—¿Porque...? -retrocediendo lentamente- n~no.... no es...

—Ahora tu y yo estaremos juntos, nadie me separara de tí, Vegeta.

—No quiero -se pone en pose de pelea sin dejar de temblar- voy a detenerte.

—¿Enserio lo harás? -se ríe- pero si estás temblando de miedo, el gran príncipe de los saiyajins está aterrado.

~•~•~•~•~

Desperté horrorizado, otra vez tuve una pesadilla, note que estaba sudando y tenía ganas de soltar un par de lágrimas, pero trate de calmarme.

¿Porque todas mis pesadillas tienen que ver con Black?

Se que casi me mata si no fuera por Zamasu, pero tampoco es que sea para tanto... o... ¿Le tengo miedo?

Salí de mi habitación y fuera del templo del universo 10 de esta línea temporal, ya que acabamos de apoderarnos de él hace tan solo unas horas.

Me impresione al ver a Black sentado debajo de un árbol, parecía pensativo, y por alguna razón me quise acercar a él, así que fui a su lado y me senté.

Después de lo que había pasado, supongo que es algo difícil hablarle, pero tenía que hacerlo, sin embargo, el hablo primero.

—¿Es verdad? ¿No me amas? -mirando al suelo con un aura triste-.

—No, ya no te amo.

—Pero yo a tí si.

Salto sobre mí, inmóvilizandome en el suelo, comencé a asustarme, trate de escapar pero es más fuerte que yo y me aprieta de las muñecas, comenzó a besarme violentamente.

¡Ayuda!

~•~•~•~•~

Varias personas iban huyendo de toda la destrucción creada por aquellos extraños seres que estaban destruyendo su planeta.

Vegeta y Zamasu estaban exterminando las vidas de aquel planeta, aún que el saiyajin se estaba desquitando bastante por lo que había pasado la noche anterior.

La cara del principe estaba llena de moretones al igual que en varias partes de su cuerpo.

Cuando acabaron de despoblar aquella área decidieron descansar un poco antes de desparacitar la próxima área.

—¿Ya te desquitaste? -le pregunto despreocupado como siempre suele estar-.

—No se a que te refieres -ignorandolo-.

—No trates de engañarme, se lo que pasó anoche con Black, me imagino que estás enojado con él.

—Tch. ¿Cómo sabes lo que pasó? Pudiste detenerlo.

—Estaba dormido, él llegó a mi habitación despertándome y contándome todo.

—No puedo creer que haya hecho eso después de que le dije que no lo amaba -cruzandose de brazos enojado-.

—Talvez cometió un error, o talvez muchos, pero no es su intención, está pasando por algo... malo -dudando de lo que dice-.

—Si, su enfermedad, como sea -dandole poca importancia-.

—Esto va más haya de eso -lo mira con rabia- talvez se pasó de la raya, pero necesita tu apoyo, ¡está muriendo! -se tapa la boca al notar lo que dijo-

—¿Que? -lo mira impacto- ¡No juegues con eso!

~•~•~•~•~

—Por favor -dice Black preocupado a un Zamasu pensativo-.

—¿Porque? Es un humano más que debe ser erradicado.

—Él nos ayudará, se lo que te digo, por dentro lleva una flama ansiosa de erradicar a muchos.

—¿Que ganó con esto?

—Ya lo verás

Alzó la mano frente a mi, yo la tomé para estrechar su mano, sin embargo, al tomarla note algo que me impactó, ya veo a lo que se refiere, sonreí con malicia.

—Ya entiendo ¿Estás dispuesto a sufrir las consecuencias?

—Si -mira a Vegeta- lo vale. Amo a Vegeta... espero que eso no te importe -frunce el seño-.

—No, no me importa en lo absoluto.

A pesar de que dije eso... ¿Porque me afecta tanto el que ame a Vegeta?

~•~•~•~•~

Zamasu me envió al templo del universo 10, supongo que quiere que hable con Black por lo que está pasando.

Fui hasta la habitación que había elegido Black y abrí la puerta sin siquiera pedir permiso... y que bueno que lo hice.

Él se encontraba arrodillado en el suelo sujetando su cabeza, todo a su alrededor estado destrozado, debió haber tenido otro arranque de ira en nuestra ausencia.

Me acerque con cuidado y me inque frente a él bastante preocupado, talvez el me lastimó... pero se ve bastante mal.

—Black, tranquilízate, por favor.

—E~esta en mi cabeza, ¡está aquí! -aprendose la cabeza con su dedos-.

—¿Quién?

Miro alrededor hasta que ví varios pedazos del espejo esparcidos en el piso, tome un pequeño fragmento y lo puse frente a Black.

—Mira el espejo, Black, por favor.

Me hizo caso, pero sin dejar de temblar, en el reflejo ví que en sus ojos solo tenía dos agujeros azules, como en mi sueño.

—Es como en mi sueño.

—¿De que hablas? Solo es un reflejo -desvia la mirada evitando verlo-.

—¿No lo vez? Dónde se supone que deberían estar tus ojos hay dos hoyos oscuros.

—Yo no veo nada.

—Talvez solo lo puedo ver yo.... talvez es algo de lo que me menciono Zamasu.

—¿Eh? -asustado- ¿Que te dijo?

—Que estás enfermo... y que podrías morir.

—¡Oh! -suspira aliviado- A~algo así, no moriré, aún nos falta mucho para limpiar los multiversos, no puedo rendirme antes de que logremos nuestro cometido.

—Talvez si, pero debes descansar, no siempre puedes matar a esos repulsivos seres.

—Vegeta...

—¿Que sucede?

—¿Podrias perdonarme? Talvez no lo merezco, se que últimamente te he lastimado demaciado... y... comprendo que no me ames -se sostiene la cabeza con fuerza soltando un pequeño gemido de dolor-. No, no lo entiendo -sonrie con malicia- no quiero entenderlo, tú eres mío, Vegeta.

—No, no soy tuyo -lo toma de las mejillas- el que amo a pesar de que está loco, se que está grave, pero este no eres tú -lo besa en los labios-

Me siguió el beso de inmediato, no lo amo, pero... me está obligando, me está atando a él, esto no es como yo me lo esperaba, no quiero seguir mintiendole, nunca debí aceptar estar a su lado.

—Lo siento Vegeta. Tch -se estira el cabello- tome una mala decisión.

—¿De que hablas?

—Todo lo hice por ti, Vegeta... y... creo que me estoy arrepintiendo de ello -shokeado- te amo pero... esto... ¡No debí cerrar el trato!

—¿Que trato hiciste con Zamasu que tuviera que ver conmigo para que acabarás de esta manera? Cada día te reconozco menos.