6. Hetero, pero no Mucho

Bakugou no supo muy bien qué estaba estaba pensando cuando le dijo a Todoroki que tenía permitido meterse dentro de su coño.

Pero el ser follado analmente hizo que Bakugou re-evaluara sus propósitos en la vida.

Para empezar, no pensó que le gustaría.

No debería gustarle, debió sentirse asqueroso y creyó que eso sería suficiente motivo para alejarse de Todoroki y sus ganas de aprender.

Fue con toda la intención de darle el coño, lo jura, pero cuando Todoroki le dio la opción de ser follado por el culo, Bakugou la tomó.

Porque tenía miedo. Miedo de ser follado, y miedo de que le gustara.

Porque él, un chico heterosexual no virgen, no debería disfrutar que otro chico le meta la polla.

Incluso si tenía coño, Bakugou estaba segurísimo de su sexualidad.

Pero claro, uno no puede besar a un tipo, chuparle la polla y dejar que le follen el culo, y seguir siendo hetero.

Porque aun si Bakugou recuperaba su polla –que realmente tenía fé en que la recuperaría–, eso no quitaba el hecho de que ya le habían roto el culo.

Porque ya sea con polla o coño, el culo era igual para ambos casos. Agujero es agujero, aunque sea de caballero.

Ese era su principal dilema. Porque ser follado del coño, pese a que le daba miedo, cuando recuperara su polla podría olvidarlo.

¿Pero cómo explicarle a su culo que no podía desear meterse una polla?

Porque era lo que pasaba. Con solo la presencia de Todoroki o escuchar el timbre de su voz, Bakugou sentía que su culo temblaba de entusiasmo, como si deseara repetir las sensaciones de aquel día.

Ya que, aunque Bakugou dijo que dejaría a Todoroki follarlo, todavía no le dijo qué día sería ese.

Pero estaba claro que debía ser pronto. Su propio cuerpo hormigueaba y sentía cosas extrañas que seguramente eran el resultado de ahora tener un coño.

Porque hasta antes de tenerlo, Bakugou nunca tuvo la incómoda sensación de picazón en sus tetas.

Era una sensación horrible, porque la picazón era por dentro de su piel. Rascarse los pectorales por fuera no servía, y solo cuando pasaba la uña por el pezón es que la comezón disminuía un poco.

Pero no era suficiente.

La tela de su camiseta chocando con ellos producía más incomodidad, y Bakugou no sabía hasta qué punto podría mantener una fachada seria antes de rascarse en público.

Seguramente era un síntoma del síndrome pre-menstrual, lo que significaba que estaba a punto de terminar la ovulación y cada vez más cerca de la regla.

Sus días para coger se agotaban. Y tenía que darle el coño a Todoroki.

Se esperó a viernes, cuando algunos de sus compañeros –Sero y Sato, especialmente– ya se habían retirado de visita a sus familias.

Porque cuando le follaron el culo, pese a casi asfixiarse, los pocos ruidos ahogados que Bakugou soltó fueron lo suficientemente altos para que al día siguiente, Sero le dijera a Todoroki que le baje el volumen a su porno cuando se masturbe.

Bakugou no debería tener nada que ver en esa conversación, pero no pudo evitar ponerse rojo y avergonzarse en lugar de Todoroki.

Los que lo vieron bromearon con que Bakugou era un tímido con ese tema y por eso se había avergonzado de la insinuación del porno.

Claro que alguien sospechó que no era así –siempre existía alguien– y que se preguntó mentalmente por qué Bakugou se sintió abochornado con dicho comentario.

Pero no existía tiempo para eso ahora. Viernes, 6 en punto de la tarde. Ya duchado y preparado, Bakugou estaba frente a la puerta del dormitorio de Todoroki.

No le dijo al chico que hoy le iba a dar el coño, porque no quería que fuera tan obvio como la primera vez; pensó en qué fuera sorpresa.

Solo que la sorpresa se la llevó él cuando entró a la habitación de Todoroki y no lo encontró. Tal vez sí debió decir algo.

De todas formas, eso no fue impedimento para que Bakugou preparara todo. Ya sabía dónde Todoroki escondía cada cosa y era más conveniente esperarlo ya listo.

Sacó el futón, los condones, los pañuelos desechables y la botella de lubricante. Acomodó todo y decidió que en vez de esperar como estúpido, mandaría un mensaje a Todoroki.

Tardó unos 3 minutos. Pero después de que Bakugou le mandara un "estoy en tu habitación" Todoroki le contestó con un sticker movible de un gato que parecía correr.

Efectivamente, Todoroki no tardó mucho en llegar. Bakugou tuvo que tragar saliva por la vista.

Todoroki acostumbraba a usar chaquetas y cuellos de tortuga. Usar musculosas y camisetas sin manga era más cosa de Bakugou.

Pero como Todoroki venía de entrenar, supuso que era más cómodo su tipo de ropa.

Dejaba apreciar sus brazos, que se veían gruesos y musculosos. Su clavícula marcada por el cuello bajo de la ropa, y al estar casi ceñida, Bakugou podía ver un poco los pectorales de Todoroki.

Antes lo vio desnudo, pero nunca se fijó en su cuerpo atractivo hasta ahora. Siempre era en su cara, su cara de príncipe. Pero su cuerpo no estaba nada mal, incluso sudado.

Un momento, ¿Sudado?

– ¡¿Por qué no tomaste una puta ducha?! – Bakugou finalmente rompió el silencio mientras se levantaba del futón.

– Estaba a medio entrenamiento cuando me llegó tu mensaje – Explicó mientras Bakugou le tomaba de la camisa – Terminé esas repeticiones y vine cuando antes.

Bueno, aquello era culpa de Bakugou en todo caso.

– Tch – No estaba seguro de que Todoroki fuera a los baños después de decirle que iban a follar – No voy a... follar contigo todo pegajoso.

– No lo notarás – Todoroki le abrazó y Bakugou tembló de estremecimiento.

– Espe... ¡Suéltame! ¡Bastardo icyhot! ¡Te lo advierto! – Pero tal cual Todoroki aprendió días antes, calló a Bakugou con un beso.

Un beso de esos extraños, inexpertos y llenos de baba. Pero que por alguna razón a Bakugou parecían dejarlo tranquilo y dócil.

La táctica no falló. Bakugou se derritió en sus brazos y Todoroki aprovechó para usar una de sus manos y apretar un pectoral gordito de Bakugou.

Tal vez estaba quedando medio sordo, pero al hacer aquello escuchó un gemido de alivio que se tragó en medio del besuqueo.

Cuando Todoroki dejó el pecho, Bakugou gruñó en medio del beso. Fue gracioso, como el gruñido de un perro pequeño. Y Todoroki sonrió.

– ¿Qué fue eso?

– Tch – Bakugou no contestó, orgulloso como sólo él. Así que Todoroki volvió a masajearlo y el gesto de alivio fue inmediato.

– Siento que hay algo importante, pero no quieres decirme – Meditó mientras continuaba masajeando.

– Usa tu otra mano.

– ¿Por qué? – Pese a su pregunta, obedeció y el ceño fruncido de Bakugou se fue.

Bakugou tenía los ojos cerrados, soltando suspiros de alivio y placer mientras Todoroki jugaba con sus pechos. Nunca lo vio tan tranquilo.

– Intentemos algo – Todoroki dejó lo que hacía para levantar la camiseta.

– !Oi, qué...! ¡Ah!

La queja de Bakugou fue interrumpida cuando Todoroki volvió por sus pectorales, ahora directamente con la piel. Se sintió delicioso, todavía más cuando el bicolor le apretó los pezones.

– Ah, justo así... – Murmuró Bakugou dejándose hacer.

Todoroki estaba sorprendido de la situación, pero no iba a perder el tiempo. Bakugou le diría qué le pasaba más tarde, ahora quería disfrutar un poco de su cuerpo.

Giró el pezón suavemente entre sus dedos, ganándose gemidos y casi ronroneos de Bakugou. Les dio un pellizco a ambos para tirar de ellos y la acción hizo chillar al rubio.

Pero no se quejó. No le dijo qué se detuviera. Todoroki esperó genuinamente algún reclamo, un griterío acompañado de un insulto.

Excepto que nunca llegó. Bakugou apretó sus labios temblorosos y mantuvo los ojos cerrados, esperando que continuara.

Aunque la polla de Todoroki no iba a continuar aguantando.

– Bakugou... – Le suplicó en un susurro – Te prometo que seguiré jugando con tus pechos pero por favor, déjame follarte.

Sus palabras funcionaron para sacar a Bakugou de su burbuja. Abrió los ojos para verlo, sonrojándose de paso. Y después de un chasquido de lengua, se quitó la ropa.

– P-Ponte el condón, idiota – Bakugou volvía a su tono irritable. Algo lo estaba molestando.

Todoroki obedeció y mientras se lo ponía, observó a Bakugou prepararse con un poco de lubricante y estirar su coño para aflojarlo.

– ¿Hoy no voy a usar tu culo? – Preguntó sorprendido.

– No digas el verbo "usar", icyhot – Regañó Bakugou después de terminar su estiramiento – Sigo siendo una maldita persona.

– Lo siento.

Bakugou rodó los ojos y sacudió la mano para quitarse el resto de lubricante y jugos de coño que tenía en los dedos.

Apenas lo hizo, la polla de Todoroki cubierta de un condón rosa ya estaba alineada para entrar.

– E-Espera – Lo detuvo poniendo una mano en su pecho – Mejor nos sentamos.

Todoroki asintió mientras se dejaba caer al futón, esperando que Bakugou hiciera lo mismo. Apenas lo hizo lo abrazó, dándole otro beso húmedo para tranquilizarlo.

Durante el beso, Todoroki aprovechó la distracción de Bakugou, y lentamente lo fue recostando en el futón, quedando él sobre el rubio. Cuando Bakugou se dio cuenta, le dio una sonrisa de lado.

– Veo que aprendes rápido – Dijo Bakugou de forma irónica.

– Tengo buenos maestros – Respondió Todoroki.

Bakugou volvió a darle una sonrisa engreída mientras abría las piernas, dejando apreciar su coño virgen. Todoroki se posicionó justo en frente, y en vez de meter su polla, la restregó y golpeó el coño con ella.

Fueron gestos simples pero que en una zona tan sensible, no fue extraño que Bakugou se corriera.

– Eso... ¡Eso no te lo enseñé yo! – Reclamó Bakugou después de recuperar la respiración por sus gemidos.

– Lo vi en un video – Todoroki ahora puso la cabeza del glande en el coño – Y ahora, voy a meterlo. Dime si te duele.

Por orgulloso, Bakugou no dijo nada. Se aguantó el dolor como un campeón mientras mordía su labio inferior y sus lágrimas se quedaban sin derramar en sus ojos cerrados.

Cuando Todoroki estuvo a la mitad, ambos soltaron un suspiro. Todoroki observó el gesto de Bakugou y se inclinó más sobre él, para darle un beso de esos que sabía que le gustaban.

Fue sorpresivo para Bakugou, pero lo aceptó. Unos cuantos segundos de besuqueo bastaron para hacer que su cuerpo tenso se relajara, y Todoroki finalmente pudo meterse dentro de un empujón.

Se tragó el gemido/sollozo de Bakugou en el beso, y se mantuvo quieto esperando a que el dolor que debió de sentir, pasara.

Esperó y esperó. La paciencia siempre fue una virtud de Todoroki aun cuando parecía que estaba desesperado por todo. Hasta que Bakugou se alejó del beso.

– ¿Y bien?

– ¿Huh? ¿Bien qué?

– ¿A qué esperas, halfie? – Bakugou chasqueó la lengua – Muévete.

Todoroki dio una embestida experimental y se detuvo, notando a Bakugou temblar y ahogar un jadeo.

– ¿E-Es todo? – Lo retó Bakugou con su habitual superioridad aunque su cara estaba deformada de placer.

Todoroki sonrió con inocencia fingida y acomodándose sobre Bakugou, tomó impulso. Fue más duro y el chorro que salió casi asemeja a orina por la cantidad.

– ¡Es... Espera! – Pero Todoroki no esperó y volvió a embestir.

Bakugou se arrepintió de provocarlo pero la cantidad de placer que estaba teniendo por ser follado por el coño, era increíble.

Cuando tuvo sexo con su polla, nunca se sintió tan bien como ahora.

Todoroki le estaba dando tanto placer que de forma inconsciente sus piernas abrazaron la cintura, y sus brazos se aferraron a la espalda ancha en busca de qué sujetarse.

El bicolor lo continuó follando mientras enterraba la cara en el espacio entre su cuello y hombro, dándole besos en la piel y labios, tragando sus gemidos.

Bakugou debía verse igual de patético que las veces anteriores. Lleno de saliva, sudor, lágrimas y moco. Pero eso no le importó a Todoroki, y le besó la mejilla y la boca.

Su polla estaba siendo estrangulada, era como si el coño de Bakugou tuviera vida propia, aferrándose a la polla de Todoroki cada vez que esta salía, no dispuesto a dejarla ir.

Con la edad y el hecho de estar bajo la calentura; Todoroki, un chico que recién perdió la virginidad, no soportó más y con un golpe fuerte y hondo, terminó de enterrarse dentro de Bakugou y se corrió.

Ambos gimieron de forma aguda y animal, agradeciendo que no hubiera mucha gente en los dormitorios. Bakugou también tuvo sus últimos orgasmos temblando.

Se quedaron así unos minutos, ambos recuperando el aire que se les fue en sus ruidos.

Bakugou todavía tenía pequeños espasmos de placer y Todoroki aún se derramaba dentro de su coño.

– Eso fue... ah... fue increíble... – Logró decir Todoroki entre jadeos.

Bakugou no contestó mientras intentaba reorganizar su mente.

Jamás pensó que tener sexo con un coño en vez de con una polla fuera así de placentero.

O tal vez era placentero porque de alguna forma, Todoroki sabía follar.

Eso significaba que él, pese a ser su maestro, nunca supo hacerlo.

– ¿Podemos hacerlo de nuevo? – Todoroki le preguntó con entusiasmo y besándole la mejilla.

– Uhm...

Tenía ganas de decirle que no, que se fuera –pese a que la habitación era de Todoroki–. Estaba tan molesto por la revelación de que el idiota era mejor en el sexo que él.

Pero no mentiría. Fue grandioso. Sus piernas todavía temblaban y eran la prueba de ello y, ya sea que le baje la regla o que su coño desaparezca, quería disfrutar antes.

– Bien – Aceptó – ¡P-Pero es solo porque tienes qué practicar! ¡Y será mañana!

Todoroki asintió, sonriendo de haber cumplido su deseo. Se incorporó y sacó su polla, quitándose el condón con cuidado para amarrarlo y arrojarlo a la basura.

– Tch, estoy todo pegajoso... – Murmuró Bakugou mientras tomaba los pañuelos para limpiarse – ¡Es todo tu culpa, idiota!

– Bueno, yo también iba a tomar un baño, de todos modos – Todoroki se encogió de hombros y se le insinuó – Supongo que podríamos ir y fo...

Bakugou lo interrumpió dándole una patada en la cara.

– ¡Cállate!
































































N/A: Pobre Katsuki, está a nada de sentir lo peor que puede pasar alguien con puchaina.
Y también de saber que no importa cuanto la odie, rezará para que nunca falte.

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