Única Parte:
La ropa de Isagi fue arrancada por él mismo desde el primer instante en el que entró a los vestidores.
Dispuesto a lavar su cuerpo pegajoso lo más rápido posible, se sacó los zapatos y enrolló sus pantalones hacia abajo descuidadamente al quitarlos. Calcetines, playera, ropa interior.
Recogió la ropa del suelo y la arrojó dentro de un casillero, habría problemas si no lo hacía, pensó.
Isagi tomó la toalla con irritación creciente, entrando finalmente a las duchas y empapándose con el agua desde el primer instante.
Sin que él lo notara o quizá cansado para prestar suficiente atención, había alguien más en las duchas. Alguien considerado "no deseado"... Resultando ser el mismísimo Michael Kaiser.
El hombre europeo, alto, rubio con el cuerpo empapado y desnudo, a excepción de una toalla propia que rodeaba sus caderas, presenció la escena desde una esquina y sintió una creciente curiosidad por algo que llamó su atención.
Se acercó descarado al casillero mal cerrado, abriéndolo de un tirón. Observó el interior, estando la ropa enrollada de Isagi y alguna que otra barra nutritiva ya caducada.
Kaiser mostró una amplia sonrisa, con una excitación que recorrió todo su cuerpo, erizando cada vello de esté. Lo pensó poco para tomar los pantalones de Isagi y desenrollar la ropa interior de este, cómo sí fuera su tan esperado regalo de navidad, revelando unas pequeñas bragas blancas usadas que emanaban el olor del propio Isagi a la distancia. Presionó la prenda erótica contra su nariz e inhaló con fuerza, disfrutando del íntimo aroma.
Meses anteriores, cierto personaje de cabello largo y rosado había convencido a Isagi en confianza de que usar bragas femeninas era una experiencia satisfactoria y que te sube el autoestima, te da mas confianza.
El pelinegro dejándose llevar por el morbo como curiosidad, aprovechó el descanso que les dieron a los jugadores luego del partido de la sub veinte que tuvieron, se dirigió a la tienda de ropa interior femenina más alejada posible, comprando más de una prenda que le gustara, sobretodo que fueran "invisibles". Cubrió su identidad con un tapabocas, capucha y ropa holgada, fingiendo un poco la voz para salir ileso.
Sería una pena que el mismísimo Isagi Yoichi, estrella de Blue Lock y al que muchos llamaban héroe, fuera descubierto comprando algo así, sin importar en el contexto que sea, podría arruinar su reputación.
Por fortuna su cutre disfraz funcionó y de regreso en su hogar con sus adorados e inocentes padres que no saben de los gustos de su único hijo, se encerró en su habitación. Con nerviosismo se probó la ropa interior femenina de colores sólidos y sin mucha variedad, siendo en su mayoría negro, blanco y gris, posando tímido frente al espejo. Isagi se sintió cómodo, aunque un poco extraño, ya que su propia imagen le emocionó.
Está de más mencionar que se acarició a sí mismo, hasta que fue interrumpido por sus propio sentido de vergüenza y pudor.
Se había prometido a sí mismo no volver a usarlas, y él mismo rompió su propia promesa al poco tiempo. No pudo evitarlo, un día sin más salió a la calle usando por debajo de sus ropas masculinas las bragas femeninas. Nadie se daría cuenta de todas formas, ¿verdad? No es como si presumiera de un enorme bulto que haga a la gente sospechar.
Cada paso sólo le provocaba más placer debido al roce de la tela contra su piel, que se había vuelto sensible. Debieron ser los nervios o la sensación nueva de portar algo diferente.
Más de un transeúnte se habrá dado cuenta de sus pequeños frotes o de su expresión placentera del joven Isagi.
Yoichi usó aquellas bragas durante muchos días. Las usó para entrenar, salidas casuales, reuniones y para estar en casa, incluso en las celebraciones decembrinas. Pronto se convirtió en una vergonzosa costumbre.
Lava esas prendas íntimas en el baño y las extiende en una mesa cerca de una ventana abierta, dentro de su propia habitación.
Ya habiendo pasado un tiempo desde que se compró sus primeras bragas, sigue teniendo aquel hábito. Claro que en ocasiones todavía sigue usando ropa interior normal de hombre, pero estando entre puros hombres tuvo la osadia de traer algunos pares de bragas al menos para dormir.
Él no podría soportar que alguien descubriera su secreto, mucho menos sus compañeros de juego. Es por eso que cuándo salió de ducharse y encontró a Kaiser frente a su casillero, palideció.
Kaiser muy gustoso sin perder la oportunidad, envolvió su duro y gran pene con las bragas usadas de Isagi. Se masturbaba con deseo enfermizo, cómo sí no lo hubiera hecho en años. Mordía su labio para reprimir sus gemidos mientras su mano se movía feroz de arriba a abajo. Líquido preseminal goteaba de su pene vigoroso y gordo, sin control alguno y sus testículos parecían querer explotar, hinchados y posiblemente llenos de semen.
Para Isagi fue demasiado. El sonido obsceno de la masturbación del hombre alemán hacían eco en la habitación casi vacía y la imagen le pareció difícil de digerir. No dormiría en los siguientes días recordando este momento, o al menos eso creyó en su ilusa cabeza.
Se quedó congelado mirando la escena con sus ojos bien abiertos. Le fue imposible apartar la mirada del pene de Kaiser, que a su parecer se veía muy grande y perfecto, su deliciosa pelvis cubierta de una capa de vello púbico rubio y como pequeñas gotas de sudor descienden desde su abdomen hasta la pelvis es simplemente una imagen tan erótica. Entonces, su cabeza se llenó de pensamientos sucios e inmorales, inapropiados. Su cara entera se puso roja y cuando menos se dió cuenta, él mismo tenía una erección también que comenzó a dolerle, además que su agujero hormigea, pulsando por atención y sus pezones se ponen duros por si solos.
Michael dejó de oler las bragas del japonés para pasarlas alrededor de su polla, frotando la tela transparente y de bonito encaje contra su hombría, llenando la del aroma de su vulgar pene y de los fluidos que comienzan a salir desde su punta, gimiendo y gruñendo en el proceso por tan satisfactoria estimulación. Luce realmente excitado masturbándose con las bragas del azabache, imaginando escenas eróticas en su propia cabeza.
Isagi tragó saliva y con el corazón latiendo con fuerza, se acercó lentamente a Kaiser por su costado, quién seguía masturbándose. Con cautela y nerviosismo, acercó su mano, colocándola sobre la de él con la intención de hacerlo parar.
Al ver la mano de Isagi, redujo su velocidad, pero no se detuvo. Se quedó en shock un momento, analizando qué es lo que estaba haciendo.
Sin embargo, aún agitado y excitado, recuperó la compostura. Una sonrisa traviesa se extendió en su rostro al ver ésta oportunidad. Tomó la mano del pelinegro con fuerza y se giró para verle a los ojos.
Isagi se sobresaltó. Apretó los dientes y frunció el ceño con molestia, intentando alejarse o decir algo. Pero no pudo. Se rindió rápidamente al notar que estaba vulnerable cuando su toalla se cayó, revelando su cuerpo desnudo.
Kaiser se burló un poco, haciendo alusión con disimulo que Isagi es un tipo afeminado o un fetichista, usando su mano para reanudar su masturbación.
Isagi abrió sus ojos lo más que pudo por la sorpresa y la vergüenza. Su pecho subía y bajaba con rapidez por el pánico e impresión, pero tampoco podía negar que le gustaba sentir el pene erecto de Kaiser bajo su toque. Su textura suave pero dura a la vez, caliente bajo su toque y la glande punzante se veía babosa expulsando un liquido transparente.
Se preguntó cómo se sentiría sí lo tuviera dentro suyo, destrozándolo y llenando lo como un animal. Pero esos pensamientos fueron erradicados por él mismo. Le reclamó a Kaiser su audacia en voz débil y temblorosa, incluso con dudas. Se le notaba el hambre con el que veía ese trozo de carne erecto y vigoroso de entre las piernas del rubio.
Kaiser no borró su sonrisa. En lugar de soltar a Isagi, le jaló del brazo y le estampó de cara contra los casilleros, tratando lo con dureza y autoridad.
Durante los partidos oficiales y entrenamientos siempre ha tenido unas inmensas ganas de follar lo hasta que olvide su nombre y no quede mas que la esencia de Michael Kaiser.
Isagi quedó en completo shock. Pero, no tuvo el coraje para seguir reclamando, a sabiendas de lo que vendría. Y siendo sinceros, lo deseaba.
Por sí mismo se deslizó un poco hacia abajo, levantando sus caderas hasta quedar expuesto. Su pequeño hoyo rosa a la disposición del hombre rubio.
Kaiser, sorprendido y satisfecho por la actitud de su presa, se deleitó con su trasero.
Observó cada detalle de lo que tenía enfrente, acercando sus manos temblorosas de la emoción, masajeando y apretando el culo de Yoichi con desespero. En poco tiempo, estaba frotando su propio pene erecto contra él.
Isagi bajó la cabeza y levantó aún más el culo, sintiendo su agujero palpitar de deseo y placer, cómo la zorra sumisa en la que se había convertido. Nuevamente los pensamientos de sentir la polla dura y pesada de Kaiser empujando dentro de él le excitó.
Estaba ahí temblando, en parte nervioso y por otra parte emocionado. Sabía en sus adentros de que sí las cosas salían bien, obtendría ese pene duro, venoso y perfecto dentro suyo cómo tanto había deseado. La adrenalina de ser descubierto tambien es estimulante, se supone que nadie debería venir a estas horas a los baños compartidos pero tampoco es un hecho imposible. No se encerraron y tampoco es tan tarde para decir que todos yacen durmiendo. Si alguien los descubre podría difundirse un rumor entre los compañeros de como estos dos se jodian tan rico y luego meterse en otros tipos de problemas.
Isagi se preparó para ello momentos antes dentro de la ducha. No sólo limpió su cuerpo, sino que llevado por la excitación del momento, también se masturbó e introdujo sus dedos dentro de sí mismo.
El aún culo aflojado del nipon se sacudía ansiando cada vez más el siguiente paso.
Kaiser se percató de ésto, echándose a reír con coquetería en su voz.
–Tan impaciente. Parece que alguien ha estado esperando ésto con ansias. Eres sólo una perra cachonda, ¿no? Yoichi... No te preocupes, estás a punto de obtener lo que quieres~
A medida que la polla de Kaiser se presionaba contra el culo medio dilatado de Isagi, este último podía sentir las caderas del otro corcoveando y chorros de líquido preseminal goteando de la punta.
Isagi gimió, empujando sus caderas hacia atrás, buscando aún más contacto para poder sentir en carne propia el pene del mayor.
Kaiser no perdió el tiempo, mordió su labio para aumentar sus aguantes y empujó su duro pene aún creciente dentro del ano de Isagi en un movimiento suave. Pero, casi inmediatamente después, comenzó a moverse.
Isagi dejó escapar un gemido aún más fuerte al descubrir la increíble sensación de ser estimulado de tal forma. Sentía la base del duro pene de Kaiser chocar contra su culo con paulatina fuerza y sus testículos chocando contra las suyos propios. Pero, en cuanto Kaiser llegó al fondo, sus movimientos se volvieron erráticos. Se retiraba hasta la punta y luego empujaba su polla carnosa tan fuerte cómo podía dentro de Isagi, hundiendo cada centímetro dentro suyo. Un pene tan largo y grueso hacía al culo de Yoichi retorcerse de puro placer, el anillo de carne sensible se expandió alrededor de la polla del alemán de forma tan erótica y vulgar que se volvía un deleite para el rubio quien tenía el privilegio de observarlo.
Había comenzado a doler un poco cuando el pene en aún expansión de Kaiser parecía tener la intención de partir a Isagi por la mitad, quién sin importarle y al haber superado la incomodidad, estaba gimiendo cómo un maníaco, tratando de ahogar el ruido cubriendo su boca. Y fue entonces más temprano que tarde cuando experimentó su primer orgasmo.
En aquella posición, la polla de Kaiser estaba golpeando y presionando contra la próstata de la perra, lo que le provocó una eyaculación temprana.
Al correrse, el culo de Isagi se contrajo con fuerza tratando de expulsar al intruso que invadía su interior, resultando en el efecto contrario, atrapando y succionando el pene de Kaiser como si lo estuviera ordeñando, quién al sentir la presión sonrió con desafío para sí mismo.
Continuó empujando hasta el fondo, aunque con dificultad, sin perder la mayor parte de su ritmo. Embistió con fuerza el trasero del chico pelinegro, quién se ahogaba en gemidos de placer cómo una perra en celo, retorciéndose. Sufría orgasmos sin descanso cada intervalo de tiempo, estremeciéndose cómo sí le estuviera dando un ataque. El pene enorme de Kaiser estaba sondeando sus entrañas conforme nuevos orgasmos se formaron.
Kaiser tampoco podía gozar de presumir su firmeza, pues se follaba a Isagi cómo un sucio freak tratando desesperadamente calmar su hambre sexual sin hacer tan siquiera pausa alguna. Él también gemía, jadeaba y exigía continuar a base de embestidas profundas mientras sujetaba con fuerza el cuerpo de quién ahora consideraba su sucia puta para depositar semen.
Sus cuerpos se frotaban y presionaban entre sí buscando más contacto, más placer, emitiendo sonidos húmedos al chocar que sólo les excitaban aún más.
Las piernas de Isagi comenzaron a traicionarle. Temblaba y se tambaleaba en su lugar tratando de mantener el equilibrio. Eyaculó un par de veces más antes de que Kaiser llegara al júbilo de su climax, corriéndose dentro de él y retirándose casi de inmediato.
El semen se filtró del ano abusado de Isagi, quién luchaba por tomar aire después de los violentos orgasmos, tomando pequeñas bocanadas de aire para poder tranquilizarse y recuperar el sentido.
Cuando logró girarse para mirar a Kaiser a la cara, el alemán le estaba viendo, con admiración, amor, excitación y algo más...
–Maldición, Yoichi... Tu culo realmente se ha tragado mi pene... Pero ésto aún no ha terminado.
Isagi sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero no estaba en posición para huir. En una actitud dócil permitió que Kaiser le arrodillara en el suelo, empujando su cabeza hacia abajo.
Observó el glande del alemán, aún chorreando semen frente a él y supo lo que tenía que hacer.
A pesar de nunca haber practicado sexo oral antes, sacó su lengua y lamió la punta. Poco a poco fue tomando la gruesa polla de Kaiser dentro de su boca. Sin embargo, no permitió hacerlo despacio.
Kaiser agarró con fuerza la nuca de Isagi y enterró su miembro atravesando incluso la empuñadura de su garganta, balanceando su cabeza de atrás hacia delante con rapidez.
Isagi se estaba ahogando y tenía arcadas por la brutalidad de los movimientos, pero Kaiser no se detuvo. Comenzó a follarle la boca aún más fuerte, las estrechas paredes de la garganta se acoplan a su pene caliente y a punto de sembrar o expulsar mas cantidad de semen.
Su vello púbico se aplastaba contra la nariz de Isagi y sus testículos gordos, pesados y colgantes chocaban contra su mentón con cada embestida.
Lo sostuvo hasta que se pensó que se iba a desmayar. La visión de Isagi se tornó borrosa debido a la falta de aire. Hasta que comenzó a cronometrar pequeñas bocanadas de aire y se concentró mucho en mantener sus dientes fuera cuando Kaiser volviera a alimentarlo con su polla. Su lengua saboreaba el vigoroso miembro como una verdadera puta sedienta. El sabor a macho es salado y caliente, es tan vulgar y húmedo que no para de gemir y disfrutar de chuparle la polla erecta a Michael, dejarla llena de saliva y escurriendo de esta, el aroma es tan fuerte que a veces siente que lo deja un poco mareado. Incluso por solo tragar su vigorosa polla siente gran excitación y el deseo ser abusado por él.
Finalmente las embestidas de Kaiser se pusieron rígidas y sus testículos se tensaron, corriéndose a grandes y largas tiras de semen caliente y pegajoso dentro de la boca de Isagi en el acto, con la intención de que saboreara su semilla.
En cuanto se retiró, Isagi se olvidó de la debilidad. Se levantó de un brinco y se dirigió a un contenedor de basura cercano. Vació su estómago en ese momento.
Kaiser observó la escena con una sonrisa triunfante y burlona en el rostro.
–Lástima. Tal parece que al pequeño Isagi Yoichi no pudo soportar el sabor y la textura del semen, pero si disfruto del sabor de mi sucia polla.
Yoichi trato de regular su respiración, sintiendo como su culo se contrae deliciosamente y expulsa gran cantidad de semen del rubio, su agujero tiembla gustoso y dilatado.
–Noa tenía razón, tu verdadera utilidad es estimularme.
● ● ●
Palabras: 2,793
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de Publicación: domingo 13 de octubre del 2024.
Fandom: Blue Lock
Nota del escritor:
Hoy cumplo 23 añitos, y mi novio entre tantas cosas que me dio, me regalo un escrito kiis. De hecho desde hace 1 mes tiene que según lo estaba escribiendo, pero sinceramente no pensé que lo terminaría y que menos me lo diera como regalo de cumpleaños xd.
Hace hace un par de semanas, a él le recontra cagaba Kaiser, y eso que no ve el anime ni el manga, solo lo que yo le cuento y mando es todo lo que sabe.
Pero después de años, al fin dejó de caerle tan mal, sobre todo porque me ha hecho dibujos de Kaiser (cómo el que use en la portada), y otros más fuertes pero que por obvias razones no puedo compartir aquí.
Me arriesgue en subir este fic sin censura aquí, más que nada porque se me hace muy hipócrita que me salen un montón de historias y fics con contenido fuerte y siguen ahí como si nada. Igual si wattpad me lo elimina pues yo lo tengo respaldado en otras plataformas.
Disfruten el arte que mi novio hizo y además este cochino escrito jajajaja.
●Mini Curiosidades:
1. Número
Esta es mi historia número 100°!!! Oficialmente terminada y publicada. Y es el número 13° kaisagi en el que intervengo.
2.Título
Mi pareja no sabe darle título a sus escritos jajaja, al principio iba a ponerle "secreto" pero me acordé de la última actualización del manga en que káiser decía de que Noa usó a isagi para estimularlo JAJAJA
3. Inspiración
Yo le di ideas a mi pareja de escribir esto y solo tenía en mente a kaiser oliendo le los calzones a isagi, la neta, algo simple pero ERÓTICo JAJAJA.
Espero lo disfruten, a ver cuanto dura este fic y si wattpad no me lo baja
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top