#01
La pequeña Star, tan adorable que poseía un hermoso y elegante vestido de color turquesa, corto hasta las rodillas y un tanto pegado. Pero era muy cómodo. Zapatos negros con calcetas enrolladas. Su pelo estaba suelto y ondulado que le llegaba hasta un poco mas de los hombros. Su rostro era perfecto y natural.
Caminaba por las calles seguras de San Francisco, detrás de ella, a unos dos metros estaban dos enormes guardaespaldas vestidos de negro y vigilando la muy atentamente.
La pequeña niña caminaba con tranquilidad y sonriendo. Aunque por dentro quería desacerse de aquellos hombres que la vigilaban.
Se paraba cada vez que tenía que cruzar la calle, miraba al semáforo, miraba arriba y abajo y no faltaba el mirar a los dos lados antes de cruzar la calle. Una que otra paloma volando. La gente haciendo cosas muy aburridas o algunos pegados en sus móviles.
No había nada que logrará llamar su merecida atención. Y apenas llevaba 10 minutos caminando.
Aunque por fin, algo logró captar su atención. Al principio fue curiosidad y no había tanta emoción, cuando se acercó fue algo increíble para la pequeña.
En una parte de un parque, había un pequeño montonsito de gente, unas 10 o 15 personas de más de 16 años. Callados pero mirando con inquietud y asombro aquello que muy pronto será mencionado.
Una pequeña mesita y encima de esta un mantel rojo con unos objetos algo pequeños y usados en la vida cotidiana, como un vaso, moneda o algunos finos trapos.
Pero lo que en realidad era el centro de atención era el chico que parecía estar haciendo algo muy llamativo.
Star se paso entre la multitud, por suerte era algo bajita y logró pasar entre las piernas de los mayores, aunque estos no le prestaron atención.
Los guardaespaldas la miraban desde lejos ya que sabían que ella quería estar lejos de ellos por unos pequeños momentos disfrutando de lo que sea que este pasando.
Star miraba al chico que no parecía más de 14 años, usaba una ropa un tanto común pero a su estilo. Una playera de rojo oscuro con un signo en ella, un estrella. Pantalones cortos hasta las rodillas de color verde oscuro. Y zapatos del mismo color. Su piel era pálida. Su pelo era de un hermoso salmón. O también podría describirlo como un color rojizo.
Star miraba con entusiasmo lo que hacía el chico, los ojos de la menor mostraban ilusión y brillo. Parecía un poco embobada. Su sonrisa era encantadora.
Por parte del chico que era el centro de atención, el solo enseñaba sus trucos de magia, cuando noto una presencia más entre la multitud; al principio le dio igual, aunque cuando la logró ver bien, cambio de pensamiento.
La niña era muy bonita. Alegre, llena de ilusión, emocionada y su sonrisa... sus ojos... adoraba el tener la atención de aquella niña.
Era muy extraño lo que pensaba. ¿Desde cuando a el le importaba ese tipo de cosas?
¿Desde que momento empezaba mostrar un poco de interés por alguna niña? ¡Y mucho menos siendo menor que el!
Al terminar el "show" muchos se fueron asombrados con los trucos del chico que aún eran un tanto sencillos y repetitivos. Aunque para Star eran más que eso. Ella creía que el chico era realmente un mago muy bueno. Estaba más que asombrada.
La gente ya se había ido, quedando nuevamente el chico sólo mientras recogía las cosas. Sus trucos por el momento eran con naipes, monedas y algo relacionado y un poco sencillo.
La mesita eran de esas que se podían doblar hasta hacer que acabiera en una bolsa de plástico negra, aunque la bolsa también a era un tanto grande. Pero antes de que el chico se fuera, alguien impidió su andar.
-¡Oye! Lo que hiciste fue algo ¡Estupendo! ¡Eres asombroso! - decía la rubia emocionada y muy animada, observando al más alto. Con una enorme sonrisa adorable.
-Ehm... muchas gracias... - contestó un poco nervioso. El siempre resivió muy buenos alagos de mucha gente, pero escuharlo de ella era algo distinto... algo...
-Eres Especial. - comentó la menor con los ojos cerrados y aun sonriendo muy contenta.
El chico sintió que aquellas palabras eran muy sinceras.
-¿Especial? - se atrevió a preguntar confundido y mirando perdidamente a la menor. Deteniendo su andar. Admiraba aquellos bellos ojos azules, más hermosos que el mismo cielo lleno de nubes. La pequeña asintió sin quitar su sonrisa que transmitía Buenas vibraciones.
-Sabes eres asombroso. Haces ver que la magia realmente existe. - dijo ella en un tono más natural y casi formal.
-Para mi la magia sólo existe para aquellos que creen en ella. La práctico desde hace un año. - comentó el chico sin mucho interés pero... con una sonrisa adornando sus labios.
-Jejeje, es bueno verte sonreír sinceramente. Ojala pueda ver más magia tuya. Me agradas mucho... -
-¿Encerio? - pregunto sin poder creérselo.
-¡Claro! Pareces alguien genial. ¿Cómo te llamas? - pregunto con interés la rubia.
El chico lo pensó por un momento. Se sentía confundido pero le agradaba la compañía de la menor... era muy extraño.
-Me llamo Tomas. Pero me dicen Tom. - contestó un poco más animado.
-¡Un gusto Tom! Mi nombre es Star. Espero que seamos muy buenos amigos. Encerio eres alguien que parece sorprendente. - admitió la chica sin dejar de admirarlo. Tom parecía caerle muy bien.
-Jejeje lo mismo digo Star... - dijo este mas confiado y alegre. - Y.... - se detuvo por un pequeño momento para pensar en un tema de conversación. - ¿Estas con tus padres?¿Donde están ellos? - pregunto un poco interesado. Mientras observaba las facciones de la pequeña.
A primera vista parecía una chiquilla traviesa, juguetona, divertida y quizás agradable. El chico no se percataba de la presencia de los guardaespaldas, en cambio, los dos hombres de traje sólo observaban un poco alarmados la situación.
Aunque Tom se veía bastante despreocupado.
-Mis padres están trabajando. Y no me dejan salir mucho, y cuando lo hacen es por poco tiempo. - explicó la menor un poco sería pero ansiosa por poder conversar tranquilamente con alguien.
-¿Te dejan salir sola? - pregunto un poco preocupado. La niña era parecía más joven que el y no era del todo segura salir sola. Vio como Star negó con la cabeza, y de cierta forma se veía tierna.
-No. Mandan a unas personas a vigilar me. Son unos aguafiestas. - dijo haciendo un puchero y cruzándose de brazos. - Ellos dicen que es muy peligroso andar sola por ahí. -
-Pues la verdad es cierto. - dijo con razón. Los hombres de traje (guardaespaldas) ya se encontraban detrás de la pequeña a medio metro de distancia. Aunque Tom no se sintió intimidado. - ¿Son ellos?- dijo mientras los señalaba curioso.
-Si. Se que uno de ellos se llama Martin. El problema es que no se cual de los dos es. Ah y también se que son varones. - dijo con gracia e inocencia. Haciendo que Tom le pareciera algo torpe pero graciosa la niña.
-No eres de aquí. ¿verdad?-
-No... vengo de otro lugar. - dijo ella con su carismática sonrisa.
-Perdón por interumpirlos pero es hora de que nos vayamos Star. - dijo un de ellos en voz firme pero amable. Mirando asesinamente a Tom.
Ambos hombres pensaban que el chico aún no era de confianza.
-Uffff.... - se quedo la pequeña con el ceño fruncido. Y susurró - Te dije, son aguafiestas.
-Jajaja Claro. - río con toda la tranquilidad del mundo. Aunque por una parte le entristecía que la pequeña ya se fuera.
-¿Cuando y en donde volverás hacer magia? - pregunto emocionada, quería volver a ver a su único amigo. Aunque no supiera mucho de él.
-Em... el sábado a la misma hora. Mismo lugar. ¿Vendrás? - preguntó ilusionado sin quitar esa sonrisa ¿boba?
-¡Por supuesto que sí! No faltare nunca a tus shows. Me tengo que ir. Adiós Tom. - se despidió con una alegre y encantadora sonrisa.
-Adiós... Star... - dijo mientras hacia un ademán con la mano, la señal de despedida. Y veía por donde se iba la pequeña rubia acompañada de aquellos dos hombres.
Y Tom logró escuchar un poco de lo que Star le decía aquellos dos hombres.
-Bueno... ¡Martín prepara me un helado de choco menta al llegar a casa! - Chillo la pequeña mientras veía al hombre que estaba a su izquierda.
-Jovencita... Yo soy Pablo. - contestó el hombre un tanto apenado por la confusión de la pequeña.
-Okey Okey, entonces el helado lo comemos en un establo. - dijo la pequeña animada, ignorando su error al confundirlos.
A Tom se le escapó un pequeña risa inconcientemente.
-Oh si, tengo que regresar. - dijo para volver de nuevo a la realidad.
Y cargando la enorme bolsa donde traía sus materiales.
Cuando Star llegó a la casa (más bien mansión) le dieron su helado y el establo(?) Ella estaba muy contenta ya que al fin , después de tres largas semanas, consiguió un amigo. ¡Y era un mago! O al menos parecía uno...
Después espero a que sus padres llegarán del trabajo, cosa que ya eran al rededor de las diez de la noche y la pequeña tenía algo de sueño.
Sus padres llegaron y la resivieron con un abrazo cariñoso.
-¡Papá!¡Mamá! ¡Hice un amigo! ¡Y es asombroso! - grito la pequeña emocionada por contárselos a sus padres.
La madre miro dudosa a uno de los hombres que cuidaban a su hija, y les tenía mucha confianza.
-¿Así hija? ¿Por qué? - pregunto la bella mujer de 32 años.
-¿Un amigo varón? Mmm... - dijo el padre poniéndose un poco celoso. Poseyendo la misma edad que su esposa.
-¡Si! El es espectacular... ¡¡¡¡Sabe hacer magia de verdad!!!! Me cae muy bien. Además.... -y empezó a explicarles los trucos que hizo Tom.
-¿Tom? - dijo su madre dudosa.
-Si así se llama. Es mi primer amigo. - dijo la pequeña orgullosa y alegre.
-¿Y cuantos años tiene?- pregunto su padre un tanto "sobre-protector" y enojado.
-Am, pues el tiene... - y ahora se sentía tan tonta por no saber mucho de él. - Losiento... solo se que se llama Tom, que es increíble con la magia y que... Es un varón. -
Tanto los padres como los hombres de traje se golpearon la cara mentalmente, sintiéndose un poco irritados o ingenuos.
-Jajaja bueno... ¿Y si mejor nos vamos a domir? Pareces muy cansada. - dijo su padre mirándola con ternura.
-Si papi. -
Se despidió de ambos adultos y fue a su cama para descansar. Y sus sueños eran muy extraños y coloridos. Siempre habría arcoiris, cachorros láser, dulces y nubes rosas. Pero así ella era feliz.
Sus padres hicieron unas cuantas cosas antes de irse a la cama, discutiendo también lo del "nuevo amigo" de su querida hija.
-Cambiando de tema... - hablo su esposa.
-¿Si?-
-En unas semanas tenemos que ir a una reunión muy importante para hacer más amistades. Es una reunión formal. - dijo sería y preocupada.
-¿Cual es el problema? - pregunto sin entender mucho lo que sucedía.
-Qué ese una reunión Familiar. - contestó haciendo comillas en la palabra Familia.
-Oh No... -
Ambos adultos sabían la gran responsabilidad y cuidado que se tomaban cada vez que llevaban a su hija a esas reuniones. La ultima fue hace dos años y como siempre, era muy muy imperactica. Demasaido alegre que, casi siempre había un desastre detrás de ella.
Aunque ya ha crecido y quizás ya no sea así... tendrían que hablar seriamente con ella sobre eso.
-Tiene que aprender a comportarse como un dama. - dijo la mujer sería.
-Ya lose cariño. Pero apenas es una niña, déjala vivir su juventud. No siempre se puede volver hacer un niño. - dijo su esposo de manera sutil.
-Cómo sea... -
Tres días después.
Sábado llegó al fin, y la pequeña estaba más que lista para ir a ver el deslumbrante show. Traía un hermoso vestido blanco con bordes azules, su botas blancas y su pelo lo llevaba suelto.
Por parte de Tom... Estaba más emocionado que de costumbre.
Esta vez había menos gente que el día anterior, y la verdad no le importaba. Los trucos serían un poco diferente.
-Es hora de comenzar... - dijo Tom mientras empezaba a alistarse.
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El capitulo duro exactamente 2003 palabras. Em, perdón si no les va gustando como queda o por el hecho de que aquí Tom y Star no son personas "mágicas". Al principio pensé en hacerlo pero luego me dije "quiero algo distinto" y pues shamm...
Recuerden que primero es amistad y luego ****
Bye!
Veré cuando subo el próximo capítulo.
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