación, pacifica o violenta.
Sam solo se repetía la pregunta de antes sobre el parecido con aquel manwa <Espectador Todopoderoso> y si es que no había lo que le pasaba en una novela antes.
En cualquier caso, Luis volvió a tomar palabra sobre la situación. "Bien, creo que todos ya están enterados sobre lo que es vital para sobrevivir, por ahora debemos apegarnos a las reglas generales que teneos y esperar las reglas de este laberinto, es recomendable que no hagamos ningún movimiento imprudente antes de tiempo, todos ya sabemos el riesgo que conlleva algo así" Los demás asintieron algo asustados.
"Por ahora debemos tomar esta área como un lugar seguro, si hay alguien con conocimientos de medicina me gustaría que me ayudara revisando si alguien tiene heridas que atender, los hombres que puedan ayuden a organizar los recursos que tengamos y los demás montaremos guardia para que quien tenga que descansar lo haga, rotaremos tunos cada 3 horas con 10 personas para mantener un buen ritmo"
Algunos con rechistes obedecieron las ordenes de Luis, otros ni rechistaron, él era la única figura de autoridad que tenían y quizá el único con idea de cómo diablos organizar un grupo en una situación difícil.
Afortunadamente había un médico con ellos, un chico de veintitantos que estudiaba medicina, no era mucho, pero era mejor que nada, afortunadamente tampoco había muchos heridos, todos tenían algún golpe o varios moretones pequeños, causados bien por el impacto del metro frenando casi en seco o bien por la pelea que habían tenido y ya ni recordaban quien la empezó. En cuanto a los recursos, no tenían mucho, 6 litros de agua, una botella de refresco de uva, 2 bolsas de papas fritas, 15 chocolates con malvavisco y una hamburguesa infantil a medio comer, no sabían cuánto podrían estar ahí así que deberían racionar al mínimo, aunque pronto terminaron devolviéndole la hamburguesa al niño, cuyo nombre resultaba ser Gregory y la tenía desde que venía de McDuck's con su madre, aunque algunos rechistaron terminaron cediendo cuando escucharon el estómago del chico gruñir de hambre.
Así sin mucho más que hacer, solo les quedaba esperar sentados y dormir como pudieran en aquel suelo incómodo y pedregoso, Sam fue de los primeros en vigilar junto a Luis y otros de los hombres que quedaban, después fue turno de Ari, luego de Wendoline y así sucesivamente.
[2 días después]
[3: 34 am]
Hacía días que estaban en la misma situación, las raciones se les habían acabado y muchos estaban desesperados ya, Sam y Ari estaban recargados contra la pared de energía, Ari recargaba su cabeza contra el hombro de Sam mientras ambos hacían de cama para Gregory con sus piernas. Ambos tenían la mirada fija a ningún lado en general, estaban comenzando a sentir los efectos del hambre y más que nada la sed, habían perdido la noción del tiempo por completo, sus teléfonos se habían descargado hace rato y por ello no sabían cuánto tiempo pasaba, ver lo que quedaba del vagón tampoco servía porque no parecía haber pasado ni un solo minuto desde que habían abandonado ese lugar.
No eran los únicos, ya mucha gente se estaba impacientando, impulsados por los efectos de la hambruna y la sed, peleando constantemente y llegando a los golpes en algunas ocasiones. Era obvio que el permanecer en esa zona ya no sería una opción viable.
Justo fue cuando un hombre explotó con el tema, se veía entrado en años, con algunas canas en su cabeza y bigote maltrecho, bajo en estatura, moreno y algo rollizo en lo que se podría decir que era obesidad por alcoholismo, con dificultad se paró de su lugar y fue con Luis, ahora se veía más pálido que hace unos días y se notaba como resentía fuertemente la inhibición, era el que menos había comido de todos.
"Hey tú, ¡¿Cuánto más tenemos que esperar?! ¡¿Eh?!" Arremetió contra él, intentando empujarlo sin mucho éxito, claramente enojado y delirando por la falta de agua.
"Señor, cálmese por favor, sé que estamos en una mala situación, pero no podemos actuar sin pensar o sin información" Intentó calmarlo sosteniéndolo, pero fue inútil, se soltó y se alejó tambaleando un poco.
"¡Si no nos movemos nos vamos a morir de hambre! ¡Si ustedes quieren morirse así bien por ustedes, pero no me arrastren a esa mierda!" Furioso, comenzó a correr mientras todos le veían atónitos.
Pasó la primera y segunda antorcha corriendo ruidosamente, pero al llegar a la tercera se detuvo en seco un instante, como si algo lo hubiera asustado, enseguida fue atravesado por lanzas de roca que salieron de todos lados, abajo, arriba, derecha, izquierda incluso algunas de frente. Solo quedó ahí, empalado, inmóvil y sangrante, los demás solo miraron atónitos, pero no hubo otra reacción de gritos, solo personas apartando la mirada desesperadas por imaginar un destino similar.
Fue ahí donde el sistema aquel se dignó en aparecer otra vez.
[Han desbloqueado la recompensa <Resiliencia II> (Sobrevive 2 a 5 días en un Laberinto de grado B o superior)]
[Han desbloqueado la recompensa <Explorador valiente> (Entra a un Laberinto de clase alta, B/A)]
[Han desbloqueado la recompensa exclusiva <V.I.P> (Únicamente otorgada a los Invitados Exclusivos)]
[El <Laberinto> ha despertado finalmente]
[Las <Reglas del Laberinto> han sido actualizadas]
[Los <Consejos del Laberinto> han sido actualizados]
[Ahora es posible acceder al apartado <Estado>]
[Función permanente desbloqueada <Invocación de Sistema> (Permite acceder al sistema sin necesidad de un dispositivo electrónico)]
Tras ver aquello muchos intentaron buscar la forma de activar el sistema nuevamente, el problema es que ya nadie tenía batería, fue hasta que a Sam se le ocurrió repetir algo que había visto en un anime isekai, tocó la parte superior izquierda de su pecho y dijo "Sistema". Lo cual, a sorpresa de todos funcionó, desplegando una pantalla igual a la que estaba en su móvil, en su caso, color negro con letras blancas.
<Asistencia:
[Revisar <Estado>]
[Revisar <Reglas>]
[Revisar <Consejos>]
[Revisar <Mensajes (1)>]
[Revisar <Misiones (0)>]
[Revisar <Reglas del Laberinto>]
[Revisar <Consejos del Laberinto>]
>
De inmediato todos replicaron la acción, dándose cuenta que esa pantalla los seguía a donde fuera que vayan y era algo similar a un holograma, no podían tocarlo y al parecer respondía a los pensamientos de cada usuario. Cada uno se puso a revisar lo que le pareció más conveniente.
"Sam, ¿Cómo descubriste eso?" Ari cuestionó curiosa mientras revisaba su estado.
"Voy a ser honesto, solo empecé a copiar las cosas de protas isekai a ver si una me servía, tuve suerte que una me sirvió"
"Y... ¿Cuál fue al final?"
"La de Itsumi Kawatari"
"¿El del escudo?"
"Exacto"
Su conversación seguía mientras les daban un vistazo a aquellas secciones nuevas.
[<Estado:
<Portador: Samuel del Rio Gi-Hyun >
<Tipo: [Por definir]>
<Rango: [Por definir]>
<Atributos:
- Fuerza: C
- Resistencia: C
- Velocidad: C
- Estamina: C
- Inteligencia: C
- Suerte: A >
<Habilidades: [Sin habilidades]>
>]
[<Estado:
<Portador: Ariana Gutiérrez Torres >
<Tipo: [Por definir]>
<Rango: [Por definir]>
<Atributos:
- Fuerza: A
- Resistencia: A
- Velocidad: A-
- Estamina: A
- Inteligencia: C+
- Suerte: B >
<Habilidades:
-[Hiper-densidad corpórea] Tanto huesos, músculos y tejidos poseen una densidad y resistencia 6,8 veces mayor a la de una persona promedio, sin embargo no es físicamente notorio. Sin embargo, pese a la fuerza y resistencia física que posee, esto hace más pesado al cuerpo así que le es prácticamente imposible nadar
>
>]
No entendían bien que era todo aquello, se veía más confuso, más bien esperaban algo con números más que con letras, sería más difícil de entender y no había manera de darse una idea concreta de que medían las estadísticas o como subirlas, lo único que tenían de referencia es que las estadísticas de Ari deberían corresponder a una practicante de boxeo juvenil pues es lo que ella practicaba hace 4 años e incluso la habían tenido que mover a la categoría masculina por las heridas que le causaba a sus oponentes.
Claro que esta se burló un poco por tener estadísticas mejores que su amigo, sorprendida que su peculiar condición sea tomada como una habilidad de videojuego o algo así.
"Es genial, ya tengo una habilidad y encima parece que empecé alto, me siento como una protagonista isekai"
"Ja, ja, ja, solo asegúrate de mantener vivo a tu amigo personaje secundario, no quiero que me usen ara darte un power up"
"Tranquilo, tranquilo, dijimos que nos vamos a cuidarnos las espaldas ¿Recuerdas?"
"Claro, claro, aunque por ahora habrá que leer las dichosas reglas"
"Cierto, cierto"
Siguiendo la línea de acción, mientras Ari ayudaba a Gregory a entender lo que ocurría, con Wendoline metiéndose para aprovechar la explicación de Sam, que además de Luis parecí ser el único que más o menos entendía como seguir el ritmo a esto.
[<Reglas del Laberinto:
1. Este <Laberinto> tiene un <Tiempo> límite para poder escapar, el cual es de <72hrs> a partir de entrar en el, de no escapar antes de ese tiempo, no se podrá escapar jamás
2. El laberinto está dividido en 3 caminos con una cantidad distinta de <Salas> entre cada una, pero solo uno de ellos contiene la salida correcta
3. Está terminantemente prohibido cambiar el camino que se escoge, una vez se entre por un camino, será imposible regresar
4. Las <Salas> contienen trampas distintas, la única forma de atravesarlas es resolver o evitar las trampas, absolutamente todas tienen la intención de matar a quienes pasen por ellas
5. Los <Portadores> pueden quedarse con todos los objetos, minerales y/o restos de monstruos que recojan.
>]
[<Consejos del laberinto:
1. Ahora pueden consultar el tiempo restante desde el inicio del sistema.
2. Algunos monstruos pueden ser comestibles siempre que su sangre sea roja o morada
3. Hay cofres repartidos en las <Salas> y pasillos ente ellas, pueden contener objetos útiles, de valor o trampas mortales, es mejor revisar el lado donde se encuentren, los enemigos normalmente se presentan de una forma confiable
4. No es buena idea avanzar a oscuras, las antorchas son duraderas además de encenderse y apagarse fácilmente si se pone atención
5. El combate no es la mejor opción siempre, la astucia suele sobrevivir.
6. Las cosas pueden engañar fácilmente a los ojos, no caigas fácilmente
7. No todo lo opaco es inútil, hay cosas que pueden sorprenderte si las sabes usar
>]
Wendoline tuvo que leer casi 4 o 6 veces lo que decían aquellos apartados para entenderlo, no era inútil con la tecnología, pero jamás había entendido un demonio sobre videojuegos, nunca les vio el sentido y eso que su novio era jugador semi-profesional. Aun así, logró aprender todo con unas cuantas explicaciones extra.
Como fuera, las reglas de no cambiar de ruta una vez escogida les preocupaba, además el hecho de tener 3 días para escapar y ya haber pasado 2 esperando, les dejaba menos de 23 horas para salir de aquel lugar del que no tenían ni idea cuanto podrían tardar.
El cuarteto se reunió con el resto de las personas frente al cadáver del tipo aquel, lograron ver que el suelo mostraba baldosas con símbolos extraños, parecían sacados de algún tipo de cuento de hadas, eran lineas y cuadros medio ilegibles.
Viendo el panorama, Luis reunió a todos frente a él, se veía cansado y algo dudoso, sabía que tenía que hacer, pero igualmente le pesaba la conciencia hacerlo, no recordaba cuánto había pasado desde la última vez que hizo algo así. Matar a alguien.
Con 3 posibles rutas la única forma de que algunos tuvieran el chance de sobrevivir era dividirse en grupos iguales y como ahora eran 38 debía matar a 2 personas para poder dividir equitativamente los grupos. Matar 2 personas, no es que no lo hubiera hecho antes en combate, pero aun así le pesaba tener que hacerlo.
"Como sabrán, hay 3 rutas y solo una tiene la salida, no me gusta decir esto, pero tengo que, no todos podrán salir vivos de esta y estoy consciente que esto me incluye, lo mejor será dividirnos en grupos de 12 personas y que cada uno tome una ruta distinta"
Aquello, como era lógico desató la inconformidad de todos los presentes, quienes nuevamente comenzaron a pelear por la posibilidad de morir. Sin embargo, todos callaron en cuanto Luis tomó de los hombros a un chico que tenía cerca y lo lanzó hacia las baldosas, haciendo que callera a unos metros de donde estaba el resto, apenas le dio tiempo de quejarse del dolor cuando la baldosa se movió ruidosamente y se convirtió en un pilar de piedra que se estrelló con el techo en menos de dos segundos, convirtiendo al chico en una mancha de sangre. Aquello dejó helados a los presentes, más cuando Luis repitió lo mismo con una mujer rubia, la cual intentó poner resistencia, arañando fuertemente su rostro antes de caer en otra baldosa, pero nada ocurrió en los segundos que estuvo en shock.
Anonadada por estar viva, comenzó a reír frenéticamente. "¡Te vas a arrepentir maldito pendejo! ¡Voy a salir primero y te dejaré aquí para que te pudras imbécil!" Prepotente comenzó a correr hasta que pisó otra baldosa, cayendo y gritando en agonía, gritando como si algo la despedazara lentamente, varios minutos se escucharon de eso hasta que por fin murió.
Todos estaban consternados por ver a un oficial asesinar así a dos personas y ni inmutarse aparentemente después.
"Bien, por el momento seguiremos juntos como grupo, pero en el momento que encontramos las divisiones deberemos separarnos, ahora, ahora andando y cuidado donde pisan" Luis se limitó a sostener su mejilla que sangraba in poco por el arañazo de hace poco, pero no le dio más vueltas al asunto y se dio media vuelta tomando una antorcha y comenzando a adentrarse por aquel pasillo.
Los demás solo le vieron asustados mientras nerviosos lo seguían dé a uno para no perderse, pero más pronto que tarde algunos más murieron por otras trampas, mientras que Sam, Ari, Wendoline y Gregory estaban de ultimos.
"¿Sam, que diablos hacemos? Nos van a dejar atrás"
"Espera Ari, creo que casi lo consigo"
"¿Conseguir qué exactamente?"
"Entender los símbolos del piso, creo que es más simple de lo que parece"
"¿Enserio?" Ari y Wendoline se extrañaban mientras Sam veía como maniaco los símbolos.
Gregory, quien hasta ahora solo hablaba de a cuando, dijo algo que dejó a los otros anonadados "Están de cabeza, pero son kanjis"
Sam solo se quedó en blanco como si se estuviera dándose bofetadas mentales mientras que Wendoline parecía no entender nada y Ari intentaba ver boca abajo los símbolos con la poca luz que tenía.
"¿Cómo averiguaste eso Gregory?" Sam estaba severamente sorprendido y hasta avergonzado que un niño de 11 fuera más astuto que él.
"La abuela es japonesa, me enseña japonés los fines de semana, el que pisó el señor gordo era el kanji de <Destrucción> pero el de la señora primero fue <Primavera> con el que se calló no alcancé a ver" El niño se aferraba a la manga de Ari mientras intentaba ver mejor los kanji en el suelo.
Fue ahí que a Sam se le ocurrió la forma de pasar, así que fue tomando antorchas para cada uno excepto Ari, quien le reclamó por lo mismo.
"¿A caso no me vas a dar una Sam? ¿Qué demonios piezas?"
"Calma, calma, tengo un plan, Gregory es el que sabe el significado de cada kanji, al menos el más confiable de los cuatro, necesito que lo lleves cargando al frente, tienes más facilidad que hacerlo que Wendoline o yo y más contando que se reúsa a quitarse los tacones, ella tiene que ir segunda y yo al último para evitar que se caiga, no me gusta dejarles todo el trabajo, pero mi lectura de japonés está oxidada como para ayudar ahora. Lo importante es solo pisar las baldosas con kanjis positivos después pensaremos por qué diablos están en japonés"
Ari, Wendoline y Gregory asintieron al plan y comenzaron con ello. Ari tomó a Gregory y lo cargó mientras el sostenía la antorcha, comenzaron a caminar con Wendoline y Sam siguiéndolos de cerca. Evitaban como podían las baldosas ya activadas, algunas eran más fáciles que otras, como un montón de picos que salían del suelo, hachas, dardos venenosos, o gente colgada. En total les tomó casi 40 min esquivar todo, pero al final lograron pasar sanos y salvos, sin tantos problemas como se habían imaginado.
Al llegar al final se encontraron con el resto, al menos las personas que quedaban. 8 solamente, había menos gente de lo que pensaban, se encontraban en una sala semicircular, claramente mejor iluminada que el pasillo de antes, tenía tres arcos de piedra a manera de pasillos, las famosas <Rutas>, era hora de separarse, al menos del resto.
Aquel lugar tenía varios cofres como los que un pirata enterraría en una isla desierta, estaban hechos de madera y hierro, pero parecían elegantes o cuando menos dar la intención de esconder algo de valor. Por la expresión de sus rostros parecía obvio que esperaran que ya estuvieran muertos.
Dejando aquello de lado, Luis aún estaba ahí, dejando en claro que estaba esperando a usarlos, ya había divido a la gente en otros dos grupos de cuatro personas, ya no era viable del todo confiar en él.
"Bien, a partir de ahora cada grupo debe ir por un camino, mi grupo tomará la ruta central, ustedes decidan cual tomar"
Poco o nada más dijo, se limitó a dirigirse a uno de los cofres que estaban en el jugar para revisar su contenido. Aunque poco o nada se esperaba lo que pasó después.
Al abrir el cofre comenzó a moverse violentamente, en instantes pareció brotarle una inmensa y asquerosa lengua al mismo tiempo que varias hileras de colmillos, envolviendo el brazo derecho del hombre con la lengua y lo jaló hacia sus fauces intentando morderle el brazo.
Aquel cofre, o más bien monstruo parecía pesar cientos de kilos pues ni se movía, aunque el soldado quería apartarse con todas sus fuerzas, desesperado por librarse mientras la mandíbula de a poco le ganaba, cerrándose de a poco, incrustando cada vez más aquellos torcidos y amarillentos colmillos en su carne, perforándola y desgarrándola, gritó por ayuda.
Pero nadie respondió, solo le miraban con asco y odio, pensando en que merecía aquello.
Entre desesperación, sudor frío y una expresión de terror e ira, fue como el monstruo cumplió su cometido, arrancándole el brazo derecho casi por completo y tres dedos de la mano izquierda, haciéndole caer de espaldas gritando y sangrando por sus heridas, en un shock total se retorcía en el suelo mientras lloraba de dolor y gritaba por ayuda, maldiciendo a todos por no hacer nada por él.
Sin embargo, el monstruo solo se relamió antes de extender su lengua nuevamente, tomando ahora la pierna izquierda del sujeto, arrastrándolo de a poco mientras en uno de los costados brotaba de forma grotesca un brazo derecho, pálido, demacrado y con uñas que más bien parecían garras.
Pateó, se retorció y gritó mientras aquellas garras se incrustaban en su carne, rasgando su pierna y comenzando a levantarlo, así le dio el primer mordisco, reventando sus espinillas en dos, dejando parte de los músculos de sus pantorrillas colgando desgarrados, antes de desaparecer por el segundo mordisco que le arrancó las rodillas, el siguiente le arrancó hasta la cintura, haciendo que sus intestinos cayeran a las fauces hambrientas del monstruo, a ese punto era imposible saber si Luis seguía vivo o no, solo era posible ver cómo era masticado, escuchar como sus huesos crujían como si fueran papas fritas siendo engullidas de forma asquerosa, ver como la sangre salía a chorros, aquello duró poco más de dos minutos, al final por fin los gritos cesaron y aquel monstruo volvió a tomar forma de cofre, quedándose inmóvil como si nada hubiera pasado.
Nadie dijo más nada del tema, los que se supone eran su grupo habían salido corriendo, cerrándose la pared tras de sí, dejando en claro por qué era imposible volver una vez escogido el camino.
Mientras el otro cuarteto discutía cual camino tomar de los restantes, Sam se acercó al cofre aquel lleno de sangre e intentó tocarlo, aunque antes de lograrlo recibió un tirón de Ari que casi lo manda a volar, a veces olvidaba la tremenda fuerza que ella tenía.
"Sam, ¿Qué mierda crees que haces? Viste lo que le pasó al loco ese, por qué demonios vas hacia el cofre si sabes lo que va a pasar"
Sam solo atinaba a aguantarse el dolor que tenía de haber caído con el trasero, no recordaba la última vez que Ari le había hecho un derribo así.
"Es un sintetizador, estaba buscando su llave" Sam se incorporó de a poco, intentando acomodarse la camisa.
"¿Un sintetizador?"
"¿Cómo los de Black Spirits, cofres que pues, ya vieron, aunque normalmente tienen algo que los hace distintos a los cofres normales, su llave y si lo del sistema ya parecía salido de un isekai, pues tenía que intentar la misma estrategia, además, esa cosa solo te ataca si lo abres, no si lo tocas"
Ari calló en cuenta de ello, recordando que, según Sam le había dicho, aquella diferencia radicaba en si el color de la cerradura parecía dorado o negro, dependiendo aquello era si obtenías tesoros o te daban un game over perdiendo todos tus contratos.
Wendoline por su parte había estado revisando los cofres cautelosamente, buscando aquella diferencia que Sam decía tenían que encontrar, normalmente nunca le haría caso a alguien más joven que ella, pero en esta situación y viendo que había tenido razón anteriormente, prefería tragarse su orgullo a terminar muerta.
Pasaron un rato buscando, hasta que, Wendoline llamó a los demás. "Chicos, creo que lo encontré"
Enseguida fueron con ella, acercándose a la ruta izquierda, algo retirados del lugar donde se habían comido al sujeto.
"Miren, la cerradura, está a la izquierda"
"¿Realmente será la clave?" Ari estaba algo escéptica sobre di debían confiar en la primera diferencia obvia que encontrasen.
"Podría ser, ¿Recuerdas lo que los consejos decían? {es mejor revisar el lado donde se encuentren, los enemigos normalmente se presentan de una forma confiable} pensé que era solo una frase estúpida, pero, recordé lo que nos dijo una vez nuestro maestro de historia, que en la antigüedad se quemaban a los zurdos porque usar la mano izquierda era símbolo del demonio y más tarde se consideró de mala educación siquiera usarla para saludar"
"Y como nos va ayudar exactamente un dato histórico extraño a no acabar como almuerzo de un cofre" Wendoline estaba extrañada del tema, aun siendo ella la que había notado la diferencia.
Ari recordó aquello. "Y el monstruo que se comió al tipo... estaba en el lado derecho de la habitación"
"Y su cerradura también" Añadió Gregory, pareciendo ser que había entendido el contexto rápidamente, se puso a revisar rápidamente aquello.
"Entonces, la lógica nos lleva a pensar en esto, cofre a la izquierda, cerrojo izquierdo, en teoría debería ser seguro, pero parece demasiado obvio"
"No me confío del todo, es demasiado arriesgado"
"Sam, ten cuidado"
"Planeaba tenerlo, cuento contigo por si algo sale mal, Ari"
"Dalo por hecho"
Con cautela, Sam se acercó al cofre, dispuesto a abrirlo mientras Ari lo sostenía de los hombros, Wendoline del brazo derecho y Gregory se escondía detrás de ambas. Así lo abrió rápidamente esperando lo peor, dos, cuatro, seis segundos y nada pasaba, fue que abrieron los ojos y vieron un montón de objetos dentro del cofre, para suerte de todos, la teoría había resultado, lo que les dejó respirar, antes de ver un nuevo mensaje.
[Has completado la recompensa <Primer ladrón> (Sé el primero del mundo en abrir un cofre)]
[Han completado la recompensa <Pensamiento abstracto> (Descifra tu primera pista oculta)]
Solo Sam había conseguido aquella primera recompensa, pero eso no desanimó a los demás, más les importaba seguir en una pieza que ver quien tenía que.
Dando caso omiso a aquel anuncio, comenzaron a husmear entre los objetos, tampoco era mucho pero al menos era algo con lo que defenderse, unas piezas de armadura de cuerpo y unas cuantas espadas y un par de cuchillos, pero al menos ajustó para todos, un peto, unas espinilleras, unos brazaletes, Ari llevaba una espada y un escudo, mientras que Wendoline y Gregory solo llevaban una daga cada uno, mientras que Sam solo tenía unos cuchillos.
Parecía haber quedado a descarte, pero si había una razón para aquello, Ari era la más fuerte del grupo, era la única que podría cargar aquel pesado escudo además de que, si tenía entrenamiento de esgrima, básico por mucho ya que su especialidad era el boxeo, pero era mejor a nada.
Wendoline y Gregory por su parte no podrían defenderse con una pesada espada, ni un corto cuchillo, pero al menos podrían hacer algo con las dagas, mientras que, Sam tenía su habilidad con los cuchillos gracias las extensas horas que pasaba usándolos en la cocina, además de algunas lecciones que su madre le había dado sobre cómo defenderse y usarlos. Ahora mismo las agradecía como uno de sus tesoros más valiosos.
Con todo listo aparentemente, se pusieron marcha para entrar en el pasillo izquierdo, aunque, como muestra de inocencia quizá. Gregory les reveló la forma de encontrar cofres seguros, los demás solo lo vieron con una cara de tranquilidad, estaban algo reconfortados que, aun viendo lo que había visto parecía seguir siendo inocente en el fondo.
Aquello le recordó a Sam una línea de <Narrador Todopoderoso> de una situación similar.
"Hay personas que buscaron una forma de aceptar el nuevo mundo y su crueldad, algunos dejaron atrás su cordura, otros buscaron sumisión ante una luz falsa, y unos pocos, buscaron una abrumadora esperanza posiblemente inexistente en otro lugar más que en sus corazones"
Con ello no miraron atrás, se aferraron unos a otros de la mano, y mientras la puerta a sus espaldas se cerraba, ellos comenzaban a caminar dentro del túnel aquel. Comenzaban a ver al abismo sin intención de parpadear
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