Sintió entonces el frio del agua sobre su espalda desnuda. John estaba atado al poste de aquel abandonado campamento de verano. Northbrooke Place, de joven había ido a campamentos como Lake Wawanawa, y con demás nombres de nativos americanos. Arquería, alpinismo, canotaje en el lago. Pero ser atado a uno de esos postes con poco alimento y siendo golpeado en la cara constantemente no era la tradicional experiencia campista. El muchacho tiritaba de frío. Si la tortura no lo mataba lo mataría el helado viento de las montañas. Habían pasado 3 días, y aun no crecían ni una palabra de lo que John decía.

--Porque no hablas Lobo.—dijo su torturador tras él, sabía que tenía que ser Billy Holmes, el mecánico. De cabeza calva, alto, fuerte y estupido. El hombre golpeaba fuerte a veces con sus puños, a veces con la llave de tuercas. A veces Karl tenía que intervenir para que no matara a John.

--¿Cómo vas Billy? ¿Ya lograste sacarle una verdad a nuestro amigo Lobo? —preguntó otra voz tras él muchacho, por el tipo de voz tranquila y pausada pero aun así robusta, tenía que ser de alguien que tenía control, debía ser Karl.

--Aun no jefe, continúa diciendo lo mismo. —dijo Billy.—Debo admitir que a pesar de su apariencia es un hueso duro de roer.

--Dejame, tome un descanso señor Holmes, yo me encargaré a partir de ahora.—dijo Karl.

--Este seguro jefe, ¿dejarlo a solas con él?

--Seguro. —dijo Karl—Escuche que la Señora Calloway esta horneando un pastel de calabaza.—dijo Karl. Billy Holmes salió de la cabaña donde lo tenían atado.—Ahora ¿que haremos contigo muchacho?—se preguntó Karl.

--¿Dejarme ir?—preguntó el muchacho.

--¡Ja!, veo que el Billy no ha logrado romper tu sentido del humor en estos tres dias. Porque te haces esto muchacho, solo debes decirnos donde se encuentra el resto de tu manada y te dejaremos ir.—respondió Karl.—Tu amiga...ella no se la esta pasando bien.

--No se que es lo que quieres, ya te lo dije no soy un Lobo. —respondió John Castello.—Yo soy...

--Si, si, si, un piloto de la compañía mercenaria de los Blaze Angels.—dijo Karl.—Eso ya nos lo habías dicho. Pero dinos donde se encuentran Los Lobos, se han movilizados grupos de milicia a Montana después de la caída de Nevada.

--No sabría. —dijo el muchacho. —Esta es la primera vez que vengo a Montana. Bozeman, se supone que los Blaze Angels estarían allí en la ciudad.

--John Castello... ¿es un nombre extraño no lo crees?, Castello parecería ser un nombre italiano, pero no parece ser italiano. Sin embargo, Castillo, ese suena a un nombre español...muchos Lobos tienen apellidos españoles.

--Muchos Lobos son de California, había muchos migrantes latinos allá, sobre todo después de la caída de México después de la invasión del KwonMing. —dijo John.

--Sabes, yo estuve ahí.—respondió el hombre.—Durante el saqueo de Sacramento. Y tu estabas ahí, en el grupo de Carlos Marín y Alejandra Gutiérrez , pero tenías otro nombre en ese momento...¿Cuál era tu nombre? ¿Hosea?¿Josahia? ¿Jose? No ¡Juan! ¡Eso es! Tu antes eras Juan Castillo.

"Oh no, esto se acabó. Ya sabe quién soy" pensó John.

En su mente John volvió nuevamente al saqueo de Sacramento, era mas joven en ese momento, sin dinero y sin familia se veía a él mismo disparando su su metralleta desde el asiento trasero del vehiculo de asalto asesinando a los civiles que trataban de huir. Recordaba el furor de la masacre y la sed de sangre. Pero en ese tiempo era un adolecente sin muchas expectativas en la vida mas que ir de batalla a batalla.

--Mi familia murió en Sacramento.—dijo Karl.

--Lo lamento...--dijo John.—No hay día que no me arrepiente de lo que hice en mi pasado...

--Oh no, tu no los mataste muchacho. —dijo Karl—Pero me acuerdo de ti, estabas junto Carlos Marín cuando llegaron a la ciudad, prometiendo ayudar al ejército en la defensa. Carlos Marín, Alejandra Gutiérrez, Paco Escobar y Juan Castillo.

--Tienes razón. —respondió John. Y luego alzó la vista hacia su ejecutor—Hice cosas terribles como Juan Castillo, engañé, maté, robé, y me arrepiento de haberlo hecho, así que tira del gatillo...

Karl hizó una mueca y puso su dedo sobre el gatillo, John cerró los ojos.

"¡Rachel!"

Entonces sonó un estruendo en el interior de la cabaña. John abrió los ojos, seguía con vida, la bala impactó justo a un lado suyo.

--Debería matarte es lo que haría una persona normal, pero no lo haré. Me puedes servir de más ayuda vivo que muerto. —dijo Karl. y luego pasó a desamarrar a John, el muchacho trató de levantarse, pero estaba débil.

--Alejandra Gutiérrez esta en Montana con una milicia de al menos 100 hombres. si nos ayudas, te dejaremos libre.—respondió Karl. y le tendió la mano a John, John estrechó la mano con él jefe de la milicia. Después de todo ahora que los Blaze se habían ido que le quedaba en este mundo. Mas que tratar de redimirse por lo que había hecho.