Reunión Familiar (Lemon)


Midoriya estaba besando el cuello de su novia mientras que ella le quitaba la corbata con una mano y con la otra el cinturón para después quitarle la camisa y los pantalones, entre tanto jugueteó la azabache termino abajo del peliverde, entonces Midoriya comenzó a besar el cuello de su novia nuevamente mientras iba bajando poco a poco hasta llegar a sus pechos, pero los ignoro y recogió su corbata antes de que esta cayera de la cama

Yaoyorozu: ¿Izuku? ¿Porque te detienes? Continúa - Suplico la azabache mientras se quitaba el camisón que acompañaba su ropa interior rosa -

Midoriya: Cierra los ojos - Ordeno el peliverde mientras deshacía el nudo de su corbata -

Yaoyorozu: ¿Porqué? - Preguntó algo confundida, pero ansiosa -

Midoriya: Solo hazlo - Dijo el peliverde para después poner una de sus manos sobre los ojos de su novia, entonces de inmediato utilizo su corbata para vendar a la azabache - Listo ¿Puedes ver algo?

Yaoyorozu: No... Izuku ¿Que estas planean... ¡Ah! - Exclamo la chica al sentir como era empujada hacia atrás, cayendo suavemente sobre la cama -

Después de vendar a su novia, el peliverde comenzó a recorrer el cuerpo de la azabache con sus manos a diestra y siniestra. Yaoyorozu sentía como cientos de dedos rozaban su cuerpo, entonces de repente un escalofrío recorrió su espina dorsal al sentir el aliento del peliverde encima de su intimidad para después percibir como lentamente le quitaban sus bragas. Después de hacer eso, el peliverde de la nada comenzó a lamer todo el cuerpo de su novia de abajo hacia arriba provocando que de su boca salieran pequeños y casi inaudibles gemidos debido a que la azabache se estaba estaba mordiendo el labio para evitar gritar

Yaoyorozu: Izuku... Deja de jugar... De verdad te necesito - Suplico la azabache mientras que con cada respiración que salia de su boca se podía ver su aliento -

Midoriya: Esta bien - El peliverde abrió su libro y lo dejo en la pagina que mostraba la mitad súcubo de su novia transformándose en un Íncubo - Nos vamos a divertir toda la noche... ¿Eh? - Exclamó el peliverde a sentir como unas manos recorrían su torso desnudo - ¡¿Mamá?! - Grito el peliverde al voltear y ver a su suegra detrás de él -

Yaoyorozu: ¡¿Mamá?! - Grito la azabache mientras se quitaba la cortaba de los ojos - ¿Que estas haciendo aquí? - Preguntó la azabache enojada -

Sra. Yaoyorozu: Solo quería unirme a la diversión ¿Tan malo es que quiera pasar tiempo de calidad con mi hija? - Preguntó la azabache mientras manoseaba al peliverde -

Yaoyorozu: Tengo que recordarte que tu estas casada y que Izuku es mi prometido - Decía la azabache mientras sujetaba a su novio y lo atraía hacia ella -

Sra. Yaoyorozu: Solo quiero algo de diversión, además, en este momento tu novio es un Íncubo ¿De verdad crees que podrás sola con él? - Preguntó la azabache mientras sonreía de forma amable e inocente -

Yaoyorozu: Bueno yo... - La azabache recordó lo que paso la ultima vez que su novio se convirtió en un Íncubo -

Sra. Yaoyorozu: Una sola mujer no puede con él, así que decidí ayudarte, también voy a admitir que me gustaría probar a un chico joven. Mi esposo ya esta algo viejo y no me satisface en nada así que ¿Que les parece si jugamos los cuatro esta noche?

Midoriya: ¿Los cuatro? ¿Cuales cuatro mamá? - Pregunto el peliverde algo confundido -

Sra. Yaoyorozu: Claro, casi lo olvido. Ya puedes pasar querida - Ordeno la azabache en un tono alegre -

Himiko: Hola, muchas gracias por invitarme - Exclamo la rubia sonriendo mientras hacia un corazón con sus dedos - Cambie mi uniforme como me lo ordeno señora


Yaoyorozu: Yo no te invite y si yo no lo digo no puedes acercarte a Izuku ¿Te quedo claro? - Pregunto la azabache mientras sujetaba con fuerza a su prometido -

Himiko: Sólo obedezco a la Señorita Liz - Respondio la rubia mientras se acercaba a la cama -

Midoriya: ¿Liz? ¿Ese es su nombre? - Le preguntó el peliverde a su suegra mientras su novia aun lo abrazaba -

Liz: Si, pero puedes llamarme querida o cariño si quieres - Declaró la azabache mientras sonreía alegremente -

Yaoyorozu: ¡Mamá! - Grito la azabache bastante enojada -

Liz: Esta bien, ahora es tu turno Izuku-Kun - Dijo mientras tomaba la corbata del peliverde para después vendarlo - ¿Puedes ver algo?

Midoriya: No... - Declaro el peliverde mientras pasaba su mano frente a su rostro para confirmar si podía ver algo -

Las chicas no dijeron nada, pero Midoriya podía escuchar como las prendas de las tres caían al piso mientras que él estaba sentado en la cama y su corazón golpeaba con fuerza su pecho por culpa de la emoción. Después de unos minutos una de las chicas le quito la venda de los ojos al pecoso, al verlas el cuerpo del peliverde no pudo evitar reaccionar ante tal estimulo

La primera en realizar su movimiento fue Liz quien se sentó sobre las piernas de Midoriya, poso sus manos sobre el pecho del peliverde y las bajo lentamente hacia la entrepierna del chico para después sujetar su miembro erecto

Midoriya: Ah~ Yao... - De repente le cubrieron la boca impidiéndole hablar -

Liz: Si llamas a mi hija te asfixiare con mis pechos - Le susurro al oído al peliverde mientras usaba sus manos para masturbar al chico por debajo de su ropa interior -

Midoriya se quedo en silencio mientras la azabache jugaba con su miembro, de repente el peliverde sintió como alguien sujetaba su cola (Punto erógeno de los íncubos y súcubos). Al voltear pudo ver a Himiko acariciando su cola mientras lamia la pinta de está

Midoriya: Esto... Himiko ¿Podrías hacer eso mas despacio? - Pidió el peliverde mientras su rostro se ponía más y más rojo -

Himiko: Mientras más lento lo haga más fuerte sera el estimulo - Aclaró la rubia mientras seguía jugando con la cola del peliverde - Eres un chico travieso - Dijo para después morder la oreja del chico -

Mientras ambas mujeres se divertían con el peliverde, la ira de Yaoyorozu se acumulaba dentro de ella al ver como su madre se aprovechaba de su novio así que sin pensarlo dos veces empujó a su madre y ahora era ella quien estaba encima de él

Yaoyorozu: ¿Te divertiste? - Preguntó la azabache enojada -

Midoriya: Yo no... Ah~~ Himiko por favor suelta mi cola - Suplicó el peliverde -

La azabache empujó a la rubia para alejarla de su novio y sin previo aviso desgarro la parte inferior de su ropa exponiendo su intimidad así como la ropa interior del peliverde revelando su gran erección entonces sin previo aviso empujó al peliverde para hacerlo caer sobre la cama. Después de eso se sentó sobre la erección de su novio, al hacerlo unas cuantas lágrimas cayeron por sus mejillas

Himiko: La Señorita Momo esta acaparando toda la diversión - Declaro la rubia mientras hacia un puchero cuando de repente sintió como su ama introducía sus dedos en su intimidad - Señorita Liz

Liz: Tranquila pequeña, yo jugare contigo - Declaro la azabache mientras jugaba con el cuerpo de su sirvienta -

La azabache recostó a la pequeña rubia en la cama y bajo hasta llegar a su intimidad donde comenzó a lamerla mientras se masturbaba furiosamente, al mismo tiempo Himiko sujeto sus pechos y los acerco a su boca para acto seguido comenzar a chupar sus propios pezones. Del otro lado de la cama los papeles le habían invertido, ahora era Midoriya quien estaba encima de su Yaoyorozu, pero en un repentino movimiento los brazos del peliverde flaquearon y cayo sobre la azabache sin dejar de moverse entonces su novia lo envolvió con sus brazos y piernas quedando así en la posición de "El envoltorio"

Lucy: Posicion que también es conocida como la "Matiz ardiente", llamenla como mejor les parezca

Esta posición le permitió al peliverde llegar aun mas profundo dentro de su novia empujando la entrada de su útero debido a que empujaba con toda fuerza como si quisiera provocarle un orgasmo cervical a su novia. Yaoyorozu se aferraba con fuerza a la espalda de su novio y lo arañaba cada vez que sentía que iba a llegar al orgasmo, pero cuando se aproximaba el momento del clímax el peliverde hacía mas lentas sus embestidas impidiéndole a la azabache correrse

Yaoyorozu: ¡Por favor Izuku, deja que me corra! - Suplicó la azabache mientras caían varias lágrimas de sus mejillas producto del placer que sentía - Ya no lo soportó más

Midoriya: No, yo aun no me he corrido una sola vez. Deja de ser una niña egoísta - Declaró el peliverde mientras volvía a hacer mas lentas sus embestidas - Eh... ¿Acabas de perder otro orgasmo? - Preguntó el peliverde al sentir como se estrechaba la vagina de su novia sujetando su miembro como si no quisiera dejarlo ir -

Yaoyorozu: ... - El aire escapaba de los pulmones de la azabache impidiéndole contestar mientras pensaba "¡Por favor Izuku deja que me corra! ¿Porque estas actuando así? Siempre sueles ser muy sumiso, pero ahora solo juegas conmigo ¡No! ¡Otra vez no! Siento que me voy a correr, pero Izuku no me va a dejar" Lo único que salio de la boca de la azabache fue un gemido mientras arañaba con fuerza la espalda de su novio al sentir que por logro correrse en su intento numero 15 - ¡Aaahhh!

El peliverde retiro su miembro del interior de a su novia quien dejo de aferrarse a él y se arrastro por la cama hasta donde estaba su madre mientras respiraba de forma agitada

Liz: ¿Que sucede hija? ¿Ya no puedes más? - Preguntó la azabache en la posición de perrito con su rostro sobre la cama mientras jalaba las sabanas y era penetrada por Himiko quien usaba un cinturón el cual tenia un dildo con una forma extraña y varias protuberancias -

Yaoyorozu no podía hablar solo respiraba de forma muy agitada, de repente la azabache se desmayo, entonces su madre le ordeno a Himiko cuidar de su hija mientras que ella iba con el peliverde al mismo tiempo que se quitaba la camisa que llevaba puesta

Liz: Izuku-Kun~ ¿Te gustaría probar a una mujer mayor? - Pregunto la azabache mientras se acercaba ágatas hacia el peliverde -

Midoriya: Esta bien, pero yo voy a elegir la posición - Aclaro el peliverde mientras se estiraba - Solo acuestese y separe sus piernas

Liz: ¿Así esta bien? - Preguntó la azabache algo avergonzada mientras tomaba dicha posición -

Midoriya: Sí... - Dijo el peliverde mientras se acercaba a la mujer mayor -

Liz: ¿Porque te gusta es posición? Hay muchas posiciones más placenteras que está

Midoriya: La verdad es que... - El peliverde se acerco al rostro de la azabache solo a unos centímetros de sus labios - Me gusta ver tu rostro avergonzado Liz-San

Después de aquellas palabras el peliverde introdujo su miembro dentro de la azabache, al hacerlo una pequeña corriente eléctrica recorrió su espina dorsal para después sentir como si su miembro se estuviese derritiendo dentro de ella, el calor de su cuerpo era tan agradable y reconfortante que Midoriya quería permanecer unido a ella por siempre, el rostro del peliverde era como el de un niño inocente

Liz: Izuku-Kun eres tan tierno, pero ahora la que manda aquí soy yo - La azabache sujeto al peliverde y uso sus habilidades de súcubo para convertir a Midoriya en un pequeño Shota - Ahora eres mas tierno

Midoriya: ¿Que es lo que me hizo? ¡Regreseme a mi forma original! - Exigió el peliverde, pero con su adorable apariencia y su carita enojada solo provoco que la azabache quisiera abusar de él -

Liz atrapo al peliverde con sus piernas para después apretar y estrechar su vagina lo que provocó Midoriya comenzara a mover sus caderas de forma inconsciente. A pesar de convertirlo en un niño la azabache se encargó de dejar el miembro del peliverde del mismo tamaño que cuando era un adolescente, Midoriya estaba muy agitado mientras se movía. Al ver como se balanceaban los masivos senos de la azabache el peliverde no pudo resistir la tentación de chuparlos con fuerza

Liz: Izuku-Kun, te vez tan tierno, chupando como si fueras un bebé. Voy a darte una recompensa - De repente los pechos de la azabache comenzaron a lactar -

Midoriya estrujaba los pechos de la azabache mientras chupaba uno de ellos llenando su boca de leche materna mientras no detenía sus salvajes embestidas. Del otro lado de la habitación Yaoyorozu estaba despertando de su pequeño desmayo sintiendo como alguien introducía su lengua dentro de su intimidad

Yaoyorozu: Izuku, dame 5 minutos más y podre seguir - Dijo la azabache para después mirar hacia abajo - ¡Himiko! ¿Que estas haciendo? - Preguntó la azabache enojada -

Himiko: ¿A que te refieres? Solo quería probar el semen de un hombre mezclado con los fluidos de la señorita Momo - Dijo la rubia para continuar lamiendo el interior de la azabache -

Yaoyorozu trataba de alejar a Himiko de ella, pero estaba demasiado cansada para hacerlo, entonces al mirar hacia otro lado pudo ver como su novio, ahora con la apariencia de un niño, embestía brutalmente a su madre mientras chupaba sus pechos y ella acariciaba su cabeza

Yaoyorozu pateo a Himiko en la cara para alejarla de ella para después acto seguido ir donde su madre para detenerla, pero al acercarse solo pudo ver a su novio moviéndose como si estuviese en trace

Yaoyorozu: Izuku mirame, estoy aquí - Dijo la azabache mientras intentaba hacer reaccionar a su novio -

Ni Midoriya ni Liz reaccionaban ante las palabras de la azabache, ambos estaban tan sumidos en el placer que su voz no los alcanzaba, pero ella nuevamente intento hacerlos reaccionar aunque otra vez ninguno de los le respondió. De repente unas palabras salieron de la boca del peliverde

           

                   

Midoriya: Liz-San... Me voy correr - Dijo el peliverde mientras reposaba su cabeza sobre los pechos de la azabache -

Liz: ¡Si! ¡Correte! ¡Correte dentro de mi, Izuku-Kun! - Suplico la azabache mientras abrazaba con fuerza al peliverde -

Después de aquellas palabras el peliverde se corrió dentro de su suegra con todas sus fuerzas para después quedarse acostado sobre ella casi inconsciente, al ver esto Yaoyorozu tomo al pequeño peliverde y la quito de encima de su madre para acto seguido gritarle desde sus pulmones

Yaoyorozu: Mamá ¡Eres una... - Antes de que la azabache terminara de hablar su novio le cubrió la boca -

Midoriya: No termines esa frase, toda la culpa es mía - Dijo el peliverde arrepentido con una tierna expresión en su rostro -

Yaoyorozu no pudo resistir tanta ternura así que abrazo al peliverde con todas sus fuerzas mientras besaba cada centímetros de su rostro, pero su felicidad fue interrumpida por las palabras de su madre

Liz: ¡Ay! Izuku-Kun ¡¿De verdad esta bien que yo sienta este tipo de felicidad?! - Preguntó la azabache mientras sentía como el semen del peliverde chorreaba fuera de ella -

Yaoyorozu: Mamá, deberías estar agradecida de que en este momento este feliz de tener a mi pequeño Izuku porque de no ser así te estaría apuñalando - Declaró la azabache en un tono amenazante -

Liz: Sigues siendo una niña acaparadora y golosa Momo, pero esta bien. Me iré a jugar con Himiko - Dijo la azabache mientras se alejaba de su hija -

Midoriya: Momo, lamento lo que hice, haré lo que sea para que me perdones ¡Ah~! - Gimió el peliverde al sentir como su novia estimulaba su miembro el cual aun esta sensible -

Yaoyorozu: Esta muy sucio aquí abajo - Dijo la azabache refiriéndose al semen que había alrededor del miembro del peliverde - La voy a limpiar - Declaro para después comenzar a chupar el miembro de su pequeño novio -

Mientras del otro lado de la cama, la azabache empujo a la rubia y se subió encima de ella sin previo aviso. Un repentino jadeo sorpresa salio de la boca de Himiko al sentir la juguetona lengua de Liz en el lóbulo de su oreja y el cual mordía con sutileza. La azabache deslizó con maestría esa misma lengua hasta el cuello de la rubia usando su saliva como un afrodisíaco, sacando más jadeos de la garganta de la menor. Himiko paso ambos brazos a los costados de su ama, aferrándose con desesperación y posesión a su espalda dejando salir leves suspiros en el acto, mientras alzaba su rostro para que Liz pudiese seguir saboreando de su pálido cuello, el sudor de la azabache también comenzó a actuar como otro afrodisíaco mas haciendo más caliente ese espacio en el que se encontraban, llevándolas a un punto en el que no había retorno

Liz seguía con su trabajo en el cuello de Himiko, dejando un camino de varias marcas rojizas que bajaban desde debajo de su oreja hasta la curvatura de su cuello, pero eso no le bastaba, ya no le bastaba el tan solo poder sentir tan solo el delicioso sabor de la piel caliente de Himiko en su lengua, quería más, mucho más. Separo su boca del cuello de la menor y busco la mirada de la rubia, sus ojos negros chocaron con unos llorosos y hermosos ojos amarillos. Con gentileza la azabache empezó a acariciar la pierna de Himiko haciendo que esta se sorprendiera un poco por lo fuerte que llegaba a ser ese simple estímulo, la azabache sintió ese firme y suave muslo justamente en la palma de su mano, logrando solamente que su deseo de poseerla a como de lugar incrementa considerablemente. Era su sirvienta y podía tenerla cuando ella quisiera, pero ella estaba casada y lo que estaba haciendo era ahora, además de lo que hizo con Midoriya, era una infidelidad, pero eso no importaba en lo más mínimo ahora, se sentía tan malditamente genial el hacer ese tipo de cosas con Himiko que no quería detenerse

           

                   

Himiko por inercia se abrazo con mas fuerza el cuerpo de Liz, rogando dentro de su mente que no se le ocurriera detener aquellas caricias. Dejo salir un gran gemido cuando la mano de la azabache se deslizó sobre su cuerpo

Liz estaba deleitándose con el tacto de ese vientre plano, deslizando de una forma lenta y tortuosa en dirección hacia los pechos de la rubia, la azabache sonrió de forma arrogante al ver como Himiko hacia un pequeño puchero mientras la miraba a los ojos, pidiéndole de forma silenciosa que no se demorara demasiado y siguiera con lo que estaba haciendo, pero antes de eso la azabache la torturaría un ratito

Liz: ¿Que es lo que quieres, Hi-Mi-Ko~?- Canturreo de forma burlona la azabache -

Himiko: Mou... No... No me hagas esto... - Contesto entrecortada mientras sus mejillas se ponían aún más rojas que de costumbre - Usted... Tú sabes lo que quiero... Liz

Liz: Nop, realmente no lo se~ - Dijo en un tono burlón con una clara sonrisa arrogante en su rostro -

Himiko: ¡Por favor, Liz! - Suplico la rubia -

Liz: Fufufu~ - La azabache rodó los ojos sin borrar esa sonrisa de su rostro, Himiko parecía muy urgida y eso le divertida de cierta manera - Como desees pequeña traviesa

La rubia dejo que un gemido saliera de su boca cuando su ama comenzaba a pellizcar uno de sus erectos pezones, mientras empujaba su rodilla contra la intimidad de la menor intencionalmente sacando más de esos exquisitos sonidos que tanto le encantaban "¿Donde habrá aprendido Liz a usar los dedos así? ¡Dios! Nunca nadie me había hecho retorcer de tanto placer en toda mi vida" Pensaba la rubia mientras intentaba inútilmente reprimir sus gemidos

En un momento Himiko también aporto algo, con ambas manos hizo que Liz apartara la cara de su cuello para mirar esos profundos ojos negros, en los cuales podía ver perfectamente la ansiedad y el deseo que estos radiaban con pasión. No podía soportarlo más, las ganas de besar sus labios se hicieron presentes en todo su ser y definitivamente lo haría, pero Liz se le había adelantado. La azabache había atrapado sus labios en un ágil movimiento, haciendo que gimiera de la impresión y metiera su lengua dentro de su boca aprovechando la abierta boca de Himiko

Empezaron una guerra de lenguas, en la cual no importaba quien ganara. La excitación de la mayor iba en aumento con cada gemido, cada jadeo y cada suspiro que Himiko le estaba regalando. Liz no dejo de besarla, y aprovecho que la rubia estaba distraída para deslizar su mano libre sigilosamente por debajo del pequeño delantal de esta y...

Himiko: ¡Aahh~! ¡L-Liz~! - Los dedos de Liz se movían justo como a la rubia le gustaba, no había nada mejor para ella en este momento -¡LIZ~!

Sinceramente a Himiko le encantaba, aunque la verdad es que ella estaba demasiado sensible al tacto debido al afrodisíaco que liberaba la saliva y el sudor de Liz, pero ¿Qué importaba? Mucho mejor para ella. A decir verdad las ligeras y delgas ropas de la rubia comenzaban a estorbarle a Liz  solo quería retirar esa molesta ropa de la piel de Himiko y seguir saboreándola ¿Era mucho pedir? Por suerte Himiko se percato de esto y le concedió su deseo. La rubia en un ágil movimiento se deshizo del agarre de Liz y cambio posiciones con ella; Quedando ella arriba y la más grande abajo. Himiko se sentó sobre su vientre, impidiéndole que pudiera pararse con esto y también dándole vista exclusiva para lo que estaba por suceder.

De una forma sensual y rápida se quito ese estorboso brasier de su lencería de sirvienta y lo arrojo lejos, dejando ver ese bello par de hermosos pechos blancos al descubierto. La azabache practicamente la devoraba con la mirada, con lujuria y ansiedad mientras se relamia los labios al ver la hermosa figura de la joven y también haciéndose la pregunta "¿Porqué no hacemos esto más seguido?", pero la respuesta llego a su cabeza de inmediato "Claro, porque mi esposo esta mucho en casa últimamente". Himiko se acerco peligrosamente al oído de la azabache

Himiko: Puedes hacer lo que quieras con ellas - Le susurro de forma provocadora, obviamente complaciendo más a su ama -

Liz: Te tomare la palabra - Respondió con ese mismo tono seductor -

Volviendo a su guerra de lenguas, Liz deslizo ambas manos por las caderas de la menor, subiéndolas de forma peligrosa hacia el seguro de esta que estaba en su espalda. Liz poso ambas manos sobre los pechos de la rubia y una ola de calor recorrió su cuerpo, eran mas pequeños que los suyos, pero muy apetecibles, que hasta daban unas inmensas ganas de morderlos y eso haría. Retomando el apasionado beso Liz volvió a cambiar posiciones, y con rapidez también se deshizo del resto de las de su sirvienta arrojándolas a donde se le diera la gana. Himiko no pudo evitar sentirse ligeramente acomplejada por la diferencia de tamaño, pero eso no le importaba en lo más mínimo ahora. La rubia dejo salir un placentero gemido al sentir los labios de Liz dejar su boca y bajar hasta su pecho, deduciendo inmediatamente lo que quería hacer.

Himiko: ¡Aah~! ¡Liz, yo..! ¡Aah~! - Gimió con ganas la rubia al sentir la húmeda lengua de su ama lamiendo su erecto y rosado pezón -

Liz: ¿Te gusta? - Le pregunto perversamente mientras con una de sus manos le daba atención al otro seno -

Himiko: ¡Mnn-nah~! - Himiko se mordió el labio inferior, le resultaba muy vergonzoso y algo humillante que oyeran esos sonidos en ella siendo dominada -

Liz: Oh, por favor, es malo contenerse - Declaró la azabache para después morder ese mismo pezón sacando otro gemido de gozo de la rubia -De todas maneras nadie ellos no nos van escuchar

Himiko: ¿Eh? - La rubia volteo a ver a la pareja que solo estaba a unos metros de ella la cual estaba sumida en sus propios juegos lascivos -

A la Súcubo le parecía tan exquisito el sabor de la piel caliente de la joven, su aroma era embriagador y sus suspiros la hacían perder todo rastro de cordura igual a como la hacia sentir su marido antes del nacimiento de su hija. "¿A quien le importa que este casada?" Se preguntó la azabache mientras seguía jugando con el cuerpo de la joven. A ella obviamente no,  quería llegar mucho más lejos que en sus "Sesiones" anteriores y tenia la sensación de que hacerlo con Himiko era lo que siempre estuvo deseando. La rubia no era consiente de sus sentidos, solo se concentraba en la sola sensación que Liz provocaba en esos pequeños botones rosados que le provocaban placer al ser rosados por la azabache. Tan perdida estaba que no llego a percatarse si quiera de las acciones que la súcubo estaba ejecutando ahora, no hasta que sintió otra vez la traviesa y curiosa mano de ella volver ahora a ese sector prohibido suyo, pero estaba vez con más ansiedad y pasión.

La espalda de la Himiko se arqueo debido al placer mientras dejaba salir un sonoro gemido que fácilmente pudo haberse escuchado fuera de la habitación, pero que por suerte no fue así. Con el solo tacto que Liz le daba, Himiko comenzaba perderse en un mar de éxtasis del que sinceramente no quería regresar nunca más. Esa hasta hace poco calmada habitación, llena de tranquilidad se había convertido ahora en un verdadero ambiente de pasión, lleno de sonoros gimoteos y jadeos de cuatro personas manteniendo relaciones sexuales, pero la rubia se había hartado de solo escuchar su voz ahí, quería oír la de su ama también. Con sigilo Himiko deslizo una de sus manos por el vientre de la azabache tocando con la yema de sus dedos también la zona sensible de ella.

Liz: ¡Ugh! - Gimió la azabache disfrutando también de esas prohibidas y adúlteras caricias que solo su sirvienta podía proporcionarle -¡Aah~! ¡Himiko! De haber sabido que sabias usar tus dedos así yo...

Himiko: Di mi nombre cuando estemos así - Interrumpió la rubia la habladuría de su ama

Liz: Toga... - La azabache se dedico a seguir acariciando la intimidad de la rubia y disfrutando lo que ella le daba -

No falto mucho para que la habitación comenzara a llenarse por los gemidos de ambas, acompañados de los de Yaoyorozu y Midoriya haciendo eco y resonando varias veces, excitandose entre así aun más y llevándolos a descubrir nuevas sensaciones en los cuerpos de sus parejas. Liz cerro los ojos y sonrió, de verdad le encantaba hacer ese tipo de cosas con su sirvienta.

Liz: ¡Toga~! ¡TOGA~! - Decía la azabache entre gemidos -

Oírla gemir si nombre le era mas placentero que una copa de sangre fresca, pero ninguna de las dos estaba satisfecha, querían más de ese embriagante sabor. Suerte que ambas se encontraban desnudas ya, eso le ahorraría a la súcubo mucho trabajo. Liz retiro la mano de Himiko de su intimidad y la tomo por las muñecas hasta aprisionarla contra el colchón, volviendo a morder y saborear ese blanco cuello suyo que se había vuelto en su comida favorita. Liz le dejo un muy visible chupetón en el cuello tras esto, no le importaba el hecho de que a la mañana siguiente todos los demás empleados hicieran preguntas sobre eso "¡Mucho mejor!" pensó la azabache, así todos sabrían que Himiko Toga , le pertenecía ahora a nada más ni nada menos que a Yaoyorozu Liz. En uno de sus ágiles movimientos, la azabache comenzó a dejarle besos por todo el cuerpo y marcas rojizas como camino, dejándolas con cariño y delicadeza hasta que llego a un punto en especifico. Su objetivo en otras palabras. La azabache sonrío complacida al ver lo mojada que estaba ahí abajo, y separo las piernas de la menor para que pudiera darle acceso total a la intimidad de esta

Cuando Himiko abrió sus ojos lloroso, diviso perfectamente una cabellera negra posicionada de forma peligrosa entre sus piernas. Tuvo un presentimiento, pero a ciencia cierta no sabia si bueno o malo, había pasado un tiempo desde la ultima vez, pero ahora ella estaba bajo el efecto de los afrodisíacos lo cual ponía su cuerpo mucho mas sensible. Liz no se dignaba a proseguir con lo que quería hacer, solo se dedicaba a olfatear la húmeda entrada de la rubia, sintiendo ese embriagador y tentador olor en sus fosas nasales y ciertamente parecía disfrutarlo mucho. Eso la hacia sentir ansiosa y desesperada al mismo tiempo ¿Que ganaba Liz con torturando a Himiko de esta manera? Pues mucho, como una súcubo pura a diferencia de su hija ella se podía alimentar directamente del deseo sexual de su pareja o de cual otro que estuviese cerca de ella

Himiko comenzó a quejarse a causa de la desesperante espera

Liz: ¿Que sucede Toga?- Le pregunto levantando la mirada para verla, con malicia en esos bellos ojos negros -

Himiko: ¡Liz! - Se quejo en un puchero haciendo que la azabache se enterneciera. La rubia comenzó a retorcerse un poco, gracias a las pulsaciones que sentía en su intimidad las cuales provocaban que más de ese liquido transparente se derramara - ¡Liz, hazlo por favor! - Suplico la rubia -

Liz: ¿Hacer que?- Pregunto en tono burlón. Aunque termino por recibir una mirada asesina de Himiko que solo logro intimidarla - ¡Esta bien ya lo hago! No se puede jugar contigo

Y así, Liz prosiguió con su labor tocando con su lengua la húmeda entrada de la rubia. Himiko inmediatamente arqueo la espalda, soltando un grito de placer gracias a la pervertida lengua de su ama que recorría todo su sector con maestría. Así estuvo durante unos segundos, saboreando ese delicioso néctar que comenzaba a encantarle, y disfrutando del sonido de esos gemidos que ciertamente eran música para sus oídos. No paso mucho para que Himiko llegara al orgasmo, aferrándose a las sabanas con desesperación y arqueando la espalda mientras emitía un sonido que era música a los oídos de Liz. El estimulo mas los afrodisíacos que producían el cuerpo de la azabache fueron suficientes para dejar a la rubia en un estado de orgasmo constate hasta que se desmayo sumida en el placer

Liz: Ya estas satisfecha pequeña - Dijo la azabache con una sonrisa en su rostro mientras se recostaba a su lado en la cama, aunque la rubia no escucho lo que dijo ya que el cansancio se apodero de ella y ahora ambas estaban en los brazos de morfeo -

Del otro lado de la cama Yaoyorozu estaba saltando encima del peliverde quien aun era un niño, pero eso no detuvo a la azabache quien estaba mas emocionada que antes. Midoriya se canso de ser el juguete de su novia así que se levanto y la abrazó para así usar sus habilidades como íncubo y transformar a su novia en una loli, y al mismo tiempo regresar a su forma original. Acto seguido el peliverde puso boca abajo a la azabache quien se limito a sujetar las sabanas mientras las mordía para así no dejar escapar sus gemidos, a pesar de querer tomar venganza por lo que le había hecho su novia cuando era un pequeño shota el peliverde ya estaba cansado así que solo se limito en usar sus ultimas energías para embestir las entrañas de su novia con todas sus fuerzas con lo cual no pudo evitar correrse dentro de ella

Midoriya: Momo... ¿Momo, estas bien? - Pregunto el peliverde para después voltearla - Parece que se desmayo - El pecoso regreso a su novia a su forma original y la recostó a su lado -

Esa noche aquellas cuatro personas se sumieron en el placer absoluto hasta que todos quedaron inconscientes sobre aquellas cama aferrados a sus respectivas parejas

Nota de la autora: Bien, aquí tienen lo que querían marranos, nos vemos en el próximo capítulo. Si les gusto no olviden seguirme, comentar y votar

Sigan sintonizando, Hasta el próximo capítulo

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