6: Alguien diferente
Algunas imágenes aparecían borrosas, podía percatarme de una caja de sonidos de los humanos, también unos muebles.
Mas imágenes, y peor, algo entrando por mi garganta. Me venía bien, pero no aliviaba el dolor y la tristeza que sentía.
***
Desperté. Me sentí mejor, mi pata estaba vendada y podía ponerme de pie. Miré a mí alrededor, era otra casa de humanos. «¡Rayos, qué plaga! ¿Cómo se atreven a estar por todos lados?»
—Ya despertaste —habló alguien detrás de mí. ¡Rayos!
Me giré lentamente y pude verlo, otro humano. Argh... Ellos habían matado a Pikio y él no les había hecho nada. Bueno, este humano no, pero igual era culpable.
—Déjame ver esa pata —murmuró mientras acercaba su mano hacia mí.
—¡No me toques! —le amenacé con el pico.
Él se detuvo al escuchar mi chirrido.
—No te haré daño —intentó calmarme—. Déjame... —Le di una leve mordida de advertencia—. Hey, tranquilo.
Me agarró, chillé y pataleé. Lamentablemente, manché mi honor desmayándome otra vez.
***
El murmullo de un humano hablando en la caja esa que les gustaba ver a ellos, me despertó. Estaba acurrucado y, para mi sorpresa, era el humano el que me tenía. Me miró y lo vi con espanto.
—¿Todo mejor? —preguntó.
—Fiu...
Soltó una risa.
—No sabía que podías silbar. —Se dirigió a la otra caja de imágenes con las que andaban los humanos, les llamaban "computadoras"—. Veamos... Loro de cabeza negra —me dio una rápida mirada—, con pecho blanco, ojos rojos... —Terminó de poner todas mis características y esperó los resultados—. Ajá. Loro Caique, Chirricles o goleta... Pionites melanocephalus. Habita en los bosques y cerca de zonas arboladas en la cuenca norte del río Amazonas y cuenca occidental del río Ucayali, bla, bla, bla... En territorios de Brasil, Colombia, Ecuador, Guayana Francesa, Guyana, Perú... Es bastante común y vive en varias zonas protegidas a lo largo de su área de distribución, bla, bla... Uno de tus cantos naturales es el silbido... Interesante. —Me miró otra vez—. Eres bastante exótico, ¿Cómo llegaste hasta la costa?
—Huy, si supieras —le dije, pero obvio, no me entendió.
—Bueno, ahora veamos a tu amigo...
«¿Mi amigo? ¿Acaso será Pikio?»
Me ofreció su mano y subí enseguida, me llevó hasta el jardín y ahí había una jaula. Me metió en ella y me puso frente a otra.
—Listo, conózcanse...
Se fue, dejándome frente a esa jaula en la cual estaba un loro cabeza roja. Me decepcioné un poco al haber creído que era Pikio.
—Hola —le saludé. Me miró de reojo y no dijo nada—. Iré a verte —le anuncié. Él me miró sorprendido.
—Sí, claro, aquí te espero —dijo con un tono burlón—, como si pudieras salir de ahí —murmuró al final.
Levanté la puerta de la jaula con mi pico. Oh sí, había aprendido a abrir las jaulas, al menos las que tenían ése tipo de puertas. Él me miró espantado cuando estuve dentro de su jaula.
—¡Sal de aquí! —gritó—. Además... ¿Cómo pudiste entrar?
—Sé abrir puertas de jaula...
—Bien...
—Si gustas te la abro y así escapas y te vas al fin —sugerí. Me miró horrorizado.
—¿Estás loco? No quiero irme, este es mi hogar.
Eso me sorprendió, ¿no quería irse? Imposible, todas las aves querían volver a su hogar.
—¿Acaso no quieres volver a la selva y ser libre? —le pregunté.
—Claro que no, no necesito eso. Tengo al humano cuidándome, no me hace falta nada aquí.
—¡¿Eh?! —exclamé—. Debes estar loco...
—Hey, ya se conocieron —dijo el humano que ya estaba de vuelta. Se quedó mirándome espantado—. ¿Cómo...? —Se giró a ver la jaula en la que me había dejado y volvió a verme—. Sabes abrir jaulas —murmuró sorprendido—. Oh amiguito, espera a que te enseñe a mi amiga, ella adora a las aves —agregó con una sonrisa.
—Neh, no gracias.
Volvió a irse, y al volver traía consigo una cosa horrorosa parecida a una serpiente. Pánico, el miedo me recorrió. Me espanté y me di contra el fondo de la jaula intentando huir.
—Tranquilo Cherchy, es una manguera, voy a regar el jardín. —Me detuve en seco. «¡¿Cherchy?! ¡¿Eso es un nombre?!»—. Ya que tu especie es "Chirricles" al menos aquí en este país, pensé que sería bueno llamarte Cherchy, me suena a un diminutivo de Chirricles...
Ahora sí que lo había oído todo, estos humanos eran el colmo. Mi nombre era y siempre sería Loro pollo, no perdería ni un gramo de dignidad haciéndoles caso mientras no me dijeran Loro pollo.
—Hey Cherchy, ¿quieres bañarte? —preguntó mientras abría algo en la pared.
Un chorro de agua salió de la manguera. Adiós dignidad.
—¡Oh sí! ¡Quiero bañarme, quiero bañarmeeee! —chillé mientras aleteaba—. ¡Hacía siglos que no había podido bañarme!
El humano se rió, al verme todo alborotado y emocionado aleteando y brincando de un lado para otro. Hizo que el agua de la manguera me cayera como lluvia y me dejé empapar por la frescura.
Al fin, podía estar tranquilo por un tiempo, quizá encontré un buen hogar...
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