#5
La chica despierta tal como se durmió, en un mar de pensamientos.
"¿Estaré haciendo lo correcto? ¿Y si todo sale mal? ¿Qué cosas malas podrían pasar? ¿Lo peor?... ¿Y lo mejor? Quiero a Jorge, quiero a Jorge. Me gusta Lio."
Este último pensamiento la hace sonreír, y eso es una señal de que las cosas van a tratar de hacerse como lo planearon la noche anterior, aunque Ana no está segura de si Lio recordará lo sucedido.
Golpean la puerta de la habitación haciendo que ella reaccionara y volviera al "ahora". Abre la puerta y una derretidora sonrisa le es dedicada.
-¿Qué pasa?-Pregunta Ana con la voz temblorosa a causa de esa intensa mirada.
El chico está recargado con un brazo en el marco de la puerta y sus caras están muy cerca.
-Vos me pasás-le dice Lio con un tono seductor, Ana ya no da más de toda esa bomba que le está arrojando el chico y sólo hace minutos que despertó.
-Ppp... Pero... tú... ¿qué?
-Mové tus hermosos labios y decí algo antes de que yo haga que se muevan.
-¿Y... cómo harías eso?-Ana no sabe qué hacer, Lio la está superando y sus piernas la traicionan.
-Tengo una muy rica idea de cómo...
-Yo... eh... ¿No te duele la cabeza?
-Un poco, si, pero vine acá para que ya no me duela más.
-¿Y cómo puedo ayudar?
La sonrisa de Lio se ensancha, aunque se pensara que no podría hacerlo más. El muchacho acaricia con sus dedos la mejilla de Ana y empieza a acercarse.
-Es claro que si recuerdas todo lo de anoche-susurra Ana cuando sus labios están muy cerca.
Lio no dice nada y se acerca por completo dando lugar a otro intenso beso como sólo él sabe darlos.
-No quería seguir perdiendo el tiempo -dice él-. Jorge todavía no despertó así que pensé en venir a saludarte. Te ves hermosa-murmura contra el cuello de ella y seguidamente lo besa.
En un milisegundo la mejilla de Lio queda roja a causa de la palma de ella.
-Esto es por lo que pasó en el coche-dice ella sonriendo nerviosamente.
-Pensé que no te había molestado.
-Claro que lo hizo, pero estabas borracho, no iba a reprochártelo en ese momento.
-Si mal no recuerdo, al final terminaste cediendo y yo fui el que paró.
-Si... bueno...
-Ya sé, estuvimos muy cerca de... hacerlo, pero yo paré, y estaba borracho, ya lo dijiste, olvidémoslo.
-¿Te das cuenta de que si no hubieras parado te hubieras acostado con la novia de tu mejor amigo?
Lio le sostiene las manos.
-Estás hablando de esto porque no aguantabas lo tremendamente guapo que me veía diciéndote esas cosas, ¿Verdad?-Murmura.
Ana logra sacar una mano pero antes de que esta tocara la mejilla de chico este la sujeta.
-¡Suéltame!
-Entonces es verdad-sonríe y la besa una vez más.
-No puedo evitar sentirme culpable, Lio-susurra mientras ambos apoyan sus frentes y cierran los ojos.
-Yo tampoco, pero dijimos que lo intentaríamos e iríamos buscando el momento para decírselo.
-Lo sé, pero no está bien, o si... ya no sé si esto está mal o está bien.
-Es que, es algo que se siente mal y a la vez...
-Bien-completa ella.
-Si-la mirada penetrante de Lio hace que la chica se ponga más nerviosa.
-Eh... voy a cambiarme para ir a la escuela.
-Si querés hacerlo hacelo, yo voy a faltar.
-Y luego dices que no eres un chico malo.
-No soy malo, vos sos la que quiere ir a la escuela en domingo.
-Ah... cierto... hoy... es domingo...
-¿Qué pensás hacer hoy?
-No sé... quizás... salir con mi novio... o ver una peli acurrucada con él... o...
-Te estás vengando ¿verdad?
-¿Por qué me estaría vengando?
-Por llegar acá y seducirte a penas despertás, no te gusta parecer nerviosa ¿no?
-Depende.
-¿De qué?
-De quién es lo suficientemente seductor como para que me haga ponerme nerviosa.
-¿Jorge te pone nerviosa?
-No, siempre me siento muy cómoda con él.
-¿Como lo estarías con un novio o con un amigo?
-Eh... yo... Lio, no me hagas decirlo-suplica con voz temblorosa.
-Lo sé... perdón -la abraza- vamos a salir adelante, todo va a estar bien, Jorge... él va a entendernos.
-¿Y si no vale la pena?
-Mirame.
Ambos conectan sus miradas y se genera un silencio.
-Lio...
-Lo sentís igual que yo, yo más quizás.
-¿Qué?
Lio agarra la mano de la chica y la apoya contra su pecho. Ana logra sentir el latido del corazón de él que se va acelerando cada vez más.
-Vos me hacés esto, vos y nadie más que vos.
Ana trata de hablar pero no logra emitir ni un sonido. Lio se acerca y la besa con intensidad, pero dulzura, una extraña y hermosa mezcla de sentimientos los recorre a los dos.
-Jorge duerme mucho los domigos-murmura Ana.
-Lo sé... ¿Qué querés hacer?
-Lo que sea, pero que sea contigo.
-No tenía intención de que te diviertas con nadie más-se vuelve a acercar para darle otro beso.
-Bueno, ya, ¿me dejas cambiarme?
-Está bien.
Lio retrocede unos pasos y la puerta de la pieza se cierra, la sonirsa boba de Lio no desaparece y se queda como idiota viendo la puerta cerrada.
El chico baja la escalera y saluda a sus padres entrando a la cocina.
-Hola.
-Hola, Lio-saluda la madre del chico-. ¿Qué pasa que estás levantado? Es domingo y no despertás hasta la tarde.
-No sé, supongo que no puedo dormir más.
-Bueno, yo tengo que hacer unas cosas en la empresa, pero tan rápido como vengo jugamos los cuatro al fútbol-dice el señor Ponte refiriéndose también al padre de Jorge que ya se había ido.
-Si, obvio.
-Nos vemos-saluda con un beso a su esposa y le da un pequeño empujón a su hijo en forma de broma.
-Bueno, Lio, yo voy al jardín a cuidar las plantas, hace mucho que no las riego.
-Si, andá.
-Tratá de no aburrirte el resto del día.
-Si, ma.
-Ah, hola, señora Ferro-la angelical voz de Ana se escucha en el otro cuarto.
-Hola, Ana, Jorge seguro está durmiendo.
-Si, lo sé-ríe.
-Yo me voy al jardín, pasá un buen día.
-Gracias, igualmente.
La chica iba a entrar a la cocina cuando una mano le toma el brazo y hace que se meta al living, ella queda apoyada contra la puerta.
Antes de que pudiera decir algo los labios de Lio presionan contra los suyos de una forma apasionada y con necesidad.
-¿Qué... ha... haces?-Pregunta ella con la respiración agitada debido a tan repentino beso.
-No sé... actuar por impulso.
-Alguien podría vernos.
-Mi mamá se fue al jardín, mi papá y el de Jorge están en la empresa y la madre de Jorge... en algún lugar lejos de acá.
-¿Seguro?
-No, pero no hay nadie más que nosotros acá.
-Si, pero... Como sea, podrías ser un poco más romántico alguna vez, ¿no te parece?
-¿No fui romántico hace un rato cuando puse tu mano en mi pecho?
-Si, pero...
-¿Y si... te digo que cuando cerraste la puerta de tu pieza me quedé varios minutos mirándola como estúpido?-La abraza por la cintura y sonríe.
-Eso es tierno... y quizá raro...
-¿Y si te digo que pasó lo mismo cuando nos vimos en la empresa y te fuiste en el ascensor?
-¿Te quedaste mirando el ascensor?
-Suspiré y todo.
-No tienes miedo de parecer idiota.
-Vos te ves igual que yo cuando te pongo "nerviosa".
-No lo haré más.
-¿Ah, si? Buena suerte con eso, llevo intentándolo todo este tiempo...-Besa los dulces labios de Ana con la misma intensidad de siempre.
-A que yo puedo hacerlo mejor que tú-después de que ella dijera eso Lio vuelve a besarla.
-¿Querés jugar? No te conviene-le da otro beso a Ana.
-¿Porque ganarás?-Ambos vuelven a besarse.
-No, porque los dos vamos a perder.
-Tal vez...-Sus labios se unen-. Sólo tal vez... tengas razón.
-La tengo-acaricia la mejilla de Ana y se besan una vez más.
-Lio... ¿Puedo preguntarte algo?
-¿Qué cosa?
-¿Sientes que estás... enamorado?
-No sé, sólo sé que nunca una chica me gustó tanto como vos.
-Ni a mí un chico.
Se acercan y en el momento en que sus respiraciones chocan se escucha una voz del otro lado de la puerta.
-Hola, mamá.
-Hola ¿querés comer algo?
-Si, tengo mucha hambre.
Lio y Ana se sobresaltan al escuchar a Jorge.
-Calmate, Ana, ellos están en la cocina.
-Pero...
-Escuchá, yo salgo primero, distraigo un poco a Andrés y cuando te avise vos salís.
-Pero...
-No es nada.
-Pero...
-O si querés podemos quedarnos acá... los dos... solos...
Ana le da un golpe en el brazo y ambos ríen.
-Bien, ya salgo.
-Mejor voy yo primero, Lionel-dice en tono burlesco.
-Como quieras.
Ana abre la puerta pero antes de que pudiera salir Lio le agrarra el brazo y la besa.
-¡Lio!-Grita bajito.
-Es para el camino.
-Tonto.
-Muy.
Ana ríe y sale a saludar a Jorge.
-Hola, amor.
-Hola, Jorgito.
Se dan un pequeño beso.
-¿Dormiste bien?
-Si.
Jorge hace que ella se siente en sus piernas.
-Ey, hoy tengo ganas de salir con vos-Lio se asoma entreabriendo la puerta-, ir a alguna plaza, ver una película en el cine... ¿Qué te parece?
-Si, claro, me encantaría-lo abraza.
Lio abre del todo la puerta y entra a la cocina.
-Hola, Lio.
-Hola, dormiste mucho.
-Como siempre.
-Hola, Ana-saluda Lio disimuladamente.
-Hola, ¿a tí también te gusta dormir?
-¿A quién no?
Después de un par de horas Ana y Jorge vuelven a la casa.
-Fue muy divertido, Jorge-dice Ana riendo mientras entran a la casa.
-Si, mucho, en especial porque estuve con vos.
-Si...-Ríe nerviosamente aunque disimulando.
Jorge se acerca a sus labios pero la voz de Lio los separa.
-¡Bien, llegaron!-Los saluda con una pelota bajo el brazo-. ¡Papá, Jorge llegó, ya podemos empezar el partido!-Grita a su papá.
Obviamente interrumpió apropósito.
-¿Un partido?-Pregunta Ana.
-Si, vamos a jugar los cuatro.
-Ya voy.
-Genial.
Jorge sube la escalera para cambiarse. Ana y Lio se sonríen.
-¿Todo bien?-Pregunta él.
-Todo bien.
-Tu sonrisa me encanta.
-Cállate-comenta riendo.
-Callame-la arrima a él tomándola de la cintura con la mano que no tiene ocupada.
-Ahora no, Jorge podría bajar.
-Nadie puede cambiarse tan rápido como para que nos interrumpa ahora...-Murmura rozando sus labios.
-Bueno...
-Shh... yo te voy a callar...-Susurra y la besa.
El partido empieza, los Ferro contra los Navarro.
-¡Como antes, eh!-Grita Jorge eufórico.
-¡Si!-Le contesta Lio igual de feliz.
Las madres de los chicos y Ana los miran sentadas en unas sillas.
Lio avanza hacia el arco donde está Jorge para atajar, patea pero él la ataja con el pecho y se la pasa a su papá, el señor Navarro corre y hace un gol. La señora Navarro ríe. El padre de Lio le pasa la pelota y él avanza corriendo hacia el otro arco. Jorge y su padre cambian de lugar, y él trata de quitarle la pelota a Lio.
-¡Tú puedes, amor!-Grita Ana sin pensar, aunque es difícil saber a quién va dirigido ese apoyo. Todos creen que es para Andrés, pero algo dentro de Lio y Ana dice que no es así.
Lio se desconcentra en sus pensamientos facilitándole a Jorge el trabajo de quitarle la pelota. Jorge lleva la pelota y corre hacia el arco de Lio, él lo persigue y logra sacarle la pelota y anotar un gol.
Ahora están empatados, siguen jugando por varios minutos más llegando a estar tres a tres. Ahora Jorge y Lio están en los arcos, el señor Navarro va hacia donde está Lio y él ataja la pelota.
-¡Bien!-Grita Ana por accidente-¡Tú puedes, Jorge!-Grita después para corregirse.
El equipo de Jorge anota otro punto, y a los minutos termina el partido.
-¡Eso es, amor!-Ana abraza a Jorge.
-Gracias - Jorge la besa.
El resto del día todos se la pasan riendo y jugando, esos momentos son muy felices y valiosos para todos.
Llegada la noche y después de otra cena en familia todos se preparan para dormir. Jorge se duerme con facilidad, pero Ana y Lio están despiertos.
Ambos bajan la escalera para verse en la cocina, ya se volvió una tradición de todas las noches.
A los pocos minutos de encontrarse están besándose, Ana sentada sobre las piernas de Lio quien está sobre la mesada acariciándole la cintura, ella hunde las manos en el pelo de Lio por debajo de la gorra.
-¿Te puedo mostrar algo?-Pregunta Lio mientras los dos se miran con unas sonrisas tontas.
-Si, obvio-sonríe, ninguno de los dos puede evitar hacerlo al estar juntos.
Lio le toma la mano y la lleva hacia el ático, Lio abre la ventana donde hay un balcón y sube por una escalera de metal hasta la terraza, Ana sube detrás y él la ayuda.
-¡Es hermoso, se puede ver todo el lugar!
-Si, sos muy hermosa.
-¡Lio!-Ríe.
Lio se sienta y Ana después. El chico la abraza y mira hacia la luna, redonda y grande que los ilumina perfectamente con un toque romántico.
-Nunca pensé que podría sentirme así con alguna chica, siempre pensé que sólo eran algo... histéricas y no tenían vergüenza.
-No todas son así.
-Ya lo sé...-Se quedan callados mirándose-. Te quiero, Ana.
-Y yo. Sé que arreglaremos todo, lo sé.
-Ahora... pensemos en lo que pasa en este momento...
Lio le toma la barbilla, la acaricia con sus dedos y la acerca a su boca con lentitud, disfrutando de cada micromovimiento.
-Eres muy especial para mí-susurra ella.
-Vos sos mucho para mí-murmura él y ríen tontamente como lo están haciendo a menudo juntos.
Sus bocas se unen encajando perfectamente, moviéndose en sincronía con intensidad y dulzura, apasionadamente pero con ternura también.
-Sos muy especial-dice él.
-Yo lo dije recién-ríe.
-Es que siento lo mismo que vos, no sé si está mal o está bien.
-Se siente bien y mal a la vez.
-Como sea, yo sólo sé que te quiero, y mucho.
-Y yo sólo sé que mucho más.
-No, yo...
-Yo...
-Yo...
-Yo...
-Vayamos abajo.
-¿Volveremos? Es hermoso acá arriba.
-Vos lo sos más, pero si querés volver...
-Tonto.
-Muy.
-Sin duda.
-Te quiero-dice él con su típica sonrisa derretidora.
-Y yo.
Se dan otro beso.
-Bajemos.
-Apuesto a que quieres ir primero para verme desde abajo, Lio.
-Yo no soy así.
-Eso espero.
-No arruinés el momento-la abraza por la cintura-, quiero besarte, mucho.
Al bajar, Ana entra a su pieza.
-Te quiero-le dice Lio antes de que ella cierre la puerta.
-Yo también te quiero-le besa la mejilla y cierra la puerta.
Otros minutos en que él se queda viendo idiotizado la puerta cerrada.
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Si este capitulo llega a los 20 votos subo el capitulo 6!🙈❤😚
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