El sonido de la banda era estruendoso, el presidente Kovak quería que todos los presentes escuchasen atentos mientras la tonada de barras y estrellas continuaba resonando. Brigitte tenía los brazos cruzados, sentía frio. Ella no solía exponerse a la intemperie todo el tiempo, solía comer y dormir en el interior de un Patton, lo cual resultaba irónico ya que tras ella había dos patton. La chica se sentía nerviosa, nunca antes había dado un discurso ante el público capitalino, pero podía verlos ahí con sus cartelones. Cuando el presidente terminó su discurso y bajó del podio, Brigitte supo que ahora sería su turno. Entonces sintió la mano del General Augusto sobre su hombro.

--Tranquila, es más sencillo que pelear contra los tetsunin.—dijo el general.

--Siendo sinceros prefiero enfrentarme a los Tetsunin que esto. —dijo Brigitte.

La chica subió entonces los peldaños hacia el podio, le era dificil caminar con zapato de tacón. Siendo que ella estaba acostumbrada a usar las botas de su uniforme militar. La chica puso sus manos sobre el atril y se retiró el mechón de cabello rubio y lo acomodó detrás de us oreja derecha. Miró hacia la audiencia, los aplausos y los vítores eran mayores que los que el presidente había tenido.

--Nunca antes había dado un discurso antes. —dijo Brigitte.—Cuando se está en el frente de batalla lo último que esperas es como te verá la gente. Qué imagen les mostrarás a ellos. Muchos de ustedes me consideran como su heroína la mujer que los salvará de la invasión del Daitoteikoku, mi padre Julian Gallard, él es el verdadero héroe, el desarrolló los primeros modelos Patton para poder enfrentarse al Daitoteikoku, yo solamente los manejo. Como todos sabrán hace tres meses, cayó la base militar en Bozeman, con Montana ya son cinco estados bajo la ocupación del Daitotekoku. Muchos de ustedes tienen miedo. Y yo lo entiendo. Yo también temo. Temo por la vida de mi unidad que continua en combate contra Aka no Ryou y sus tetsunin en Oklahoma. Pero algo les puedo decir la caída de Montana no es el fin, porque la guerra sigue, sigue en el corazón de cada hombre, mujer y niño, podrá caer Montana, podrá caer Oklahoma, Idaho, podrán traer la guerra a la costa este pero la guerra continuará y mientras continúe, nosotros no caeremos, ya sea con nuestros jóvenes peleando en el ejército, o veteranos y civiles en las milicias, ya sea con grupos mercenarios o insurrecciones, la guerra seguirá. Porque no nos rendiremos, pelearemos en los campos, en los mares, en el cielo, pelearemos en cada calle y resistiremos en cada piso de cada edificio. Hasta morir o a la victoria. —dijo Brigitte.

Todos comenzaron a ovacionar a Brigitte. La chica no entendía porque, pero Pronto los vitores se llenaron con gritos sobre postular a Brigitte para la presidencia. Incluso los mismos miembros del gabinete del presidente Kovak estaban aplaudiendo, el único que no aplaudía era el presidente, el hombre estaba serio con los brazos cruzados, Brigitte pensó que había hecho algo indebido.

La chica bajó del podio, y se reunió con el general Auguste. El presidente volvió a acercarse al podio y continuó hablando. Pero ya era demasiado tarde, la gente no podía aguantar sus ancias. Auguste le susurró en el oído a la chica.

--Pero que has hecho Brigitte.—preguntó el general Auguste.

--No lo se...--dijo la chica.