Defendiendo a un amigo
Nos encontramos en las calles de Orario dónde dos amigas de la familia Loki caminaban tranquilamente sin preocupación alguna.
Ellas eran Alicia y Aki las cuales tenían como objetivo el calabozo como era costumbre.
Ya habían pasado dos días desde que tuvieron esa mini exploración junto con Bell y desde entonces no lo habían vuelto a ver aunque por alguna extraña razón sentían que pronto ese albino aparecería frente a ellas.
-¿Acaso nuestra única forma de divertirnos es explorando el calabozo? -se quejo Alicia de su rutina muy repetitiva-. Podríamos ir a alguna tienda de ropa o a cualquier otro lugar.
-no te quejes Alicia que si sigues de perezosa Lefiya te quitará tu puesto al cien por ciento -advirtio Aki observando como ambas se acercaban a la torre de Babel.
Ante la mención de Lefiya, Alicia frunció levemente el ceño.
No le caía mal su compañera elfa pero se sentía humillada por ella al ver cómo todo su esfuerzo se fue al carajo cuando ella entro a la familia y Riveria aclaro que ella sería su sucesora.
El puesto por el que había estado luchando por años fue rápidamente arrebatado por una recién llegada y eso no le gusto.
Así que todos los días se esforzó mucho más en su entrenamiento con la esperanza de hacerse más fuerte para que Riveria la reconociera.
Aunque parecía que eso aún estaba muy lejos que sucediera.
-tienes razón, no es momento de descansar -susurro con una expresión de determinación decidida a hacerse más fuerte.
-ese es el espíritu -dijo Aki con una pequeña sonrisa-. Yo también tengo que hacerme más fuerte, tengo que llegar a primera clase.
-de todos los niveles 4 tú eres la más cercana al nivel 5 -dijo la elfa un poco celosa-. Aunque es normal por la gran cantidad de tiempo que te la pasas en el calabozo.
-no exageres, Ais se la pasa mucho más tiempo que yo en el calabozo -dijo recordando a su compañera rubia con un gran odio hacia los mounstros.
-bueno, eso no te lo voy a negar -concordó con una sonrisa nerviosa-. Ahora que hablamos de niveles, me preguntó que tan lejos estará Bell del nivel dos.
-muy lejos -respondio Aki-. Apenas lleva dos semanas como aventurero, estoy segura que no tiene aún cien puntos en sus estadísticas.
-que mal, así le será muy difícil llegar a su objetivo -dijo la elfa sintiendo lastima aunque después fue reemplazado por una sonrisa juguetona-. Ya sabes mucho de Bell ¿Verdad? No sabía que eran tan cercanos.
-no comiences Alicia -dijo con fastidio.
-pero es la verdad, a penas lo conoces y ya lo tratas como a Raúl, sin duda alguna su conexión fue instantánea -dijo con un tono de voz de burla.
-simplemente Bell es un chico muy agradable, es imposible no llevarse bien con él -dijo recordando las veces que había hablado con el albino terco.
-bueno eso no te lo puedo negar, hasta a mí me cayó bien -dijo recordando el momento en el que lo conoció, un chico asustadizo y muy tímido, una personalidad linda según la elfa-. Hubiera sido genial que estuviera en la familia.
-no me imagino como lo hubiera tratado Bete si estuviera en nuestra familia -dijo con desagrado recordando al lobo-. Pero si, hubiera sido divertido, una lastima que no se pueda.
Así las chicas sin darse cuenta por estar platicando del conejo novato llegaron a la entrada al calabozo.
-muy bien Alicia, será como siempre -dijo estirando sus músculos.
-llegar al piso 17 y regresar a la superficie, lo tengo -dijo acomodando su espada.
Ambas se miraron mutuamente para después asentir lista para entrar al hogar de los mounstros.
Pero antes de dar un paso pudieron ver a lo lejos, al otro extremo de la entrada como su recién amigo albino bajaba hacia la mazmorra con una mochila un poco más grande en sus hombros.
Podían notar en su rostro una expresión de determinación como si estuviera a punto de hacer un gran hallazgo.
-mira, es Bell -dijo Alicia viendo como el albino bajaba lentamente los escalones.
-si, parece que otra vez va a traer plantas medicinales -susurro viendo el blanco rostro del conejo-. El se esfuerza mucho por su familia, eso es admirable -elogio con una pequeña sonrisa.
-tienes razón, me pregunto en dónde se encuentra la farmacia que nos comentó -se pregunto con un dedo en la barbilla.
-puede ser cualquiera, hay muchas familias dedicadas a las pociones hoy en día.
En ese momento ambas pudieron observar como accidentalmente Bell choco con un aventurero que iba saliendo de la mazmorra.
-¡Fíjate por dónde vas pedazo de idiota! -le grito el hombre con un tono enojado.
-l-lo s-siento -se disculpo rápidamente asustado.
El hombre con una expresión enojada se dió media vuelta continuando su camino.
-parece que tipos idiotas como él abundan hoy en día -dijo Alicia con disgusto por como trato ese hombre a Bell-. Me hubiera gritado así y le rompo la cara.
-si, pero es de Bell del que estamos hablando -dijo Aki también un poco disgustada por el trato que recibió el conejo-. Él es muy amable, dudo mucho que sea capaz de levantarle la voz a alguien más de esa manera.
-tienes razón -concordó Alicia-. Bell dejaría de ser Bell si se comportará de esa manera.
Ambas dirigieron otra vez su mirada al albino el cual después de recuperarse del susto siguió su camino solo que está vez más alerta para no volver a chocar con alguien.
-¿Lo seguimos? -pregunto la elfa con una sonrisa divertida.
-¡Claro que no! -se nego rápidamente Aki-. No somos unas acosadoras ni nada por el estilo.
-no lo decía por eso -dijo viendo hacia la entrada de la mazmorra-. No lo sabemos, quizás Bell cometa otra imprudencia y se adentre a pisos que aún no domina, ya sabes cómo es.
Ante esas palabras Aki abrió sus ojos levemente sorprendida.
-ahora que lo mencionas -dijo con un dedo en la barbilla recordando las veces que Bell cometió la misma estupidez, conociendolo probablemente lo volvería a hacer solo para llevar más plantas medicinales a su familia-. Esta bien, lo seguiremos pero solo para estar seguras que no entrará a un piso que no sea de su nivel.
-bien, bien -acepto Alicia con una pequeña sonrisa al ver lo fácil que fue convencer a su amiga-. Aki, tú interés por él no es normal -penso con diversión.
Asi ambas con la decisión ya tomada empezaron a seguir al conejo unos cuantos metros alejadas de él para que no notara sus presencias aunque no es como si pudiera.
-hoy recolectare muchas plantas medicinales, no puedo decepcionar a Nazza-san -susurro el albino llegando al primer piso de la mazmorra listo para enfrentarse a los mounstros-. Tengo que hacerme más fuerte.
De las paredes de la mazmorra empezaron a nacer unos cuantos goblins los cuales al ver a Bell se pusieron en pose de batalla.
-aun me falta un enorme camino por recorrer para llegar a mi objetivo pero no me rendiré -penso con determinación lanzándose al ataque.
Mientras Bell mataba a los goblins que se encontraba en el camino y recogiendo una que otra planta medicinal que se encontraba por allí a lo lejos Aki y Alicia lo seguían silenciosamente.
-ahora que me doy cuenta -dijo la elfa viendo cómo Bell mataba a un goblin-. Sus movimientos con la daga son malos.
-muy malos -corrigió Aki viendo cómo Bell casi recibe una puñalada en su brazo por un descuido-. Es más que obvio que antes de venir a Orario no tenía ninguna experiencia con un arma, hace movimientos innecesarios y deja muchas aberturas, es muy descuidado, tal vez con los mounstros no haya casi problema pero si un aventurero lo ataca es una derrota clara para él.
-bueno Bell es un pan de dios así que dudo que un aventurero lo ataque -dijo Alicia sin preocuparse.
-yo no estaría tan segura -dijo la gata con una expresión sería-. Tú sabes muy bien como son los aventureros, a ellos no les importará lastimar a los demás solo para cumplir sus objetivos, incluso lastiman a otros aventureros solo por mera diversión y Bell siendo tan inocente y amable está muy propenso a qué le suceda eso, después de todo ese tipo de personas son el objetivo de los matones.
La expresión despreocupada que tenía Alicia fue cambiada a una de preocupación por lo dicho por su amiga.
-tienes razón, Bell no puede seguir de esa manera -dijo con un dedo en la barbilla-. ¿Que propones Aki?.
-¿Que propongo? -dijo sin entender.
-¿No es obvio? Bell es nuestro amigo, incluso tú lo conoces desde antes que yo lo conociera, no podemos dejarlo a su suerte, quizás darle unos pequeños entrenamientos para que sea mejor con la daga le puedan servir -propuso la elfa-. Después de todo será para su propio bien.
-pues la verdad no es mala idea pero no estoy muy segura, nuestros superiores se pueden enojar por entrenar a un miembro de otra familia.
-pero si Bell no representa ningún peligro, proviene de una familia dedicada a la medicina, eso no le hace daño a nadie -dijo Alicia creyendo absurdo que sus superiores se enojaran solo por eso.
Mientras ambas chicas discutían del tema a unos veinte metros de ellas estaba el albino recogiendo plantas medicinales.
-siento que alguien está hablando de mi -penso el conejo con una sensación extraña-. Siento que están decidiendo mi destino.
Volviendo con las chicas.
-esta bien, lo entrenaremos -acepto Aki al ver que no había ningún problema-. Le tendremos que enseñar todo lo básico con la daga y quizás con la espada.
-podriamos enseñarle un poco con cada arma, aparte de la espada soy buena con el arco y las lanzas -dijo Alicia emocionada.
-estas muy emocionada por esto -dijo con gracia.
-pues claro, Bell será mi primer alumno, podré saber por mi misma que se siente ser maestra.
-no te ilusiones, aún falta saber si el aceptara entrenar con nosotras.
Ambas dirigieron su mirada al albino el cual seguía caminando tranquilamente por el piso 4 hasta que se detuvo a cortar más plantas medicinales.
A solo unos pasos de él ya se encontraba la entrada al piso 5.
-si baja al piso 5 le daré un sermón -susurro Aki sabiendo que Bell aún no dominaba ese piso.
-pareces su mamá -rio Alicia por lo bajo.
A lo lejos Bell miraba desilusionado la poca cantidad de plantas que había recolectado.
-ya llegue al límite que se me permite y no he logrado recolectar ni la cuarta parte de lo que me pidió Nazza-san -susurro el conejo decaído-. Quizás debería ir al piso 5.
-usted no aprende verdad -penso Aki la cual había escuchado claramente los susurros de Bell.
-parece que tendremos que hacer equipo con él otra vez -dijo Alicia con emoción.
-si y de paso tendré que corregirlo por imprudente -dijo con el ceño fruncido.
Ambas al ver que ya no tenía sentido seguir escondiéndose decidieron salir de su escondite para saludar a su amigo albino y de paso ofrecerle su ayuda.
O esa era la idea ya que fueron interrumpidas por unos pasos al otro extremo del piso, pasos los cuales se estaban acercando a Bell.
-pero miren quien tenemos aquí.
Bell se asusto un poco al escuchar una repentina voz cerca de él.
Rápidamente dirigió su mirada a ese lugar al igual que Aki y Alicia las cuales aún seguían escondidas.
Eran tres hombres que aparentaban tener entre 30 y 35 años de edad, cada uno con una armadura y una espada.
Aki y Alicia no sabían quienes eran pero Bell si el cual solo pudo bajar la mirada nervioso al ver a los tres hombres.
-¿Quienes serán? -se pregunto Alicia al ver cómo los hombres se acercaban a Bell-. ¿Serán sus amigos?.
-no creo que sean sus amigos -susurro Aki al ver la expresión nerviosa del albino.
-asi que al final conseguiste una familia -dijo uno de los hombres el cual parecía el líder parándose frente a él mientras los otros dos se ponían al lado de Bell.
-s-si -susurro nervioso por la presencia de ellos tres sintiendose incómodo y asustado.
-que mal y yo que planeaba darte trabajo en la familia para que limpiaras mis zapatos -dijo otro de los hombres dándole unas palmadas un poco fuertes en la cabeza a Bell.
Obviamente está acción hizo que ambas chicas escondidas fruncieran el ceño con disgusto.
-¿Limpiar sus zapatos? ¿Quién se cree? -dijo Alicia enojada apretando su espada.
Mientras Aki solo se mantenía en silencio observando todo con una expresión sumamente sería.
-¿Q-que quieren? -pregunto Bell ya queriendo que los tres tipos se fueran de allí.
El los conocía, los recordaba perfectamente.
Cuando aún no tenía familia Bell le pidió a esos tres hombres que lo dejarán unirse a la suya.
Obviamente como había sucedido anteriormente estos lo rechazaron pero no solo se quedaron allí.
Le robaron todas las cosas que cargaba y lo golpearon hasta cansarse sin que él pudiera defenderse y más aún ya que los tres eran nivel 2.
Después de eso lo tiraron en un bote de basura burlándose de él diciéndole que solo era un niño inútil que jamás sería aceptado en una familia.
Recordar ese día le dolía mucho a Bell, fue la primera vez que unas personas lo golpearon tanto demostrándole que Orario no era un lugar tan increíble como se lo pintaba su abuelo.
-me sorprende que un inútil como tú haya conseguido una familia -se burlo uno de los hombres empujándolo levemente para intimidarlo-. Pensé que ya estabas comiendo ratas de los callejones para sobrevivir.
-es más que obvio, lo acepto ese Dios que no tiene ni para comer junto con su perra hija -dijo el líder con una horrenda sonrisa.
-¿El Dios Miach? Bueno si este idiota es un inútil era obvio que el Dios también lo sería.
-al menos esa chica mitad perra está buena -dijo el otro con lujuria.
Al escuchar como esos tres tipos hablaban mal de su dios y su capitana hizo que Bell se empezará a enojar al igual que Alicia y Aki al escuchar como se burlaban de su amigo.
-K-Kami-sama es el mejor dios que he conocido y N-Nazza-san es una chica muy amable, ella es una buena persona, n-no hablen así de ellos -susurro Bell apretando sus puños por la frustración que sentía.
Frustración porque sabía que el no era rival para ellos ya que eran nivel dos y el solo un novato de nivel uno, si se enfrentaba a ellos sería completamente apaleado.
-¿Ah? Habla bien pedazo de idiota que no te escucho -dijo el líder tomando con fuerza el cabello de Bell tirandolo hacia arriba casi arrancando su cabello-. ¿Porque te enojas? Tú dios es solo un inútil, lo que debería de hacer es mandar a esa hija que tiene a trabajar al distrito del placer, estoy completamente seguro que allí ganara dinero a montones gracias a ella ya que solo para eso serviría esa chica.
-y nosotros seríamos sus primeros clientes -dijo el otro con una sonrisa perversa imaginándose a Nazza.
Bell ya no podía soportar que hablarán mal de su Dios y capitana los cuales fueron los primeros que lo trataron bien y lo aceptaron en su familia dándole la oportunidad de poder cumplir su sueño.
-hey, presentanos a esa chica y quizás te perdonamos la paliza que teníamos planeado darte -dijo el líder poniendo su mano en el hombro de Bell-. Solo dile "capitana, te traje unos clientes para que les sirvas está noche".
Bell ya con su enojo al máximo levanto su puño lanzando un puñetazo con toda su fuerza en dirección al rostro del tipo.
Pero como era obvio su puño fue detenido por él por la diferencia de niveles.
-¡Estúpida basura! ¡Entonces recibe las consecuencias!.
El hombre lleno de enojo le propinó un fuerte golpe al conejo en su estómago sacándole todo el aire haciendo que cayera de rodillas por el dolor.
-¡Idiota! -grito otro dándole una patada en el rostro reventándole uno de sus labios.
Obviamente está acción no le gusto ni un poco a ambos chicas que estaban escondidas las cuales ya habían perdido la paciencia y estaban hirviendo de la ira.
-les voy a cortar la cabeza -susurro Alicia con una vena en su frente sacando su espada.
-opino lo mismo -susurro Aki con la mirada oscurecida por el enojo que sentía en ese momento.
Mientras Bell solo tenía unas pequeñas lágrimas en sus ojos por lo inútil que se sentía en ese momento al ver que los tipos se estaban preparando para darle una paliza, ni siquiera podía defender a su dios y capitana de las palabras de esos idiotas.
-te lo dijimos ese día, tú no sirves para ser aventurero, solo eres un inútil y una carga para los demás -dijo el hombre tronando sus nudillos preparándose junto a sus dos compañeros para darle una paliza a Bell-. Será un milagro si sobrevives a esta paliza.
Pero antes de siquiera lanzar el primer golpe un puño a gran velocidad se enterró en su rostro rompiendole todos los dientes junto a su nariz para después estamparlo en la pared por la enorme fuerza que cargaba ese golpe.
Un enorme crater se formó en la pared por el impacto del cuerpo del hombre que hace unos segundos iba a golpear a Bell.
-¿Q-que? -dijeron los otros dos tipos desconcertados al ver cómo su capitán caía al suelo medio muerto.
Bell solo pudo mirar con sorpresa como ese tipo estaba en el suelo con todos sus dientes, nariz y mandíbula rota a puras penas conciente.
Lentamente Bell levanto su mirada para ver quién había sido la persona que lo salvó de su trágico destino.
-A-Aki-san -susurro el albino al ver la hermosa chica frente a él.
-¿Q-quien eres tú? -tartamudeo uno de los hombres entre enojado y asustado.
-se metieron con el chico equivocado pedazos de mierda -dijo Aki con clara irá en su tono de voz.
-¡Maldit........
Antes de que el tipo completará su insulto fue silenciado por un corte limpio con una espada en sus genitales haciendo que cayera al piso gritando de dolor.
-tipos como tú me dan asco -susurro Alicia recordando como se había expresado ese tipo de la capitana de Bell-. Tendré que lavarla con desinfectante cuando regrese a la sede -dijo viendo su espada manchada con la asquerosa sangre.
-A-Alicia-san -susurro Bell viendo con sorpresa a ambas chicas las cuales habían dejado en K.O a los dos tipos en cuestión de segundos.
El otro hombre al ver que sus dos compañeros estaban en el suelo decidió huir como el cobarde que era.
-¿A dónde vas? -pregunto Aki desapareciendo en un parpadeo.
El hombre desconcertado y asustado observó por todos lados buscando a Aki con su mirada.
Pero sin darse cuenta Aki apareció detrás de él propinandole una poderosa patada en su estómago destruyendole muchas costillas en el proceso haciendo que atravesara la pared de la mazmorra.
-basuras -murmuro Aki con desprecio a los tres hombres-. Ahora el siguiente.
Bell solo pudo mirar aún sorprendido como Aki caminaba tranquilamente hacia el primer tipo que golpeó.
El líder del grupo el cual aún estaba conciente solo pudo ver con miedo como se acercaba esa chica con la mirada oscurecida.
-p-pe-perdon -se disculpo con dificultad el hombre por la mandíbula rota.
-no quiero tu perdón, solo te diré esto una vez maldita escoria -dijo Aki viendo al hombre como si fuera la peor basura del mundo-. Que está sea la última vez que te miro cerca de Bell, si le llegas a hacer daño otra vez o lo insultas a él o a su familia te prometo que te cortaré en miles de pedazos para después dárselos a los mounstros del calabozo ¿Entendiste? -amenazo viendo con enojo al asustado hombre él cual era un milagro que no se haya orinado aún.
Cómo respuesta recibió un asentimiento desesperado de parte de él.
-eso espero -fue lo último que dijo para después darle una poderosa patada en el rostro dejándolo inconsciente y agrietando el suelo por el impacto -. Y terminamos.
-estos tipos eran despreciables -dijo Alicia con desagrado.
Ahora con los tres tipos fuera de combate Bell solo miraba sorprendido a ambas chicas las cuales lo salvaron.
Hace un momento estaba a punto de ser apaleado por esos tres y ahora esos tres estaban en el suelo completamente inconscientes y uno desangrándose de sus partes nobles.
-¿Te encuentras bien Bell? -contraria a la voz que utilizó Aki cargada de irá hacia los tres tipos está vez fue una voz amable y con un tono de preocupación acercándose al chico.
-¿Necesitas una poción de curación? -esta vez fue la dulce voz de Alicia la cual también tenía preocupación.
-y-yo....
Bell no sabía cómo sentirse en ese momento, había un sin fin de emociones que sentía en ese momento pero las que más resaltaban era la felicidad y vergüenza.
Feliz por qué ambas chicas lo ayudaron de ese trágico destino y avergonzado por recibir ayuda de ellas quedando como un inútil que no pudo defenderse.
Era más que obvio que a Bell nunca le gustó recibir ayuda, lo hacía sentirse como un estorbo para los demás teniendo un sentimiento de inconformidad.
Obviamente esto fue notado por Aki la cual sonrió levemente al saber que es lo que estaba pensando Bell y no iba a permitir que se sintiera de esa manera.
-se lo que estás pensando Bell -hablo la gata captando la atención del conejo-. No te sientas un inútil por haber sido ayudado, es muy normal recibir ayuda de los demás cuando no puedes con algo, aparte que estás basuras eran nivel 2, por más que quisieras no hubieras podido ganar la batalla pero aunque sabías eso defendiste a tú dios y capitana y esa actitud no es la de un cobarde, eso es algo muy admirable Bell -elogio con una pequeña sonrisa.
Ante esas palabras y sonrisa de Aki Bell solo pudo bajar su mirada sonrojado.
-aparte que somos amigos y los amigos se ayudan entre ellos -dijo Alicia con una sonrisa amistosa.
Todo pensamiento pesimista que tenía Bell en ese momento fueron borrados por las palabras de animo de ambas.
-g-gracias, m-muchas gracias por haberme ayudado -tartamudeo el albino agradecido-. Les p-prometo que me volveré en alguien muy fuerte, alguien tan fuerte que sea capaz de pelear junto a ustedes.
-de eso no tengo duda -dijo Aki tomando la mano de Bell para ayudarlo a ponerse de pie-. Y cuando eso suceda tú mismo le darás una paliza a estos tipos como venganza.
-jejeje, lo p-pensare -respondio con una sonrisa nerviosa y un poco dudoso, él no era vengativo y eso lo sabía Aki.
-¿Y que harás ahora? -la dueña de la pregunta fue Alicia la cual tenía entre sus manos la mochila de Bell la cual tenía muy pocas plantas medicinales-. ¿Seguirás recolectando plantas medicinales?.
-m-me gustaría pero ya no hay ninguna planta en estos primeros pisos -dijo decaído por no poder cumplir el objetivo que le dió Nazza.
-entonces bajemos más pisos y recolectemos muchas más -dijo Aki dándole unas pequeñas palmaditas en la espalda al albino.
-¿Eh? P-pero.....
-no te preocupes, somos un equipo -dijo la elfa tirando la mochila hacia Bell el cual a puras penas la pudo atrapar.
-¿Que esperas? Hay que empezar la exploración -dijo Aki tomando el brazo del conejo para empezar a arrastrarlo-. Esta vez te dejaremos unos cuantos mounstros para que los mates, así ganarás excelia y te harás más fuerte.
-no te preocupes, si las cosas se ponen complicadas nosotras te ayudaremos -tranquilizo Alicia intentando limpiar su espada con una hoja del calabozo.
-e-esta bien -acepto Bell siguiendo a ambas chicas-. Pero ¿Que pasará con esos tres? -pregunto señalando a los tres hombres inconscientes en el suelo.
-dejalos -respondio Alicia sin tomarle importancia.
-ellos tienen la culpa por estar durmiendo en el calabozo -dijo Aki caminando a la par de su amiga elfa.
Mientras Bell solo podía ver con sorpresa la espalda de ambas las cuales caminaban tranquilamente frente a él.
El en ese momento lo supo, ellas se habían convertido en sus primeras amigas de Orario aparte de Nazza.
Desde el momento que las conoció no habian echo otra cosa más que ayudarle sin pedirle nada a cambio, sin segundas intenciones ni nada por el estilo.
Todos los demás aventureros que eran superior él, incluso los de su mismo nivel lo despreciaban por ser débil...
Pero ellas no, ellas lo aceptaron a pesar de que eran muchísimo más fuertes que él, ellas decidieron hacer equipo con él aunque fuera un estorbo en sus exploraciones.
Poco a poco una pequeña sonrisa de felicidad se fue formando en su rostro viendo a ambas chicas.
-mis preciadas amigas -penso con un sentimiento cálido dentro de él-. Me volveré muy fuerte para que la próxima vez yo sea el que las proteja -penso lleno de una gran determinación.
-¡¿Que esperas Bell?! ¡Apresúrate! -grito Aki a lo lejos junto con Alicia.
-¡Aki dice que si logras matar a un Orco te dará un beso en la mejilla! -exclamo la elfa con un tono de burla.
-¡I-idiota, yo no he dicho eso! -grito enojada y sonrojada intentándo dar un golpe a su amiga pero está lo esquivaba en el último momento.
-jeje -rio Bell al ver la escena frente a él corriendo hacia ellas para caminar a su lado.
Desde ese momento Bell supo que sus días en Orario ya no serían tan miserables al lado de ellas dos.
Sus dos preciadas amigas.
===Fin del capítulo===
Bueno aquí termina el capítulo de hoy espero que les haya gustado si es así voten y comenten que les pareció ya que eso me motiva a seguir escribiendo.
El romance irá lento, no se enamorarán de la noche a la mañana, les doy aviso para que no estén esperando beso tan pronto.
Bueno sin más que decir me despido adiós cuidense y no tomen drogas.
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