Capítulo 25
Llegamos a mi casa luego de un largo festejo entre todos los chicos pero que terminó siendo un partido de despedida para Kagami, ya que se iría a Estados Unidos.
Entramos riendo por algo que conversábamos pero la luz se enciende sin que yo hiciera nada.
-¿Huh?- Miré al frente al escuchar pasos -¿Mamá... ?-
-Tadaima- Dice sonriendo un poco desanimada y culpable -Así que... Akashi Seijuro, no te veía desde hace tanto tiempo-
Normal... si siempre trabajas.
-Es un gusto volver a verla- Dice Akashi.
-¿No estabas en otro viaje?- Pregunté mientras me quitaba los zapatos y le sonreía a Akashi para que hiciera lo mismo y ambos adentrarnos más a casa.
-Luego de lo que pasó con tu padre... me di cuenta de algo... -
Llegué a la cocina y le susurré a Akashi que podía sentarse donde quiera y si quería algo de tomar a lo que me respondió que estaba bien.
-¿Ah si? ¿Qué cosa?- Pregunté mientras abría el refrigerador y tomaba agua de una botella.
-Quiero estar con mi hija-
Dejé de tomar agua y me quedé quieta.
-Me di cuenta que el haberme separado de tu padre me afectó y traté de buscar refugio en el trabajo... olvidándote... -
Guardé la botella y cerré el refrigerador aún sin mirarla.
-Quiero arreglar mi error, y volver a pasar tiempo contigo... si me lo permites... -
Me di vuelta y caminé hacia mamá plantándome en frente de ella.
Ella siempre había sido pequeña y yo ya la había alcanzado, así que estábamos frente a frente.
Sonreí sin poder evitarlo y la abracé.
-¿Ya no te irás?-
Niega con la cabeza y me devuelve el abrazo.
-Ya no-
La abracé un poco más fuerte.
-Okairi... - Dije.
Al separarnos miramos hacia Akashi quien sonreí.
-Akashi... - Él se levanta en cuanto mi mamá lo llama -Me alegra que seas tú el que esté con mi hija... -
-Al contrario, el que se alegra soy yo, no puedo pedir a una persona más maravillosa que ella-
Me sonrojé y cubrí mi rostro con una mano.
-¿Si recuerdan que sigo aquí?-
-Y es por eso que lo decimos-
Hice un puchero que hizo reír a ambos.
-¿Ya cenaron?- Pregunta.
-Si, fuimos a festejar la victoria de los chicos- Dije.
-Oh, si lo vi- Dijo ella y los tres fuimos a la sala.
Yo me senté junto a Akashi quien me abraza por la cintura mientras que mi mamá se sienta en el sofá de enfrente.
-¿Lo viste?-
-Era un partido muy importante, tenía que saber los resultados- Dice -Pero también vi los demás partidos, como los de la Copa de Invierno-
-Ya veo- Dije.
Suspiré y mi mamá comenzó a conversar con Akashi y luego los tres parecíamos estar en un ambiente familiar muy cómodo.
Me agradaba más estar así...
Pero estaba cansada y terminé durmiendome en el hombro de Akashi.
-Ya es tarde... ¿Podrías llevarla a su habitación?- Dice mamá.
Yo estaba casi inconsciente pero aún así no podía hablar o abrir los ojos.
-Claro- Dice Akashi.
Siento que me mueven cuidadosamente y al segundo me cargan y se levantan.
-Akashi, puedes quedarte si quieres, no me molesta-
-Está bien, gracias-
Akashi comienza a caminar y luego escuché la puerta abriéndose y luego cerrándose pero al segundo ya estaba en mi cama.
Me di vuelta y agarré a Akashi por la camisa y lo estiré consiguiendo que se acostara.
Se ríe entre dientes y de forma corta.
-Estás despierta ¿No?- Dice.
-Shh... los dormidos no pueden responderte- Dije aún sin abrir los ojos.
Él ríe nuevamente y besa mi frente y yo abro los ojos.
-¿Vas a cambiarte o vas a dormir así?- Pregunta levantándose y agarrando sus cosas ya que él si iba a cambiarse.
-Depende... -
-¿De qué?-
-Si me das tu camisa si, si no pues me quedo así- Dije sonriendo con picardía.
Vuelve a reír pero luego me sorprende demasiado al momento que se saca la camisa quedando con el torso al descubierto y pasándome su camisa.
Yo me sonrojé un montón y aparté la mirada, él entra al baño riendo entre dientes y yo ahogué un grito en mi almohada.
Me levanté y decidí cambiarme ya que solo necesitaba quitarme la camisa de todos modos, traía short así que no me incomodaba.
Me levanté la camisa hasta quitármela y luego me puse la de Akashi.
-Deberías tener más cuidado dónde te cambias-
Me volteé rápido hacia Akashi quien ya estaba cambiado y recostado de brazos cruzados por el marco de la puerta.
Volví a sonrojarme demasiado pero luego suspiré.
-Bueno... supongo que estamos a mano- Dije.
Él se acerca a mi y me toma de la cintura sonriendo.
Ambos regresamos a la cama y nos acostamos para enseguida abrazarnos y cubrirnos.
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