9. Pollan't (Es trans, ¡es trans!)

Resultó que la cosa fue tan horrible y abundante, que Bakugou tuvo que usar tampones y la mano de Todoroki.

Como ya antes había tenido algo dentro del coño, no fue muy incómodo meterse la cosa esa dentro.

De hecho, se sintió más libre que cuando usaba las toallitas o el pañal.

Y en cuanto a Todoroki; como no quería que lo vieran, lo arrastró a su habitación para acurrucarse y poner la mano tibia sobre su vientre.

Funcionó mejor que los parches térmicos y el dolor desapareció gradualmente.

Su menstruación duró aproximadamente 4 días.

Los primeros 2 fueron horribles, pero los últimos se sintieron como un alivio para su pobre coño.

El día quinto, Bakugou ya no sangraba. Fue cuidadoso de todas formas, por si fuera una falsa alarma, pero cuando al día siguiente siguió sin nada, se relajó.

Durante los 4 días, Bakugou intentó ser lo más estoico que pudo. Igualando las expresiones de Todoroki, evitaba desangrarse.

Sentarse y levantarse, reírse muy fuerte, estornudar y toser, hicieron que su vientre se retorciera y saliera la sangre en masas gelatinosas.

Bakugou estaba más irritable, pero al mismo tiempo se mantenía callado para que no saliera tanta cosa fea de su coño.

Tenía que existir una manera de recuperar su polla. No podía seguir viviendo así, que lo mataran.

– Tal vez deberías decirle a Aizawa – Le dijo Todoroki, mientras tiraba el condón usado a la basura.

Bakugou estaba un poco confundido de que Todoroki, quien era el que más provecho le sacó a su condición, le dijera que hablara con su tutor.

– No creo que se burle, y tal vez encuentre al responsable más rápido que si sigues buscando por tu cuenta.

– Ya lo sé, ya lo sé – Bakugou refunfuñó y se tapó más con la sábana – Pero no me apetece ir contando a todos que tengo coño.

Apenas la regla se le fue, Todoroki otra vez le pidió prestado el coño para seguir practicando. Si Bakugou no se negó, es porque no quiso.

Así que aquí estaban, en el futón del dormitorio de Todoroki.

– Por cierto, ¿Qué hay con los rumores?

– ¿Qué rumores?

– Tu novia.

Durante los días que Bakugou estuvo incapacitado, surgió un pequeño rumor que se regó como pólvora. Ese era que Todoroki consiguió novia.

– No tengo novia – Reprochó – Al menos no que yo sepa – Bakugou rodó los ojos.

– Ya. ¿Y por qué los demás piensan que sí?

– Creo que tal vez tiene que ver con que me vieron con la caja de tampones.

– ¡¿Te vieron con qué?!

Bakugou se sentó en el futon para encararlo. Estaba rojo de la vergüenza, aún cuando supiera que él debía ser la última persona que pensarían que usara eso.

– Dije que era para alguien. Ya sabes, para evitar malentendidos. Claro, no dije que fueras tú.

– Igual no sirvió de nada, bastardo asqueroso.

Si Todoroki llevaba algo como eso, era obvio que debía tratarse de una chica. O al menos, se pensaría que era para una chica.

Y como un chico no haría algo así por cualquier chica (porque ellos piensan que el atractivo define el valor de una persona) era obvio que debía estar interesado en dicha chica para brindarle su ayuda.

O sea, a Todoroki debía gustarle una chica, quién recibió los tampones.

Solo que no existía la chica. Si no que se trataba de Bakugou. Un chico, con vagina, por ahora.

– ¿Vas a decirle al profesor Aizawa?

– Si no hay remedio – Suspiró Bakugou mientras volvía a acostarse.

Se quedaron en silencio, un silencio cómodo, del que surge después del sexo. Todoroki incluso bostezó, con algo de sueño, y contagió a Bakugou del bostezo.

– Le diré mañana – Masculló acomodándose en el pecho de Todoroki.

Pero Todoroki ni le escuchó, pues ya estaba dormido, incluso roncando bajo. Bakugou aprovechó para abrazarlo, sabiendo que Todoroki no se daría cuenta.

A la mañana siguiente, se levantó temprano para ir a su propia habitación –le dolía la espalda de tanto dormir en futón–.

Hizo sus cosas, desayunó y antes de que empezara el primer periodo, encontró a su profesor.

– Sensei, debo decirle algo.

Aizawa tenía esa cara de que ya estaba harto de la vida como para que le metieran en más problemas, pero a Bakugou no le importó.

– ¿Qué sucede?

– Fui golpeado por un quirk.

El solo hecho de que podría sucederle algo malo hizo que Aizawa se despertara y se pusiera erguido.

– ¿Te ha hecho daño?

– Sí. No. No sé cómo explicarlo – Bakugou se encogió de hombros – Hace más de un mes que estoy bajo los efectos. Pensé que se pasaría solo pero ya me estoy comenzando a preocupar.

– ¿Por qué esperaste un mes? – La voz de Aizawa se combinó con enojo y preocupación – Debiste informarme apenas sucedió.

– No es algo que haya querido ventilar a menos que sea la última opción.

– ¿Qué?

Había gente a los alrededores, y Bakugou se inclinó hacia la oreja de aizawa para decirle el secreto.

El rostro de su profesor pasó del enojo, a la confusión, a la sorpresa y finamente, al entendimiento.

– Bueno – Aizawa carraspeó intentado mantenerse serio – Sí es el caso, y como no atenta contra tu vida, supongo que es comprensible.

– Ajá, ¿y ahora qué?

– Voy a investigar – Le dijo – Mantendré todo bajo perfil y apenas sepa algo, te lo haré saber.

A Bakugou no le gustaba que le dejen de ignorante, pero no le quedó de otra. Suspiró y se fue a sus clases.

Curiosamente, tal como Todoroki le dijo, Aizawa no tardó en su investigación, y Bakugou fue citado a quedarse después de clase.

– ¿Qué? – Preguntó.

Aizawa tenía un rostro serio y aburrido, pero en sus ojos estaba la misma emoción de cuando alguien debe decirle a su amiga que vio a su novio con otra.

– ¿Quieres primero la noticia buena o la mala?

Bakugou tensó la mandíbula. Cuando dan ese tipo de opciones, es porque no existe ninguna buena. Solo una peor que la otra.

– Ambas.

Aizawa se tomó su tiempo, pero al final después de un largo suspiro, le contó a Bakugou lo que descubrió.

– Encontramos al causante. Es un médico cirujano plástico que se concentra en pacientes que desean cambiar de sexo. Su quirk se encarga de la parte de abajo, y sus conocimientos médicos de la parte de arriba. Sus efectos son permanentes pero reversibles, ya que el médico puede volverte a la normalidad.

– Joder, fabuloso. ¿Dónde está ese cabrón?

– Esa es la parte mala – Bakugou sintió que se petrificaba – Falleció.

Fue como si le cayera agua fría. Si no hubiera sido tan obstinado, si desde el momento en el que le sucedió ese accidente hubiera reaccionado, tal vez tendría su polla devuelta.

– Según los informes, sufrió un infarto en el metro mientras terminaba su turno.

– ¿Cuándo?

– Hace un mes.

Coincidía perfecto con el tiempo desde que Bakugou tenía coño.

– Resultó que tu condición no es un caso aislado – Continuó Aizawa – Ese día, muchas personas fueron afectadas por su quirk en el vagón. Debió soltarlo de forma inconsciente mientras moría.

Genial, ahí iban las últimas esperanzas de Bakugou de recuperar a su amiguito. Si murió al mismo tiempo que le dio coño, entonces no había nada que hacer.

Eso sí, pobre del médico y que descanse en paz; pero le jodió la vida a Bakugou y a quién sabe cuántas personas más.

– Buscaremos otra solución – Le dijo su profesor para animarlo.

– No mienta – Bakugou ni se inmutó – Sí me voy a quedar así el resto de mi miserable vida, al menos haga algo útil. Porque no pienso compartir los baños sabiendo que me mirarán con morbo; en especial la uva rancia.

Bakugou tenía un buen punto. Pero la otra opción era que ahora pasara al baño de chicas, y podría surgir el mismo tema del morbo.

– Hablaré con tus compañeras para llegar a un acuerdo – Fue lo único que pudo decir – Sin embargo, la información va a expandirse. No esperes que no lo haga.

– Ya lo sé, maldición. Lo único que quiero ahora es paz.

Y justo eso tuvo, porque cuando fue a la habitación de Todoroki, azotando la puerta, no dudó en lanzarse sobre el bicolor.

Como Todoroki no tenía cama, la caída al futon pudo haber sido dolorosa. Si no lo fue, fue porque Bakugou inteligente se tiró sobre el dueño de la habitación.

– ¿Qué...? ¿Qué te dijo Aizawa? – Preguntó Todoroki una vez pudo recuperar el aire.

– Que me voy a quedar así el resto de mi vida – Bakugou rodó a un lado – El idiota que me atacó se murió, y solo él podía cambiarlo.

– Oh – Todoroki no sabía muy bien qué debía decir – Qué mal.

– Puedo ver tu maldita sonrisa, icyhot – Reclamó Bakugou tirándole de la mejilla.

– Ouch – Se quejó, pero ni así dejó de sonreír – Lo siento.

– De cualquier forma – Bakugou suspiró – Me van a cambiar de baños.

– ¿También de dormitorio?

– Aún no lo sé – Confesó Bakugou – Pero es lo más probable, no quisiera que alguien se metiera a mi habitación. Y no sólo me refiero a ti.

Con el conocimiento de que ahora tenía coño, era de esperarse que sus otros compañeros, tal como hizo Todoroki, quisieran verlo.

– ¿Qué hay de las chicas?

– Tampoco sé. La oruga dijo que hablará con ellas para llegar a un acuerdo.

– Lo siento mucho – Volvió a disculparse Todoroki pese a que sonreía – Sé que ha sido difícil para ti, si necesitas ayuda en algo, siempre estaré disponible.

– Cállate y conténtame – Masculló Bakugou mientras se quitaba la ropa  de abajo – Necesito saber que hay una parte buena de todo esto.

– La hay, créeme – Todoroki metió la cabeza entre sus piernas y se relamió los labios – Al menos para mí.

La lengua de Todoroki fue suficiente satisfacción para que Bakugou pudiera dormir plácidamente y olvidarse por un momento de sus preocupaciones.

Claro que, al día siguiente, Bakugou fue citado por Aizawa después de clase junto con las chicas.

Con palabras concisas y francas, explicó la situación y las chicas pasaron de estar extrañadas, a confundidas y a en shock.

– ¿Qué? – Graznó Ashido.

– Como supondrán, es obvio que su compañero ya no puede compartir  el espacio que antes tenía designado. Pero tampoco quiero importunarlas a ustedes, por lo que por eso convoqué la junta. Necesito saber si hay algún problema.

– ¡Por supuesto que no dejaríamos a Bakugou ahí! – Hagakure se levantó de su asiento.

– ¡Es cierto! – Le siguió Uraraka – ¡Los chicos son unos cerdos! ¡Quién sabe qué le harían!

– Detallazo, gracias – Murmuró Bakugou con sarcasmo, porque seguía siendo un chico.

– Creo hablar por todas de que no nos es ningún inconveniente que Bakugou-san comparta espacio con nosotras. Siempre y cuando respete nuestro tiempo en acostumbrarnos y no nos presione.

El resto asintió de acuerdo con el comentario de Yaoyorozu, y Bakugou aguantó las ganas de chasquear la lengua, recordando que la tetona fue el detonante de la excitación del cabrón que le quitó las 2 virginidades.

– Muy bien. Se restablecerá a Bakugou en una de las habitaciones de su ala, así como sus vestidores y baños; siempre y cuando él lo haga solo, ya sea antes o después de ustedes ¿Les parece bien?

Las chicas se miraron unas a las otras y después a Bakugou. Finalmente fijaron la mirada en su profesor y asintieron estando de acuerdo con el trato.

– Excelente. Se harán los arreglos cuanto antes. Ya pueden irse.

Bakugou fue el primero en salir no queriendo recibir preguntas. Las chicas ya sabían de su condición, y sería muy ingenuo pensar que mantendrían la boca cerrada.

Ya más tarde pensaría en qué hacer para sobrevivir. Y hablaría con sus padres, nomas por las dudas.





















































N/A: Espero que entiendan que el título del capítulo es referencia a los tiktoks de cuando a los gatos los tratan como gatos y terminan siendo gatas(?).

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