2. Prueba y Error
Estar en la habitación de Todoroki para coger era algo que Bakugou no tenía en su lista de pendientes.
Cuando llamó a la puerta, Todoroki de inmediato le abrió. La habitación era estilo tradicional, y para colmo, iban a tener que coger en el piso.
Todoroki ya tenía listo una caja de condones, pañuelos desechables y lubricante al lado del futón. Eso no hizo más que poner nervioso a Bakugou.
– ¿Dónde conseguiste esas mierdas? – Todoroki respondió a la pregunta encogiéndose de hombros, dejando más dudoso a Bakugou.
Todoroki rápidamente se puso de rodillas en el futón, esperando a que Bakugou hiciera lo mismo. Se veía tan entusiasmado.
Como si hubiera ganado la lotería y si Bakugou no fuera tan vanidoso, diría que así fue al dejarlo cogerlo.
– Quiero que me enseñes – Le dijo Todoroki cuando Bakugou se sentó a su lado – No creo que no sepas qué hay qué hacer.
Bakugou hizo una mueca. Porque sí, si sabía. Su primera vez –con pito– no fue algo que causara gran impacto, pero cuando lo hizo una segunda vez, se movió con más facilidad en la cama.
No era un dios del sexo, pero quiere creer que las 2 personas con las que lo hizo quedaron satisfechas.
Y ahora, era momento de Todoroki, de enseñarle a dejar a alguien más satisfecho. Si no fuera por el tema de que tiene coño, otra historia sería.
– ¿Bakugou?
– Estoy pensando – Regañó por la impaciencia – Quítate la ropa. No podemos hacerlo sin estar desnudos.
Todoroki fue veloz quitándose su playera y sus pantalones –no tenía ropa interior, el sinvergüenza–. Bakugou se tomó más tiempo, sobre todo en la ropa interior.
Con un largo suspiro y con la mente resignada a lo que debía hacer, Bakugou bajó sus calzoncillos y su coño apareció justo frente a Todoroki, quien se volvió a sentar.
– Realmente es bonito – Comentó el bicolor – ¿Puede un coño ser bonito?
Bakugou no le contestó porque estaba muy ocupado desviando la mirada, frunciendo el ceño y sonrojándose hasta más no poder.
Cuando un dedo Todoroki tocó su coño de manera sorpresiva, fue que Bakugou reaccionó y se alejó.
– ¡O-Oye! ¡Eso no les gusta a las chicas! – Regañó.
La mirada de cachorro triste de Todoroki no le funcionó esta vez. Bakugou todavía seguía molesto por ser chantajeado. Se sentó a su lado con las piernas cruzadas.
– ¿Quién es?
– ¿Eh?
– La idiota por la que mojas la polla.
– ¿Yaoyorozu? – Sonó más a pregunta que confirmación.
– Tch, debí verlo venir – Bakugou estaba retrasando lo inevitable – Tarde o temprano todos caen por sus tetas.
– ¿Tú caíste?
Bakugou no tenía ánimos de confesarle a Todoroki que Yaoyorozu era lesbiana; pero era un hombre –con coño, pero lo era– y tenía ojos. Obvio le vio las tetas.
– No hablamos de mí, bastardo.
– Es cierto, mejor regresemos a lo que realmente importa.
Bakugou tembló ante la implicación. Casi olvida ese diminuto detalle. Apretó con más fuerza las piernas.
– Las chicas como ella son unas románticas – Empezó a decir – Tienes que ser suave cuando empieces y ganarte su confian... ¡¿Hump?!
Bakugou se tragó sus palabras cuando Todoroki lo besó. No, no lo besó; le comió la boca. La sorpresa hizo que abriera los labios y Todoroki metió su lengua y chupó, haciendo que la saliva chorreara.
Era el besó más asquerosamente erótico que Bakugou haya tenido la dicha de experimentar –y no es que haya tenido muchos– y se sorprendió cuando su recién adquirido coño empezó a mojarse.
Intentó separarse pero Todoroki le tomó de la nuca para profundizar el beso. Su lengua se movía obscena, a tal punto de que podría considerarse repulsivo pero por alguna razón a Bakugou no le importó.
Era extraño, la saliva siempre le pareció algo asqueroso, pero ahora que estaba prácticamente bebiendo la de Todoroki, no sintió nada raro, incluso su coño chorreaba de alegría.
En algún momento, tal vez Todoroki pensó que se estaba excediendo, porque fue cuando se alejó.
La saliva era tanta que unía sus lenguas y fue tan intenso que poco a poco regulaban sus respiraciones.
Bakugou casi gemía entre cada suspiro, los ojos empañados con lágrimas no derramadas de placer. Inconscientemente apretó su entrepierna resbaladiza.
– ¿Qué tal estuvo? – Preguntó Todoroki con una sonrisa temblorosa y apenada. Bakugou tardó en responder.
– Bien, pero... – Pensó bien lo que iba a decir porque en realidad no tenía ninguna queja – Solo no lo hagas de sorpresa, o las asustarás.
– Lo siento... ¿Te asusté?
– ¡No hablo de mí, idiota!
Bakugou usó su mano para empujar el pecho de Todoroki lejos de él. Necesitaba respirar, aclarar su mente, saber porqué su entrepierna nueva chorreaba como loca.
Cuando tenía pene no sucedía esto. Excitarse equivalía a una carpa en sus pantalones, no a tener jugos pegajosos saliendo y mojando su piel. Era sencillamente incómodo.
– ¿Bakugou?
– Ya voy, ya voy – Debió quedarse pensando más de lo debido. Carraspeó antes de hablar – Para las chicas, es más difícil correrse.
– ¿A qué te refieres?
– A que... – Bakugou apretó los labios – Para nosotros, con solo meterla es suficiente para corrernos. Para ellas no, tienes que darles placer antes de pensar en el tuyo.
– Oh, ya veo – Todoroki asintió muy serio – ¿Cómo hago eso?
Bakugou ya sabía que se venía esa pregunta. Se sentía tan avergonzado de que su coño fuera el objeto de prueba –porque para empezar, no debería tener un coño–.
Estaba empapado, y sabía que ahora tendría que venir la parte del estiramiento para recibir una polla.
Como una persona curiosa, cuando le salió "eso" en la entrepierna, de inmediato se puso a jugar con ella.
Era una parte nueva de su anatomía y estaba seguro de que si a una chica le hubieran golpeado con ese quirk, habría hecho lo mismo.
Por lo que Bakugou ya tenía una pequeña idea de cómo funcionaba su coño y qué zonas eran de mayor sensibilidad.
Además, por más estrecho que estuviera, alcanzó a meter 2 dedos antes de recapacitar de lo que hacía y dejarlo.
Ahora era momento de que otros dedos entraran en él. Y por la diferencia de tamaño que tenían él y Todoroki a los 18, estaba seguro que llegarían más hondo.
– Escucha, ahora debes... uhm, estirar a la chica...
– ¿Estirar?
– Sí, ya sabes... – Bakugou realmente estaba esforzándose – Meter los dedos en el coño.
La mirada de Todoroki de inmediato bajó a su entrepierna y Bakugou apretó las piernas por reflejo. Se sonrojó más si era posible, su coño vibró de anticipación.
– ¿No te dolerá?
– ¿Por qué carajos preguntas eso si en los baños prácticamente me abriste el coño?
Todoroki hizo una mueca graciosa de arrepentimiento y tuvo la decencia de sonrojarse.
– Perdón por eso – Se disculpó rascándose la nuca – Actúe por impulso y no fui consciente de lo que hacía. Ahora seré más cuidadoso, lo prometo.
Bakugou chasqueó la lengua y rodó los ojos, pero de cualquier forma fue suavizando sus piernas para abrirlas y mostrarle a Todoroki su coño.
– Empieza con un maldito dedo.
Todoroki estaba tan embobado de la visión frente a él que casi pasa por alto esa instrucción. Asintió frenético mientras tocaba el coño con su dedo índice.
– Está muy resbaladizo...
– Tiene que estar todavía más – Reclamó Bakugou – Es importante, si no está lo suficientemente húmedo, tu polla nunca entrará.
Todoroki tragó saliva ante aquella mención. Era emocionante, pensar que muy pronto podría meter su polla dentro de un coño. ¡Dejaría de ser virgen!
Con ese pensamiento en mente, bajó su dedo por el resbaladizo rastro de jugos de coño hasta que encontró aquella abertura donde deberían entrar las cosas.
(Oigan, tampoco es tan idiota. Él sí puso atención a las clases de biología para saber las partes de un coño).
Pero Bakugou estaba muy tenso. Normal, porque como nunca había tenido un coño, que alguien le metiera algo debía ser incómodo.
El dedo de Todoroki no entró más que 2 centímetros. Era demasiado apretado y el coño de Bakugou hacía el esfuerzo para expulsar al intruso.
Incluso la expresión en el rostro del rubio era incómoda:
Sudando, los mechones de cabello húmedos pegados a la piel, la cara roja; tenía el ceño fruncido, y los labios y los párpados apretados.
Hasta ese momento, Todoroki se fijó en cómo Bakugou tenía sujetado el futón con fuerza.
Incluso le pareció ver algo de humo, señal de que estaba usando su quirk aunque fuera de manera inconsciente.
Entonces Todoroki recordó las palabras que Bakugou le dijo no hace ni 10 minutos. "Tienes que ser suave y ganarte su confianza".
Y como hizo anteriormente, le besó.
Volver a besarlo de la misma forma que antes fue un poco difícil –al tener apretados los labios, no pudo meterle la lengua–. Pero finalmente, Bakugou se relajó y pudo hacerlo.
La distracción funcionó. Demasiado bien al punto de que Todoroki casi olvida lo que debía hacer. Cuando la pelvis de Bakugou se suavizó, Todoroki finalmente pudo meter su dedo.
– ¡E-Espe... no–ouuugh...!
Bakugou se alejó del beso y del dedo para chillar y Todoroki observó sorprendido cómo el cuerpo de Bakugou temblaba mientras su coño soltaba chorros.
Pero chorros en serio, a tal punto que parecía una fuente. La mueca de Bakugou era de esfuerzo, como si estuviera haciendo lo posible por contener lo que salía de su coño.
Pero Todoroki veía el espectáculo maravillado. En el porno rara vez sucedía eso, tener una muestra en vivo tan de cerca, era increíble.
Bakugou incluso había soltado el futón a favor de sostener sus muslos. Todoroki no supo si para cerrar sus piernas o para mantenerlas abiertas mientras seguía temblando.
Cuando finalmente el orgasmo de Bakugou terminó, la cara de Todoroki estaba empapada. Pasó tanto tiempo observando lo que pasaba, que ni sintió que los chorros le cayeran encima.
Mientras Bakugou se recuperaba, no pudo evitar ver a Todoroki. Se sintió tan humillado y patético por correrse por ese idiota que ahogó un sollozo al cubrirse la cara.
Sollozo que Todoroki escuchó y le hizo salir de su estupefacción.
– ¿Bakugou? – Preguntó con preocupación.
– ¡¿Qué?! – La voz salió gangosa pese al enojo. Todoroki tragó saliva.
– Dios, lo siento, yo... – Rápidamente buscó sus pantalones y se los puso – No debí obligarte a esto, lo siento. En serio, lo lamento.
Bakugou hizo su brazo a un lado para ver a Todoroki, pero se sorprendió viéndolo guardar los condones y el lubricante.
Regresó a su lado y con los pañuelos desechables, le limpió con cuidado y rápido para ayudarle a ponerse sus calzoncillos.
Todo sucedió tan veloz que Bakugou casi no se enteró de cuándo estuvo vestido por completo y parado en la puerta de la habitación.
– Lo siento, yo... yo... – Todoroki no había dejado de repetir esa frase – Actué mal, no volverá a pasar. No le diré a nadie de eso, lo prometo. Y gracias y... lo siento.
Todoroki le cerró la puerta después de dejarlo afuera. Bakugou todavía procesaba lo que había sucedido pero no iba a hacerlo en el pasillo del quinto piso de los dormitorios.
Así que, todavía con las piernas temblando, se fue a su habitación.
N/A: ¿Adivinen de quien es cumpleaños mañana? /o/
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top