Final

Pasó una semana desde que Samon y Aika aterrizaron en México. Ambos fueron bien recibidos por el director del reclusorio. Diariamente daban palizas por el comportamiento de los prisioneros.

Una que otra muerte, pero nada fuera de lo normal.

Himura aún no olvidaba el encuentro con Yozakura, por mucho trabajo que tuviera, le costaba borrar de su mente el rostro de aquel que la pudo enamorar. Por el cual ahora estaba inundada en tristeza.

Samon por otro lado, trataba de animar a su amiga, sin rendirse, quiso distraerla para que pudiera recuperar su humor, sin éxito.

Ha pasado una semana desde que dejó de ver los ojos de Kenshirou... Y aún así no olvida su brillo que la hipnotizaba.

Eso la mataba... Pensaba en el, y soñaba con poder volver a lo que eran antes, lloraba por sentir el dolor en su corazón, sufría cuando recordaba que al volver nada sería igual entre ellos.

Hoy la chica iba caminando entre las celdas, asegurándose de que ningún preso escapé o haga alguna fechoría. Desde que Samon y Aika llegaron a la prisión, lo reclusos fueron más dóciles de lo normal, posiblemente por el severo temperamento de ambos. Solo escuchaba murmullos y uno que otro chiflido que era callado por sus nudillos.

Mientras tanto en Nanba Kenshirou no dejaba de pensar en Himura, la extrañaba, pero no tenía valor para ir por ella, cosa que molestaba a todos.

Musashi: ¡¡¿Así de simple lo vas a dejar?!! ¡¡Ambos se quieren!!.

Kenshirou: No grites... Me molestas...

Musashi: ¡¡Es tu puta cobardía la que te molesta!!

Ante eso Yozakura no pudo contener su enojo y soltó el primer golpe. Por cierto Kiji y Hajime estaban presentes en el mismo lugar y pudiera detener la pelea que se iba a librar.

Kiji: Piénsalo bien perrito... Talvez aún puedas recuperarla...

Ante eso el guardia de piel morena quedó meditando las palabras de sus compañeros. Quería seguir con Aika, se había dado cuenta del tremendo cariño que le había tomado, quería seguir viendo esos ojos que lo cautivaban, sus labios aún los recordaba cuando esbozaban su hermosa sonrisa, el aroma tan dulce y característico de ella que aún lo dejaba plasmado.

¿Realmente la quería?...

Kenshirou: ... Yo la amo...

Los presentes se quedaron callados por el repentino comentario de Yozakura.

Kenshirou: Pidan un helicóptero, haremos un viaje largo a México...

Todos se movieron al instante, por supuesto Musashi se quedó en su lugar, sonriendo por como su amigo empezaba a luchar por su amada.

Musashi: Suerte perro.

Antes de irse Yozakura le plantó un golpe de agradecimiento. Luego se fue al helipuerto de la prisión.

En menos de diez minutos, el helicóptero ya estaba listo para volar. A la misión se le sumaron Kiji, Hitoshi y por supuesto Mitsuru, el cual iba completamente emocionado, cabe resaltar que siempre acompañado de su micrófono demoníaco.

Ya a mitad del camino Kiji empezó a tener una duda.

Kiji: ¿Cuál es el plan?

...

Mitsuru: ¡¡Puta madre!!

Kenshirou: ... ¿Necesito un plan?...

Hitoshi: Esto es un desastre... No faltan más de tres horas para llegar...

Todos empezaron a dar ideas... Unas más ilógicas que otras pero poco a poco fueron armando un plan al cual le daban muchas esperanzas.

Aika por lo mientras estaba a mitad del pasillo platicando con Samon sobre la prisión y lo sorprendentemente desordenado que era el sistema de ahí.

Aika: Es impresionante como los prisioneros pueden mandar aquí...

Samon: Fue bueno que estuviéramos aquí...

Repentinamente los reclusos empezaron a hacer escándalo, ambos guardias se pusieron en alerta y comenzaron a recorrer las celdas para averiguar la causa de tal alboroto.

Pasaron las horas y finalmente el helicóptero había aterrizado perfectamente y Mitsuru junto con Hitoshi empezaron a moverse. Kiji por su parte acompañó a Kenshirou a buscar a Himura.

Mitsuru había llegado a la sala de cámaras. Con ayuda de Hitoshi saco a patadas a los encargados de ahí y atascaron la puerta con la silla que estaba ahí.

Hitoshi: ¡Encuentra a Aika!

Mitsuru: ¡¡En eso estoy!!

Al cabo de unos minutos lograron ubicarla a unos cuantos pasillos de Yozakura.

Hitoshi le envío mensaje a Kenshirou diciéndole la ubicación exacta de Himura. Mitsuru tomo el micrófono y empezó a hacer ejercicios de garganta para reforzar sus gritos de vieja verdulera.

Hitoshi: ¡¡¿Mitsuru que espera?!!

Mitsuru: ¡¡Estoy preparando mi voz!!

Hitoshi: ¡¡¡NO HAY TIEMPO CARAJO!!

Instantáneamente el moreno tomo el micrófono y empezó a gritar a todo lo que daban sus pulmones.

Mitsuru: ¡¡¡AIKA HIMURA QUEDATE DONDE ESTAS Y PRESTA ATENCIÓN A LO QUE DIRAN A CONTINUACIÓN!! ¡¡¡ES DEMASIADO IMPORTANTE!!!

Aika al escuchar los gritos de Mitsuru se desconcertó y se quedó parada en su lugar.

Kiji: ... Hazlo Kenshirou... -animo mientras los reclusos los observaban.

///: ¡Órale pinche negro con su marica! -grito un recluso delante de ellos.

Eso hizo enfurecer a Kiji, camino amenazante hacia él y comenzó a alzar su mano hasta darle una fuerte bofetada.

Kiji: Se ve que te gusta Manuela...

Yozakura tomo motivación al recordar los momentos que había pasado al aldo de Aika. Tomo el micrófono que le había prestado Mitsuru y lo acercó a sus labios.

Kenshirou: Aika... Esta es mi última oportunidad para recuperarte... Pero no me daré por vencido... Porfavor escúchame... Cometí un error y me arrepiento cada segundo y sufro al saber que me odias... Perdóname por haber Sido un imbécil... Nunca quise hacerte daño...

Himura escucho atentamente a Yozakura.

Kenshirou: Te seré sincero, no fue amor a primera vista, ya sabes que no caigo en esa ridiculez... Pero te aseguro que tú provocas este sentimiento inusual... Himura despertaste algo dormido en mi interior... Y gracias a ti puedo decir... Que te amo Aika Himura...

Y de entre la nada apareció Aika, corriendo hacia el con lágrimas. Kenshirou tiró el micrófono y corrió directamente a la chica.

Ambos se abrazaron con todas sus fuerzas, Kenshirou aspiraba con mucha dedicación el aroma de Aika ya que lo extrañaba, mientras ella hundía su rostro en su pecho para escuchar los latidos del corazón de Yozakura.

Aika: Kenshirou, yo también te amo...

Y ambos se unieron en un beso dulce y lleno de amor.


Perdón.

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